¿Qué agua es la mejor para preparar biberones?

AGUA BI

Hasta lo más simple nos plantea dudas a la hora de cuidar nuestro bebé.

¿Necesita agua nuestro bebé?, ¿cuánta necesita?

Como ya vimos en este post, en condiciones normales, si un bebé toma pecho o biberones bien preparados (1 cacito raso de polvo de leche por cada 30 ml de agua) no necesita más agua. En determinadas condiciones donde haya una pérdida extraordinaria (vómitos, diarrea, sudor excesivo,…) sí podría ofrecerse agua extra.

Pero las dudas continúan.

¿Puedo utilizar agua del grifo para preparar el biberón?

Como norma general debemos considerar que si en la zona donde vivimos el agua del grifo es potable, puede ser utilizada para el consumo humano y para la preparación de biberones.

Pero, ¿debe hervirse?

Con el sistema de cloración es ABSOLUTAMENTE IMPROBABLE que el agua esté contaminada por virus o bacterias, por tanto, NO SERÍA NECESARIO HERVIRLA.

Pero debemos considerar que las leyes españolas no obligan a detectar parásitos. Es por esto que hay quien recomienda hervirla.

Si el agua se hierve durante más de 5 minutos puede aumentar la concentración de nitratos, que no son recomendables. Por este motivo, si se hierve el agua, la OMS recomienda que sea durante aproximadamente un minuto. Y, por supuesto, se debe dejar enfriar hasta que esté tibia antes de añadir el polvo de la leche.

Si se calienta en microondas, debemos agitar bien el contenido  y comprobar SIEMPRE la temperatura de la leche antes de dársela al bebé, ya que el calentamiento no es uniforme y podemos provocar quemaduras.

¿Qué agua mineral es mejor?

Ya hemos visto que NO necesariamente, salvo que vivas en una zona de España cuya agua una cantidad demasiado elevada de sales minerales y sustancias que no son adecuadas para el organismo del bebé. Puedes consultar aquí  las características de las aguas de España.

Si se utiliza agua mineral es recomendable que el agua sea de mineralización débil, es decir, cuanto menos sodio, potasio, cloro,… contenga mejor, ya que así el riñón de tu bebé tendrá que trabajar menos para depurar.

El agua mineral no será necesario hervirla siempre y cuando la manipulemos bien (no chupar la boquilla,…)

Existen muchas aguas minerales en el mercado que indican en la etiqueta su idoneidad para la preparación de biberones. De todas maneras, si tienes dudas, puedes consultar la composición de las aguas embotelladas pulsando aquí.

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Los niños necesitan agua desde que nacen

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Más de una se habrá quedado impresionada de la afirmación del título del post. Pero es así de claro, es más, ya hemos recordado en algún post que la importancia del agua es mayor cuanto menor es la edad del bebé. El agua es el elemento primordial para la vida y ante la ola de calor que estamos “sufriendo” aumenta el interés por el aporte de agua a los niños. Intentaré aclarar cuál es la forma de darle agua a un bebé sin darle “agua extra”.

Las dudas más frecuentes son:

Si le estoy dando lactancia materna exclusiva, ¿debo ofrecerle agua extra?

NO, es suficiente con el agua que contiene la leche. En cualquier caso lo que se puede hacer es ofrecer el pecho más frecuentemente (aunque normalmente será el bebé quien lo reclame si tiene sed).
Y aquí viene el dato, casi el 90% de la leche materna es agua. Por eso es suficiente con ofrecerle el pecho.

¿Y si le estoy dando leche de fórmula o lactancia mixta?

La respuesta es igual de rotunda que la anterior y el motivo es el mismo. La leche de fórmula (leche de vaca) tiene también casi un 90% de agua en su composición.
Eso sí, para esa proporción de agua se mantenga,  debemos preparar adecuadamente los biberones. Es decir, tal y como se explica en todos los envases, poner un cacito raso de polvo por cada 30 ml de agua y recordar poner siempre primero el agua, porque si no estaríamos añadiendo menos agua de la correspondiente. Y es precisamente ahí, en la deficiente preparación de los biberones, donde surge el falso mito de que a los bebés hay que ofrecerles agua además del biberón. Desgraciadamente, hace muchos años, era más frecuente esta deficiente preparación de los biberones (con menos agua de la necesaria) y esto provoca deshidratación hipernatrémica y por este motivo, la gente más mayor, tiene esa “obsesión por ofrecerles agua entre tomas”.

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Cinco sencillos consejos para prevenir un golpe de calor en niños.

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Los grupos de edad más vulnerables a los efectos nocivos del calor son los ancianos y los niños.
La exposición a altas temperaturas puede tener consecuencias importantes como la deshidratación o el golpe de calor, especialmente en los niños pequeños, que son más susceptibles a sufrirlos.

Recordaré cinco consejos muy importantes y fáciles de seguir para evitar un golpe de calor en niños:

1.- Beber líquidos abundantemente.

Como mecanismo de refrigeración nuestro cuerpo en estos días genera muco sudor, por lo que debemos reponer líquidos con más frecuencia para evitar la deshidratación.

Debido a que en la composición corporal de los bebés la proporción de agua es mayor, es en este grupo de edad, donde debemos hacer especial hincapié en ofrecerles líquidos.
A los bebes que están siendo alimentados con lactancia materna exclusiva, en estos días, hay que ofrecerles el pecho más frecuentemente.

Para el resto se recomienda ingerir aproximadamente 50 ml por kilo de peso (es decir, para un bebe de 10 kg se recomienda una ingesta de agua de 500 ml).
Puesto que hay algunos  niños a los que cuesta mucho trabajo darles agua, la hidratación se puede hacer a través de alimentos con alto contenido en agua como la fruta (en piezas o zumos naturales), las verduras y hortalizas frescas y cocidas. También helados, batidos fresquitos, sopas frías (como el gazpacho,…)
En estos días se recomiendan dar agua, zumos, batidos,… cada dos horas a los niños  pequeños, especialmente a los menores de 3 años.

2.-Evitar la exposición al sol en las horas centrales del día.

Es decir, evitar exponer el niño al sol entre las 11 de la mañana y las 5 de la tarde.

Buscar siempre la sombra (debajo de un árbol, debajo de una sombrilla,…) y conviene además, de vez en cuando, refrescar al niño mojando la cabeza o humedeciendo los brazos y las piernas.
En casa conviene utilizar ventiladores o aires acondicionados (ajustar la temperatura entre 22-26ºC).

3.- Usar gorras o sombreros.

Los efectos del sol son especialmente desagradables y peligrosos si nos da directamente en la cabeza, provocando insolación con cefalea o desmayos.

4.- Usar protección solar.
Incluso aunque se éste a la sombra es fundamental recordar la importancia del uso de protectores solares para evitar quemaduras como ya insistí en otro artículo.

5.- No dejar NUNCA a los niños en el interior del coche.

Esta recomendación es extensible también al invierno, pero en los días de ola de calor las temperaturas que se alcanzan en el interior de un coche son «lo más parecido a un horno», pudiendo deshidratar a un niño y haciendo que sufra un golpe de calor grave en pocos minutos, que le puede llevar incluso a la muerte.

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