¡¡¡Aclaremos lo del botulismo!!!

Por si no teníamos bastante con el maldito brote de listeriosis, otra nueva alerta alimentaria, ahora por botulismo.

Visto lo visto con el tema de la listeriosis he aprendido algo:

1.- Las redes sociales no siempre ayudan a informar sobre el problema. A veces son catalizadoras y dinamitadoras del problema ya que cualquiera puede escribir libremente lo que le dé la gana, sin el más mínimo rigor científico.

2.- Los políticos utilizan cualquier tema para echarse mierda. La actitud de “y tú más” es bochornosa. Ni siquiera cuando se habla de salud son capaces de remar en el mismo sentido. «¡Qué altura de miras!» Así nos luce el pelo.

Ahora con el tema del botulismo no voy a entrar en los síntomas y el manejo médico de la enfermedad. Sólo pedir que antes de que los bulos se vuelvan a esparcir como plumas en un día de viento aclaremos el tema:

“El producto afectado es una conserva de atún en aceite de girasol formato RO 900, de la marca Dia, con lote 19/154 023 02587 elaborado en Frinsa del Noroeste S.A. con fecha de consumo preferente 31/12/2022”. 

Aclaración: Quedan, por tanto, fuera de la alerta todo los demás lotes y formatos. Se trataba de una lata de 900 gramos. La gran mayoría de las familias compra el envase de los packs de latas pequeñas de atún. Esas no están dentro de la alerta sanitaria.

“El producto fue distribuido por la plataforma Dia a establecimientos de las comunidades autónomas de AsturiasCastilla y LeónCataluñaAragónLa RiojaMurciaNavarraCastilla-La Mancha y Valencia, donde se ha procedido a la inmovilización y retirada de los productos afectados”.

Aclaración: Por tanto quedan fuera de la alerta sanitaria el resto de comunidades autónomas.

En cualquier caso, como medida de precaución, se ha retirado el producto afectado de los canales de comercialización, y las autoridades sanitarias recomiendan a las personas que tengan en su domicilio el producto afectado por esta alerta queno lo consumany lo devuelvan al punto de compra.

Por favor, ayuda a no generar alarma social compartiendo bulos.

Los bulos dejan de serlo cuando alguien inteligente decide no compartirlos.

¿Por qué hacer Baby Led Weaning (BLW)?

La respuesta sería: ¿y por qué no hacerlo?
Si tu hijo va a ser Premio Nobel no va a depender de si comió triturado o trozos.
El BLW no va a hacer a tu hijo ni más alto, ni más listo, ni más guapo. Puede que ni siquiera lo proteja de ser obeso en el futuro. A pesar de que esta era una de las mayores ventajas que se le suponían a este método de alimentación. A día de hoy, lo que hay demostrado científicamente es que no hay diferencias a los 12 meses y a los 24 meses entre niños alimentados con BLW y niños alimentados con cuchara y purés en cuanto a tasas de obesidad. Hacen falta estudios a más largo plazo para ver si realmente el BLW es un método de alimentación que protege de la obesidad.

Hacer BLW no es sólo que el niño coma a trozos sino confiar en que la naturaleza tiene perfectamente diseñados mecanismos de supervivencia y autorregulación que van a hacer que el niño se desarrolle adecuadamente sin “obligarlo” a comer.

De la misma manera que confiamos en que la lactancia materna le está aportando todos los nutrientes necesarios sin saber qué cantidad de leche toma el bebé, o confiamos que un bebé respirará las veces necesarias sin necesidad de contabilizarlas, debemos seguir confiando que un bebé que comienza a experimentar con otros alimentos va a ingerir exactamente la cantidad de comida necesaria para un desarrollo adecuado. Tened en cuenta que a los alimentos que no es leche en el primer año de vida se les llama alimentación complementaria, precisamente por eso, porque son un complemento a la leche, ya que hasta el año de vida la leche sigue siendo el alimento principal en la dieta de un niño.

Para mi la principal ventaja del BLW es entender que si confiamos en este instinto de supervivencia, no convertiremos el momento de la comida en un momento de chantajes, peleas, circos (cuchara avión, móvil o tablet con Pepa Pig, Caillou,…) engaños y llantos (del bebé y de los padres) sino que disfrutaremos mientras vemos al bebé disfrutar agarrando, oliendo, tocando, chupando y con suerte, al principio, hasta comiendo alguno de estos alimentos.

Con toda esta disertación a donde quiero llegar es a que para un niño la parte más importante de aprender a comer no es cuánto come sino lo que va aprendiendo. De igual forma cuando un niño está aprendiendo a andar no valoramos que camine grandes distancias sino que los pasos sean cada vez más agiles y seguros.

Por tanto, si lo más importante de aprender a comer es aprender más que comer, no obligues a tu niño a comer, déjalo experimentar y déjalo que aprenda a reconocer los mecanismos de hambre y de saciedad.

¿Qué significa lactancia a demanda?

Con el título sé que más de un@, de manera inconsciente, ha supuesto que me refería a la lactancia materna.

Pues no, precisamente eso es lo que quiero aclarar en este artículo.

Lo de “a demanda” no es sólo aplicable a la lactancia materna. Es aplicable a la lactancia mixta, a la lactancia artificial y, en general, a cualquier alimentación. Y no sólo para los bebés. Es aplicable el razonamiento para cualquier edad. Para niños pequeños, adolescentes, adultos y ancianos.

Esta misma mañana una madre me volvía a soltar la frase que tod@s habréis escuchado mil veces:

“Doctor, como mi bebé va a dejar de tomar el pecho y va a empezar a tomar el bibe, a partir de ahora las tomas deben ser cada tres horas, ¿verdad?”. 

¡Qué manía! Insisto, alto y claro: LA ALIMENTACIÓN (materna o artificial, con teta o con bibe, con cuchara o con palillos, en la China o en Japón, …) DEBE SER A DEMANDA.

Precisamente ayer veía un meme de un político en tono jocoso por decir obviedades tales como: “Un plato es un plato y un vaso es un vaso”. Pues creo que por esa regla de tres deberían hacer un meme de mi repitiendo en la consulta obviedades del calibre “Si el bebé tiene hambre debe comer y si no tiene hambre no debe comer”. Parece de Perogrullo, ¿verdad? Pues no sabéis el trabajo que cuesta convencer a muchas familias de ese razonamiento.

¿Alguien ha visto a alguna vaca mirando un reloj o preguntando la hora para ver si es la hora de dar de mamar al ternero? Pues eso. Así de sencillo. Si el ternero tiene hambre mamará.

Otra cosa: los primeros relojes mecánicos capaces de funcionar de día y de noche datan de mil y pico años después de Cristo. Mi pregunta es: ¿Cómo habrán sabido todas las madres que existieron previamente al invento del reloj cuándo tenían que dar de comer sus bebés?

Cuando comemos, y sobre todo dejamos comer, a demanda estamos simplemente respetando las señales internas que disponemos para regular el apetito. Esa “señal interna” se llama hambre.

“Entonces, doctor,  ¿está diciendo que puede comer cada vez que lo pida?”

Sí, eso estoy diciendo. Y también estoy diciendo que no hay que obligarlo a comer si no tiene hambre, aunque “sea la hora de comer”.

Es evidente que estamos tan condicionados por los horarios de trabajo que desgraciadamente los adultos tenemos que comer en los periodos que en nuestros trabajos se establecen para ello, pero eso no significa que haya que comer “obligatoriamente” a esa hora. ¿Acaso en los días libre o periodos vacacionales no comemos cuando nos da la gana?

“Doctor, todo eso está muy bien con respecto a los horarios pero, ¿y respecto a la cantidad?”

Pues exactamente igual. Si dejamos a un bebé alimentarse libremente tomará exactamente lo que necesita. Si en una toma (o comida) no tiene mucho apetito comerá menos. Probablemente si ha comido menos en esa toma, en la siguiente, o come más o pedirá antes. Así de sencillo.

Los niños, afortunadamente, tienen una mente más libre que la nuestra. Ellos no piensan si les va a entrar el traje de flamenca ni saben qué es la operación bikini. Simplemente comen cuando tiene hambre y la cantidad necesaria para saciar su hambre.

Precisamente por eso no es recomendable distraer con móviles o tablets a los niños mientras comen porque lo que provocamos con eso son comedores pasivos. Con esta  autorregulan la sensación de saciedad porque con el móvil o la tablets estamos engañando o distrayendo dicha sensación. De esto ya hablaré en otra entrada porque esto da para escribir un libro.

Haré una última reflexión, contando una anécdota, con respecto a las cantidad de comida que ingerimos los adultos. En general los adultos nos quejamos amargamente del problema contrario del que vemos en nuestros hijos: tenemos más peso del que queremos y nos cuesta mucho trabajo perder esos kilos de más.

“Hace unos meses me encontré en el comedor de la guardia a un compañero médico que hacía unos meses que no veía. Me llamó la atención desde el principio que lo vi bastante más delgado que la última vez. Por prudencia no quise decir nada y seguimos hablando de “la vida”. Cuando apenas había empezado a comer el segundo plato dijo “Ya no tengo más hambre, ya no voy a comer más. Me llevaré esta manzana por si más tarde me entra algo de hambre”. En ese momento me di cuenta que yo estaba comiendo sin hambre, como un autómata, simplemente por terminar la ración que me habían puesto.

Moraleja: ciertamente, si sólo comiésemos hasta que dejamos de tener hambre, es decir, A DEMANDA, no tendríamos que ser esclavos después de hacer ninguna dieta por haber comido de manera automática para terminar el plato.

 

Si te gustó esta entrada o piensas que puede ayudar a algunas familias que están muy agobiadas con la alimentación de sus hijos, COMPÁRTELA.

Lactancia en tándem.

“Doctor, ¿qué hago ahora con la lactancia? Me acabo de enterar de que estoy embarazada, vengo ahora mismo del ginecólogo y me ha dicho que deje el pecho. ¿Usted qué me dice?”

Pues yo lo que le digo, en primer lugar, es: “¡¡¡Enhorabuena!!!”

Con respecto a las dudas sobre cómo mantener la lactancia en el embarazo lo explico a continuación.

A pesar de que las hormonas liberadas en la lactancia inhiben la liberación de las hormonas de la ovulación, a modo de “anticonceptivo” natural, puede ocurrir que una madre se quede nuevamente embarazada durante su lactancia y las dudas y miedos no tardan en surgir. Si la lactancia materna en sí misma encierra un montón de falsos mitos como ya he contado en otras ocasiones (podéis leerlos pinchando aquí), más aún cuando ocurre en «circunstancias especiales».

¿Qué es la lactancia en tándem?

Se llama lactancia en tándem cuando una madre que está amamantando, vuelve a quedarse embarazada, decide seguir dando el pecho durante todo el embarazo y, una vez nacido el pequeño, amamanta a los dos.

Es una situación que en ocasiones es difícil de mantener porque a las dudas que le surgen a las madres por “tener que mantener a dos” hay que sumar el desánimo y rechazo que, en general, transmiten la mayoría de los profesionales sanitarios ante esta estrategia de alimentación. Afortunadamente se ha visto en algunos estudios recientes que cada vez son menos los sanitarios que desaconsejan abandonar la lactancia durante el embarazo, aunque este porcentaje sigo siendo alto.

¿Por qué en la consulta de ginecología me han dicho que “dejara el pecho” al diagnosticarme el embarazo?

Al mamar se libera oxitocina, que es una hormona que puede producir contracciones uterinas.  De hecho, se ha visto en algunos estudios que más de la mitad de mujeres tenían contracciones mientras amamantaban pero que cedían espontáneamente cuando el niño soltaba el pecho. En ese mismo estudio se constató que no había diferencia en cuanto a la duración de los embarazos comparando embarazo sin lactancia con embarazo con lactancia materna. Aun así, por prudencia en algunas situaciones especiales (embarazos múltiples, antecedentes de abortos o partos prematuros), sí puede ser aconsejable abandonar la lactancia por el riesgo de la pérdida del embarazo.

Doctor, ¿es cierto que muchos niños dejan el pecho cuando su madre se queda embarazada?

Es cierto que aun cuando la madre se “empeñe” mantener la lactancia en tándem se ha visto que en más de la mitad de los casos son los propios niños los que deciden destetarse de manera natural.

Antes se pensaba que lo dejaban por el cambio de sabor pero hoy día se sabe que es debido a la caída de la producción de leche.

Pero un si recién nacido necesita calostro, ¿qué tipo de leche tendré tras dar a luz, calostro o leche madura?

Por todos los cambios hormonales que ocurren alrededor del parto la leche madura pasará nuevamente a ser calostro. “La naturaleza protege al más débil”. Es decir, el recién nacido tendrá u calostro disponible desde el minuto cero.

La subida de la leche se producirá de igual forma con la ventaja de que además el hijo mayor puede ayudar a descongestionar los pechos en el caso de ser molesta la congestión mamaria.

¿Tendré suficiente leche para los dos? ¿El mayor no le robará la leche al pequeño?

Con la lactancia en tándem siempre parece haber leche materna de sobre, de hecho, la pérdida de peso fisiológica de los primeros días es menor en los casos con lactancia en tándem. Y las crisis de lactancia también son menos llamativas en estos casos.

¿Puede ser el pecho una vía de contagio para el recién nacido?

La lactancia en tándem no favorece el contagio de enfermedades entre hermanos. Para llevarla. acabo sólo se requiere el mantenimiento de las medidas habituales de higiene. Sólo si el lactante mayor presenta una lesión por herpes (labial o en otra localización), no debe ser amamantado, para evitar el contagio del recién nacido.

¿Cómo me organizo? ¿Quién debe mamar primero?

La madre tendrá que organizar las tomas entre ambos hijos. Los primeros días de calostro son clave para el recién nacido y la producción del mismo tiene un límite, por lo que el recién nacido debe ser amamantado en primer lugar.

 

Comparte esta información si piensas que puede ser útil a alguna familia que se encuentre en estas circunstancias.

¡Que no cunda el pánico!

Varias familias habéis acudido esta semana a mi consulta preocupadas porque vuestros bebés habían consumido leche Sanutri, Damira o Puleva.

Aclaremos el tema:

¿Por qué han retirado varios lotes de las leches Sanutri, Damira y Puleva?

El grupo empresarial Lactalis Nutrición Iberia ha decidido retirar del mercado español, como medida de PRECAUCIÓN, varios lotes de sus fórmulas de leche en polvo para lactantes debido a que principios del mes de diciembre de este año se detectó en Francia un brote de una veintena de casos de Salmonellosis en bebés menores de seis meses en relación al consumo de leche en polvo de las marcas que fabrica este grupo empresarial (Damira, Sanutri y Puleva Bebé).

¿Por qué se ha producido la contaminación de esta leche?

Según la información proporcionada por las Autoridades Sanitarias francesas y los resultados de las investigaciones llevadas a cabo por la compañía desde hace una semana han permitido identificar una posible causa de contaminación en una de las torres de secado de leche de esta fábrica en el período comprendido entre el 1 de mayo y el 6 de mayo de 2017.

Este hallazgo ha llevado a la compañía a realizar una nueva retirada preventiva más amplia que se extiende a todos los productos fabricados en esta torre de secado desde el 15 de febrero de 2017.

Como medida adicional de precaución, la compañía ha decidido realizar una parada técnica de la fábrica para acometer un proceso de limpieza y desinfección en profundidad.

¿Debemos preocuparnos en España?

Según ha informado la compañía en un comunicado, en España Lactalis Nutrición Iberia no ha tenido comunicación sobre ningún caso asociado a estos lotes y todos los análisis realizados hasta ahora a los productos comercializados siempre han sido negativos. Literalmente dice: «La compañía toma esta decisión como medida de precaución al estar fabricados en la misma línea de producción que los lotes de las marcas francesas afectadas».

Añaden, además: «Es igualmente importante destacar que el consumo de los lotes no incluidos en la retirada y del resto de productos de las marcas Sanutri, Damira y Puleva es totalmente seguro, incluyendo todos los productos de leche líquida de la marca Puleva Peques, que se producen en fábricas de la compañía en España»

¿Cómo saber si mi hijo ha consumido leche contaminada?

La salmonelosis es un cuadro clínico caracterizado por fiebre y diarrea unas horas después de la ingestión del producto contaminado, por lo que si tu bebé no presenta estos síntomas, aunque haya tomado leche de uno de estos lotes, debes estar TRANQUILO.

¿Cómo puedo saber si la leche que consume mi hijo pertenece a uno de estos lotes supuestamente afectados?

Revisando el código que figura en la base del envase y, comprobar si coincide con los lotes supuestamente afectados que son:

¿Qué debo hacer si he comprado uno de estos botes pertenecientes estos lotes?

Acude al punto de venta en el que lo adquiriste para gestionar la devolución.

También puedes consultar, pinchando aquí, la página web oficial de Sanutri donde se explica con mayor detalle.

Existe también un número de información a disposición de los consumidores para resolver cualquier duda 900 102 336 (horario de atención 8:30 a 20:00)

 

Resumiendo:

  • Si tu hijo no ha consumido ninguno de estos lotes: no tienes que hacer nada, TRANQUILO.
  • SI tu hijo ha consumido uno de estos lotes pero no tiene síntomas: TRANQUILO, gestiona la devolución y consume un producto alternativo.
  • SI tu hijo ha consumido uno de estos lotes y tiene síntomas de salmonelosis (fiebre y diarrea): acude a tu pediatra.

¿Puede un bebé de seis meses tomar sal?

“Doctor, Laura cumple hoy un año así que ya puede tomar sal, ¿verdad?”

Es un razonamiento que siempre me ha llamado mucho la atención. Me imagino a la pobre Laura tachando los días del calendario no por la llegada de su cumple (ya que en su primera velita no suele enterarse mucho) sino porque hasta ese día no había probado nada con sal.

Sinceramente, no sé de dónde surgen ciertos mitos. Probablemente incluso estén favorecidos por comentarios que hacemos los propios pediatras y quedan arraigados en la cultura popular arraigados como auténticas lapas.

No seré yo quien diga que la sal es sana pero no hay ningún motivo médico para que la sal que no era buena antes del año empiece a serlo después de éste.

Es cierto que los riñones de un recién nacido son inmaduros y no están preparados para “depurar” grandes cantidades de sal (de ahí que se recomiende que los biberones los preparemos a una concentración exacta, raseando los cacitos de leche y no poniéndolos colmados), pero el gran problema de la sal es otro.

La sal es perjudicial a largo plazo, provoca hipertensión arterial.

Por este motivo todos deberíamos hacer una dieta pobre en sal para evitar la hipertensión. Debemos saber que la hipertensión arterial es una enfermedad que se va desarrollando en algunas personas (sobre todo si están predispuestas genéticamente) poco a poco por el establecimiento de malos hábitos, entre ellos un exceso de consumo de sal.

La hipertensión arterial suele aparecer a partir de los 40 años. En una enfermedad que se va desarrollando lentamente durante tantos años no va a existir una diferencia significativa el haber tomado más o menos sal durante esos 6 meses.

Cuando un pediatra recomienda que no se añada sal a la comida, o se haga muy moderadamente, no es una recomendación puntual sólo para unos meses. Es un hábito que debemos establecer como habito alimenticio saludable para toda la vida.

Es casi el mismo razonamiento que hacíamos para el aceite de palma. ¿Por qué tanta alarma de algunos padres sobre el aceite de palma en las leches de fórmula si después el niño lleva un paquete de oreo al recreo y se come dos donuts en la merienda?

Debemos establecer hábitos saludables en alimentación para que se mantengan de por vida, no para ser flor de un día.

Hacer una dieta no es estar seis meses muerto de hambre y después “vuela la burra al trigo”. Hacer una dieta sería reconducir todos los malos hábitos alimentarios y acompañarlos de ejercicio físico moderado.

Conclusión: no quiero que se malinterprete el mensaje: Si no vas a cuidar la alimentación de tu bebé durante toda su infancia y juventud, no hace falta que te esfuerces en hacerlo sólo en los primeros seis meses. A la larga no habrá grandes diferencias. Si eres de esas familias, déjalo disfrutar de algo “saladito” desde el principio.

Lo realmente importante con respecto a la sal es saber que es perjudicial para la salud a largo plazo y, por tanto, evitar un exceso de consumo excesivo a largo de toda la vida.

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¿Qué es mejor, la teta o el bibe?

Vaya por delante que no seré yo quien juzga a una madre por el método de alimentación que sigue.

Tampoco me atreveré a juzgar a ninguna familia si portean a su bebé o lo llevan en un carrito, si son muy hippies o son muy pijos, si hacen BLW o le ofrecen purés, si lo llevan a un colegio público o a un colegio privado …

Ya he hablado en otras ocasiones sobre esto (Puedes leerlo haciendo clic sobre el título de esta entrada: “¿Y tú eres de pecho o de bibe?”).

De la misma manera que se es igual de madre, faltaría más, sea el parto por cesárea o por vía vaginal, sea madre biológica o madre que adopta….

Una vez que he dejado claro que una madre es tan madre tanto si le da el pecho como bibi, haré una serie de comentarios sobre la lactancia materna o artificial.

La lactancia materna no necesita ser defendida. Tomar el pecho es lo que toca una vez que un bebé nace.

De la mismaque no hay que explicarle a una gata que tiene que darle la teta a sus gatitos, ni explicarle a una perra que tiene que darle la teta a sus perritos, no habría que explicarle a una mujer que tiene que darle la teta a sus bebé. Es algo instintivo o, debería ser algo instintivo. Precisamente este creo que es uno de los problemas de la maternidad o la crianza de los humanos, que no nos dejamos llevar por los instintos. Intentamos razonarlo todo. Y hay cosas que no necesitan ser razonadas. Son así porque las leyes de los naturaleza las han hecho así. Lo queramos o no.

Con respecto a los beneficios de la lactancia materna no hace falta que entre en la composición química y biológica de la leche materna. Es la leche de nuestra especie. De la misma manera que no hay que defender que lo normal es que un ternero mame de la vaca o un gatito mame de la gata. Nos llama mucho la atención cuando criamos a un gatito entre una camada de cerditos, o criamos a un conejo entre una camada de perritos. Pues cuando un niño toma leche de fórmula está tomando leche de otra especie. Casi siempre de vaca , aunque puede ser de cabra u otros mamíferos.

Se utiliza la leche de vaca por que es “la más parecida” a la nuestra y la que desde el punto de vista comercial es más rentable.

No hay ningún alimento que haya ido evolucionando y perfeccionando tanto a lo largo de los miles de millones de siglos de historia de la humanidad como la leche materna.

La leche de fórmula se fabrica con leche de vaca a la que se le hacen una serie de modificaciones para que se parezca lo máximo posible a la leche materna.

El hecho de que estén haciendo leches de fórmula “plus”, “forte”,… y “no sé qué cuantas cosas más” hace pensar que las leches anteriores que no eran tan “megasúper” les faltaba algo, ¿no?.

Pero lo que realmente es una pena es que una lactancia materna no se lleve a cabo por un mal asesoramiento. Y esto no es culpa de la madre sino del pediatra o cualquier otro profesional sanitario que se dedique al asesoramiento sobre la lactancia. Además en estas ocasiones el médico queda como un dios y la madre queda frustrada porque a “fracasado” en su intento de lactancia.

Dicho todo esto resumiré diciendo que dar la teta es lo que las leyes de la naturaleza habían diseñado como alimentación de un bebé, pero esto no significa que haya que culpabilizar a una madre por no dar el pecho.

Insisto, casi siempre que una lactancia se interrumpe es por un mal asesoramiento, de lo cual la madre no tiene ninguna culpa.

Cada familia, especialmente la madre (ya que es la que está directamente implicada) debe decidir el método de alimentación que quiere para sus bebés.

Si estás de acuerdo, comparte esta información.

¿Desde cuándo pueden comer trocitos los bebés?

Este es un tema de absoluta actualidad, aunque en realidad es más antiguo que el hilo negro. A cualquiera de nuestras abuelas le llamaría mucho la atención que estuviésemos hablando a estas alturas de la película de este tema.

Fácil, han sido existido millones de generaciones que han sobrevivido antes del invento de la turmix. Eso sí, si lo llamamos Baby Led Weaning parece más moderno. Ya hablé de esto en el artículo “Doctor, ¿es usted partidario del Baby Led Weaning?. Puedes leerlo pinchando aquí.

Os dejo un ejemplo de situación muy frecuente en la consulta:

– Doctor, ¿a partir de qué edad puedo darle trocitos a mi bebé?

– Desde el mismo momento que el bebé es capaz de manipular objetos y llevárselos a la boca está preparado para comer sólidos. Esto suele ocurrir aproximadamente a los 6-7 meses, cuando además ya comienzan a sentarse y las manos quedan libres para poder manipular los objetos.

– ¿¡¡¡Cómo!!!?¿¡pero se atragantará,no!?

– Pues claro, de la misma manera que se caerá cientos de veces un niño que está empezando andar y no por ello debemos de privarlo de esa enseñanza.

– Pero, doctor, a mi me da mucho miedo de que se ahogue.

– Lo entiendo pero no hay ninguna medicina mágica que le quite el miedo a los padres. Lo que sí puedo explicarle es por qué no deberías tener miedo.

Mire, como le he dicho antes, desde el mismo momento que el bebé es capaz de manipular y llevarse objetos a la boca, está en riesgo de atragantamiento. Este riesgo más que miedo debería despertar en los padres el deseo de enseñar a sus hijos a gestionar sólidos en la boca, precisamente para que no se ahogue.

Afortunadamente, la evolución ha perfeccionado mucho la maquinaria humana existen reflejos que hacen que no sea fácil que un niño se ahogue. Hay que destacar que no es lo mismo atragantarse que ahogarse, de la misma manera que no es lo mismo caerse que matarse. Para aprender a tragar hay que atragantarse. Precisamente estos episodios de atragantamiento son los que va enseñando al niño cómo debe gestionar cada textura en su boca.

Si has intentado darle algo sólido a un bebé de tres meses (te puede haber pasado, por ejemplo, al darle con cuchara las gotas de vitamina D) habrás visto que tiende con la lengua a expulsar cualquier cosa de la boca. Eso es lo que llamamos el reflejo de extrusión, y gracias a él los bebés muy pequeños no se atragantan cuando intentamos darle sólidos.

– Entonces, ¿si a mi hijo de 15 meses le doy aun la comida triturada no aprenderá nunca a masticar?

– No, por supuesto que no. Está claro que al final todos los niños acaban comiendo sólidos. A día de hoy no conozco a nadie con 18 años que no sea capaz de comer sólidos. Tampoco creo que el comer los sólidos antes o después lo conviertan en un candidato más firme al premio Nobel.

– Si al final comerá sólidos, ¿por qué esta moda, ahora, del BLW?

– Porque si desde el principio enseñamos a tragar a un bebé, esté lo hará de una manera más natural. Lo aprenderá con menos sufrimiento. Si un bebé de seis meses se atraganta comiendo, inmediatamente después seguirá intentando comer, sin ningún drama. Sin embargo, si un niño de tres años se mete por primera vez algo sólido en la boca y se atraganta, el susto será tal que el berrinche que formará hará que no quiera probar en una temporada ningún otro sólido. Nos costará mucho más trabajo introducirlo.

– ¿Cuáles son entonces los alimentos que puedo utilizar para empezar?

– Hay que ir adecuando las texturas y los tamaños según el aprendizaje del bebé, de la misma manera que inicialmente para enseñar a andar a un bebé lo ponemos sobre un suelo firme y despejado.Lo más recomendable para empezar serían:

  • Los sólidos semi blandos (patata hervida, zanahoria hervida,..) es conveniente darlos en trozos pequeños ya que estos se pueden machacar con las encías o aplastar entre la lengua y el paladar y serán capaces de deglutirlos.

  • Los sólidos duros, que no se deshacen (carne,…) es conveniente darlos en trozos grandes, de manera que no le quepan en la boca. De esa manera lo que hará es sólo chuparlos o desgastarlos y de esa manera tendrá un primer contacto para saber gestionar ese tipo de texturas.

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¡¡Cuidado con los frutos secos!!

Las cosas no pasan hasta que pasan.

¡Fue un segundo que nos descuidamos!” Eso es lo que dicen (decimos) todas las familias cada vez que un niño sufre un accidente.

Efectivamente, todo pasa en un segundo.

Pero como sabéis los niños son “cajitas de bombas” y debemos evitar todo lo evitable. Aun así nos la podrán liar.

Uno de los problemas de los accidentes es el sentimiento de culpa que genera en los cuidadores.

Pues bien, con los frutos secos debemos tenerlo claro:

¡¡No debemos dar frutos secos a los menores de 4 años!!

 

Y esto no es porque los frutos secos sean malos, de hecho son incluso buenos ya que contienen ácidos grasos mono y poliinsaturados.

Aclararé los dos problemas fundamentales de los frutos secos:

  • Riesgo alergénico: debido a que son uno de los grupos de alimentos más alergénicos no se recomienda su introducción hasta los 15-18 meses (por ejemplo mezclado con los cereales o en la masa de un bizchoco,…).
  • Riesgo de aspiración: Esto es debido a que los niños al menos hasta los 3-4 años no comienzan a masticar bien. Por tanto existe mucho riesgo de que con determinadas texturas (en los que se desprenden trocitos), como por ejemplo los frutos secos, existe mucho riesgo de aspiración bronquial.

Los frutos secos son una de las causas más frecuentes de atragantamiento. Hasta un 70% de los atragantamientos está causado por frutos secos, principalmente cacahuetes.

Los niños de uno a cuatro años son los que presentan mayor riesgo. A menudo son los propios familiares quienes les ofrecen estos alimentos, con el consiguiente sentimiento de culpa.

A veces, el cuerpo extraño puede atascarse en una zona intermedia de los bronquios y, aunque al principio deje pasar el aire, puede ocurrir que se mueva o que provoque una reacción inflamatoria alrededor y obstruya completamente las vías aéreas.

Por tanto, este es un ejemplo típico de MÁS VALE PREVENIR QUE LAMENTAR.

Aprovecho esta entrada para recordar qué debemos hacer si un niño sufre una aspiración de cuerpo extraño. Puedes leerlo pinchando aquí.

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¿Qué está pasando con el aceite de palma?

¿Doctor, qué opina usted de lo del aceite de palma en las leches de fórmula?”

No me sale otra respuesta que la siguiente:

Pero, … ¿de que nos extrañamos? ¿Acaso es sorprendente lo de este o aquel aceite?

Yo, que soy de pueblo, hace mucho tiempo que no entiendo muchas cosas y ya no me asombro casi por nada. En mi casa , y más siendo mi padre agricultor, se comían tomates en verano, naranjas en invierno, ciruelas en San Antonio, habas cuando las daba la tierra… Era impensable comer helado en invierno o naranjas en verano.

Se comían siempre los productos de la época y de la tierra.

Hemos llegado a un punto donde se pueden comer tomates en cualquier época, lechugas todo el año, helados hasta en nochebuena,…

No le entiendo bien doctor, ¿qué tiene que ver esto con el aceite de palma?”

Pues creo que mucho. Para empezar diré que el problema del aceite de palma en las leches de fórmula se resuelve si se toma lactancia materna. Por otro lado entiendo que, por necesidad o por comodidad, se tenga que recurrir a la leche de fórmula en la alimentación de los bebés. Sí, yo que soy fiel defensor de la lactancia materna tengo que decir que desde los 9 meses mi hija toma, además del pecho, algunos bibis de leche de fórmula. Sí, de fórmula, de esos que contienen aceite de palma.

No voy a decir, porque no se puede decir, que el aceite de palma es bueno, porque claramente no lo es. Pero este es el precio de vivir en un mundo de mentira. ¿Acaso no recordáis cuando la nocilla en invierno se ponía dura y no se podía untar? Ahora ya no se pone dura, ¿verdad? Pues esto ya sí tiene mucha relación con lo que comenzamos hablando. Hoy día a muchos productos se le añaden algunas grasas (como el aceite de palma) para hacernos la vida más fácil o más agradable”. Se añade a los chocolates de cobertura para que se pongan más o menos duros, la mantequilla o la nocilla siempre se unta bien,

Repito, no es que esté de acuerdo en que el aceite de palma sea un componente de las leches de fórmula pero os propongo un ejercicio:

Vaya usted ahora mismo a su nevera y revise la composición de los alimentos que hasta ahora ha estado considerando como “sanos o saludables”.

Pues sí, muchos, muchísimos de eso contienen aceite de palma.

Pues eso, que creo que nos quejamos del aceite de palma de la leche de fórmula mientras nos tomamos un batido de chocolate con un pastel industrial o les damos la merienda a nuestros hijos con pan de molde, sin corteza si puede ser, no vaya a ser que el niños se canse de masticar…

Insisto, no estoy de acuerdo, pero creo que es el precio que estamos pagando por vivir en un mundo de mentira.

Educar a nuestros hijos en alimentación creo que asumir que no se puede comer helado en invierno y naranjas en verano.

Sé que en el mismo momento de pulsar el botón “publicar” saldrán a la palestra los más firmes defensores de uno y otro bando, con miles de razones para desmontar estos y aquellos argumentos.

Pues de eso se trata. No siempre vamos a estar de acuerdo.

Opina y comparte.