¿Tiene mi hijo fimosis?

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¿Tiene mi hijo fimosis?

Esta es una preocupación muy frecuentes desde los primeros controles de salud. En ocasiones, alentada por las generaciones más mayores, debido a costumbre antiguas que consistían en dar “un tirón” desde los primeros meses, los padres de hoy día se sienten perdido sobre qué hacer con los genitales de su hijo.
La fimosis es un estrechamiento de la abertura del prepucio (la piel que recubre el glande del pene), con imposibilidad de descubrir el glande.
La mayoría de los niños cuando nacen tienen el prepucio tan adherido que es imposible descubrir el glande, es decir, la mayoría de los niños nacen como si tuviesen fimosis.
A lo largo de los primeros años de la vida esa situación suele ir mejorando espontáneamente y comienza a dejar al descubierto parte del glande. A esta situación la llamamos adherencias balano-prepuciales y también es normal.

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Durante el desarrollo estas adherencias se suelen ir despegando espontáneamente. Los factores que contribuyen a este despegamiento son el propio crecimiento del pene, las erecciones espontáneas y la liberación de una sustancia blanquecina (llamada esmegma) que es lubricante y, por tanto, ayuda a este despegamiento.
En algunos niños en los que aun no se ha producido el despegamiento completo del prepucio se producen acúmulos de esta sustancia blanquecina que es lo que llamamos quistes de esmegma.

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Por tanto, como vemos, el despegamiento del prepucio es un proceso que se produce espontáneamente, de manera natural. De tal manera que aproximadamente el 75% de los niños de 4 años pueden retraerse el prepucio con facilidad. En el resto este proceso se produce más lentamente, y se completará entre los 5 y los 14 años, de tal manera que a los 16 años quedará solo un 1% que no se podrá retraer el prepucio.

Entonces, ¿no debo dar “un  tirón”?

Rontundamente NO. Esa era una costumbre muy extendida antiguamente que posteriormente se ha visto que es innecesaria (ya hemos dicho que el despegamiento se produce solo) e incluso contraproducente, ya que al retraer fuertemente podemos provocar alguna herida que al cicatrizar cierre aun más provocando una fimosis cicatricial.
En ocasiones, para acelerar y favorecer el despegamiento, su pediatra le indicará una crema con corticoides.
Realmente en la fimosis patológica la piel del prepucio se vuelve dura y no se retrae por cicatrices en su extremo distal, formándose un anillo fibroso blanco.

¿Cómo debo lavarle los genitales?

El prepucio del bebé no requiere un cuidado especial. Si está adherido, hay que lavarlo como el resto del cuerpo con agua y jabón, sin forzar la retracción. Conforme se vaya despegando, deslizar suavemente el prepucio en la higiene diaria (¡¡NO realizar retracciones fuertes!!) y conforme el niño vaya creciendo enseñarle a retraer el prepucio y lavar el glande a diario.

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¿Mi hijo tiene los pies planos?

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¿Mi hijo tiene los pies planos?

Con la llegada del verano y la menor protección del pie con el calzado, y por tanto una mayor visibilidad del pie, esta duda aparece prácticamente entre todos los padres de niños menores de 5 años.
Existen 2 condicionantes claros que hacen que el puente de un niño pequeño (menor de 3-4 años) sea muy poco evidente:
– El mayor acúmulo de grasa de los bebés, hasta el año de vida, que hace que el puente se “rellene” de grasa que posteriormente irá desapareciendo.
– La gran flexibilidad de los niños pequeños que hace que la estructura de la bóveda del puente “se hunda” al soportar el peso del cuerpo.
Estas 2 circunstancias hacen que el pie parezca plano. Además si miramos al niño desde atrás veremos cómo su talón se vuelca hacia afuera (talo valgo).
Esto da lugar a lo que los pediatras llamamos pie plano flexible, que es una etapa normal del desarrollo del pie y que con la pérdida de grasa y con la mayor fortaleza de los músculos y ligamentos que forman la bóveda del pie hará que vaya formando en los siguientes años un puente normal. Hay que distinguirlo claramente del pie plano rígido, que no se corregirá, puesto que es debido a la mala posición de la algunos de los huesos del pie.
¿se corregirá, entonces, su pie plano?
Existen dos maniobras muy sencillas que nos permitirán estar tranquilos de que su pie plano es flexible y por tanto se corregirá con la edad:
    1- Con el niño sentado con los pies colgando (sin soportar carga) el puente aparece.
    2- El puente aparece al poner al niño de puntillas. Además con esta maniobra observaremos que el talón que se volcaba hacia afuera, se corrige hacia dentro.
¿cuándo debo preocuparme y consultar al especialista?

    1- si con cualquiera de las dos maniobras anteriores no logramos ver el puente del pie
    2- Si el niño se queja de dolor en el pie.

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