¿Qué medicamentos se pueden tomar dando el pecho?

farmacos y lactancia

Me duele mucho cuando veo a algunas madres, que después de luchar estoicamente por conseguir establecer una lactancia confortable, y les pregunto:

¿Qué pasa?, ¿Qué tal?, ahora ya sí disfrutando del pecho, ¿verdad?”

Y esa madre, con la cabeza baja, y con dos lagrimones en sus ojos a punto de caer por sus demacradas mejillas:

No, Le quitado el pecho porque me han mandado antibióticos, y me dijo el médico que se lo quitase. ¡Qué rabia, con lo que me había costado evadirme de todos los comentarios de mi suegra, mi vecina, …! ¡Qué rabia, ahora que ya no tenía grietas en los pezones y que había logrado, por fin, disfrutar de la lactancia…! ¡Qué pena! Me da mucha pena pero todo sea por el bien de mi gordito!”

Yo con cara de sorpresa:

“¡Ah!, ¿sí? ¿Se lo has tenido que quitar?, ¿qué antibiótico tan especial te han mandado para no poder dar el pecho?”

Estoy tomando amoxicilina”. Responden como si estuviesen delante de un tribunal acusador.

En este punto tengo que decir que detecto en algunas madres una sensación extraña. Por un lado un sentimiento de culpabilidad por haber quitado el pecho a su bebé cuando empiezan a intuir que no era necesario y, por otro lado, el deseo de que otro profesional vuelva a “autorizar” la lactancia.

Pero lo malo es que, también en este punto, muchas madres ya han tomado la firme decisión de dejar el pecho.

No quiero ni mucho menos hacer sentir culpables a las madres que no dan el pecho. No, no es mi intención. Ninguna mujer es más madre que otra por dar el pecho. Son muchos los motivos y circunstancias  que pueden hacer muy complicada la lactancia materna y hacer que fracase. Mi pena es que el motivo del fracaso de la lactancia materna sea un mal asesoramiento, o un «consejo» de un profesional. Ya os conté en uno de los últimos post cuánto pueden  pesar algunos malos consejos. Lo podéis leer pinchando aquí.

Tengo que decir que muy pocos son los medicamentos que no son compatibles con la lactancia. Desde luego los de uso habitual (paracetemol, ibuprofeno, amoxicilina, omeprazol, prednisolona,…) son todos compatibles con la lactancia ya que o no se excretan por la leche o lo hacen en mínimas cantidades y , por supuesto, los beneficios de la lactancia materna compensan de sobra.

Existen muchos falsos mitos respecto a la lactancia materna (pinchando aquí podéis ver los diez más frecuentes). Que la lactancia materna es incompatible con la toma de medicamentos es uno de ellos. Pero actualmente existen herramientas de uso muy fácil para ver la compatibilidad de un determinado medicamento con la lactancia. Una página web de total fiabilidad y de uso muy fácil es www.e-lactancia.org. En esta web podéis consultar, tanto por nombre comercial como por principio activo, en menos de treinta segundos la compatibilidad de cualquier medicamento con la lactancia.

Comparte esta información con otras madres y contribuirás a que muchas madres no abandonen la lactancia materna por un mal asesoramiento.

¿Cómo conservar y almacenar la leche materna?

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Por si fuera poco el sentimiento de abandono que genera en la madre el tenerse que separar de su bebé para incorporarse al en este momento “maldito trabajo” son infinitas las dudas que surgen en este momento: “¿podré seguir con la lactancia materna al incorporarme al trabajo?”, “¿me rechazará el pecho si prueba el biberón?”, “¿cogerá el biberón cuando yo esté en trabajo?”, “¿y si no lo coge?”, “¿me dolerán muco los pechos en el trabajo si mi bebé en esas horas no mama?”,… y así hasta cien preguntas más.

Además tiene que haber estado haciendo frente a todos los falsos mitos que existen con respecto a la lactancia materna (podéis repasarlos pinchando aquí).

Cuando una por fin, tras haber luchado mucho, y haber convencido al jefe que en su media hora de descanso se va a extraer la leche materna, se da cuanta de que surgen otro mar de dudas respecto a la extracción, transporte y almacenamiento de la leche.

En el post de hoy intentaré dar respuesta a éstas últimas:

1- ¿Durante cuanto tiempo se puede conservar la leche materna?

Se podría afinar mucho más la respuesta pero a groso modo, y de forma general se puede decir que la leche materna se puede conservar:

  • a temperatura ambiente (22 – 24ºC): durante 7 horas.
  • en la nevera (0-4ºC): durante 7 días.
  • en un congelador indutrial (-19ºC): durante 7 meses. En un congelador doméstico (tipo combi): durante 3-4 meses.

2- ¿Se puede congelar la leche que lleva en la nevera uno o dos días?

, aunque lo ideal es congelarla recién extraída tras haberla enfriado.

3- ¿Dónde guardar y trasportar la leche materna si se extrajo fuera de casa?

Lo ideal es conservarla en una nevera con acumuladores de frío, para mantener la cadena del frío. Al llegar a casa pasarla a la nevera e irla utilizando de un día para otro o congelarla si se piensa que va a sobrar.

4- ¿Debo lavarme los pechos antes de cada extracción si pienso conservar la leche extraída?

No, al igual que para dar de mamar basta con una ducha diaria. Sí es recomendable lavarse las manos con agua y jabón antes de manipular la leche o sus recipientes.

5- ¿Cuánta leche guardo en cada envase?

Se recomienda guardar la leche en pequeñas cantidades (90-120 ml) para poder aprovechar mejor la leche congelada y no llenar los envases completamente ya que al congelarse los líquidos aumentan de volumen.

6- ¿Los envases para almacenar la leche deben estar estériles?

No, al igual que los biberones, simplemente deben lavarse con agua caliente y jabón.

7- ¿Cómo descongelo la leche que tengo almacenada?

Podemos hacerlo de dos maneras:

  • lentamente: sacándola a la nevera la noche anterior.
  • rápidamente: colocándola bajo un chorro de agua caliente o en interior de un recipiente que contenga agua caliente.

No debemos utilizar el microondas para descongelar la leche ya que el calentamiento no es uniforme y puede provocar quemaduras.

La leche se la podemos dar al bebé fresquita, a temperatura ambiente o calentita.

8- ¿Puedo volver a congelar la leche descongelada que me sobró?

No, pero puede mantenerse refrigerada durante 24 horas más si no estuvo en contacto con la saliva del bebé.

9- ¿Si la leche huele a rancio al descongelarla debo tirarla?

No hay ningún problema en darle la leche que huele a rancio puesto que no es perjudicial, de hecho, puede ser incluso más digestiva ya que la grasa va parcialmente digerida. El problema es que el bebé suele rechazarla.

Para prevenir que la leche huela y sepa a rancio se debe congelar la leche lo más rápidamente posible tras la extracción.

10- ¿Cuál es la mejor leche materna?

Sin duda la que se toma directamente del pecho, no sólo porque conserva intactas todas sus propiedades nutricionales sino por lo que supone como apego o vínculo dar de mamar.

Con respecto a la leche materna “ordeñada” usar preferiblemente la leche fresca, recién extraída. Si no es posible, la leche refrigerada y, por último, la leche congelada.

Comparte esta información si piensas que puede ser útil para madres que lo están pasando mal al incorporarse al trabajo.

Caída del cabello durante la lactancia materna.

“Doctor, quiero quitarle el pecho a mi hij@ porque se me está cayendo el pelo. O si no, recéteme unas vitaminas. Como siga así me voy a quedar calva, se me caen auténticos mechones de pelo”-

El cabello es un elemento importante en la belleza de una mujer. Ya he tratado en otro post algunas preocupaciones de las embarazadas sobre su pelo. También he hablado sobre algunos falsos mitos sobre la lactancia materna.

En esta ocasión hablaré sobre el mito de la asociación entre dar el pecho y que se caiga más el pelo.

Una manera fácil de entender lo que pasa realmente es asemejar la cabellera de una mujer a la copa de un árbol de hoja perenne (los que siempre tienen hojas). Realmente estos árboles no es que tengan siempre las mismas hojas, sino que mientras unas se caen otras van saliendo, y así, siempre se mantiene un equilibrio que hace que el árbol tenga siempre  un número similar de hojas. De la misma manera el pelo de una mujer está en continua equilibrio. Mientras que unos pelos se están cayendo otros están naciendo y de esa manera se mantiene una cabellera similar.

Durante el embarazo, por los cambios hormonales que existen, las fases del desarrollo del pelo se detienen y el pelo no se cae. Por eso “se les pone el pelo tan bonito a las embarazadas”, pero de esto nadie se queja.

Tras el parto los ciclos hormonales de la mujer se ponen nuevamente en marcha y con ello se vuelvan a poner en marcha los ciclos del pelo. Lo que ocurre ahora es que como todos los pelos se habían detenido en la misma fase, coincidirán muchos pelos que se caen al mismo tiempo. Las mamás que en este momento están dando el pecho asocian, influidas por comentarios como “este niño te está consumiendo, seguro que tienes anemia”, esta mayor caída del cabello con el aumento de los requerimientos de micronutrientes por la lactancia.

Realmente no es que se haya caído más pelo, sino que en ese momento se están cayendo los pelos a los que realmente tocaban más los que no se cayeron durante el embarazo. Progresivamente, como todos los pelos no tienen una duración exactamente igual de las fases de su ciclo, el equilibrio del balance entre los pelos que se caen y nacen se regula.

Por tanto, aunque una mujer lactante tome “vitaminas para el cabello”, éstos se acabarán cayendo. Igualmente, por más que una madre no de lactancia materna, notará que tras el parto sufre una mayor caída del cabello.

Comparte esta información para acabar con los falsos mitos.

10 falsos mitos sobre lactancia materna.

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La actancia materna es algo instintivo para una madre. En los años 70, determinados condicionamientos sociales, junto con el boom de las leches de fórmula, hicieron que la enseñanza de la técnica de lactancia de madres a hijas se fuera perdiendo y surgieran muchos falsos mitos sobre la lactancia materna.

Aclararé diez falsos mitos muy frecuentes sobre la lactancia materna:

1- “No me sube la leche porque me han hecho cesárea”.

El reflejo de la lactancia se produce desde el momento en que la placenta sale del útero (alumbramiento), independientemente del tipo de parto. El falso mito surge fundamentalmente por dos motivos. Por un lado, antiguamente, las cesáreas se hacían con anestesia general y, por tanto, las madres y el bebé (al cual le pasaba parte de la anestesia) estaban muy adormilados en las primeras horas. Por este motivo, el bebé nacido por cesárea, se enganchaba menos al pecho y, por tanto, tardaba más tiempo en subir la leche materna. Por otro lado, en la mayoría de los hospitales, tras las cesáreas, se continúa separando en el postoperatorio inmediato a las madres de sus bebés y esto dificulta el enganche inicial del bebé al pecho.

Recuerda: ¡¡ TENDRÉ LA SUBIDA DE LA LECHE INDEPENDIENTEMENTE DEL TIPO DE PARTO!!

2- “No tengo leche suficiente, mi bebé necesita una ayuda”.

El falso mito surge porque, muchas veces, tras intentar en los primeros días de vida del bebé hacer lactancia materna exclusiva, se constata en el primer control de peso que el bebé ha perdido peso. Hay que saber, para desterrar este mito, que durante la primera semana de vida, es normal que el niño pierda hasta un 10-12% de su peso al nacimiento. Esto es lo que llamamos “pérdida fisiológica” y no se debe a la lactancia, sino a que el bebé va deshaciéndose de los líquidos de su etapa gestacional. En la siguiente semana, el bebé habrá recuperado esa pérdida de peso. Además, si comenzamos a darle las mal llamadas “ayudas” el bebé se sentirá más saciado y reclamará menos tomas y, por tanto, se pondrá menos veces al pecho y, consecuentemente, se dejará de producir leche.

Recuerda: ¡¡ SI PERMITO A MI BEBÉ MAMAR A DEMANDA, MI PECHO LE PROPORCIONARÁ TODO EL ALIMENTO QUE NECESITA!!

3- “No tengo leche suficiente porque mis pechos son pequeños”.

El tamaño del pecho de una mujer depende fundamentalmente del tejido graso de la mama. La grasa no es la que produce la leche sino el tejido glandular estimulado por las hormonas, que se liberan fundamentalmente a base de ponerse frecuentemente el bebé al pecho.

Recuerda: ¡¡ TENDRÉ MÁS LECHE CUANTAS MÁS VECES ME PONGA MI BEBÉ AL PECHO, INDEPENDIENTEMENTE DEL TAMAÑO DE MI PECHO!!

4- “Mi leche es aguada y no le alimenta”.

No existe leche materna de mala calidad. Todas las leches maternas son de excelente calidad. De hecho, la leche de cada madre, es la mejor en cada momento para su bebé. Se adapta a cada circunstancia. Incluso la leche de las madres desnutridas de tercer mundo es de excelente calidad para sus bebés, a costa incluso de sus reservas. Es cierto,  que en la fase inicial de la tetada la leche es más acuosa, pero eso es una ventaja más de la leche materna, que es una “leche viva” y se adapta incluso al momento de la toma.

Recuerda: ¡¡ MI LECHE ES LA MEJOR PARA MI BEBÉ!!

5- “Mi bebé necesita una ayuda porque no está 10 minutos en el pecho”.

La alimentación al pecho debe ser siempre “a demanda”, es decir, el bebé decide cuándo y cuánto quiere comer. Habitualmente las primeras tetadas son muy prolongadas (y eso es bueno para establecer el reflejo de la lactancia). Posteriormente, en las siguientes semanas, el tiempo de la toma disminuye hasta durar  aproximadamente 10 minutos y continúa disminuyendo hasta durar 3-4 minutos. Es en este momento cuando las madres piensan que no tienen leche suficiente porque vacían el pecho demasiado rápido.

Recuerda: ¡¡ LA LACTANCIA ES A DEMANDA, MI BEBÉ ES QUIEN DECIDE CUANTO Y CUANDO QUIERE COMER!!

6- “Ya no tengo leche suficiente para mi bebé de 3 meses porque ya no pone peso como antes”.

El patrón de crecimiento de los niños alimentados al pecho es diferente al de los niños alimentados con leche de fórmula. No existen curvas de percentiles elaboradas para niños alimentados con lactancia materna exclusiva. Los pediatras sabemos que en los niños alimentados a pecho se produce un aumento rápido de peso hasta los tres meses, pero después el ritmo baja aproximadamente a la mitad (empiezan a poner cada dos semanas lo que hasta ahora ponían en una). Esto, por tanto, no debe preocupar puesto que supone una protección contra la obesidad futura.

Recuerda: ¡¡CUANDO A PARTIR DE LOS 2-3 MESES EL RITMO DE CRECIMIENTO DE MI BEBÉ BAJA, NO SIGNIFICA QUE HAYA QUE SUPLEMENTAR CON BIBERONES LA LACTANCIA!!

7- “Ya no tengo leche suficiente porque se me han quedado los pechos flojos”.

Aproximadamente entre el segundo y el cuarto día tras el parto se produce lo que comúnmente se llama la “subida de la leche”. En este momento, las madres se notan un aumento rápido del volumen del pecho, con calor e incluso con sensación de hormigueo. Posteriormente, precisamente porque la naturaleza es sabia, la producción de leche se adapta a la demanda y esa sensación del pecho congestionado y duro se va haciendo menor. Aproximadamente a los tres meses, el pecho estará mucho más flojo porque el grado de adaptación es tal que la subida de la leche se produce mientras el niño está mamando. De hecho, mientras mama de uno se puede tener la sensación de subida en el otro.

Recuerda: ¡¡ LA TENSIÓN DE MI PECHO NO ES INDICATIVA DEL VOLUMEN DE LECHE QUE PRODUZCO!!

8- “Yo no produzco leche porque no tomo leche”.

La única manera de aumentar la producción de leche es que el bebé mame de forma correcta y frecuente. Que yo sepa, las vacas lecheras, se alimentan de hierba y producen gran cantidad de leche. Si algo hacen los granjeros para aumentar la producción de leche es ponerles música clásica ya que, efectivamente, la tranquilidad aumenta la producción. Por tanto, el estrés y la desconfianza, hacen que se disminuya la producción de leche.

Recuerda: ¡¡ SI QUIERO AUMENTAR MI PRODUCCIÓN DE LECHE ESTARÉ TRANQUILA Y CONFÍARÉ EN MI, Y ADEMÁS ME PONDRÉ EL BEBÉ FRECUENTEMENTE AL PECHO!!

9- “No quiero dar de mamar a mi bebé porque se me caerá el pecho”.

Es cierto que tras el parto, por todos los cambios hormonales que supone el embarazo, el aspecto físico de una mujer puede variar. Estos cambios son independientes de la lactancia. Precisamente la lactancia materna es el factor que más contribuye a que la mujer vuelva a recuperar su figura previa al embarazo ya que la grasa acumulada durante el embarazo es utilizada por el organismo para fabricar la leche materna.

Recuerda: ¡¡ SI QUIERO MEJORAR MI FIGURA DESPUES DEL PARTO DARÉ EL PECHO A MI BEBÉ!!

10- “Le he retirado el pecho porque estoy tomando medicamentos”.

La mayoría de los medicamentos, y sobre todo los de uso más común, analgésicos y antibióticos, son compatibles con la lactancia materna. Estos fármacos no pasan, o lo hacen mínimamente, a través de la leche materna. Si tienes dudas puedes consultar en www.e-lactancia.org o a tu pediatra.
Recuerda: ¡¡ LOS BENEFICIOS DE LA LACTANCIA MATERNA COMPENSAN INCLUSO AUNQUE ESTÉ TOMANDO MEDICAMENTOS!!

Comparte esta información con otras madres, especialmente si están dando el pecho (o están teniendo dificultades para darlo). Te lo van a agradecer.

Los niños necesitan agua desde que nacen

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Más de una se habrá quedado impresionada de la afirmación del título del post. Pero es así de claro, es más, ya hemos recordado en algún post que la importancia del agua es mayor cuanto menor es la edad del bebé. El agua es el elemento primordial para la vida y ante la ola de calor que estamos “sufriendo” aumenta el interés por el aporte de agua a los niños. Intentaré aclarar cuál es la forma de darle agua a un bebé sin darle “agua extra”.

Las dudas más frecuentes son:

Si le estoy dando lactancia materna exclusiva, ¿debo ofrecerle agua extra?

NO, es suficiente con el agua que contiene la leche. En cualquier caso lo que se puede hacer es ofrecer el pecho más frecuentemente (aunque normalmente será el bebé quien lo reclame si tiene sed).
Y aquí viene el dato, casi el 90% de la leche materna es agua. Por eso es suficiente con ofrecerle el pecho.

¿Y si le estoy dando leche de fórmula o lactancia mixta?

La respuesta es igual de rotunda que la anterior y el motivo es el mismo. La leche de fórmula (leche de vaca) tiene también casi un 90% de agua en su composición.
Eso sí, para esa proporción de agua se mantenga,  debemos preparar adecuadamente los biberones. Es decir, tal y como se explica en todos los envases, poner un cacito raso de polvo por cada 30 ml de agua y recordar poner siempre primero el agua, porque si no estaríamos añadiendo menos agua de la correspondiente. Y es precisamente ahí, en la deficiente preparación de los biberones, donde surge el falso mito de que a los bebés hay que ofrecerles agua además del biberón. Desgraciadamente, hace muchos años, era más frecuente esta deficiente preparación de los biberones (con menos agua de la necesaria) y esto provoca deshidratación hipernatrémica y por este motivo, la gente más mayor, tiene esa “obsesión por ofrecerles agua entre tomas”.

Comparte esta información si piensas que puede ser útil para otros padres.