¡Cuánto te he deseado…!

Tus ojos son muy grandes, mi niña,

tan grandes como los miedos que he soportado hasta parirte.

 

Tu mirada es muy profunda,

casi tan profunda como todos los sentimientos que sentí en esta lucha.

Deseo… y más deseo.

Impotencia… y más impotencia.

Presión… y más presión.

Desesperación… y más desesperación.

Culpa… y más culpa.

Es tan intenso tu olor a vida,

casi tan intenso como mi deseo por concebirte.

¡Te he soñado tantas veces!

Pero ya estás aquí conmigo, con nosotros.

Ahora sólo quiero achucharte.

¡Me he culpado tantas veces!

¡Lo he culpado tantas veces!

¡Y me he vuelto culpar tantas veces!

¿Por qué para mi, para nosotros, es tan difícil?

¿Por qué nosotros no podemos ser padres?

Tantas noches en vela…

Tantas preguntas sin respuesta…

Pruebas… y más pruebas.

Tratamientos… y más tratamientos

Desvelos, frustraciones, culpa…

Pruebas… y más pruebas.

Y el tiempo pasa,

y aparece la prisa,

y la desesperación,

y la desesperanza.

Y analíticas…, y clínicas…, y médicos…

Y más analíticas…, y más clínicas…, y más médicos.

Y menos respuestas a mis preguntas, a nuestras preguntas,

Y el reloj que no se para,

Y la gente que no para de hacer impertinentes preguntas.

Pero ya estás aquí conmigo, con nosotros.

Ahora sólo quiero achucharte.

Ahora sólo deseo tenerte entre mis brazos, gordita mía

Ahora sólo deseo acariciar tu piel,

Ahora sólo quiero vivir hacia delante.

¡Come de mi pecho, pequeña mía

que eso es, ahora, todo lo que deseo!

Las particulares 12 campanadas de Cuidar Mi Bebe.

Este año volveré a aprovechar las campanadas de las 12 para agradecer todo lo bueno que me ha pasado durante este 2016.

Desde Cuidar Mi Bebe estas son mis particulares 12 campanadas :

¡¡Doongg, doongg!! No, aún no, estos son los cuartos. Id preparando las uvas.

Mientras aprovecharé para agradecer muy sinceramente el seguimiento que habéis hecho del blog a lo largo del año que, a pesar de mi frenético ritmo de trabajo, me ha motivado a seguir escribiendo.

Agradezco todos vuestros “me gusta”, todos vuestros “me encanta” en los post. Agradezco todos vuestros “comentarios” y vuestras “valoraciones” tanto en el perfil de facebook como en doctoralia. Pero agradezco igualmente todos vuestros comentarios y valoraciones negativas. No se puede gustar a todo el mundo y , además, eso me motiva a intentar hacer las cosas cada vez un poco mejor.

Agradezco, también, la gran acogida que ha tenido la consulta on-line con cientos de dudas resuelta a través de esta vía. Y, al parecer por vuestros comentarios y valoraciones, con gran satisfacción por quienes la han utilizado.

Agradezco, igualmente, a todas las familias que pasaron este año por mi consulta, por confiarme su tesoro más preciado: la salud de sus hijos. He intentado estar a la altura, a pesar de que ya sabéis que los retrasos son muy difíciles de manejar.

Uff, que me enrollo, y empiezan las campanadas….

  • ¡¡Doongg, una!!Por mis hijos, José, María y Victoria. Ellos me mantienen conectado íntimamente a la pediatría y me aportan una visión mucho más “real” de la crianza de los niños. No sólo como pediatra sino también como padre.
  • ¡¡Doongg, dos!!Por mi mujer, Paqui. Por la paciencia infinita que tiene conmigo, por todo el tiempo que le robo con mi trabajo (ella dice que con esto del blog yo tengo lotro hijo). Por la visión de madre que me aporta de la crianza de los niños y que me hace entenderos mucho mejor.
  • ¡¡Doongg, tres!!Por mis cuñad@s y sobrin@s (tit@s y prim@s), que también me muestran otra manera de ver y sentir la crianza de los niños.
  • ¡¡Doongg, cuatro!!Por mis padres, Diego y María, porque además de la infinita ayuda que nos aportan familiarmente, me aportan la visión de “abuelos”, necesaria también en mi intento de visión global de los niños.
  • ¡¡Doongg, cinco!!Por mis compañeros médicos, tanto del Hospital Virgen del Rocío como del Hospital NISA, porque su compañerismo me mantiene actualizado de una forma más amena y porque hacen que el trabajo en equipo sea lo más valioso.
  • ¡¡Doongg, seis!!Por el resto de mis compañeros de trabajo (enfermer@s, auxiliares, celador@s, limpiador@s, cociner@s, mecánicos,…), porque su trabajo es IMPRESCINDIBLE para que la rueda sanitaria pueda rodar sin detenerse.
  • ¡¡Doongg, siete!!Por vuestros niñ@smis pacientes, por cada una de esas sonrisas inocentes y sanas cada vez que les doy una “pegatina de valientes” o, últimamente, los caramelos. La mayoría, con los caramelos, ya no se acuerdan ni de las pegatinas (jaja…)
  • ¡¡Doongg, ocho!!Por vosotros, cada uno con vuestras circunstancias. Por esa entrega en la crianza de vuestros hijos. Nadie dijo que fuese fácil, PERO MERECE MUCHO LA PENA.
  • ¡¡Doongg, nueve!!Por todos los abuelos, titos, amigos, cuidadores… que acompañaron a los niños a la consulta cuando los padres no pudieron, porque ellos también son IMPRESCINDIBLES.
  • ¡¡Doongg, diez!!Por todos los buenos momentos que nos ha dejado este 2016. Estoy seguro que si os paráis un momento analizarlo superan, con creces, los pequeños baches que tenemos que superar a veces.
  • ¡¡Doongg, once!!Por todas las personas que tengan que atravesar alguna dificultad en el próximo año. Para que sean capaces de sacar siempre alguna enseñanza de esa experiencia
  • ¡¡Doongg, doce!! Por un 2017 cargado de ilusión, esperanza y buenos momentos.

 

¡¡¡¡FELIZ AÑO NUEVO!!!! , ¡¡¡¡FELIZ 2017!!!!

Os deseo muchos «momentos de calidad».

Un tópico. Llega final de año y toca hacer balance.

En estas fechas es típico pensar cómo ha cambiado la vida en el año que termina (que si me he comprado una casa, que si me he casado, que si…) y hacer propósitos para el nuevo año (apuntarse por enésima vez a inglés, hacer más deporte,…).

Pero pienso que los años se cuentan no por las cosas que hemos conseguido o perdido sino por los “momentos de calidad” vividos.

Yo llamo “momentos de calidad” a esos momentos que marcan tu vida para siempre.

El paradigma de esos momentos es el nacimiento, especialmente la de un hijo, y la muerte, especialmente la de los padres. Pero también puede ser “momentos de calidad” los vividos con o para otras personas cercanas (sobrinos, nietos, tíos, abuelos,…)

Tuve este año la suerte, como ya os conté en este post, cómo que volví a quemar con el nacimiento de Victoria, mi hija pequeña. Fue un “momento de gran calidad”.

Como también he compartido con vosotros he vivido este año la muerte de familiares, padres de amigos, abuelos de amigos, maestros que me marcaron,… Estos también han sido “momentos gran calidad”. Aclararé en este punto que lo que da calidad al momento no es que sea un momento feliz, que por supuesto esos últimos no lo han sido, sino que sea un momento que sea emocionalmente muy intenso, de los que te marcan para siempre. Esos momentos son en los que uno se da cuenta de que la patata del pecho (el corazón) no sólo sirve para latir y bombear la sangre sino para SENTIR. Sí, SENTIR con mayúsculas.

Esta capacidad de sentir es la que hace que la vida merezca mucho la pena. Incluso los momentos de duelo, con el alivio que supone el paso del tiempo, son momentos de mucho AMOR. Son momentos donde nos hacemos consciente del amor, cariño, admiración, respeto,… que tenemos hacia esa persona

Pero hay muchos momentos cotidianos que también son “momentos de calidad” que no debemos perdernos.

Son momentos muy necesarios en las relaciones: esos desayunos en familia para empezar el día con energía, esos cuentos leídos en la cama por las noches, esos besos de buenas noches, ese olor de nuestros hijos (recordaréis que ya hablé de esto en este post), esos pequeños-grandes logros cotidianos de nuestros hijos (“papá, ya sé leer en minúscula”), esos pequeños detalles que nos traen del colegio y que con tanta ilusión nos regalan,…

Os deseo para el próximo año muchos “momentos de calidad”.

Y tú, ¿has vivido muchos «momentos de calidad» este año?

¿Te apetece compartirlos?