Lactancia en tándem.

“Doctor, ¿qué hago ahora con la lactancia? Me acabo de enterar de que estoy embarazada, vengo ahora mismo del ginecólogo y me ha dicho que deje el pecho. ¿Usted qué me dice?”

Pues yo lo que le digo, en primer lugar, es: “¡¡¡Enhorabuena!!!”

Con respecto a las dudas sobre cómo mantener la lactancia en el embarazo lo explico a continuación.

A pesar de que las hormonas liberadas en la lactancia inhiben la liberación de las hormonas de la ovulación, a modo de “anticonceptivo” natural, puede ocurrir que una madre se quede nuevamente embarazada durante su lactancia y las dudas y miedos no tardan en surgir. Si la lactancia materna en sí misma encierra un montón de falsos mitos como ya he contado en otras ocasiones (podéis leerlos pinchando aquí), más aún cuando ocurre en «circunstancias especiales».

¿Qué es la lactancia en tándem?

Se llama lactancia en tándem cuando una madre que está amamantando, vuelve a quedarse embarazada, decide seguir dando el pecho durante todo el embarazo y, una vez nacido el pequeño, amamanta a los dos.

Es una situación que en ocasiones es difícil de mantener porque a las dudas que le surgen a las madres por “tener que mantener a dos” hay que sumar el desánimo y rechazo que, en general, transmiten la mayoría de los profesionales sanitarios ante esta estrategia de alimentación. Afortunadamente se ha visto en algunos estudios recientes que cada vez son menos los sanitarios que desaconsejan abandonar la lactancia durante el embarazo, aunque este porcentaje sigo siendo alto.

¿Por qué en la consulta de ginecología me han dicho que “dejara el pecho” al diagnosticarme el embarazo?

Al mamar se libera oxitocina, que es una hormona que puede producir contracciones uterinas.  De hecho, se ha visto en algunos estudios que más de la mitad de mujeres tenían contracciones mientras amamantaban pero que cedían espontáneamente cuando el niño soltaba el pecho. En ese mismo estudio se constató que no había diferencia en cuanto a la duración de los embarazos comparando embarazo sin lactancia con embarazo con lactancia materna. Aun así, por prudencia en algunas situaciones especiales (embarazos múltiples, antecedentes de abortos o partos prematuros), sí puede ser aconsejable abandonar la lactancia por el riesgo de la pérdida del embarazo.

Doctor, ¿es cierto que muchos niños dejan el pecho cuando su madre se queda embarazada?

Es cierto que aun cuando la madre se “empeñe” mantener la lactancia en tándem se ha visto que en más de la mitad de los casos son los propios niños los que deciden destetarse de manera natural.

Antes se pensaba que lo dejaban por el cambio de sabor pero hoy día se sabe que es debido a la caída de la producción de leche.

Pero un si recién nacido necesita calostro, ¿qué tipo de leche tendré tras dar a luz, calostro o leche madura?

Por todos los cambios hormonales que ocurren alrededor del parto la leche madura pasará nuevamente a ser calostro. “La naturaleza protege al más débil”. Es decir, el recién nacido tendrá u calostro disponible desde el minuto cero.

La subida de la leche se producirá de igual forma con la ventaja de que además el hijo mayor puede ayudar a descongestionar los pechos en el caso de ser molesta la congestión mamaria.

¿Tendré suficiente leche para los dos? ¿El mayor no le robará la leche al pequeño?

Con la lactancia en tándem siempre parece haber leche materna de sobre, de hecho, la pérdida de peso fisiológica de los primeros días es menor en los casos con lactancia en tándem. Y las crisis de lactancia también son menos llamativas en estos casos.

¿Puede ser el pecho una vía de contagio para el recién nacido?

La lactancia en tándem no favorece el contagio de enfermedades entre hermanos. Para llevarla. acabo sólo se requiere el mantenimiento de las medidas habituales de higiene. Sólo si el lactante mayor presenta una lesión por herpes (labial o en otra localización), no debe ser amamantado, para evitar el contagio del recién nacido.

¿Cómo me organizo? ¿Quién debe mamar primero?

La madre tendrá que organizar las tomas entre ambos hijos. Los primeros días de calostro son clave para el recién nacido y la producción del mismo tiene un límite, por lo que el recién nacido debe ser amamantado en primer lugar.

 

Comparte esta información si piensas que puede ser útil a alguna familia que se encuentre en estas circunstancias.

«Manolete, si no sabes torear pa que te metes”

“Doctor estoy hecha un lío. Yo siento que mi bebé sigue necesitando mi pecho. Me lo pide frecuentemente. Él mama y se queda tranquilo. Yo siento que se sacia, pero como no paran de decirme que eso ya es por vicio… que ya no le alimenta nada, que lo único que quiere es tener la teta de chupete y que mi leche es aguachilrri…

Para colmo ayer fui a mi médico y me dijo que si estaba dando el pecho no podía recetarme nada para mis dolores de cabeza.”

 

No voy a entrar a juzgar hoy los “consejos” de muchas de las personas que nos rodean y que supuestamente son los que nos ayudan en la crianza. Hoy me centraré en un grupo especialmente influyente: los sanitarios y más concretamente, los médicos.

Ya he hablado en otras ocasiones de la “fuerza “ que pueden tener ciertos mensajes dichos por médicos. Para mucha gente son “palabra de dios”.

Yendo al tema de la lactancia he de decir que durante la carrera de medicina la formación sobre lactancia materna es muy escasa (por no decir nula). Y podría decir casi lo mismo para la especialidad de pediatría. Durante la especialización de pediatría los futuros pediatras aprendemos mucho sobre diagnóstico y tratamiento de todo tipo de enfermedades pediátricas, muchas de ellas muy infrecuentes, pero la formación en lactancia materna, en general, brilla por su ausencia salvo que te cruces, de casualidad, con algún maestro (casi siempre, maestra) que “controle” el tema.

Es por eso que la mayoría de las opiniones, incluso de los médicos, respecto a la lactancia materna no difiere demasiado a la de la vecina del quinto.

Eso hace que no haya ni un solo día que en la consulta me encuentre que alguna madre haya abandonado su lactancia por “consejo médico”.

Frases de mi día a día:

“Me ha dicho mi médico que si tomo antibióticos no puedo dar el pecho.”

“Le quité el pecho porque como estuve tomando paracetamol para un dolor de cabeza…”

Desde aquí quiero hoy lanzar un mensaje sencillo:

“Manolete, si no sabes torear pa que te metes”

Pues eso, que no aconsejemos sobre lo que no conocemos.

Invitad a las madres que están dando el pecho a asesorarse sobre qué cosas se pueden hacer mientras se da el pecho (que son prácticamente todas) y qué cosas no se pueden hacer (que son prácticamente ninguna).

No quiero ahora entrar en la polémica de si es mejor dar el pecho o bibi (para eso ya escribí este post), sólo quiero insistir en la pena que me da que una mamá llegue frustrada porque le han cortado su lactancia por un mal consejo.

Si fue la propia madre la que libremente decidió dejar la lactancia, ahí debemos también saber apoyar. “Ánimo, la maternidad es más que la lactancia. Si la lactancia estaba interfiriendo en el disfrute pleno de la maternidad está justificado el abandono de la misma”

Nada de culpa. Mejor la botella siempre medio llena. Es mejor sentirse orgullosa del tiempo que le diste que culpable por el tiempo que no le diste.

En cualquier caso os invito a todas las madres que tengáis dudas sobre qué medicamentos se pueden o no pueden tomar dando el pecho a consultarlo en la página de total fiabilidad www.e-lactancia.org.

«Mi bebé se despierta cuando lo dejo en la cuna…»

“¡Doctor, estamos desesperados! ¡Absolutamente desesperados! El bebé solo quiero dormir encima de nosotros. Le doy la teta y se duerme rápidamente, pero es soltarlo y parece que la cuna en la cuna tuviese alfileres. Se despierta inmediatamente”.

No sé cuántas veces escucho esto a diario.

Entender que esto no es un problema creo que es fácil. Ahora lo voy a explicar. Lo que no es tan fácil es convencer a la abuela, a la cuñada, a la vecina del quinto, o a mi prima la de Huelva,… porque ellas son las super-madres de quienes hay que aprender.

Que un bebé quiera estar literalmente encima de nosotros no es un problema.  La naturaleza nos ha diseñado así.

Un bebé no se acostumbra a los brazos, ya nace acostumbrado, ya nace con esa necesidad.

Me explico:

Ya he hablado en otras ocasiones de la necesidad que tienen los mamíferos de ese contacto más íntimo con sus madres. Pero iré un poco más allá. Dentro de los mamíferos hay muchos tipos. Los hay que minutos horas después de haber nacido ya están corriendo detrás (insisto, detrás) de sus madres. Un potro corre detrás de mamá yegua pocas horas después de haber nacido, un borreguito corre detrás de mamá oveja pocas horas después de haber nacido,… pero un humano no corre minutos después de haber nacido detrás de mamá. Suele tardar de 12-15 meses (en ocasiones hasta18 meses) en poder hacerlo.

La naturaleza ha hecho que nuestras crías, hasta el momento en el que aprenden a desplazarse, hayan sido cargadas, porteadas, … o como queráis llamarlo por sus padres, especialmente por la madre que es de la que más íntimamente dependen.

Tened en cuenta que los carritos, las cunas,… y demás utensilios inventados para separar a la madre del bebé son un invento reciente en la historia de la humanidad. Millones y millones de generaciones han criado anteriormente a sus crías sin estos aparatos.

No quiero decir con esto que sea un “pecado mortal” poner a un bebé en un carro o en una cuna. Si los padres quieren y el bebé acepta, pues “pa´lante, como los de Alicante”, pero entended que un bebé que quiera ser porteado por su madre no es que esté mal-acostumbrado, simplemente lo hace por instinto.

Son las leyes de la madre naturaleza, no es una, mala-costumbre nuestra.

Ya sabéis que me gusta poner ejemplos con monos u otros primates puesto que son muy parecidos antropológicamente a nosotros y no están tan influidos por las modas. Son ejemplo muy claro de cómo se deben criar los bebés. Pues eso, continuando con el ejemplo anterior, los monos cargan a sus crías y duermen junto a ellas, SIN NINGÚN REMORDIMIENTO, porque es lo que la madre naturaleza ha dictado. LO DICE EL INSTINTO.

Y, por supuesto, a la gorila-abuela, a la gorila-cuñada, a la gorila-vecina del quinto y a la gorila-prima de Hueva, no se les ocurre “ACONSEJAR” a la recién mamá gorila que no coja a su bebé o no duerma con él.

Consejo: escuchemos más a nuestro instinto (a las leyes de la madre naturaleza) y menos a las vecinas, cuñadas y madres “perfectas” que todo lo hicieron bien cuando a ellas les tocó criar.

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¿Qué es mejor, la teta o el bibe?

Vaya por delante que no seré yo quien juzga a una madre por el método de alimentación que sigue.

Tampoco me atreveré a juzgar a ninguna familia si portean a su bebé o lo llevan en un carrito, si son muy hippies o son muy pijos, si hacen BLW o le ofrecen purés, si lo llevan a un colegio público o a un colegio privado …

Ya he hablado en otras ocasiones sobre esto (Puedes leerlo haciendo clic sobre el título de esta entrada: “¿Y tú eres de pecho o de bibe?”).

De la misma manera que se es igual de madre, faltaría más, sea el parto por cesárea o por vía vaginal, sea madre biológica o madre que adopta….

Una vez que he dejado claro que una madre es tan madre tanto si le da el pecho como bibi, haré una serie de comentarios sobre la lactancia materna o artificial.

La lactancia materna no necesita ser defendida. Tomar el pecho es lo que toca una vez que un bebé nace.

De la mismaque no hay que explicarle a una gata que tiene que darle la teta a sus gatitos, ni explicarle a una perra que tiene que darle la teta a sus perritos, no habría que explicarle a una mujer que tiene que darle la teta a sus bebé. Es algo instintivo o, debería ser algo instintivo. Precisamente este creo que es uno de los problemas de la maternidad o la crianza de los humanos, que no nos dejamos llevar por los instintos. Intentamos razonarlo todo. Y hay cosas que no necesitan ser razonadas. Son así porque las leyes de los naturaleza las han hecho así. Lo queramos o no.

Con respecto a los beneficios de la lactancia materna no hace falta que entre en la composición química y biológica de la leche materna. Es la leche de nuestra especie. De la misma manera que no hay que defender que lo normal es que un ternero mame de la vaca o un gatito mame de la gata. Nos llama mucho la atención cuando criamos a un gatito entre una camada de cerditos, o criamos a un conejo entre una camada de perritos. Pues cuando un niño toma leche de fórmula está tomando leche de otra especie. Casi siempre de vaca , aunque puede ser de cabra u otros mamíferos.

Se utiliza la leche de vaca por que es “la más parecida” a la nuestra y la que desde el punto de vista comercial es más rentable.

No hay ningún alimento que haya ido evolucionando y perfeccionando tanto a lo largo de los miles de millones de siglos de historia de la humanidad como la leche materna.

La leche de fórmula se fabrica con leche de vaca a la que se le hacen una serie de modificaciones para que se parezca lo máximo posible a la leche materna.

El hecho de que estén haciendo leches de fórmula “plus”, “forte”,… y “no sé qué cuantas cosas más” hace pensar que las leches anteriores que no eran tan “megasúper” les faltaba algo, ¿no?.

Pero lo que realmente es una pena es que una lactancia materna no se lleve a cabo por un mal asesoramiento. Y esto no es culpa de la madre sino del pediatra o cualquier otro profesional sanitario que se dedique al asesoramiento sobre la lactancia. Además en estas ocasiones el médico queda como un dios y la madre queda frustrada porque a “fracasado” en su intento de lactancia.

Dicho todo esto resumiré diciendo que dar la teta es lo que las leyes de la naturaleza habían diseñado como alimentación de un bebé, pero esto no significa que haya que culpabilizar a una madre por no dar el pecho.

Insisto, casi siempre que una lactancia se interrumpe es por un mal asesoramiento, de lo cual la madre no tiene ninguna culpa.

Cada familia, especialmente la madre (ya que es la que está directamente implicada) debe decidir el método de alimentación que quiere para sus bebés.

Si estás de acuerdo, comparte esta información.

Ya no tienes suficiente leche,… dale a ese niño un bibi.

Ya he hablado en muchas ocasiones en este blog sobre la lactancia y sobre sus falsos mitos.

Ya he quedado claro que, por supuesto, no seré yo quien juzgue a una madre por dar la teta o dar el bibi. Nadie es más madre que nadie por dar teta o dar bibi, de la misma manera que nadie es más madre que nadie por dar a luz por vía vaginal o por cesárea (ya hablaré en otra ocasión largo y tendido sobre esto).

Pero lo que sí me da pena y rabia (o rabia y pena) es que una madre deje el pecho por un mal asesoramiento, más aún si este asesoramiento viene de un sanitario relacionado con el cuidado de los niños.

Lo que hoy quiero aclarar en este artículo es lo que se conoce como la crisis de lactancia de los 3 meses. Si no entendemos bien qué es lo que ocurre, es el momento en el que una gran cantidad de madres abandonan la lactancia pensando que ya “no es suficiente” sólo con el pecho.

Son muchos más los factores hacen que se produzca esta mal llamada crisis de lactancia, pero los tres principales que hacen dudar sobre si la alimentación sólo con teta es suficiente son:

1.- El ritmo de crecimiento a partir de los tres meses cae drásticamente.

2.- El pecho ya no está tan turgente, tan lleno.

3.- El niño ya no pide tan frecuentemente, llora y se enfada al inicio de la toma, esta mucho menos tiempo en el pecho, se distrae mucho mientras hace la toma y, para colmo, hace menos cacas.

 

Todos estos acontecimientos son interpretados por la madre, y toda su “comitiva” (vecinas, suegra, amigas,…) como una falta de producción de leche.

Aclararé, en realidad, a que se deben estos hechos:

 

1.- El ritmo de crecimiento a partir de los tres meses cae drásticamente.

Como ya vimos en le post de los percentiles (podéis repasarlo aquí) el ritmo al cual los bebés ganan peso a partir de los 3 meses cae aproximadamente a la mitad. Es decir, si hasta entonces, ganaba unos 200 gramos por semana, a partir de los 3 meses tardará dos semanas en ganar ese peso. Es decir, que se frene la curva de peso no está indicando que la leche sea insuficiente sino que el bebé ya es más grandecito y es normal que no ponga peso tan rápido.

2.- El pecho ya no está tan turgente, tan lleno.

Afortunadamente, a medida que los meses de lactancia van pasando, la “maquinaria” de la producción de leche se va perfeccionando. Ya no hace falta que los pechos estén cargados de leche sino que la leche se produce mientras el niño mama. Aunque el pecho está flojo, a los pocos segundos o minutos del niño comenzar a mamar la madre se notará la subida de la leche, incluso en el otro pecho.

3.- El niño ya no pide tan frecuentemente, llora y se enfada al inicio de la toma, esta mucho menos tiempo en el pecho, se distrae mucho mientras hace la toma y, para colmo, hace menos cacas.

Si hemos dicho que el ritmo de crecimiento baja prácticamente a la mitad será fácil entender que el niño ya no tiene tantas necesidades calóricas y, por tanto, aguantará más entre toma y toma. Por otro lado, entre que el intestino es más maduro y es capaz de contener durante más tiempo las deposiciones y que las tomas se espacian, parece lógico también que disminuyan el número de deposiciones.

Con respecto a la duración de las tomas, que con esta edad hay veces que no duran más de 3-4 minutos, tengo que decir que a estas alturas de la película la madre pone al niño con gran destreza en le pecho (es capaz de dar de mamar andando o, incluso, bailando), el niño es un gran experto en mamar y además su succión es mucho más vigorosa, siendo capaz de vaciar el pecho en muy pocos minutos.

El que llore al principio de la toma y se enfade está en relación a lo que he comentado de que al perfeccionarse la maquinaria de producción el pecho no está cargado al inicio sino que puede tardar 1-2 minutos en llegar a conseguir la leche, y eso al bebé no le hace mucha gracia. Y el que se distraiga tanto durante la toma es debido a que a esa edad el niño tiene un campo de audición y, sobre todo, de visión más amplio y se distrae con cualquier sonido o con cualquier “mosca” que pase. Por eso muchas veces, a esta edad maman mejor mientras están dormidos.

 

Espero que con esta explicación hayan quedado aclaradas las dudas que hacen dudar a la mayoría de las madres a los 3 meses.

 

A partir de ahora cada una debe decidir cómo quiere alimentar a su bebé y no seré yo quien juzgue esa actitud.

 

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¿CUÁNTO ALCOHOL PUEDO BEBER SI ESTOY DANDO EL PECHO?

 

Terreno pantanoso piso hoy.

Estamos en plena Feria de Abril de Sevilla (y en fiesta en muchos otros lugares de España y fuera de España) y la pregunta es obligada ya que el consumo de alcohol lo tenemos muy integrado dentro nuestra cultura, especialmente en fiestas.

Podría acabar muy pronto esta entrada diciendo “No bebas nada de alcohol si estás embaraza o estás dando el pecho, y punto”. A exposición 0, riesgo 0. El único método anticonceptivo seguro es la abstinencia. Se entiende, ¿no?

Pero ya se que esta respuesta no vale, eso ya sé que lo sabéis todos.

Cuando una mamá me hace la pregunta de cuanto alcohol puede beber dando el pecho esta pidiendo que me moje.

Pues bien, me mojo. Pero siempre avalado por lo que las sociedades científicas recomiendan. Aquí no vale con lo de ser un pediatra más o menos permisivo.

 

Hay que considerar que el consumo de alcohol es una cuestión de doble responsabilidad. Por un lado los efectos tóxicos que puede tener el alcohol sobre nuestro organismo y el del bebé y por otro lado saber que, bajo los efectos del alcohol, no somos las personas más indicadas para hacernos responsables del cuidado de nuestros hijos. De igual forma que esta prohibido conducir bajo los efectos del alcohol. Es más difícil “conducir” a un bebé que a un coche.

 

El alcohol es una sustancia nociva dosis dependiente. Me explico: no es lo mismo tomarse una copita vino comiendo que acabar abrazado al camarero cantando la marsellesa después de haber terminado con todas las reservas de vino y de wisky de todos los bares de la zona.

Pero bueno, al grano, a la pregunta que me hacía esa madre con el catavinos en la mano y su bebé en el carro llorando porque quería teta:

Considerando que el tiempo necesario a esperar a amamantar para que el alcohol ingerido de forma ocasional haya desaparecido de leche y sangre depende del peso de la madre (a menos peso, más tiempo) y de la cantidad de alcohol consumido (a más alcohol, más tiempo) y que el peso medio de una mujer es de unos 60 kg las recomendaciones son las siguientes:

  • Puedes beber cerveza 0,0% y sin alcohol (<1%) durante la lactancia sin problema.
  • Si te has tomado una copa de vino (12% de alcohol) o 2-3 cervezas (4,5% de alcohol) espera unas 5 horas para darle el pecho a tu bebé.
  • Si tu plan es entrar en la feria y no soltar el catavinos hasta que te vengas, no sin antes haberte tomado 3 copitas porque hace mucho tiempo que no veías a tus amigas de la infancia, quizás lo más prudente es que dejes a tu bebé al cuidado de otra persona. No vale decir “no, si yo voy bien”. Este probablemente sea un efecto del alcohol en su fase de euforia.

 

Espero que embarazadas, lactantes, padres y madres, niñas y niños, tías y tíos, cuñadas y cuñados, abuelas y abuelos pasen una FELIZ FERIA DE ABRIL y que cada uno se aplique el cuento de cuánto alcohol bebe.

Recordad que el alcohol puede esperar. Al año que viene seguirá habiendo rebujito, cervezas, licores, cubatas,… y tu bebé quizás ya no esté tomando pecho. Disfruta de cada etapa. Todas son maravillosas, pero todas tienen sus pros y sus contras.

Lo dicho, BUENA FERIA, y ¡¡CUIDADO CON EL ALCOHOL!!

 

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Productos que «aumentan las defensas».

Doctor, estamos desesperados. Lleva toda la semana con mocos y, ayer, otra vez la fiebre. ¿Se acuerda que la semana pasada estuvimos aquí con el tema de la gastroenteritis? ¿Y el mes pasado la otitis? Esto no puede ser normal. Estamos desesperados. ¿No le puede mandar algo para subir las defensas?”

En ese momento es cuando a mí me entran ganas de poner cara de gánster y, en voz muy bajita y con un halo misterioso que envuelva el ambiente, decirle a esa madre:

Encaje, por favor, bien la puerta para que no nos escuche nadie. Esto es un secreto. ¡Claro que existe una pócima mágica para que suban las defensas, pero es de contrabando y nadie lo puede saber! Por cierto, ya abierto mi cajetín de contrabando, si quiere le puedo dejar a muy buen precio para usted unas cápsulas que le permiten comer todo lo que quiera sin engordar. ¡Ah!, Y también el elixir de la eterna juventud, y el de la felicidad eterna,… ¡¡Pida, pídame lo que quiera, que hoy estoy facilón!!”

Seamos serios, si realmente hubiese algo que “subiera las defensas” todos mis compañeros pediatras y, por supuesto, yo mismo seríamos la parte más interesada en utilizar ese producto. Nos permitiría tener un invierno tranquilo y no con 30 pacientes en la sala de espera.

Pero esto funciona de otra manera: debemos saber que el niño, en los primeros años de vida, pasa al año de 10 a 12 procesos febriles. La mayoría son procesos respiratorios (catarros, faringitis, otitis,…) y/o digestivos (gastroenteritis).

Hagamos una consideración: si resulta que el niño “irremediablemente” se pondrá malito 10-12 veces al año y consideramos que los meses de verano suelen ser bastante mejores (ya hemos explicado que el frío es un favorecedor de las infecciones) estos procesos se concentran en 9 meses. Los cálculos no fallan: un niño se pone malo aproximadamente cada tres semanas. Si encima consideramos que cada proceso febril dura de 3-4 días y que los mocos y la tos dura en varias semanas, obviamente, el niño no deja de moquear en todo el invierno.

Ya sabéis que hay muchos falsos mitos (y también MUCHOS INTERESES COMERCIALES) con respecto a esto: propóleo, jalea real, vitamina C, e infinidad de jarabes que prometen «subir las defensas».

¡¡¡Ay, si fuera tan fácil!!!

NINGUNO DE ESTOS PRODUCTOS (NI NATURALES NI FARMACOLÓGICOS) HAN DEMOSTRADO EVIDENCIA CIENTÍFICA PARA AUMENTAR O MEJORAR LA INMUNIDAD.

El proceso de inmunización es absolutamente necesario e irremediable. Las defensas (anticuerpos) van apareciendo a medida que vamos tiendo “experiencias infecciosas”. Es más, hoy día se habla de que por el exceso de higiene estan aumentando las alergias e incluso otras enfermedades, como las leucemias.

Redoble final….trtrtrtrtrtrtrtrtrtrt TAN

Daré un hilo de esperanza.

¡Claro que si podemos hacer algo para subirle las defensas a los niños!: ofrecer lactancia materna (ya sabéis que contiene, entre sus muchos beneficios, anticuerpos maternos), vacunarles (la importancia es mayúscula), ofrecerles una dieta sana y equilibrada, favorecer el ejercicio físico y evitar malos hábitos (tabaquismo,…).

Sí, parece de Perogrullo, pero la vida, a veces, es así de fácil.

Si te gustó, comparte.

Lo que no te han contado de la lactancia materna.

madre-cansada

 

Que la lactancia materna es lo más natural y que por sí misma es suficientemente completa para cubrir las necesidades nutricionales (y afectivas) de un bebé es evidente. Hay quien se empeña en demostrarlo científicamente pero, siendo más simples, gracias a la lactancia materna han sobrevivido infinidad de generaciones incluso en tiempos muy difíciles.

Ya he escrito varios post sobre los infinitos beneficios de la lactancia materna, pero el tema de hoy es otro: ser madre hoy día no es fácil (ya escribí sobre el coste de la maternidad en este post) y más aun si pretendemos alimentar con lactancia materna exclusivamente.

Las fotos de madres estupendísimas, bien maquilladas y con peinado de peluquería inundan las páginas de revistas o blogs sobre la maternidad pero…

¿Nadie te habló de la inseguridad que genera el no sentir la subida de la leche en las primeras horas tras el parto y que, además,  no paren de comentar «este niño está muerto de hambre»?

¿Nadie te habló del dolor de las grietas en el pezón? ¿Nadie te habló de temer la llegada de la hora de la toma cuando piensas que vas a sentir una puñalada en el mismo pezón?

¿Nadie te habló de que desde el mismo momento del nacimiento tendrías que sentirte responsable principal, y muchas veces única, de la alimentación de tu bebé?

¿Nadie te habló de que justo en el único momento que habías encontrado para ti tendrás que atender, tú y sólo tú, la llamada de ese bebé impaciente? Ya no encontrarás el momento de darte una ducha tranquila, maquillarte tranquila o simplemente echar una cabezadita tranquila.

¿Nadie te habló de que debías despojarte de un plumazo de todo tu pudor y ser capaz de sacar el pecho en cualquier sitio y con cualquier compañía?

¿Nadie te habló de que, además de todo el esfuerzo que estás haciendo, tendrás que aguantar comentarios del tipo «ese niño lo que tiene es vicio, la culpa la tienes tú que lo tienes todo el día enchufado en el pecho»?

¿Nadie te habló del chantaje emocional que te hará tu niño de 2 años cuando te vea amamantar a su recién llegado hermanito?

¿Nadie te habló del dolor que puedes sentir en le pezón cuando tu niño, ya con dientes, sigue mamando y encima te increpen por mantener la lactancia materna?

¿Nadie te habló de que, por intentar mantener la calidad de tu leche, tendrás que renunciar a esos tres cubatas que tanto te apetecen en la boda de tu amiga?

¿Nadie te habló de que si quieres continuar con lactancia materna una vez que te incorpores al trabajo tendrás que utilizar tu periodo de descanso para esconderte en un váter a extraerte la leche y además, serás tachada de «talibana» de la lactancia materna mientras tus compañeras se toman tranquilamente un café?

¿Nadie te habló de que, encima de todo, te sentirías mala-madre en el momento que intentes ir destetando a tu niño?

Si nadie te habló de esto, tengo también que contártelo.

He visto muchas, muchísimas madres disfrutar la lactancia materna, pero esta parte de la lactancia también debe ser contada.

Disfruta, elige libremente. Tu decisión siempre será la más acertada.

El pecho no es sólo alimento.

lactancia materna

La foto que encabeza esta entrada, realizada por Manuel Vilches, pertenece a una exposición de fotos organizada por la Asociación DUBADU junto a la Oficina de Cooperación al Desarrollo de la Universidad de Sevilla.

La encontré buscando imágenes sobre lactancia materna y me pareció tan impactante que cuando la vi tuve un sentimiento muy ambiguo. Por un lado pensé que cualquier comentario que se le añada puede sobrar pero, por otro lado, uno no se puede quedar callado ante una imagen así.

La foto en sí misma es un tratado sobre la lactancia materna, pero no sólo habla de lactancia materna.

La foto muestra (y demuestra) que el pecho no es sólo alimento, es mucho más. Es instinto, es supervivencia, es mucho más. Es vínculo, es seguridad, es protección, es regazo, es… es mucho más. Es entrega, es complicidad, es AMOR, es… es mucho más.

¿Habéis visto cómo se agarra esa criatura al pecho?

Lo agarra fuerte, con intensidad, aferrándose a él como si le fuese la vida en ello (nunca mejor dicho). Es tan suyo como de su madre, es de los dos. A ninguno de los dos le pertenece. A los dos les pertenece.

Pero a su vez lo agarra con delicadeza, con ternura, con respeto, con AMOR.

Dice tanto esa imagen de la maternidad…No sólo de la lactancia.

¿Habéis visto, también, cómo mira esa criatura?

Es una mirada tímida, tierna, retraída, miedosa,… atemorizada, quizás, por el objetivo de la cámara.

Pero a su vez es una mirada fuerte, potente, penetrante,  capaz de atravesar un muro de acero y de hormigón, y desde luego, capaz de atravesar cualquier corazón.

¿Y habéis visto a esa madre?

Sí, no aparece. Sólo se ve un pequeño fragmento de su cuerpo. Apenas se ve un poco del pecho, pero es suficiente para enseñar mucho más. Se pueden intuir muchas cosas. Se ve lucha, entrega, humildad,… y AMOR, mucho AMOR.

Esta fotografía es la expresión de la vida en su estado más natural, más puro. Es nuestra parte animal, nuestra esencia. Somos nosotros mismos antes de que los intereses comerciales nos dominaran. Es la VIDA misma. Es lo que somos cuando nos quitamos los “disfraces”.

Comparte si piensas que una imagen vale más que mil palabras.

¿Y tú eres de teta o de bibe?

pechobiberon

Últimamente me he encontrado muchas madres con demasiado sentimiento de culpa por haber dejado de dar el pecho a sus bebés. “Lo he tenido que dejar porque en la última semana no me había puesto peso” me dicen mirando hacia abajo, como si estuviesen justificándose delante de un tribunal acusador.

A su vez me encuentro con muchas madres que sufren por seguir dando el pecho a sus bebés. Casi avergonzándose me cuentan otras: “Doctor, estoy muy agobiada porque mi niño de 20 meses no quiere desayunar, sólo me busca el pecho”.

En relación a esto os cuento otra de mis anécdotas recientes en la consulta:

– “Doctor, ¿tú eres de teta o de bibe?”

– “¿Cómo?, ¿Es que tengo que elegir? Soy pediatra e intento hacer lo que creo que es mejor para cada niño. Esa es mi función. Con respecto a alimentación del bebé considero la situación del bebé, el contexto familiar, y consensúo con la familia lo que creemos mejor en cada caso”.

Pareciera que hay que decantarse en todo: Betis o Sevilla, Real Madrid o Barcelona, PP o PSOE, blanco o negro, teta o bibe,…

Creo que eso no es bueno. En determinadas cosas conviene no ser “fanático”. Afortunadamente en la vida no todo es blanco o negro, existe una amplia gama de grises, o mejor, una infinita gama de colores. Todo depende de la óptica con la que se mire.

De todas maneras con respecto a lo de teta o bibe, en principio, parece fácil definirse: la mejor leche para un bebé es la leche materna, de la misma manera que la mejor leche para un ternero es la leche de vaca y la mejor leche para un cerdito es la leche de cerda. Esto es fácil de entender. No lo elegí yo. La naturaleza funciona así.

Pero de la misma forma la mejor madre para un gatito es mamá gata, para un perrito es mamá perra y PARA TU HIJO LO ERES TÚ.

Pero también es cierto que, gracias a la evolución, los humanos nos hemos ido adaptando y la mayoría de los niños toleran otros tipos de leche. De estos tipos de leche la más utilizada es la leche de vaca, por su parecido a la materna y por su relación calidad-precio. Pero cada vez más se están empezando a utilizar leche de otras especies animales como la leche de cabra o, leches vegetales (soja, almendra, arroz, …).

Me da mucha pena que una madre sufra por quitarle el pecho a su bebé. Me da, igualmente, mucha pena que una mamá sufra por continuar dándole el pecho a su bebé. Pero lo que más pena me da, realmente, es que este sufrimiento sea debido a un mal asesoramiento.

Hay demasiada gente (vecinas del 4º, cuñadas, abuelas, … e incluso pediatras) que sabe todo sobre la crianza de los niños. Algunas frases que todos hemos escuchado:

  • Pues en mi tiempo esto era así…”

  • Yo he criado a tres y lo mejor es….”

  • Señora, el pediatra soy yo, no me vaya usted a decir…”

  • …” (seguro que podríais añadir otras veinte similares).

Así que sólo quiero que recuerdes esto:

¡¡NO TE JUZGUES, NI DEJES QUE TE JUZGUEN, LA MEJOR MADRE PARA TU HIJO ERES TÚ!!

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