Decálogo de la fiebre.

1.- La fiebre es un síntoma, no una enfermedad. Aprovecho para recordarte que un niño menor de 3 años sano pasa, de media, de 10-12 procesos infecciosos (gastroenteritis, catarro, otitis, …) al año. Suponiendo que la mayoría de estos procesos duran 3 – 4 días debes saber que si estás en estas circunstancias, más de una noche de desvelo te espera y eso no significa que tu niño necesite ninguna vitamina para fortalecer las defensas. Significa que tienes un niño normal al que le pasan cosas normales.

2.- La fiebre es un mecanismo de defensa.La fiebre nos ha permitido sobrevivir a las infecciones antes de que se descubriesen los antibióticos. El aumento de la temperatura corporal puede resultar incómodo para los humanos, pero para los microorganismos (bacterias y virus) es insoportable, no son capaces de soportar esa temperatura. A esa temperatura no son capaces de reproducirse y así es como «ganamos la batalla».

3.- La fiebre no provoca daño cerebral. Ni provoca sordera, ni ceguera, ni otras secuelas.

4.- En muy pocas ocasiones la fiebre puede acompañarse de convulsiones. Las convulsiones febriles son completamente benignas, no dejan secuelas. En aproximadamente una tercera parte de los niños la convulsión puede repetirse, pero quédate tranquilo, con le edad tienden a desaparecer. Por encima de los 5 años es bastante raro que esto ocurra.

5.- La inmensa mayoría de las veces, especialmente en los menores de 3 años, la causa que origina la fiebre es un virus. Esto significa que casi nunca será necesario usar antibióticos cuando esos niños tienen fiebre.

6.- El objetivo del tratamiento de la fiebre no es bajar la temperatura.El objetivo es que el niño se encuentre más confortable. El aumento de la temperatura corporal ya hemos explicado que impide que los microorganismos se reproduzcan. E esta manera acabamos con la infección de manera natural. Bajar la temperatura supone un alivio para tu hijo pero también para los microorganismos. (“¡Ojala existiese una medicina que hiciese que el niño se encontrase más confortable sin bajar la temperatura corporal!”).

7.- Los antitérmicos, en general, no deben alternarse. De entrada el antitérmico de elección es el paracetamol y sólo en casos seleccionados, en los que el niño se encuentre con mucho disconfort, y puntualmente, se alternarán los antitérmicos para buscar que el niño se encuentre más confortable.

8.- Es importante que mantengas a tu hijo bien hidratado si tiene fiebre. Para eso ofrécele líquidos (agua, zumo, …), pero no lo obligues a comer. Respeta su inapetencia. Piensa qué harías si fueses tú el que está con fiebre.

9.- Debes acudir al pediatrasi tu hijo tiene menos de 3 meses y/o la fiebre se acompaña de:

.Decaimiento o irritabilidadexcesiva, es decir, irritabilidad que no se calma en brazos de los padres.

.Petequias(manchitas rojas en piel) que no desaparecen al estirar o presionar la piel.

.Dificultad respiratoria(las costillas se le marcan al respirar)

.Rigidez de cuello.

 

10.- ¡¡Felicidades!!Si has llegado hasta el final de este decálogo seguro que te encuentras en alguno de los siguientes grupos de padres:

– padre de un bebé aun muy pequeño y te horroriza pensar que tu criaturita pudiera tener fiebre. Si eres de este grupo te felicito porque la misión que tienes entre manos (criar a esa criatura) va a ser la más apasionante de tu vida.

– padre de un niño de entre 1 y 3 años de edad. En este caso te felicito porque estás “sobreviviendo” a una etapa en la que, en le mejor de los casos, tienes que visitar a tu pediatra cada 2 semanas. Aprovecho para recordarte que cuando tu hijo sea un adolescente, casi más alto que tú, y con más granos en la cara que una paella echarás mucho de menos esta etapa de fiebre, toses, mocos y diarreas.

Si te pareció útil esta información compártela y si quieres seguir leyendo cosas sobre la fiebre de dejo enlace de otros post que ya he escrito sobre esto:

-¿Es recomendable alternar Dalsy y Apiretal?

– Mi hijo tiene 40° de fiebre, ¿puede convulsionar?

– Productos que “aumentan las defensas”.

– ¿Qué debes saber del Metalgial?

– ¿Qué debes saber del Apiretal?

– ¿Qué debes saber del Dalsy?

– ¿Qué está pasando con el nolotil?

¿Qué está pasando con el nolotil?

Pues en realidad nada que no supiéramos, pero la coincidencia de varios hechos (que ahora explicaré) y , sobre todo, la cobertura que los medios de comunicación han hecho de la noticia tienen como resultado que muchas familias me hayan preguntado en estas últimas horas si se ha prohibido la utilización del metalgial (Aclaración: Metalgial es la marca comercial de metamizol en niños, es decir, es el equivalente del nolotil en niños)

Ya escribí en su momento en la entrada “¿Qué debes saber del Metagial?” precisamente de eso, de lo que las familias deben conocer de ese medicamento y, tras esta noticia, no se ha modificado ni una coma.

Entonces, ¿por qué ahora tanta alarma?

Pues porque se ha informado a través del sistema de farmacovigilancia de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS)  de la muerte de 10 pacientes británicos en relación con haber desarrollado una agranulocitosis tras el consumo de Nolotil (metamizol).

¿Qué significa agranulocitosis y cuales son sus síntomas?

La agranulocitodis es la disminución de la producción de granulocitos (glóbulos blancos o células de densa). Es decir, se produce una disminución de las defensas y por tanto de pueden producir infecciones graves.

Los síntomas que puede presentar un paciente con agranulocitosis son malestar general, infección, fiebre persistente, dolor de garganta, cambios dolorosos en la mucosa de la boca o nariz, hematomas, sangrado, palidez o deterioro inesperado en el estado general.

Este efecto secundario es más antiguo que el hilo negro y es conocido por todos los médicos. Es también sabido desde hace muchísimos años que ese efecto secundario es más frecuente en las personas nórdicas. De hecho, en esos países, el nolotil está prohibido.

La concurrencia de dos factores ha hecho que estos eventos indeseables hayan ocurrido. Por un lado el aumento del consumo de nolotil en los últimos años y, por otro, el incremento de la movilidad de las personas que hace que en determinadas zonas españolas haya más ingleses por metro cuadrado que en la propia Inglaterra. Como aquí en España los médicos están acostumbrados a prescribir nolotil porque esa reacción en los españoles es muy infrecuente, al haber prescrito nolotil a estos turistas ha pasado lo que ha pasado.

En base a estos hechos la AEMPS la información oficial que ha emitido , que podéis encontrar pinchando aquí, se resume de la siguiente manera:

  • Utilizar metamizol sólo para tratamientos de corta duración a las dosis mínimas eficaces, vigilando la sintomatología indicativa de agranulocitosis.
  • No utilizar metamizol en los pacientes que no vayan a poder ser seguidos por un médico, por ejemplo los turistas que vienen de paso.
  • Antes de prescribir metamizol asegurarse que no existen factores de riesgo de desarrollo de agranulocitosis.

 

De todas maneras, a mi esta noticia a lo que me lleva es a la siguiente reflexión:

¿Por qué ha aumentado tanto el consumo de metamizol?

Según la AEMPS el consumo en los últimos años se ha duplicado. Creo que esto esta en clara relación con la “fiebrefobia”. Es una obsesión en algunas familias el control estricto de la temperatura de su hijo cuando tiene fiebre. Esto lleva a muchas familias a un uso abusivo de antitérmicos. Aunque no hay motivos para la alarma en España este tipo de noticias deben servir para concienciarnos de que ningún medicamento es agua bendita, todos tienen sus efectos secundarios.

Insisto una vez más, como ya he hecho en otros post, en que la fiebre supone un mecanismo de defensa y ,salvo que un paciente esté muy afectado, muy incómodo, no debemos obsesionarnos con bajar la temperatura. Recordad, como siempre les explico a mis pacientes en la consulta que “cuando un niño está con fiebre el niño probablemente se encuentre incómodo pero no menos incómodo se encuentran los gérmenes a esa temperatura. Así que cuando bajamos la temperatura aliviamos al niño, pero también a los gérmenes. Al bajar la temperatura les damos una nueva oportunidad para replicarse”. Recordad también, como expliqué en este post, que la fiebre no produce convulsiones.

Un consejo para terminar: “si vuestro hijo tiene fiebre, desabrigadlo un poco, hidratadlo bien, no obligarlo a comer y sólo si se encuentra muy incómodo adminístrale un antitérmico (preferiblemente paracetamol)”

 

Si consideras útil esta información, compártela.

¿Qué precio pondrías a tu vida?

Esta mañana me llegaba un WhatsApp de “Rocío, madre de Alejandro”. Sí, así es como la tengo memorizada en la agenda de mi móvil. Dos nombres, dos personas, dos vidas.

Simplemente me enviaba una foto (la foto que encabeza el artículo) y me pedía que diese visibilidad al problema de su hijo y al de otros tantos niños que parecen Fibrosis Quística.

No voy a entrar en detalles técnicos de la esa enfermedad. Sólo decir que Alejandro, y todos los niños que la padecen, además de correr, saltar y dar la lata tiene entre sus rutinas diarias la fisioterapia respiratoria, la administración frecuente de aerosoles y la toma de unos cuantos medicamentos para poder hacer la digestión. Además conviven con el miedo constante de que cualquier infección respiratoria, que en otro niño sería un simple catarro, se puede complicar y requerir un ingreso hospitalario.

Esa es la vida de Alejandro. Pues ya os podéis imaginar la de sus padres y la de su hermana. Sí, como la de cualquiera de nosotros, con los mismos problemas cotidianos, pero a los que hay que sumarle los toda la retahíla de cuidados que necesita Alejandro. Y todos estos cuidados con el único propósito de retrasar al máximo el trasplante pulmonar (con todo lo que eso conlleva), al que está abocado inevitablemente porque la enfermedad sigue progresando.

Afortunadamente hay personas que invierten su vida en investigar nuevos fármacos capaces de frenar estas enfermedades. Para la mutación más frecuente de la Fibrosis Quística en España, la que tiene Alejandro,  esto ya se ha conseguido desde el punto de vista científico. Pero esto no es suficiente. A pesar de estar disponible ese medicamento (Orkambi) ni Alejandro, ni ninguno de los niños españoles con Fibrosis Quística, podrá conseguirlo porque la Administración no ha aprobado su comercialización en España.

Por eso se han manifestado hoy en Madrid las asociaciones de Fibrosis Quística con el lema: “¿Qué precio pondrías a tu vida?”.

Ojalá esté escrito llegue a los responsables políticos que toman las decisiones de aprobar o rechazar los medicamentos que se pueden comercializar en un determinado país. Y ojalá sean capaces de entender que detrás de sus decisiones hay nombres, hay personas, hay vidas.

¿Cómo creéis que puede una madre conciliar el sueño sabiendo que existe un medicamento capaz de frenar la enfermedad de su hijo pero no puede tener acceso a él porque los responsables no dan luz verde a su comercialización?

Esta noche, mientras Alejandro duerme felizmente, ajeno a las egoístas  decisiones que tomamos los adultos, “Rocío, madre de Alejandro” se irá a la cama, otra vez, sabiendo que existe un medicamento capaz de frenar la enfermedad de su hijo pero que de momento no podrá conseguir porque no se comercializa en España.

Te pido en nombre de todos los afectados de Fibrosis Quística y sus familias que compartas este artículo, a ver si llega a algún responsable político y conseguimos que cambien sus decisiones.

 

 

¿Qué debes saber del Metalgial?

metalgial

Los antitérmicos más comúnmente utilizados son el Dalsy (ibuprofeno) y el Apiretal (paracetamol). En ocasiones, sobre todo cuando la fiebre es más alta o persistente, podemos utilizar otros antitérmicos como es el Metalgial (metamizol). De este principio activo la marca más conocida para adultos es Nolotil.

Actualmente ya no están comercializados los supositorios de Nolotil infantil.

En cualquier caso recordad que lo importante no es obsesionarse con bajar la fiebre. La fiebre es un mecanismo de defensa. Es buena pero incómoda. Precisamente lo que debemos buscar es que el niño está confortable. Podéis repasar la fiebre haciendo click aquí.

Debido a que el metamizol es un medicamento de uso más infrecuente y, sobre todo, debido a que la presentación farmacéutica por vía oral actualmente disponible está muy concentrada (lo cual facilita las intoxicaciones) conviene que aclaremos ciertas dudas sobre el uso del Metalgial.

1- ¿Para qué sirve el Metamizol?

El metamizol tiene varias propiedades: es analgésico (quita el dolor) y antitérmico (baja la fiebre). No tiene efecto antiinflamatorio.

Se suele utilizar en casos de fiebre alta que no responden a otros antitérmicos de uso más habitual como son el Apiretal (paracetamol) y/o el Dalsy (ibuprofeno).

2 – ¿Cómo calcular la dosis de Metalgial?

La dosis habitual que se utiliza para el metamizol es de 25mg/kg/dosis. La concentración de la solución de Metalgial contiene 500 mg por cada ml. Así que daremos 0,05 ml por cada kg del niño. Desde el punto de vista práctico es imposible medir estas cantidades tan pequeñas, pero hay que saber que en este medicamento 20 gotas equivalen a 1 ml. Si hacemos cálculos con gotas la dosis sale redonda: 1 gota por cada kg.

Es decir, un niño de 10 kg → 10 gotas, un niño de 20 kg → 20 gotas, …

Recordaré que no debemos agitar en envase para que gotee, hay que esperar unos segundos hasta que gotee la primera gota.

3– ¿Qué hacer si tu hijo toma más Metalgial de la cuenta?

Como con todos los medicamentos, si tu hijo toma más Metalgial de lo que debe o ha ingerido accidentalmente el contenido del envase debes consultar inmediatamente a su médico o farmacéutico o al Servicio de Información Toxicológica (91 562 04 20), indicando el medicamento y la cantidad ingerida.

Como hemos visto en la pregunta anterior la solución de Metalgial está muy concentrada en comparación con otros antitérmicos (5 veces más concentrado que el Apiretal y 25 veces más concentrado que el Dalsy normal), por eso hay que ser muy cautos y administrar bien la dosis. ¡¡Recordad, como máximo 1 gota por kg!!

4– ¿Desde qué edad se puede empezar a utilizar Metalgial?

El metamizol puede ser utilizado a partir del año de vida.

Recordad que el Dalsy que no debe ser utilizado en menores de 3 meses (aunque no solemos utilizarlo hasta los 6 meses) y que el Apiretal se puede utilizar desde el nacimiento.

5– ¿Qué niños no pueden tomar Metalgial?

Tu hijo no debe tomar Metalgial si es alérgico al metamizol, a cualquier otro derivado pirazolónico o a cualquiera de los demás componentes de este medicamento: Fosfato de sodio dibásico dodecahidrato, fosfato de sodio dihidrato, agua purificada, aroma de frambuesa, sacarina sódica.

6– ¿Dónde guardar el Metalgial?

  • Como todo el botiquín de la casa, FUERA DEL ALCANCE DE LOS NIÑOS. 

  • No requiere condiciones especiales de conservación.

  • No consumir tras la fecha de caducidad.

Si piensas que esta información puede ayudar a otras familias a utilizar mejor el Metamizol, compártela.

¿Qué debes saber del Apiretal?

apiretal

Como ya vimos para el Dalsy (ibuprofeno), en el caso del paracetamol hay que reconocer que el más conocido es Apiretal, aunque cada vez van existiendo más presentaciones con diferentes sabores (Gelocatil, Dolocatil,Paracetamol genérico, …). Esto nos facilita la vida a los padres ya que uno de los problemas más habituales es que los niños no se tomen un determinado medicamento por que no les guste el sabor, o peor aún, que lo vomiten al tomarlo. La solución para este segundo problema la podéis repasar en esta entrada.

Hay que decir, que a diferencia del ibuprofeno, el paracetamol también está disponible para ser administrado por vía rectal. Siempre que podamos utilizaremos la vía oral ya podremos ajustar con más detalle las dosis, la absorción por vía oral es más previsible y es menos traumática que la vía rectal.

El Apiretal (paracetamol) es el fármaco más frecuentemente utilizado en la edad pediátrica. Aun así muchas familias tienen muchas las dudas sobre este medicamento:

1- ¿Para qué sirve el Paracetamol?

El paracetamol tiene varias propiedades: es analgésico (quita el dolor) y antitérmico (baja la fiebre). No tiene efecto antiinflamatorio.

2 – ¿Cómo calcular la dosis de Apiretal?

La dosis habitual que se utiliza habitualmente para el paracetamol es de 15 mg/kg/dosis. La concentración de la solución de Apiretal (y de la mayoría de los paracetamoles infantiles que se usan) contiene 100 mg por cada ml. Así que daremos 0,15 ml por cada kg del niño.

Es decir, un niño de 10 kg → 1,5 ml, un niño de 20 kg → 3 ml, …

En niños con vómitos o con otras dificultades para la administración oral utilizaremos la presentación en supositorios. En este caso no podremos ser tan exactos con la dosis pero utilizaremos la dosis que más se aproxime. Por ejemplo podemos utilizar el Febrectal supositorio de lactantes (150mg) para niños en tormo a 10 kg y el Febrectal de niños (300mg) para niños en torno a 20 kg.

3– ¿Desde que edad se puede empezar a utilizar Apiretal?

A diferencia del Dalsy que no debe ser utilizado en menores de 3 meses (aunque no solemos utilizarlo hasta los 6 meses), el paracetamol se puede utilizar desde el nacimiento.

De todas maneras, si un bebé de pocos días o semanas de vida está “necesitando” tomar Apiretal (eso significa que tiene fiebre o está muy dolorido o incómodo), debe ser valorado por el pediatra.

4- ¿Cómo tomar Apiretal?

Apiretal se puede tomar directamente o diluirlo en agua, leche o zumo de frutas.

5– ¿Qué niños no pueden tomar Apiretal?

Tu hijo no debe tomar Apiretal si es alérgico al paracetamol o a cualquiera de lo demás componentes de este medicamento: polietilenglicol, glicerol (E-422), esencia de frambuesa, sacarina sódica (E-954), azorrubina (carmoisina) (E-122).

5– ¿Qué hacer si tu hijo toma más apiretal de la cuenta?

Si tu hijo toma más Apiretal de lo que debe o ha ingerido accidentalmente el contenido del envase debes consultar inmediatamente a su médico o farmacéutico o al Servicio de Información Toxicológica (91 562 04 20), indicando el medicamento y la cantidad ingerida.

Señalaré que la intoxicación medicamentosa más frecuente en la infancia es la debida al paracetamol. El color rojo que tiene es muy llamativo y los niños pueden llegar a pensar que es una chuche.

Por este motivo recomiendo que, aunque dure menos el envase, utilizar los más pequeños porque de esta manera es mucho más difícil la intoxicación.

Una aclaración práctica: los niños suelen ingerir accidentalmente los medicamentos a partir de los 2 años. A esa edad suelen pesar unos 12 kg. Las dosis tóxicas de paracetamol son 10 veces las dosis terapeúticas (150 mg/kg). Suponiendo que se toma el bote entero de 15 ml (1500 mg) la dosis ingerida sería de 125 mg/kg, es decir, no sería tóxica: Pero en el caso que el bote hubiese sido de 30 ml (no diré nada si es el de 60ml ó 90ml) sí estaríamos en rango tóxico con el consiguiente peligro (incluso de acabar con un trasplante hepático).

6¿Dónde guardar el Apiretal?

Por supuesto, como todo el botiquín de la casa, FUERA DEL ALCANCE DE LOS NIÑOS (recuerdo nuevamente que la intoxicación más frecuente.

No requiere condiciones especiales de conservación.

No consumir tras la fecha de caducidad o 6 meses después de abrirlo.

Si piensas que esta información puede ayudar a otras familias a utilizar mejor el Paracetamol, compártela.

¿Qué debes saber del Dalsy?

dalsy

Vaya por delante que con esta marca, como con nada relacionado con el blog, no me gano un duro. Hasta ahora lo único que me ha supuesto es tiempo (mucho) y dinero.

Hay que reconocer que el Ibuprofeno más conocido es el Dalsy, aunque cada vez van existiendo más presentaciones con diferentes sabores. (Junifen, Dolorac, Frenatermin, Pirexin, Ibuprofeno genérico, …). Esto nos facilita la vida a los padres ya que uno de los problemas más habituales es que los niños no se tomen un determinado medicamento por que no les guste el sabor, o peor aún, que lo vomiten al tomarlo. La solución para este segundo problema la podéis repasar en esta entrada.

El Dalsy (ibuprofeno) forma parte del día a día de cualquier padre con un niño menor de 3 años. Aun así muchas familias tienen muchas las dudas sobre este medicamento:

1- ¿Cuál es la dosis?

Es sencillo aunque hay que hacer algunos cálculos.

Comenzamos:

Por un lado tengo que decir que el ibuprofeno tiene varias propiedades: es antiinflamatorio (baja la inflamación), analgésico (quita el dolor) y antitérmico (baja la fiebre). Dependiendo del uso que le queramos dar la dosis puede ser variable pero, en general, la dosis que utilizamos los pediatras 5 mg/Kg/dosis si lo damos cada 6 horas.

Por otro lado debemos saber que existen jarabes con 2 concentraciones diferentes:

– El “normal”: en el envase, dependiendo de la marca aparecerá como “___ 20mg/ml” , “___ 100mg/5mlo “___ 2%

– El “concentrado”: en el envase, dependiendo de la marca aparecerá como “___ 40mg/ml” o “___ 4%”.

Hagamos un cálculo con el Dalsy “normal” (20mg/ml, 100 mg/5ml ó 2%).

Como cada ml del jarabe tiene 20 mg y la dosis utilizada es de 5 mg/kg, daremos 0,25 ml por cada kg del niño (que es lo mismo que dividir entre 4 el peso del niño). Es decir, un niño de 10 kg → 2,5 ml, un niño de 20 kg → 5 ml, …

Si le damos el Dalsy cada 8 horas podemos utilizar dosis un poco más altas. En este caso dividiremos el peso del niño entre 3 y nos dará los ml que debe tomar en cada dosis. Es decir, un niño de 10 kg → 3,3 ml, un niño de 15 kg → 5 ml, …

2- ¿Qué niños no pueden tomar ibuprofeno?

Tu hijo no debe tomar Dalsy si:

– Es menor de 3 meses (aunque los pediatras no solemos utilizarlo hasta los 6 meses).

– Es alérgico al ibuprofeno o a cualquiera de lo demás componentes de este medicamento: sacarosa, glicerol (E-422), sorbitol (E-420), caolin, agar-agar (E-406), ácido cítrico monohidrato, benzoato de sodio (E-211), parahidroxibenzoato de metilo (E- 218), parahidroxibenzoato de propilo (E-216), polisorbato 80, esencia de naranja, amarillo anaranjado S (E-110) (¡Oh, no! ¿este no era el colorante supertóxico del Dalsy? Más adelante lo aclaro)

– Si padece una enfermedad grave del hígado o los riñones.

– Si ha tenido una úlcera o hemorragia de estómago o de duodeno o ha sufrido una perforación del aparato digestivo.

– Si vomita sangre.

– Si presenta heces negras o una diarrea con sangre.

– Si padece trastornos hemorrágicos o de la coagulación sanguínea, o está tomando anticoagulantes.

– Si padece una insuficiencia cardíaca grave.

3- ¿Qué ha pasado con el colorante del Dalsy? ¿Es tóxico?

Hace varias semanas que se viralizó una noticia sobre la toxicidad del colorante amarillo anaranjado S (E-110) que contiene el jarabe Dalsy 20 mg/ml.

Finalmente ya tenemos comunicado oficial la la Agencia Española del Medicamento sobre este falso bulo (lo podéis leer pinchando aquí).

Resumiendo, para alcanzar dosis tóxicas de este colorante, un niño tendría que tomarse de una tacada varios botes del jarabe a la vez.

4- ¿Cómo tomar el Dalsy?

Los pacientes con molestias de estómago deben tomar el medicamento con leche o durante las comidas, es decir, si el paciente tiene dolor abdominal no se recomienda que lo tome con el estómago vacío.

Si tu hijo toma más Dalsy de lo que debe o ha ingerido accidentalmente el contenido del envase debes consultar inmediatamente a su médico o farmacéutico o al Servicio de Información Toxicológica (91 562 04 20), indicando el medicamento y la cantidad ingerida

5- ¿Dónde guardar el Dalsy?

– Por supuesto, como todo el botiquín de la casa, FUERA DEL ALCANCE DE LOS NIÑOS (hay que tener mucho cuidado con las intoxicaciones.

– No conservar a temperatura superior a 25ºC.

– No consumir tras la fecha de caducidad o 12 meses después de abrirlo.

Si piensas que esta información puede ayudar a otras familias a utilizar mejor el Ibuprofeno, compártela.

¿Qué hacer si el niño vomita el medicamento?

Bebe resfriado

“Doctor, ya estuvimos en Urgencias esta mañana y nos dijeron que tenía bronquitis, el problema es que al darle el corticoide lo ha vomitado y no sabemos si se lo tenemos que volver a dar”.

 

En estos días, con las urgencias plagadas de niños con bronquitis, bronquiolitis, laringitis, … y no sé cuántas más ___itis, hay que sumarle la de las familias que reconsultan porque el niño ha vomitado la medicación.

Intentaré aclarar el tema.

En primer lugar decir que la gran mayoría de los medicamentos que solemos utilizar (antibióticos, antitérmicos, corticoides, ….) tienen un amplio rango terapéutico, es decir, que son eficaces a diferentes dosis y casi nunca utilizamos las dosis máximas. En general, si un niño ha vomitado un medicamento se le puede volver a dar sin ningún riesgo.

De todas maneras, los pediatras,  lo que recomendamos habitualmente es lo siguiente: en función de cuánto tiempo haya pasado desde que lo tomó hasta que presentó el vómito asumimos que se ha absorbido nada, parcialmente o todo el medicamento.

Más claro:

  • Si el vómito ha sido inmediatamente tras tomar la medicina o han pasado menos de 15 minutos (en estos casos si el medicamento es de color se suele ver incluso en el vómito) podemos volver a repetir la dosis completa.
  • Si han pasado entre 15-30 minutos, asumimos que parte del medicamento se ha absorbido y podemos volver a repetir la mitad de la dosis.
  • Si han pasado entre 30-60 minutos o más, asumimos que el medicamento se ha absorbido prácticamente por completo y NO repetiremos la dosis. Si al recoger el vómito observamos que el vómito está parcialmente teñido del medicamento, lo que sí podemos hacer es, adelantar la siguiente dosis. Por ejemplo si la próxima dosis le tocaba a las 8 horas se podrá adelantar a las 4-6 horas.

 

Por otro lado debemos intentar averiguar la causa del vómito:

  • Si vomita porque no le gusta el sabor o la textura de la medicina, deberemos preguntarle al pediatra si existen otras alternativas de sabores o, incluso otras vías, por ejemplo, la rectal. Aunque los pediatras intentamos utilizar cada vez menos esta vía, en algunos niños, es la única que nos queda “porque es enseñarle y bote de apiretal y ya está vomitando”. A veces funciona, también, mezclar el medicamento con algo de comida (leche, zumo, …). Esto se puede hacer con la gran mayoría de medicamentos de uso pediátrico.
  • Si vomita porque precisamente esa era el motivo de llevarlo al médico y parece que está empezando con una gastroenteritis, en este caso, quizás nos debamos plantear desde el principio la vía rectal.
  • Si vomita porque tiene mucha tos, “lo echa todo con los golpes de tos”: en este caso debemos intentar crear las condiciones óptimas para que no ocurra. Es decir, hacer los lavados nasales previos a la toma del medicamento y nunca tras la toma del mismo. A veces en estos casos, y aunque la tos suele ser un mecanismo de defensa, podemos asociar un medicamento antitusivo.

 

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¿Son tan malos los corticoides?

“¿Corticoides otra vez?, ¿y no le puede mandar otra cosa? Es que tiene 20 meses y ya ha tomado corticoides en dos ocasiones. Me han dicho que tienen muchos efectos secundarios, ¿verdad?”

Intentaré aclarar esto, pero si eres de los que no lees los post hasta el final, quiero que te quede claro que los corticoides habituales (estilsona, budesonida,…), a las dosis habituales, NO producen efectos secundarios.

¿Qué son los corticoides?

Los corticoides son hormonas que se producen en la glándula suprarrenal (unas glándulas que tenemos justo encima de los riñones).

Estas hormonas son muy importantes ya que controlan el estrés, intervienen en la inflamación y regulan las secreciones de otras hormonas.

Estas hormonas se han logrado reproducir en el laboratorio y es muy frecuente su uso en la medicina.

¿Qué tipos de corticoides existen?

Podemos clasificar los corticoides de muchas maneras:

  • por su potencia: baja, intermedia y alta potencia.
  • por su vida media: cuanto mayor es la vida media significa que más tiempo mantienen su efecto. Por ese motivo la pauta de dosificación será diferente en función de qué corticoide utilicemos.
  • por la vía de administración: vía oral (en pastillas o gotas), vía inhalatoria (en diferentes tipos de aerosoles), pinchados (por vía intramuscular o intravenosa), tópicos (en formas de cremas, colirios,…).

¿Para que se utilizan?

Son muchos los procesos que los médicos controlamos gracias a los corticoides.

Son de especial importancia en enfermedades autoinmunes o reumatológicas (artritis reumatoide, síndrome nefrótico, lupus,…).

Pero el post de hoy va referido, sobre todo, a los usos superfrecuentes de los corticoides en la patología del día a día.

De éstas, las más habituales son:

  • Bronquitis o crisis asmáticas: En las crisis lo utilizamos casi siempre por vía oral (el más usado es la Estilsona). En crisis moderadas o graves puede ser necesario administrarlo por vía parenteral (el más conocido es el Urbason). También pueden utilizarse por vía inhalatoria como tratamiento preventivo en niños con bronquitis recurrentes (el más conocido es la Budesonida).
  • Laringitis: dependiendo del tipo y de la intensidad de la crisis lo utilizaremos por vía inhalatoria (el más usado es la Budesonida) o por vía oral (Estilsona, Fortecortin, Zamene, Dexametasona, …)
  • Dermatitis atópica: en función de la intensidad del brote los utilizaremos de forma tópica (en forma de lociones, cremas o ungüentos) en casos de brotes leves-moderados. Para brotes moderados-severos pueden ser necesarios por vía oral.
  • Fimosis: en ocasiones puede ser necesario la aplicación de una crema de corticoides para facilitar la liberación de las adherencias.

¿Cuáles son los efectos secundarios?

  • Por déficit de corticoides: Como he dicho, los corticoides son hormonas naturales y al ser administrados externamente, si lo administramos durante mucho tiempo y a dosis medias-altas, pueden frenar las glándulas suprarrenales. El problema es que si suspendemos el tratamiento bruscamente, el cuerpo se queda sin corticoides y esto puede alterar todas las constantes vitales. Por esto, en tratamientos prolongados, hay que hacer una reducción paulatina de la dosis, para que los corticoides naturales vayan progresivamente “tomando el mando”.
  • Por exceso de corticoides: estos son que todo el mundo conoce y por los que tienen tan mala fama los corticoides. Pueden ser muchos: obesidad, osteoporosis, hipertensión, hiperglucemia, disminución de crecimiento, estrías, bajada de las defensas,… Hay que decir, que a pesar de ser muy conocidos, son extremadamente infrecuentes cuando los utilizamos en ciclos cortos (tratamientos de menos de 7-10 días de duración).

En conclusión, y resumiendo, los efectos secundarios de los corticoides utilizados en los procesos habituales (bronquitis, laringitis, dermatitis atópica,…) son inexistentes. De todos modos, NO es recomendable la automedicación. Consulta a tu pediatra.

 

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