¿Por qué sudan los niños al quedarse dormidos?

Esta es una preocupación de los padres durante todo el año pero que se hace especialmente frecuente en esta época porque piensan con el paso de estar sudando a “quedarse frío” el niño se resfriará.

 

El porqué un niño suda al quedarse dormido tiene una explicación sencilla:

Todas las personas, adultos y niños, al dormirnos pasamos de un estado de metabolismo activo a metabolismo basal, es decir, “nuestro motor” pasa de estar a 3000 revoluciones por minutos a estar al ralentí. Ya sabéis que al quedarnos dormidos nos bajan las pulsaciones, la tensión arterial,…

Esto hace que en ese paso del descenso del metabolismo haya una fase de exceso de energía que el cuerpo libera en forma de calor y por tanto de sudor. El “radiador” de los niños está en la cabeza. Los niños pierden especialmente el calor a través del cuero cabelludo (por eso es importante colocarles un gorro a los recién nacidos en el paritorio para que no se enfríen).
En los niños es más evidente este paso  a “metabolismo basal” puesto que el nivel de actividad que tienen los niños suele ser muy alto. Por eso es tan frecuente que los niños suden, sobre todo por la cabeza, mientras duermen, especialmente en la primera fase del sueño, hasta que entren en “ralentí”. Luego, a lo largo de la noche ya no suelen sudar tanto.

Además, algunos factores que pueden hacer que suden más son los que ya de por sí aumentan el metabolismo como la fiebre, un exceso de actividad física, una comida muy copiosa,…

Comparte esta explicación con otros padres y ayudarás a que no se angustien por cosas normales.

Plagiocefalia postural

 

plagiocefalia

Todos los problemas que afectan al cráneo, como hemos visto en otros post, generan mucha angustia. Normalmente, las alteraciones de la forma del cráneo, son un proceso benigno que suele corregirse solo. La más frecuente es la plagiocefalia postural. Debemos saber diferenciarlas de las craneosinostosis verdaderas que pueden requerir intervención quirúrgica por parte del neurocirujano.

¿Cómo se si mi hijo tiene una plagiocefalia?

A la simple observación es fácil reconocer el aplanamiento del cráneo, que casi siempre se produce en la zona occipital (a veces también la parietal). En ocasiones, además, estos bebés presentan un adelantamiento de la oreja y abombamiento de la frente de eses mismo lado.

El cráneo adquiere una forma de paralelogramo como vemos en la figura.

plag

¿Cuál es la causa?

Las causas pueden ser muchas pero las más frecuentes son:

  • El bebé ya nace con el aplanamiento del cráneo: Por compresión externa del cráneo del bebé durante el embarazo por miomas uterinos, embarazos gemelares, …

  • El bebé nace con la cabeza redondeada pero a lo largo de los primeros meses se va deformando: por pasar demasiado tiempo con la cabeza apoyada del mismo lado. Desde hace años, como medida de prevención del síndrome de muerte súbita del lactante, los pediatras recomendamos que los lactantes duerman en decúbito supino (boca arriba). Esto ha llevado a que aumenten el número de deformidades craneales.

¿Se puede hacer algo para prevenirlo?

Se recomienda que el combinar la posición de decúbito supino con la posición hacia el lado derecho y hacia el lado izquierdo alternativamente desde el nacimiento. De esa manera, además, se evita que el niño busque su “posición de confort” siempre del mismo lado.

Cuando esté despierto, es recomendable que el niño esté boca abajo durante algún tiempo. También es bueno tenerlo en brazos y jugar con él, evitando así apoyos prolongados de la cabeza en la misma posición.

No se debe abusar del tiempo que los bebés pasan en las sillas o carritos, especialmente los que provocan que la cabeza siempre apoye del mismo lado.

¿Cómo se trata?

La mayoría de los casos responden al tratamiento postural. En muy pocas ocasiones habrá que recurrir al uso de “cascos” y, excepcionalmente, será necesaria la cirugía.

¿Cuales son esas medidas posturales?

  • Acostar al niño apoyando la parte redondeada y mantenerlo en esta posición el máximo tiempo posible.

  • Colocar al niño boca abajo durante al menos una hora al día (siempre despierto).

  • Si la cusa era una tortícolis, se deben hacer los ejercicios de estiramiento del cuello

  • Si el bebé tiene tendencia a mirar mientras duerme a los padres (casi siempre a la madre), se debe cambiar la cuan de lado o de orientación para que el bebé tenga que rotar la cabeza hacia el lado contrario de la parte aplanada.

     as 1       as 2

    ¿Cuál es el pronóstico?

    La gran mayoría de los niños, realizando las medidas descritas, mejoran en 2 o 3 meses.

    De todas maneras estas deformidades no afectan al desarrollo neurológico.

    Comparte esta información para evitar la preocupación de muchos padres.

La LARINGITIS

 

Todos los años igual, puntual a su cita, con la llegada del otoño o la primavera, en estos días que hay una gran diferencia de temperatura entre el día y la noche, aparece LA LARINGITIS. Conviene distinguirlo bien de las bronquitis, de las que ya hablé en este otro post.

 

¿Qué es la laringitis?

Es la inflamación de la laringe, que es la parte más baja de la garganta, donde se encuentran las cuerdas vocales.

¿A quién puede afectar?

Puede aparecer a cualquier edad, pero es especialmente frecuente en niños de entre 6 meses y 6 años.

¿Cuál es la causa?

Generalmente las laringitis están producidas por VIRUS, exactamente por los mismos virus que provocan los catarros (rinovirus,…). El catarro de vías altas desciende hasta la laringe.

Otras veces, durante el sueño, se produce un espasmo de la glotis y, al chocar entre sí las cuerdas vocales, se inflaman.

¿Cuáles son los síntomas?

El síntoma más típico de las laringitis es la tos, generalmente seca, parecida al ladrido de un perro (tos perruna) o de una foca. Además siempre existe ronquera y afonía (por la inflamación de las cuerdas vocales). Suelen empeorar por la noche.

En las laringitis catarrales puede haber, además, mucosidad nasal y fiebre.

Las laringitis estridulosas o crup se caracterizan porque súbitamente, generalmente de madrugada, mientras el niño duerme y habiéndose encontrado en las horas previas bien, el niño comienza a toser (con tos perruna) y a hacer un ruido muy fuerte al coger aire (estridor).

¿Cómo se diagnostica?

El diagnóstico es muy fácil por el tipo de tos. Sin ver al niño, desde la sala de espera, es muy fácilmente reconocible ese tipo de tos (tos de perro o de foca).

¿Puedo hacer algo en casa?

Debemos intentar prevenir el ambiente seco de la casa, colocando recipientes con agua, o utilizando humidificador (sobre el humidificador ya hablé en este post).

En el caso de que se despierte con tos perruna y estridor se puede meter al niño en el cuarto de baño con la ducha del agua caliente encendida para que el niño inhale el “vapor caliente” durante 15-20 minutos.

Otra medida eficaz es respirar el aire frío de la noche (o incluso de la nevera), ya que el frío es un antiinflamatorio muy eficaz (recordar que cuando nos damos un golpe nos ponemos una bolsa de hielo sobre la zona del traumatismo).

¿Cuándo debo consultar en Urgencias?

  • Si estando tranquilo, el niño hace ruido al coger aire (estridor).
  • Si presenta dificultad respiratoria, se le marcan las costillas al espirar o se le hunde el pecho (tiraje).
  • Si el niño esta somnoliento o muy irritable.
  • Si tiene una coloración azulada de la cara o los labios.
  • Si los síntomas van empeorando.

¿Cómo se trata?

No son necesarios los antibióticos puesto que se trata de infecciones víricas.

Si existe un estridor importante utilizaremos antiinfamatorios potentes como los corticoides.

Si solo existe leve ronquera puede ser suficiente con antiinflamarorios menos potentes como el ibuprofeno.

¿Se pueden prevenir?

En las laringitis catarrales, como en cualquier infección respiratoria, lo más importante es el lavado de manos para prevenir el contagio.

En las laringitis estridulosas es importante prevenir:

  • la sequedad del ambiente: colocando recipientes con agua como he dicho anteriormente.
  • la sequedad de las mucosas: ofrecer líquidos abundantes a los niños, especialmente agua.

Comparte esta información para evitar muchos sustos nocturnos a otros padres.

¡¡¡Mi niño NO COME!!!

niño no come

Si no es el propio motivo de consulta, es raro, que unos padres (no digo nada si es la abuela la que lo trae o acompaña) con un niño de más de 2 añitos suelten en algún momento durante la consulta “Doctor, y además… ¡¡¡NO COME NADA!!!

Este tema, quizás, es el que más desespera a los padres. Repiten una y otra vez “estamos desesperados, todos los días hay que montar el circo para que coma…”, “ y pesa lo mismo que hace dos meses…”. Suplican, casi de rodillas, “¿no le va a mandar nada para las ganas de comer…?”

Aclararé algunas cosas. Seamos objetivos:

Un niño que nace de 3,5 kg pesará en torno a 7 kg a los 4 meses, alrededor de 10 kg al año y alrededor de 13 kg a los 2 años. Es decir, duplica su peso en 4 meses, triplica su peso en un año y cuadriplica su peso en 2 años. Vemos, por tanto, que la velocidad de crecimiento va disminuyendo con la edad, aun siendo muy alta en los primeros meses-años de la vida. A partir de los 2 años, y hasta el “estirón puberal” el niño irá aumentando, si está sanito, aprox 1,5-2 kg al año. El problema es que los padres “se acostumbran” a que el niño crezca muy rápido en los primeros meses y después les cuesta entender que paren. Si hacéis unos cálculos sencillos, veréis que un niño que pesara 3,5 kg al nacimiento y mantuviese la velocidad de crecimiento de los 4 primeros meses a los 2 años pesaría 28 kg. Así sí veréis que es una barbaridad, ¿verdad?

Coincidiendo con este descenso de la velocidad a la que se aumenta de peso aparece un interés creciente por el mundo que le rodea. Podríamos decir que a partir de los 14-15 meses están mucho más interesados por descubrir el mundo que por comer (tienen un año entero para aumentar 1Kg).

Siempre os repito en la consulta que a partir del primer año sabréis si vuestro hijo está sano por cuánto y cómo juega, NO por cuánto come.

Algunas madres (aquí sí tengo que decir que casi siempre son las madres) replican rápido “pues el hijo de mi vecina, que nació dos semanas antes que el mío, no para de comer, se lo come todo, …”. Para esto también hay un ejemplo fácil de entender: sabéis que hay adultos que pueden comer lo que les de la gana y no engordan (¡¡qué envidia!!) y otros como se pasen lo más mínimo de la raya les cuesta después muchas horas de gimnasio. En fín, que también “la genética y el metabolismo” influyen.

Recordad: ¡¡Lo importante es tener un niño sanito, no gordito!!

Debemos saber que:

  • Es bueno establecer rutinas diarias en cuanto a horarios y normas sencillas en la mesa. Pasado el tiempo que estimemos necesario para una comida se recogerá la mesa sin conflictos ni reproches.

  • El niño come por instinto, comerá la cantidad necesaria. Es él el que decide la cantidad. Lo que sí es misión de los adultos, como ya hemos visto en este otro post, es ofrecer le una dieta saludable

  • Es bueno dejar a los niños que manipulen ellos los cubiertos, y coman solos, aunque se manchen.

  • Los niños aprenden imitando así que es bueno, si es posible, que la comida sea en compañía de los adultos. Debe ser un momento de reunión familiar, no de “conflicto familiar”.

Debemos evitar:

  • Hacerles comer a la fuerza, con castigos o amenzazas.

  • Correr detrás de ellos con la cuchara por toda la casa.

  • Distraer con películas o videojuegos durante la comida. Se trata de hacer del momento de la comida un memento agradable consciente no de camuflares la comida mientras se distraen.

  • Abusar de los lácteos como sustituto.

  • Premiar con chuches. La comida no debe ser premio ni castigo.

Comparte esta información y contribuirás a la tranquilidad de muchos padres.

5 errores muy frecuentes en la alimentación infantil.

 

girl eats candies

 

Partiendo de la premisa de que “los padres siempre quieren lo mejor para sus hijos”, hoy quiero advertir de algunos errores muy frecuentes en la alimentación de los niños, casi siempre por publicidad engañosa, por desconocimiento o por creencias erróneas en la alimentación infantil.

Comentaré los 5 errores que considero más frecuentes:

1- Preguntar a los niños qué quieren comer.

Recordemos que no podemos dejar en sus manos la responsabilidad de elegir un menú saludable. Si les preguntamos abiertamente los niños tienden a elegir siempre alimentos muy dulces o salados. Por tanto, lo más adecuado es ofrecerles entre dos o tres alimentos que los adultos tengamos ya previstos, pero dentro de las opciones más saludables.

2- Sustituir la fruta por zumos envasados.

La fruta contiene azúcares naturales y, además, fibra, minerales y vitaminas. Sin embargo, en los zumos envasados, al eliminar la pulpa, desaparece la fibra y parte de las vitaminas. Además, los zumos envasados, aportan gran cantidad de azúcares y, sin embargo, carecen de otros nutrientes esenciales.

Para saciar la sed debemos utilizar agua, ya que el utilizar zumo para esto incita a beber aún más, entrando en círculo vicioso.

3- Abusar en el desayuno de cereales azucarados y/o chocolateados.

La base de estos cereales es buena ya que son copos elaborados a partir de distintos cereales (trigo, arroz, maíz) que suelen tomarse junto con la leche. Sin embargo, para hacerlos más apetecibles, suelen ir recubiertos de azúcar, chocolate o miel. Esto aumenta de forma considerable la cantidad de calorías sin aportar nutrientes esenciales. Por tanto, lo más recomendable es tomar cereales sin añadidos, como el pan o las tostadas.

4- Tomar más de tres productos o raciones de lácteos al día.

La leche es un alimento necesario en la dieta pero abusar puede provocar algunos problemas en la alimentación infantil:

– Al tomar mucha leche o derivados, saciarán casi o completamente su apetito y la dieta será monótona y carente de algunos nutrientes.

– La leche es rica en calcio pero contiene muy poco hierro. Ambos minerales son necesarios para el organismo y hay que tener en cuenta que el  calcio dificulta la absorción del hierro. Por tanto los niños que tomen un exceso de lácteos tendrán, con frecuencia, muy bajos los depósitos de  hierro de su organismo.

– La leche de vaca y sus derivados aportan grasas animales, ricas en ácidos grasos saturados, por lo que un exceso en su consumo aumenta la ingesta de estos compuestos.

– Abusar de los lácteos puede dar lugar a estreñimiento y dolor abdominal.

– Muchas veces los lácteos sustituyen a la fruta como postre. Hay que recordar que la fruta contiene vitamina C que ayuda a que se asimile mejor el hierro del resto de los alimentos que se hayan tomado, complementando mejor el almuerzo.

5- Meriendas blandas a base de pan de molde o bollería.

Debemos saber que los productos de bollería y los panes de molde suelen tener grasas añadidas, que no contiene el pan del día.

Además, los alimentos de consistencia algo dura hacen trabajar a los dientes y las mandíbulas favoreciendo la masticación, el desarrollo de los músculos de la cara y fortaleciendo los dientes y encías. Sin embargo, los alimentos demasiado blandos además de evitar este pequeño pero beneficioso esfuerzo, a menudo, al estar compuestos por azúcares, se adhieren a los dientes contribuyendo a la aparición de caries.

Es más aconsejable que los niños y niñas merienden alimentos de mayor consistencia como bocadillos de pan normal y trozos de fruta.

Comparte esta información con otros padres y contribuirás a una alimentación más saludable de nuestros hijos.

Vacunas para la meningitis.

image

Con el revuelo que se ha generado a raíz de la recomendación de la vacunación frente a meningococo B (Bexsero) parece que nos hemos despistado un poco.

Intentaré aclarar ciertas dudas.

¿Cuántos tipos de meningitis existen?

Si las clasificamos por tipo de germen, existen básicamente tres:
   – Las producidas por hongos: son muy infrecuentes. Se producen en pacientes con enfermedades previas importantes (por ejemplo en pacientes con las defensas muy bajas y sobre todo en pacientes con tratamientos antibióticos muy prolongados y con dispositivos intracraneales como válvulas). No nos referimos nunca a este tipo de meningitis en la población general.
   – Las producidas por virus: y por tanto no se tratarán con antibióticos, sólo se hace tratamiento sintomático. No suelen dejar complicaciones y los síntomas típicos (vómitos, dolor de cabeza, …) son más leves.
   – Las producidas por bacterias: estas son MENINGITIS QUE TODO EL MUNDO TEME porque pueden producir secuelas graves (sordera, ceguera, convulsiones, …) e incluso la muerte. El tratamiento consiste en antibióticos por vía intravenosa.

¿Cuáles son los síntomas típicos de las meningitis bacterianas?

Los síntomas más frecuentes son fiebre alta, con cefalea intensa, vómitos en escopetazo (sin nausea previa) y rigidez de nuca. En ocasiones la meningitis se asocia con una infección generalizada (sepsis) y, entonces, pueden aparecer manchas en la piel de color rojo vino (petequias) que no desaparecen al presionar la piel.

Pero si mi hijo ya estaba vacunado para la meningitis, y además le puse Prevenar, ¿cómo es que ahora me dice el pediatra que hay que volver a vacunarlo para la meningitis?

Esta es la “madre del cordero”. Esta es la pregunta que he tenido que responder más frecuentemente en los últimos días.
Voy a aclararlo explicando los gérmenes que producen meningitis bacterianas habitualmente y las vacunas que existen:

  – Haemophilus:

Desde el año 1998 la vacuna está incluida en el calendario vacunal “obligatorio”. Forma parte de las vacunas “obligatorias” que se ponen a los 2, 4, 6 y 18 meses. Afortunadamente desde hace ya muchos años no vemos meningitis por Haemophilus.

   – Neumococo:
Este es un germen productor de  otitis, neumonías, sepsis (infección generalizada) y meningitis. Existen muchos tipos de neumococo, pero los más frecuentes y más graves están en las vacunas que han ido apareciendo. Inicialmente se vacunaron los niños con Prevenar (que incluye 7 tipos de neumococos). Posteriormente apareció una vacuna que ampliaba el espectro, Synflorix (incluye 10 tipos de neumococos) y, más recientemente, apareció Prevenar-13, que es la que se utiliza hoy día (incluye 13 tipos de neumococo). Dependiendo de la Comunidad Autónoma donde vivamos esta vacuna habrá sido financiada por el Sistema Público de Sanidad o nos habrá tocado “rascarnos el bolsillo”.

   -Meningoco:

Igualmente existen muchos tipos de meningococo:
          – Meningococo C: disponemos desde hace años de vacuna, y en España, entre los años 1998 y 2000 se incluyó en los calendarios “obligatorios”.  Forma parte de la vacunas que se ponen a los 4 y 12 meses, y una dosis de recuerdo a los12 años.
          – Meningococo B: está actualmente, como hemos visto en otros post, en el candelero. En otros países europeos se está vacunando desde 2013. A España acaba de llegar ahora, en Octubre de 2015. De momento, con esta vacuna, también nos va a tocar “rascarnos el bolsillo”. El precio oscilará alrededor de los 115 euros. Depende de la edad del niño varía el número de dosis como podéis ver en la ficha técnica de la vacuna.
          – Otros meningococos (A, C, W135 e Y): para estos serotipos la recomendación será individualizada a la hora de realizar determinados viajes internacionales.

Comparte esta información con otros padres si piensas que puede aclararle la vacunación frente a los diferentes tipos de meningitis.

Dolor de garganta

image

El dolor de garganta es una de las quejas más frecuentes de los niños en las consultas de pediatría. En muchas ocasiones utilizamos, como si fueran sinónimos, los términos dolor de garganta, faringitis, amigdalitis, faringoamigdalitis pero realmente  no se tratan del  mismo proceso.



Aclararé ciertas dudas.

¿Cómo podemos saber la causa?

En raras ocasiones el dolor de garganta va ser producido por un cuerpo extraño (por ejemplo cuando en niño se clava una espina de pescado al comer).
Casi siempre el dolor de garganta va a ser producido por una infección vírica o bacteriana. Precisamente esta diferencia en la causa, vírica o bacteriana, va a ser la que influya a la hora de poner el tratamiento al niño.
Existen pruebas disponibles en algunas consultas de pediatría general y en algunas consultas de urgencias en las que tomando una muestra de la garganta del niño con un bastoncillo en pocos minutos nos ayudará a distinguir entre estas dos causas.
Pero lo cierto es que en la mayoría de las ocasiones, sin utilizar esta prueba, los pediatras intuimos con bastante probabilidad de acierto si se trata de una infección vírica o bacteriana.
Los datos que más nos ayudarán a decidir son: la edad, el grado de temperatura, los síntomas acompañantes (tos, mucosidad,…), la presencia de exudado en las amígdalas (“puntos o placas en la garganta”), la presencia de adenopatías cervicales (“ganglios en el cuello”).
De esta manera, lo típico en los virus es que se trate  de un niño menor de 3 años, que la fiebre no sea muy alta y asocie otros síntomas como mucosidad clara, tos, … y no haya unos ganglios demasiado llamativos.
En ocasiones, incluso, nos atrevemos a poner nombre al virus porque las lesiones que observamos son muy características. Por ejemplo si su hijo tiene una infección por el virus de Coxsackie, es posible que también tenga una o más ampollas en la garganta y en sus manos y pies (por lo que suele llamársele enfermedad de mano-pie-boca). La mononucleosis infecciosa, como ya vimos en otro post, puede producir dolor de garganta, con fiebre que puede durar hasta una semana, acompañado de exudado en las amígdalas, ganglios aumentados de tamaño, exantema (“manchas en la piel”) y, sobre todo, cansancio.
Por otro lado, lo típico de las infecciones bacterianas es que se produzcan en niños más mayores, en edad escolar e incluso adolescentes, con fiebre muy alta y habitualmente acompañado de un dolor muy intenso al tragar y aumento del tamaño de los ganglios del cuello. Normalmente no se acompaña de otros síntomas catarrales como la tos o la mucosidad.
La bacteria que más frecuentemente produce estos cuadros es el Streptococcus pyogenes. En algunas ocasiones esta bacteria, al liberar toxinas, produce un cuadro más generalizado, llamado escarlatina, que típicamente asocia un exantema con la piel muy rasposa, como “papel de lija”.

¿Cuál es el tratamiento?

En el caso de las infecciones víricas no tratamos la causa. Haremos sólo tratamiento sintomático, utilizando ibuprofeno, como antiinflamatorio, e intentaremos mantener un adecuado estado de hidratación.
En las infecciones bacterianas, para evitar complicaciones, será necesario tomar antibióticos por vía oral. Los más utilizados son la amoxicilina o la penicilina.

¿Cuándo debo consultar al pediatra?

Se debe consultar con el pediatra si hay fiebre alta, dolor intenso de garganta o erupción generalizada.
Debido a nuestro principal mecanismo de defensa, la fiebre, tanto las infecciones víricas como por estreptococo, suelen curan solas en el plazo de 2-4 días. Por tanto, si los síntomas persisten pasado ese tiempo será necesario consultar al pediatra.

¿Se pueden prevenir las infecciones de garganta?

Como cualquier infección respiratoria, en la edad infantil, es difícil de prevenir ya que el contagio se produce por contacto estrecho de persona a través de las gotitas que expulsamos al toser, hablar,… También puede transmitirse la infección a través de las manos, después de tocar un objeto contaminado por otra persona infectada. Por eso, el lavado frecuente de manos es importante en la prevención todas de las infecciones respiratorias.

Comparte esta información con otros padres y evitarás la angustia de muchos padres por no sabe si su hijo necesita antibióticos cuando le duele la garganta.

Intolerancia a la lactosa.

image

Hay determinados alimentos que «están de moda».
Quizás la leche es el más llamativo: tiene muchos fans y también muchos detractores.
Como en todo en la vida, en el término medio está la virtud.
Aclararé ciertos conceptos. Hoy hablaré de la intolerancia a la lactosa.

¿Qué es la lactosa?
La lactosa es el “azúcar” de la leche.  Para ser digerida y absorbida es necesaria una enzima llamada lactasa, que está en las células que tapizan el intestino delgado.

¿Qué es la intolerancia a la lactosa?
Cuando la lactasa falta total o parcialmente, la lactosa no se digiere ni absorbe en el intestino delgado por lo que llega hasta el intestino grueso (colon) donde las bacterias hacen que fermente. Esto hace que se produzca gran cantidad de gas que dará lugar a los síntomas que diré más adelante.
Normalmente, en los primeros meses de la vida, el intestino tiene una gran cantidad de lactasa, pero a partir de los 2-3 años de edad esta enzima va desapareciendo poco a poco. Algunos niños no tienen síntomas hasta varios años más tarde, en la adolescencia o incluso en la edad adulta.
Es muy raro el déficit primario de lactasa (intolerancia congénita a la lactosa), es decir, que un bebé nazca sin esta enzima y, por tanto, no sea capaz de digerir la leche “normal”. Pero sí es más habitual, que de forma transitoria, por “un daño” en el intestino, por ejemplo tras una gastroenteritis, esta enzima falte (total o parcialmente) y se produzca lo que los médicos llamamos intolerancia secundaria  a la lactosa.

¿Cómo se manifiesta?
La mayoría de los intolerantes a la lactosa lo son sólo parcialmente, es decir, conservan cierta cantidad de lactasa y, por tanto, cierta capacidad de digerir y absorber la lactosa. Sólo cuando sobrepasan esa capacidad al tomar más leche, aparecen los síntomas.
Los síntomas más típicos son:
– dolor abdominal
– gases y distensión abdominal
– diarrea, que suele explosiva (por la fermentación) y ácida. Esto hace que la defecación sea desagradable por el escozor y, en los más pequeños, la piel de la zona del pañal se irrite.

¿Es una enfermedad grave?
No. En general es leve y las molestias desaparecen al dejar de tomar leche o utilizar lactasa.

¿Cómo se diagnostica?
La mayoría de las veces, y siendo práctico, puede ser suficiente con probar si los síntomas desaparecen al suprimir la leche de la dieta durante varias semanas.
Se pueden hacer otras pruebas para confirmarlo:
–  Test de hidrógeno espirado: el aire que se expulsa de los pulmones después de haber tomado leche contiene más hidrógeno si se es intolerante a la lactosa.
Sustancias reductoras en heces: comprobar que en las heces hay más sustancias ácidas.

¿Esta enfermedad es hereditaria?
No necesariamente de una madre intolerante a la lactosa nace un bebé intolerante a la lactosa, pero sí hay cierta agrupación familiar, es decir, suele haber en esa familia varias personas que “no les sienta” bien la leche.
También influye la raza, probablemente por la adaptación  evolutiva a los distintos estilos de alimentación. En Europa, la intolerancia a la lactosa es mucho más infrecuente que en otras zona, sólo la padecen aproximadamente la cuarta parte de la población.

¿Es lo mismo la intolerancia a la lactosa que la alergia  a la proteínas de la leche de vaca?
No, no tienen nada que ver.
La intolerancia a la lactosa es la intolerancia al azúcar de la leche. Se manifiesta con síntomas digestivos y suele aparecer en niños más grandecitos.
La alergia a la proteína de leche de vaca es producida por las proteínas de la leche. Se puede manifestar con síntomas digestivos pero suelen tener reacciones en la piel. Se produce generalmente en bebes de muy poca edad, días o pocos meses.

¿Cuál es el tratamiento de la intolerancia a la lactosa?
Excluir la lactosa de la dieta o disminuir la ingesta hasta que desaparezcan los síntomas.

¿Qué alimentos contienen lactosa?
Por supuesto, LA LECHE.
También existe lactosa en el resto de los lácteos (batidos, flanes, natillas, …) o en platos que se hacen con leche (croquetas, canelones, bechamel,…). También en los helados, bollería, pasteles y chocolate.
Para algunos niños “muy intolerantes” a la lactosa será necesario leer con atención la etiqueta de los alimentos envasados porque éstos pueden contener algo de lactosa (salchichas, embutidos, …).
Sin embargo, debido a la fermentación, el yogur y el queso (sobre todo el queso muy curado) tienen muy poca lactosa.

Pero si no toma leche, ¿cómo se si mi hijo esta tomando el calcio suficiente para crecer bien?
En el primer año de la vida la leche un alimento fundamental en la alimentación de los niño.
Después ya no es tan importante, ya que pueden comer otros alimentos muy variados que también contienen calcio como son algunas verduras (brócolis, espinacas, …), legumbres (soja, garbanzos, guisantes, …), pescados (salmón, gambas, almejas, …), alimentos enlatados (sardinas, …) o frutos secos (pistachos, pipas, …)

Comparte esta información con otros padres si piensas que le puede ser de utilidad.

El impétigo.

image

Con el comienzo de los colegios y guarderías, y todavía con bastante calor, son frecuente algunas infecciones de la piel como el impétigo.

Aclararé algunas dudas:

¿Qué es el impétigo?
Es una infección de la piel producida por gérmenes que habitualmente viven en ella. Los más frecuentes son el Staphylococcus aureus y el Streptococo pyogenes.

¿Por qué se produce?
Algunas circunstancias como picaduras de insectos, lesiones por rascado, heridas, … inoculan estas bacterias al interior de la piel. Una vez en el interior por contacto directo, o bien por liberación de toxinas, producen lesiones ampollosas y costrosas.

¿A quién afecta?
Puede aparecer a cualquier edad pero es más frecuentes en niños entre 2 y 5 años.

¿Cómo se contagia?
El germen se transmite por contacto directo.Es muy contagioso. El propio niño puede extender la lesión mediante el rascado y pequeñas heridas en  piel sana.  El contagio también se produce por el transporte de las bacterias en la ropa, toallas, ropa de cama, utensilios escolares y otros objetos.
Algunos factores como el hacinamiento, las pequeñas heridas cutáneas, la higiene deficiente y el clima húmedo y cálido pueden favorecer la infección.

¿Cómo se manifisesta?, ¿cómo son las lesiones?
Existen dos tipos de impétigo:
– El impétigo contagioso (o costroso) comienza con una pequeña manchita roja en la piel que evoluciona a vesícula que en su interior tienen un líquidos espeso del color de la miel. Estás vesículas se rompen muy fácilmente y se transforman en costras. Normalmente afecta a la cara (comenzando casi siempre alrededor de la nariz o la boca) y las extremidades.

image

– El impétigo ampolloso afecta sobre todo a los recién nacidos. Son lesiones que se presentan como ampollas grandes y frágiles localizadas sobre todo en el tronco, las extremidades y el área perineal.

image

En cualquier caso estas lesiones de vesículas o costras no duelen y no dejan cicatriz. A veces se puede aumentar el tamaño de los ganglios de las zonas de alrededor.

¿Cuál es el tratamiento?
Inicialmente debemos lavar las lesiones con agua y jabón e intentar despegar las costras con aceite o vaselina.
En el caso de lesiones pequeñas utilizaremos un antibiótico tópico (mupirocina o ácido fucsídico).
Si las lesiones están muy extendidas (o en los recién nacidos) se asocia  antibiótico oral (cloxacilina, amoxicilina-clavulánico, cefuroxima)
El tratamiento suele prolongarse un total de 10 días.

¿Se puede prevenir?
Lo más importante es lavar bien las manos y cortar bien las uñas tanto de los niños como de sus cuidadores.
No compartir ropas, toallas, juguetes, … Si no se puede evitar el contacto con otros niños se puede cubrir las lesiones con gasas o vendas.
Debemos evitar llevar al niño a la guardería hasta que dejen de apraecer lesiones nuevas.

Comparte esta información con otros padres si piensas que les puede ser útil.

Vacunación frente a meningococo B.

image

Afortunadamente, en los últimos meses, se están encadenando varios pequeños GRANDES avances en la vacunación en la infancia. Aunque llegan tarde, los pediatras lo celebramos con la esperanza de poder seguir cuidando a nuestros niños con la filosofía de “más vale prevenir que curar”.

El pasado 30 de julio os informé, a través de este post , del cambio que había habido con respecto a la vacuna de la varicela a partir de 2016.

Y ayer supimos a través de la web de la Agencia Española de Medicamento y Productos Sanitarios (AEMPS) que la vacuna frente a meningococo B (Bexsero®) que anteriormente figuraba como de “uso hospitalario”, ahora pasa a ser “medicamento sujeto a prescripción médica”. Este es el paso previo para su dispensación en farmacias y compra libre tras la prescripción del pediatra. Podéis consultarlo en el siguiente link . En muchos países de Europa, igual que la vacuna de la varicela, ambas vacunas están disponible en farmacias, incluso incluida en calendarios oficiales de algunos países o regiones.
Como podéis ver también en este enlace el comité Asesor de Vacunas dice textualmente: “Aunque, por el momento, el cambio de condiciones de prescripción de este medicamento no ha sido anunciado ni comentado por fuentes del Ministerio, es de esperar que esta modificación administrativa se siga con la pronta distribución, a las farmacias comunitarias de nuestro país, de la única vacuna autorizada frente al meningococo B y cuyo acceso está restringido, desde su comercialización, por decisión de la agencia española”.

Y ¿quién puede ponerse la vacuna (en cuanto a los pediatras nos autoricen a prescribirla)?

Todos los lactantes (mayores de 2 meses), niños, adolescentes y adultos. Podeís consultar aquí  la ficha técnica de esta vacuna para ver la pauta exacta en función de la edad de vuestro hijo.

¿De que meningitis estamos hablando?

Desgraciadamente por mi trabajo en Cuidados Intensivos Pediátricos he visto a muchos niños morir o quedar con secuelas muy graves por este tipo de meningitis. Desde que se generalizara la vacuna antineumocócica prácticamente todas las sepsis y meningitis que vemos en las UCIs pediátricas son por meningococo. En Europa, el serotipo más frecuente es meningococo B (que es precisamente el serogrupo que incluye la vacuna).
Esta enfermedad es mucho más frecuente y de peor pronóstico en niños menores de 2-3 años, seguidos de los adolescentes, pero puede ocurrir a cualquier edad. Aproximadamente el 10% de los niños que padecen una infección por este germen fallecen y aproximadamente un 30% queda con secuelas graves permanentes (ceguera, sordera, amputación de miembros, …)
Después de ver estos datos, comprenderéis que los pediatras estemos celebrando esta noticia. Pero no podremos estar tranquilos hasta que no tengamos una fecha exacta para que se puedan dispensar estas vacunas en las farmacias.

Os mantendré informados puntualmente.

Comparte esta información con otros padres y contribuirás a la tranquilidad de muchos padres.