La gripe.

Pero…,¿los niños tienen gripe?

Pues claro. Estamos tan acostumbrados a que los niños menores de dos años tengan mocos que la mayoría de las veces el diagnóstico pasa desapercibido. A todas las familias con hijos pequeños os será familiar la siguiente retahíla: “Mocos otra vez, doctor. Ya hasta me da vergüenza venir. Me voy a tener que comprar una casa al lado del hospital. La semana pasada estuvimos con mocos y tos y ahora ha comenzado con fiebre y los mocos y las toses siguen”.

¿Cuáles son los síntomas?

En los niños más pequeños los síntomas son muy inespecíficos: fiebre (a veces alta) sin foco evidente, malestar, tos, diarrea, vómitos. Es por eso que, en ocasiones, es difícil diferenciarlo de un cuadro de gastroenteritis o de un cuadro catarral.

En los niños más mayores los síntomas son parecidos: fiebre alta, tos, dolor de cabeza, mucosidad, dolor de garganta, malestar general y mialgias pero es más fácil de diagnosticar porque ya expresan cómo se sienten (“me duele todo el cuerpo”).

¿Cómo se contagia?

La gripe es una enfermedad vírica con una alta tasa de contagiosidad. Se contagia por contacto con secreciones respiratorias (saliva, pequeñas gotitas que soltamos al hablar o estornudar, …) de alguien que la esté padeciendo. Debido a algunas actitudes propias de los niños (chupar juguetes que luego cogen otros niños y los vuelven a chupar, estornudar o toser sin taparse la boca,…) , se contagian (y nos contagian) con mucha frecuencia. Casi el 80% de los casos de gripe cada año son niños.

¿Cómo se trata?

El tratamiento de la gripe, como el de casi todas las virasis, es sintomático.

No se trata con antibióticos puesto que es una infección vírica. No existe tratamiento curativo. En estos casos lo que hacemos es aliviar mientras nuestras propias defensas se cargan al virus.

Como en todas las virasis conviene:

  • Tratar con antitérmicos la fiebre si es incómoda. La obsesión (como ya expliqué en este vídeo) no debe ser controlar la temperatura sino mejorar el malestar que produce la fiebre.
  • Hidratación: es muy importante hacer una ingesta adecuada y abundante de líquidos. Las secreciones serán fluidas y por tanto más fáciles de expulsar. Si existe n vómitos o diarrea nos servirá para rehidratar.

¿Cuándo debemos preocuparnos? 

Uno de los hechos diferenciales de la gripe con respecto a otras virasis es que la fiebre suele ser más alta y el cuadro suele durar más tiempo que en otras ocasiones. Si la mayoría los cuadros víricos suelen estar resueltos en 3-4 días, en el caso de la gripe la duración media de los síntomas es de una semana.

Debemos estar alerta y consultar al pediatra si:

  • el niño se encuentra muy decaído.
  • después de 4-5 días con fiebre, ésta va a más.
  • la tos se hace cada vez más intensa o persitente o empieza a aparecer dificultad para respirar.
  • aparecen manchitas en la piel (en la gripe no deben salir manchitas en la piel).

¿Se pude hacer algo para prevenir?

Por un lado debemos intentar prevenir el contagio (lavarse las manos, toser con el codo,…)

Por otro lado disponemos de la vacuna de la gripe para prevenir el contagio.

 

¿Quién debe vacunarse de la gripe?

Puede vacunarse la gripe cualquier persona mayor de 6 meses que no presente ninguna contraindicación para la vacuna.

En Estados Unidos la Academia Americana de Pediatría recomienda la vacunación universal para todo los niños mayores de 6 meses, sin embargo en Europa no se recomienda la vacunación universal.

Las recomendaciones actuales del Comité asesor de Vacunas de la Asociación Española de Pediatría dicen que se recomienda la vacunación de la gripe en los siguientes niños que se encuentren dentro de los siguientes grupos de riesgo (puedes leerlas más ampliadas pinchando aquí):

  • Niños prematuros nacidos con menos de 35 semanas de edad gestacional, en los primeros años de su vida.
  • Niños con enfermedades crónicas respiratorias (asma, bronquitis de repetición, displasia broncopulmonar,…), metabólicas (por ejemplo la diabetes), renales, hepáticas, reumatológicas, neuromusculares.
  • Niños sin bazo.
  • Niños con implantes cocleares.
  • Niños inmunodeprimidos.
  • Niños con síndrome de Down.
  • Niños malnutridos o con obesidad mórbida.

Además quiero hacer dos consideraciones sobre dos grupos de riesgo que habitualmente asisten a la consultas de pediatría y leen este blog:

  • Si estás embarazada debes vacunarte de la gripe.
  • Si eres un abuelo de más de 65 años debes vacunarte de la gripe, por tu salud y por la de tus nietos.

 

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