¿Cuándo se debe bañar por primera vez un recién nacido?

Aún recuerdo en mi época de residente cuando a los recién nacidos, en el mismo paritorio, se les daba un “buen baño” bajo el grifo para quitarles toda la grasilla y la sangre para que así lucieran perfectos en sus primeras fotos.

Esa grasilla que se pretendía quitar se llama vernix caseoso y tiene la función de hidratación y nutrición de la piel así como de conservar el calor y que el recién nacido no se enfríe.

¿Habéis pensado entre otros muchísimos cambios (nivel de luz, nivel de sonidos,…) el cambio de temperatura tan brusco que sufre un recién nacido?

Pasa de estar a una temperatura de unos 36,5ºC, que es la temperatura del interior corporal de la madre, a unos 20-22ºC, por no decir menos. ¿¡Quién no recuerda el frío que hace en el paritorio o en el quirófano!?

El lugar del cuerpo por el que más calor pierde un recién nacido es la cabeza por eso se aconseja durante las primeras horas de vida usar un gorro.

Este enfriamiento tras el nacimiento y el baño hacía que los bebés se encontraran muy poco activos en las primeras horas de vida por lo que se dificultaba el enganche al pecho y, por tanto, el establecimiento de la lactancia materna.

Hoy día, afortunadamente, esta costumbre está desterrada de prácticamente todos los centros sanitarios. Se aconseja esperar al menos 24 horas para realizar su primer baño.

Si quieres repasar otras dudas con respecto al baño de los bebés te dejo los enlaces para otros post que he escrito respecto al baño.

¿Es necesario bañar a los bebés a diario?

¿Se puede bañar un bebé después de comer?

¿Se puede bañar un bebé después de comer?

Muchas preguntas son las que surgen alrededor del baño de los bebés. Ya vimos el post de ¿el baño de los bebés debe ser a diario? Podéis repasarlo pinchando aquí.

Hoy aclararé una duda que tienen muchos padres.

En verano esta pregunta es un clásico, pero en invierno, sigue siendo frecuente porque complica la “logística familiar”.

Me dicen: “Es que como tenemos que esperar dos horas para el baño, pues al final se nos hace tarde y se nos  junta con la siguiente toma”.

Yo: “¿¿¡¡Dos horas!!??”

Y ahora ya casi mirando al suelo (o uno de los padres mirando al otro con una mirada de “ves, lo que te decía”): “Sí, dos horas. Para que no se le corte la digestión, ¿no?”

Si eres de los que no lees los post hasta el final decirte que: “NO HAY QUE ESPERAR NINGÚN TIEMPO DESDE QUE UNO COME HASTA QUE PUEDE BAÑARSE, PEROS ES CONVENIENTE NO HACERLO SÚBITAMENTE EN AGUA MUY FRÍA O HACER GRANDES ESFUERZOS DESPUÉS DE LA COMIDA”.

Aclaremos el tema. ¿Por qué surge el mito?

Es frecuente que con el calor del verano aumente la temperatura corporal. Si  de pronto hacemos una inmersión en el agua, especialmente si esta está bastante fría, la diferencia de temperatura provoca una reacción tal en el cuerpo que se inhibe la respiración y la circulación sanguínea, que puede provocar un síncope (Todo el mundo hemos tenido la experiencia de que de pronto el agua de la ducha esté “helada” y tener la sensación de que no podemos respirar).

Esto puede ocurrir a en cualquier momento pero es especialmente frecuente después de las comidas porque por lo propia digestión aumenta la temperatura corporal (especialmente si nos damos “un homenaje”).

Además, tras las comidas, gran parte de la sangre se desvía hacia el abdomen para hacer la digestión. Si en ese momento hacemos un gran esfuerzo muscular, la sangre tendrá que ir hacia los músculos y se “corta la digestión”.

Por tanto las conclusiones son:

  • Pueden bañar a sus bebés sin tener en cuenta cuánto tiempo hace desde que se bañó, pero utilicen agua “calentita”, o al menos que no haya una gran diferencia entre la temperatura corporal y la del agua.
  • No “amarguen” las tardes de piscina o playa a sus hijos haciendo que esperen las “malditas dos horas” pero sí aconséjeles que, al principio, al entrar en el agua, no hagan grandes esfuerzos.

Comparte esta información con otras familias si piensas que puede alegrarle las tardes de playa a muchos niños o mejorar la “logística familiar” de muchas familias.

10 sencillos consejos para los niños con dermatitis atópica.

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Como ya expuse en otro post NO SIEMPRE ES ACONSEJABLE BAÑAR A LOS NIÑOS A DIARIO.

Esta costumbre actual ha aumentado en porcentaje de niños que sufren dermatitis.

En el post de hoy daré 10 sencillos consejos para el cuidado de la piel de los niños con dermatitis atópica:

  • No bañéis a vuestros bebés a diario, especialmente en épocas de brote.
  • En el baño, utilizar jabones de avena o parafina.
  • Podéis utilizar aceites en el agua durante el baño
  • Hacer baños cortos (no más de 5 -10 minutos) o, preferiblemente, duchas. Un “enjuagoncillo” rápido.
  • Tras es baño, aplicar crema hidratante suficiente para intentar mantener la piel bien hidratada. También podéis aplicar aceites incluso sobre la piel húmeda, antes de secarlos.
  • Si a lo largo del día notáis la piel del niño muy reseca podéis aplicar, nuevamente, crema hidratante.
  • No frotar enérgicamente la piel al secar. Mejor secar empapando, con toques suaves sobre la piel, especialmente en la zonas de eccemas.
  • Utilizar, si es posible, ropa 100% algodón, o al menos, evitar los síntéticos de lana o fibra.
  • No abrigar excesivamente a los niños y utilizar ropa holgada.
  • Mantener las uñas del niño siempre bien cortas y limpias. Así evitaremos las heridas por rascado, que se pueden sobreinfectar.

Si pesar de estos cuidados, el niño no mejora, debéis consultar a vuestro pediatra.

Si el niño presenta un brote, con piel muy reseca o eccemas (zonas de la piel más enrojecidas y resecas, que suelen picar mucho) vuestro pediatra debe guiar el tratamiento ya que, en ocasiones, es necesario utilizar cremas con corticoides e incluso jarabes antihistamínicos, para aliviar el picor.

 

Comparte esta información con otras familias. La piel de sus hijos te lo agradecerá.

¿El baño de los bebés debe ser a diario?

 

Esta es una preocupación muy frecuente entre los padres. Especialmente entre papás primerizos. Al llegar a casa se encuentran con «su regalo» y se dan cuenta que no disponen del «manual de instrucciones».

Con cada situación surgen veinte mil dudas. Con respecto al baño: «¿lo tenemos que bañar a diario?, ¿cuál es la mejor hora para el baño?, ¿a qué temperatura ponemos el agua?, ¿es necesario utilizar gel o champú?, ¿es mejor bañarlo antes o después de comer?, ¿cuánto tiempo debemos esperar para bañarlo, si ha comido?, ¿conviene después hacer un masaje?, …»

Como ya comenté en el post de la vuelta al cole, creo que hemos cambiado demasiado nuestras costumbres en demasiado poco tiempo. Y creo que estamos pasando de un extremo a otro. En generaciones anteriores, los padres, aun sin nada de formación, criaban estupendamente a sus hijos. También es verdad que era raro quien no se había quedado al cuidado de un hermano, primo o vecino pequeño más de una vez. Algo impensable hoy día. Pienso que actualmente hay un exceso de información que, a veces, nos bloquea. «Mi madre me ha dicho que dos veces a la semana, pero he leído en internet que debe ser a diario. Mi vecina dice que en días alternos, y no utilizar jabón, … Pero, ¡¡¡¡¿qué hago?!!!!»

Pienso que hay que relativizarlo todo un poco, que no existen normas fijas. La crianza es más cuestión de instinto que de razonamiento. O acaso cómo cría una vaca a su ternero, o la gata a sus gatitos.

Por tanto, y volviendo al motivo del post, creo que depende de muchos factores la respuesta de cada cuánto tiempo debe bañarse un bebé.

La clave, como siempre, es utilizar el sentido común, si un bebé ni se ensucia ni suda como un niño o un adulto, no tiene por qué bañarse a diario. Obviamente no estamos hablando de cuando el niño viene lleno de mugre del parque o se ha vomitado encima. La zona más sucia de los bebés es el área del pañal, y esa, habitualmente se asea con cada cambio. Por cierto, en esa zona tampoco hay porqué poner crema con cada cambio de pañal, a menos que esté irritada y debemos ser especialmente obsesivos con la higiene de los pliegues y secarlos bien.

Lo que sí tenemos que decir los médicos es que desde que se ha universalizado la costumbre de bañar los niños a diario, quizás hayan disminuido el número de infecciones pero en la misma medida han aumentado el número de dermatitis. La piel de los bebés crea una capa ácida protectora de grasa, sudor y gérmenes útiles y esta capa protege la piel contra influencias ambientales e infecciones.

Pero por otro lado, no nos alarmemos. No pensemos que bañar a un niño a diario es un pecado que lo condenará a una dermatitis irreversible.

La mayoría de los niños se suelen relajar mucho con el baño y puede ser más una medida de relajación que de higiene, pero no tiene por qué ser a diario. Dependerá mucho de la «dinámica familiar».

Debemos saber que si bañamos los bebés bastante a menudo, o incluso a diario, es mejor utilizar productos suaves, sin perfume, con la menor cantidad de sustancias químicas posibles, con una esponja o manopla suave, sin restregar fuerte.

Mención aparte merecen los bebés con dermatitis atópica. En este caso la ducha es preferible al baño, y cuanta más corta mejor. Mejor que el agua no esté demasiado caliente. Además no se debe frotar mucho y no utilizar o muy poca cantidad de gel (si se utilizan mejor con pH neutro o ligéramente ácido). Para estos niños «prohibidos» los baños prolongados con espuma, ya que estos irritarán más su piel.

Comparte esta información y estarás ayudando a proteger la piel de nuestros pequeños.