¡Al agua patos!.. ¡¡Pero con precaución!!

Todos los veranos la misma historia, la maldita misma historia.

El maldito segundo de los que ya he hablado en otros artículos. “¡Si fue un segundo…!”

Es una de as situaciones más dramáticas que existen. Perder a un niño en una zona de recreo.

Nuevamente se trata de una de esas desgracias que uno piensa que nunca le pueden pasar a uno y que, además, tenemos mucha tendencia a la crítica fácil:

Pero cómo pueden esos padres dejar a ese niño solo…”

Daré datos nuevamente para que seamos conscientes de que este problema es más frecuente de lo que, a priori, uno puede pensar.

El ahogamiento es la segunda causa de muerte en los niños entre 1 y 19 años.

En los niños más mayores la causa suele estar relacionada con el inicio de deportes acuáticos que requieren precaución especial (ski acuático, buceo, vela, submarinismo, motos acuáticas,…)

En los adolescentes el alcohol es un factor que hace que “se le pierda el respeto” al agua.

En este artículo haré especial hincapié en las medidas de seguridad en los niños pequeños, en los menores de 5 años.

A estas edades el sitios más frecuente donde se producen los ahogamientos son las piscinas privadas o comunidades privadas para las cuales no hay una legislación obligatoria sobre el vallado de las piscinas.

Quiero destacar que existen algunas circunstancias que hacen especialmente frecuente los ahogamientos:

– Al inicio del verano (mayo-junio), cuando la piscina ya está llena pero aun “no apetece” el baño. O al final del verano (septiembre-octubre) cuando la piscina aun no ha sido vaciada del agua, pero ya a ningún adulto le apetece el baño. En ambas circunstancias no suele haber adultos alrededor de la piscina y el pequeño, con su inagotable curiosidad, cae al agua sin que ningún adulto lo vea.

– Al llegar al sitio de veraneo, mientras los adultos descargan el equipaje, el pequeño con su inagotable curiosidad, explorando el nuevo territorio, cae a una piscina no vallada.

Daré una serie de consejos:

Enseñar a los niños a nadar cuanto antes. Hay estudios que demuestran que el índice ahogamientos es menor cuando se les enseña a los niños a nadar entre 1-4 años.

– En piscinas privadas hacer un vallado completo, de todo el perímetro. La valla debe ser lo suficientemente alta para que un niño no sea capaz de saltarla y lo suficientemente baja (10-12 cm) para evitar que un niño se pueda colar por debajo. Además la vaya no debe impedir la visión de la piscina. ¡No olvidar que las piscinas de chapoteo también hay que vallarlas! Debemos saber que son suficientes pocos centímetros de profundidad para que un niño se ahogue. He visto varios casos ya en mi vida de ahogamientos en bañeritas de bebé. ¡No dejar nunca solo a un bebé en una zona que contenga agua!

– Debe prohibirse que un niño se tire de cabeza sin que un adulto previamente haya comprobado la profundidad de la piscina.

– El desagüe de las piscinas deben tener mecanismos de seguridad (por ejemplo rejillas) que eviten que un niño quede atrapado por succión.

Recordar siempre que NINGUNO DE ESTOS CONSEJOS SUSTITUYE A LA VIGILANCIA DIRECTA DE LOS PADRES O CUIDADORES.

Comparte esta información si piensas que puede ayudar a prevenir accidentes.

¡¡CUIDADO CON LOS PATINETES ELÉCTRICOS!!


Este año el “juguete estrella” de los Reyes Magos fue el patinete eléctrico. Unos días después de la llegada de los Magos de Oriente ya escribí en este post de los peligros que conllevaba el uso de este tipo de juguetes sin las debidas protecciones (casco, muñequeras, coderas y rodilleras). Lo hice porque en una misma guardia hubo que intervenir quirúrgicamente a cuatro niños por caídas de este “juguete”.

Pero en aquel momento todo lo que me encontré fueron fracturas de muñeca.

Con la llegada de las comuniones vuelve a haber un repunte de ventas de estos aparatos y, por tanto, un repunte de accidentes. Pero lo de ayer no fueron solo «simples» fracturas de muñeca…

Balance de la última guardia: entre los cientos de gastroenteritis y toses tuvimos que asistir, por caídas de este «juguete» (si después de lo de ayer se puede seguir llamando así), a tres niños con fractura craneal, con fracturas múltiples mandubulares que requirieron intervención quirúrgica, arrendamiento del pabellón auricular,…

Igual que en otros artículos (uso del tacatá, los castillos hinchables, las zapatillas deportivas con ruedas,…) sólo quiero alertar del peligro que pueden llegar a suponer estos juguetes cuando los utilizamos sin protecciones.

El caso de los patinetes eléctricos es además especialmente peligroso porque algunos modelos de este aparato pueden llegar a alcanzar los 40 km/h y más. Es decir «un motor de alta cilindrada» usado sin protección.

Una vez más con este artículo sólo pretendo concienciar a los padres cuyos niños utilizan patinete eléctrico de que les insistan en que lo hagan con una edad adecuada y con las debidas protecciones.

Comparte esta información y evitarás que más de un niño acabe con la cabeza rota.

¿Qué sucede cuando un niño es olvidado en el interior coche?

El tema de hoy afortunadamente es poco frecuente pero merece la pena insistir en él porque a la desgracia que puede ocurrir se suma el sentimiento de culpa de los padres.

Las consecuencias de olvidar o, peor aún, dejar a niño intencionadamente dentro de un coche en los meses calurosos pueden ser fatales.

Es conveniente saber que:

  • En un día caluroso la temperatura en el interior del coche puede subir 10-15ºC en 15 minutos. Además, no siempre bajando la ventana conseguimos que esto no ocurra. Puede llegar a suceder que en días con 22 ºC de temperatura el interior del coche llegue a 47 ºC.
  • Debido a que el mecanismo que controla la temperatura corporal es “inmaduro” en los niños, la temperatura puede subir hasta 5 veces más rápido que en los adultos, por lo que la hipertermia puede ocurrir en un tiempo tan breve como 20 minutos y la muerte en 2 horas.

En el tiempo que llevo en “este negocio”, afortunadamente, ha sido sólo un caso que tenido que atender por este motivo pero, desgraciadamente, falleció.

Es, por lo dramático de la situación, uno de esos casos que de vez en cuando te viene a la mente: “esa criatura no paraba de convulsionar por más medicamentos que le poníamos”.

Y la cara de ese padre, tampoco se me puede olvidar: “si ha sido un minuto”.

Claro que fue un minuto.

¡Ay, las cosas que pueden pasar en un minuto!

En muchas ocasiones no hace falta un minuto, basta con pocos segundos.

Dios me libre de parecer que estoy acusando a estos padres.

¡¡Nadie desea más que unos padres el bien para sus hijos!!

 

Pero en un segundo se electrocuta un niño en un enchufe, en  un segundo se precipita un niño de un tercer piso, en un segundo se toma un niño cualquier veneno, en un segundo se tira un niño a una piscina, en un segundo…

 

¡¡Maldito minuto!!

¡¡Maldito segundo!!

 

Estas son las situaciones que uno piensa que nunca le pueden pasar a uno mismo (“¡vaya tela, pero cómo pueden ser unos padres tan despistados!”) pero nadie está libre de pecado. Le pueden pasar a cualquiera. Dejaré, a modo de ejemplo, sólo un dato: En los Estados Unidos de América, 36 niños mueren al año por hipertermia, 468 muertes en los últimos 12 años

Como más vale prevenir que lamentar en las siguientes semanas iré dando una serie de recomendaciones preventivas para muchas de las situaciones que se avecinan (ahogamientos, cortes de digestión,…)

Con respecto a lo que nos ocupa hoy (dejar un niño olvidado en el interior de un coche) dejaré dos consejos sencillos para intentar evitar la desgraciada situación:

Poner siempre algún objeto necesario, de los que nunca se nos olvidan (móvil, cartera,llaves,…) en el suelo de la parte de atrás del coche, de tal manera que al bajarnos nos obliguemos a mirar en la parte trasera del coche y de esa manera no se nos olvide el niño.

– Si vemos un niño solo en la parte trasera de un coche avisar urgentemente al 112. Si por cualquier motivo viéramos que se demora la llegada de la asistencia médica, me atrevería incluso a recomendar romper uno de los cristales del coche (el más alejado del niño para que no le salten los cristales) para abrir el coche y sacarlo. ¡Bien merece una vida el precio de un cristal!

 

Comparte esta información si piensas que puede ayudar a otros padres.

 

 

¡¡Cuidado con los frutos secos!!

Las cosas no pasan hasta que pasan.

¡Fue un segundo que nos descuidamos!” Eso es lo que dicen (decimos) todas las familias cada vez que un niño sufre un accidente.

Efectivamente, todo pasa en un segundo.

Pero como sabéis los niños son “cajitas de bombas” y debemos evitar todo lo evitable. Aun así nos la podrán liar.

Uno de los problemas de los accidentes es el sentimiento de culpa que genera en los cuidadores.

Pues bien, con los frutos secos debemos tenerlo claro:

¡¡No debemos dar frutos secos a los menores de 4 años!!

 

Y esto no es porque los frutos secos sean malos, de hecho son incluso buenos ya que contienen ácidos grasos mono y poliinsaturados.

Aclararé los dos problemas fundamentales de los frutos secos:

  • Riesgo alergénico: debido a que son uno de los grupos de alimentos más alergénicos no se recomienda su introducción hasta los 15-18 meses (por ejemplo mezclado con los cereales o en la masa de un bizchoco,…).
  • Riesgo de aspiración: Esto es debido a que los niños al menos hasta los 3-4 años no comienzan a masticar bien. Por tanto existe mucho riesgo de que con determinadas texturas (en los que se desprenden trocitos), como por ejemplo los frutos secos, existe mucho riesgo de aspiración bronquial.

Los frutos secos son una de las causas más frecuentes de atragantamiento. Hasta un 70% de los atragantamientos está causado por frutos secos, principalmente cacahuetes.

Los niños de uno a cuatro años son los que presentan mayor riesgo. A menudo son los propios familiares quienes les ofrecen estos alimentos, con el consiguiente sentimiento de culpa.

A veces, el cuerpo extraño puede atascarse en una zona intermedia de los bronquios y, aunque al principio deje pasar el aire, puede ocurrir que se mueva o que provoque una reacción inflamatoria alrededor y obstruya completamente las vías aéreas.

Por tanto, este es un ejemplo típico de MÁS VALE PREVENIR QUE LAMENTAR.

Aprovecho esta entrada para recordar qué debemos hacer si un niño sufre una aspiración de cuerpo extraño. Puedes leerlo pinchando aquí.

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¡¡¡MUCHO CUIDADO CON LOS PATINETES ELÉCTRICOS!!!

Son ya varios los post que he escrito en esta página alertando de algunos peligros sobre algunos de los juguetes que nosotros mismos incentivamos como son el uso del tacatá, los castillos hinchables,…

El año pasado uno de los “juguete estrellas” de Navidades fueron las zapatillas deportivas con ruedas. Ese post fue muy controvertido ya que a pesar de que mucha gente me tachó de alarmista posteriormente se pusieron en contacto conmigo para decirme que, efectivamente, no se trataba de ninguna exageración: “mi hija, doctor, ya se ha roto la muñeca, como usted ponía en el artículo”

Este año el “juguete estrella” de los Reyes Magos ha sido el patinete eléctrico.

Un año más tras las Navidades hemos asistido a un gran incremento del número de Urgencias traumatológicas. Ayer, en la guardia, tuve ocasión de contrastar con los compañeros de traumatología su impresión y, efectivamente, me confirmaron un aumento muy llamativo de los traumatismos debidos a caídas del patinete eléctrico.

En una misma guardia hubo que intervenir quirúrgicamente a cuatro niños por caídas de este “juguete”.

El caso de las zapatillas con ruedas y del patinete eléctrico es muy similar al del uso del tacatá, es decir, es como dejarle a nuestros hijos un “motor de alta cilindrada” sin tener permiso de conducir. Hay que señalar que algunos de estos aparatos llegan a alcanzar velocidades de hasta 40km/h y más.

Igual que ocurrió el año pasado con las zapatillas de ruedas, el problema del uso de este tipo de aparatos es que la mayoría de los niños lo hace sin las debidas protecciones (casco, muñequeras, coderas y rodilleras).

Por tanto, como reflexión final, sólo pretendo con este post concienciar a los padres cuyos niños utilizan patinete eléctrico de que les insistan en que lo hagan con una edad adecuada y con las debidas protecciones.

Comparte esta información y evitarás que más de un niño acabe con un hueso roto.

¿Cómo actuar ante un niño que se está asfixiando?

Muchas veces he pensado en escribir esta entrada porque considero que es muy importante pero fue ayer, tras recibir en la consulta a dos madres sumamente angustiadas, cuando pensé que ya no podía esperar más.

En su cara aún se podía intuir el susto que se habían llevado:

“No te puedes imaginar el susto que nos llevamos. El niño estaba jugando y, de repente, comenzó a ponerse morado y se llevaba la mano al cuello. Nosotros no sabíamos qué hacer y él cada vez más morado. Sabíamos que algo se había tragado porque se llevaba la mano al cuello y veíamos que se estaba asfixiando pero no sabíamos qué hacer. Afortunadamente con un golpe de tos consiguió expulsarlo pero desde entonces no se me esa imagen de la cabeza…”

Empezaré diciendo que, como todo en medicina, “más vale prevenir que curar”.

Tengo que señalar que la edad de máximo riesgo para este tipo de eventos son los niños menores de 2 años (por esos ya en este post recordaba que “debe estar prohibido darle cacahuetes u otros frutos secos similares a los niños menores de 4 años”)

Con respecto a los “objetos” con los que se producen mayor número de atragantamientos con riesgo de asfixia les dedicaré un post completo pero debo advertir que hay que tener especial cuidado con pequeñas piezas de juguetes, cacahuetes (u otros frutos secos similares), caramelos (duros y blandos), carne (especial atención a las salchichas y pollo sin hueso), huesos y espinas, palomitas de maíz, zanahoria y manzana.

Yendo al grano de esta entrada:

¿Qué hacer ante un niño que esta sufriendo un atragantamiento?

Recordad que reconoceremos la situación porque se llevan bruscamente la mano al cuello, con cara de mucha angustia y se pueden poner morados.

 

En primer lugar, aunque esto parezca muy difícil, es importante mantener la calma ya que si no difícilmente podremos actuar de forma adecuada.

Debemos valorar en cual de las siguientes 3 situaciones se encuentra el niño:

  1. Si el niño está consciente pero tiene una tos débil, poco efectiva, es incapaz de hablar o la dificultad para respirar  es muy importante: debemos llamar al teléfono de emergencias 112 y mientras debemos proceder de la siguiente manera: observar la boca y, si el objeto está visible, extraerlo con cuidado de no empujarlo hacia dentro. Si no vemos nada en la boca o no podemos extraerlo, con el talón de la mano dar 5 golpes (fuertes y secos) en la parte alta de la espalda, entre los omóplatos. Posteriormente, si no lo ha expulsado, se le debe dar la vuelta y realizar 5 compresiones torácicas (fuertes y secas) en el centro del pecho (justo debajo de la línea que une ambos pezones), si es un niño menor de 1 año, ó 5 compresiones abdominales en la boca del estómago (maniobra de Heimlich), si tiene un año o más. Este ciclo lo repetiremos tantas veces como sea necesario, hasta que el niño expulse el objeto, respire mejor o pierda la conciencia
  2. El niño es capaz de toser adecuadamente, de forma eficaz: debemos animarlo a toser, sin hacer ninguna otra maniobra. No golpear en la espalda, ni intentar sacarle el cuerpo extraño de la boca a ciegas.
  3. Si el niño está inconsciente, o durante las maniobras pierde la conciencia: en este caso actuaremos como si el niño hubiese sufrido una parada cardiorrespiratoria. Dedicaré también una entrada completa a esto pero resumiendo: Colocar al niño sobre una superficie dura y comprobar si hay algún objeto en la boca; si es accesible, debe extraerse. Se recomienda abrir la vía aérea sujetando con una mano la frente del niño y tirando ligeramente de la barbilla hacia arriba y comprobar luego si respira:
  • Si respira, colocaremos al niño de costado, vigilando que no deje de respirar hasta que llegue el servicio de emergencias.
  • Si no respira, acto seguido, cerrando la nariz del niño con dos dedos de la mano que ha colocado sobre la frente, poner boca sobre la de él e insuflar aire dentro del niño, observando si se mueve el pecho (si el niño es pequeño se puede abarcar con la boca del reanimador la boca y la nariz del niño). Realizar esta maniobra 5 veces. Si no se eleva el tórax, se comenzará con las maniobras de resucitación, dando 30 compresiones torácicas en el centro del tórax, alternando con 2 respiraciones boca a boca. Cada dos minutos se debe comprobar la respiración y si hay algún objeto visible en la vía aérea.

Recordad, para evitar todo esto “más vale prevenir que curar”.

De todas maneras, si consideras que esta información es útil, compártela.

El “corte de digestión”.

niño corte digestión

Os pongo en situación. Más de una se verá reflejada porque sois muchas las que me lo habéis preguntado de una u otra manera en la consulta en los últimos días.

Padres lanzándome un guante para que sea yo quien regañe al niño:

Doctor, dígaselo usted. ¿verdad que no puede bañarse hasta pasadas dos horas después de haber terminado de comer?”

Y yo con cara de sorpresa:

¡¿Como?! ¿Aún seguimos con el falso mito de las dos horas de digestión? ¿No hubo bastantes horas de baño perdidas en nuestra generación para continuar martirizando a nuestros hijos?”

Ya escribí hace unos meses de algo similar en el post de “¿Se puede bañar un bebé después de comer? Lo podéis leer pinchando aquí.

Voy a aclarar el tema del corte de digestión.

El nombre real de lo que todos conocemos como “corte de digestión” es “síncope de hidrocución”.

Consiste realmente en que al sumergirnos en agua, por el reflejo de inmersión, sobre todo si ésta está fría, la diferencia de temperatura provoca una reacción tal en el cuerpo que se inhibe la respiración y la circulación sanguínea, que puede provocar un síncope.

Todos hemos tenido la desagradable experiencia de que de pronto el agua de la ducha esté “helada” y tener la sensación de que no podemos respirar, ¿verdad?

Pues eso, eso mismo, pero más exagerado. Podemos llegar a sincoparnos (marearnos).

Los niños más mayorcitos y los adultos pueden sentir escalofríos, nauseas, visión borrosa y zumbidos en los oídos previamente al mareo.

La cuestión es que si nos mareamos en ducha puede que nos demos un buen golpe, pero no más. Pero si el síncope o mareo ocurre en el mar, en la piscina o en cualquier otra zona de baño nos podremos ahogar. Sería un ahogamiento por corte de digestión.

Cuanto más marcada es la diferencia entre la temperatura corporal y la del agua más probable es que se produzca. Es precisamente ahí donde surge el falso mito porque es cierto que tras la comida, por la propia digestión, aumenta la temperatura corporal (especialmente si nos damos un “homenaje”) y, por tanto, aumentan las probabilidades de que si nos sumergimos bruscamente en agua fría se produzca un síncope por hidrocución. Pero el proceso nada tiene que ver con la digestión sino con el cambio brusco de temperatura.

El síncope se puede producir por el propio calentamiento corporal del verano, por haber practicado ejercicio físico intenso,… o por muchas otra causas. Nada tiene que ver la digestión.

Por tanto, y como consejo, para prevenir el “corte de digestión” lo que hay que hacer es evitar la exposición prolongada al sol, la práctica de ejercicio físico intenso antes del baño, evitar comidas muy copiosas antes del baño, evitar la entrada brusca en agua fría.

Se debe entrar poco a poco, mojándose la nuca y las muñecas, para que el cuerpo se vaya adaptando poco a poco a la temperatura del agua.

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Sangrado nasal o epistaxis. ¿Qué hacer?

epistaxis

Doctor, mi hijo lleva tres noches seguidas manchando la cama de sangre. Sangra por la nariz. Al despertar la cama parece la matanza de Texas. Ya le pasó el año pasado por esta fecha. ¿A qué se debe?, ¿qué puedo hacer?”

El sangrado nasal, o epistaxis (ya sabéis que a los médicos nos gusta ponerle un nombre extraño a cualquier cosa), se debe casi siempre a la rotura de una pequeña vena de la zona anterior de la nariz (los médicos la llamamos área de Kiesselbach).

Es más frecuente en niños entre los 2 y los 12 años. Es muy raro que un bebé de pocos meses sangre por la nariz.

Es también es más frecuente en primavera, sobre todo en niños con alergia y picor nasal. A veces la sequedad nasal o la congestión de los catarros favorecen el sangrado.

Los factores anteriores, es decir, la impulsividad de los pequeños y las molestias nasales invita a éstos a “buscar petroleo” frecuentemente. Pero en ocasiones el sangrado se produce espontáneamente, sin que el niño se haya hurgado.

Aparte de lo escandalosa que es la sangre siempre y lo que mancha, el sangrado nasal no suele tener importancia.

Lo único que debe preocuparnos de un sangrado nasal es que tarde mucho tiempo en cortarse.

Si tarda más de media hora en cortarse es conveniente descartar un trastorno de la coagulación o un aumento de la tensión arterial. Esto ocurre en menos del 10% de las ocasiones.

¿Que debemos hacer para cortar el sangrado?

Esta es la madre del cordero. Hay tantos mitos y creencias populares como con la pelusa para el hipo (que si levanta el brazo del mismo lado del sangrado, que si pon la cabeza hacia atrás,…)

Lo que realmente hay que hacer es comprimir.

Esto se puede hacer comprimiendo con los dedos, haciendo pinza sobre la nariz o introduciendo algodón o gasas en la nariz. El problema de ésto, sobre todo en el caso del algodón es que tras retirarlo pueden quedar algunas pelusillas que producen picor y nuevamente el niño volverá a tocarse.

Resumiendo, el sangrado nasal es muy frecuente en niños pequeños en esta época por tocarse. Debemos comprimir durante unos minutos y si tras media hora el sangrado no ha cesado, es conveniente acudir a urgencias.

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¡¡CUIDADO CON LOS CASTILLOS HINCHABLES!!

castillo

Sí, ya se que más de uno va a pensar que qué alarmista soy.

Ya recibí algunas críticas en el post de ¡¡Mucho cuidado con las zapatillas de ruedas!!

Y ahora qué pasa, que los niños tampoco pueden montarse en los castillos hinchables… pues entonces a qué van a jugar pensaréis.

Sí, claro, mis hijos también se han montado en estos castillos.

La misión de este blog es transmitir opiniones personales pero siempre desde la óptica de ser lo más objetivo posible y siempre respaldado por los consejos de Asociaciones Científicas y Grupos de Expertos.

En este sentido apoyado y respaldado por la opinión del Comité de Prevención de Accidentes de la Asociación Española de Pediatría quiero advertir los peligros de los castillos hinchables.

Con la llegada del buen tiempo proliferan como los champiñones los castillos hinchabes en las zonas de recreo infantil.

Ya hace varios años que se viene advirtiendo de los peligros de este tipo de atracciones por el encadenamiento de varios sucesos más o menos trágicos. Pongo algunos ejemplos que podéis leer clicando sobre ellos:

Y la más reciente, hace apenas unos días, “Muere un niño tras sufrir un accidente en un castillo hinchable”, en San José de la Rinconada, un pueblo de Sevilla.

Estos casos no son los habituales, aunque son los que mediáticamente tienen más repercusión. Casi siempre las lesiones se producen por caídas, tanto en el interior del castillo como hacia el exterior, y los choques entre niños. Las lesiones más frecuentes son las quemaduras por el roce con la lona del castillo, los hematomas, las fracturas y contusiones (de estos sí que he atendido varias). El traumatismo craneoencefálico es más grave pero, afortunadamente, menos frecuentes (podéis repasar los signos de alarma pinchando aquí).

Los mecanismos por los que se producen la mayoría de las lesiones son:

  • Falta de supervisión de un adulto. Cuando el castillo forma parte “una feria” suele existir esta persona, pero cada vez más está de moda llevar castillos hinchables en fiestas familiares, donde no se descuida la vigilancia.

  • Uso simultáneo por un gran número de personas a la vez. El peligro es mayor, por supuesto, si se mezclan niños de diferentes rangos de edad.

  • Desplazamiento del castillo por mal anclaje. Esto es especialmente frecuente en los días de mucho viento.

Por tanto, mis consejos para un “uso seguro” de los castillos hinchables son:

  • Asegurarnos de que existe un “vigilante responsable”.

  • El castillo está bien amarrado con las sujeciones reglamentarias.

  • Las condiciones climatológicas son favorables. ¡¡NO MONTAR EN DÏAS CON FUERTES RÁFAGAS DE VIENTO!!

  • Los niños son clasificados por edad para montarse.

  • El “aforo” está limitado y controlado.

Comparte esta información si piensas que puede ayudar a evitar algún accidente en los castillos hinchables.

¡¡¡MUCHO CUIDADO CON LAS ZAPATILLAS CON RUEDAS!!!

zap ruedas Yeso de Laia

Son ya varios los post que he escrito en esta página alertando de algunos peligros en algunos comportamientos habituales de los niños. Podéis repasarlos haciendo clic sobre ellos:

En los días siguientes al de los Reyes Magos observé un aumento claro de traumatismo cráneo-encefálicos con los recién estrenados patines, bicicletas,…

Uno de los “juguetes” estrellas estas Navidades han sido las zapatillas deportivas con ruedas.

Esta semana he visto hasta 5 niñas (sí, casualmente todas eran niñas) con la muñeca rota como consecuencia de caídas con estas zapatillas, y eso que no soy traumatólogo. Al hablar con mis compañeros  de Traumatología me confirmaron que no era casualidad, que ellos estaban viendo prácticamente a diario lesiones producidas por caídas con estas zapatillas.

El caso de las zapatillas con ruedas es muy similar al del uso del tacatá, es decir, es dejarle a nuestros hijos un “motor de alta cilindrada” sin tener permiso de conducir. Se las ponemos sin ser conscientes en ningún momento de los peligros que entrañan.

Hoy día, afortunadamente, la mayoría de los niños que patinan lo hacen con las correspondientes protecciones (casco, muñequeras, coderas y rodilleras). Sin embargo, la mayoría de los niños que utilizan zapatillas con rueda, lo hacen sin ellas. Esto está provocando un aumento del número de lesiones muy llamativo.

Estos zapatos comenzaron a comercializar se en Estados Unidos sobre el año 2000 y ya en 2007 se publicó en Pediatrics (una de las revistas científicas más prestigiosa de pediatría) un estudio que advertía sobre los peligros del uso de este tipo de calzado.

En este estudio se observó:

  • Estas lesiones eran más frecuentes entre las niñas.
  • La edad promedio para los accidentes era de 10 años.
  • La fractura de muñeca era, con mucho la lesión más frecuente, pero también se observaron fracturas de brazo, luxaciones de codo, lesiones en el tobillo, en el pie y en la pierna.
  • El 20% de los niños lesionados sufría el accidente la primera vez que los usaba.
  • Ninguno de los niños que consultaron por accidente llevaba puesto ninguna medida de protección.

Como mensaje final: creo que debemos considerar estas zapatillas como patines. Por tanto, su uso debe ser siempre acompañado por las correspondientes protecciones.

 

Comparte esta información y evitarás que muchos niños, sobre todo niñas, acaben con una muñeca rota mientras intentan divertirse.