El amigo imaginario.

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“Papá, Marcos dice que quiere venir con nosotros a la casa del pueblo, para conocer al abuelo”. La primera vez que los padres escuchan a su hijo decir esto comienzan a mirar para todos lados a ver si ven a Marcos, y casi que preferirían verlo, porque se les queda una cara de susto… y piensan: “¿este niño ve visiones?, ¿estará perdiendo la cabeza?,…”

Muchos padres viven con gran angustia cuando ven que su hijo comienza a relacionarse con un amigo imaginario y piden ayuda en el pediatra o en psicólogo, pensando que su hijo tiene alguna alteración psicológica.

Fantasear es una actividad que mantenemos de por vida. Los adultos también, por momentos, vivimos en un mundo imaginario en muchas situaciones, por ejemplo cuando compramos un cupón (“si me toca haré un viaje a las Maldivas”, y nos imaginamos allí mismo, disfrutando del paraíso…)

Aclararé ciertas dudas:

¿Todos los niños tienen amigos imaginarios?

No todos los niños tienen  amigos imaginarios, pero sí es muy frecuente, aproximadamente el 50-60% de los niños tendrán, a lo largo de su infancia, algún amigo imaginario.

¿A qué edad suele comenzar?

La edad más frecuente a la que suelen aparecer es entre los 3-6 años.
A partir de los 2 años los niños comienzan a desarrollar el juego simbólico (juegan a las cocinitas con comida imaginaria, hablan por teléfono con un juguete, …).
Por extensión de esta fase del juego simbólico, en su imaginación, pueden llegar a crear un amigo imaginario, o dotar de “vida” alguno de sus peluches.

¿Significa que el niño tiene un problema psicológico o de relación?



Hace años se pensaba que tener amigos imaginarios era más frecuente en los hijos únicos, en niños que pasaban mucho tiempo solos o en niños que se movían en un ambiente fundamentalmente con adultos, pero los estudios actuales no han podido demostrar ninguna de estas relaciones.
En contra de esto, lo que sí se piensa, es que los niños que tienen un amigo imaginario es porque tienen muy desarrollada el área de la imaginación e incluso en el futuro pueden llegar a ser grandes artistas.

¿Qué debo hacer como padre?

En primer lugar, si el niño está en la edad típica, comprender que es una fase normal y no preocuparse.
Es más, los amigos imaginarios, pueden tener una parte positiva ya que en realidad son el reflejo del propio niño. Por tanto, debemos aprovechar para:

    – Conocer sus miedos: “mamá, a Marcos le da miedo dormir con la luz apagada”, suele significar que a él le da miedo dormir con la luz apagada.
    – Conocer sus deseos: “mamá, Marcos dice que quiere ir a la playa”, suele significar que a él quiere ir a playa.
    – Educar, aprovechando de manera indirecta la figura del amigo imaginario: podemos decir “dile a Marcos que a mamá no le gusta que los niños digan palabrotas”.
    – Corregir algunos “hábitos de higiene”: podemos decir “vamos a explicarle a Marcos cómo se lavan los dientes”.

¿Confundirá el niño el mundo real con la fantasía?

No, pero no debemos estimular en exceso, no debemos dar demasiado protagonismo ni importancia al amigo imaginario.
Siempre debemos estimular que el niño juegue con otros niños reales.
Pero también es importante no reprimirlo continuamente, porque eso es como negar sus sentimientos.

¿Cuándo debo preocuparme?

Sólo debe preocuparse si a raíz de la aparición del amigo imaginario el niño rechaza relacionarse con otros amigos reales o el comportamiento del niño sufre una desviación por ejemplo hacia un comportamiento muy agresivo.

¿Cuándo desaparecerá?

No hay que obligar al niño a no jugar con su amigo imaginaria, tal como vino se irá.

Normalmente en torno a los 7-8 años, conforme va desarrollando el lenguaje y sobre todo la lógica y la inteligencia, su amigo imaginario desaparecerá de su mente.

Comparte esta información con otros padres si piensas que puede ser de utilidad para ellos.