¿Qué es mejor, la teta o el bibe?

Vaya por delante que no seré yo quien juzga a una madre por el método de alimentación que sigue.

Tampoco me atreveré a juzgar a ninguna familia si portean a su bebé o lo llevan en un carrito, si son muy hippies o son muy pijos, si hacen BLW o le ofrecen purés, si lo llevan a un colegio público o a un colegio privado …

Ya he hablado en otras ocasiones sobre esto (Puedes leerlo haciendo clic sobre el título de esta entrada: “¿Y tú eres de pecho o de bibe?”).

De la misma manera que se es igual de madre, faltaría más, sea el parto por cesárea o por vía vaginal, sea madre biológica o madre que adopta….

Una vez que he dejado claro que una madre es tan madre tanto si le da el pecho como bibi, haré una serie de comentarios sobre la lactancia materna o artificial.

La lactancia materna no necesita ser defendida. Tomar el pecho es lo que toca una vez que un bebé nace.

De la mismaque no hay que explicarle a una gata que tiene que darle la teta a sus gatitos, ni explicarle a una perra que tiene que darle la teta a sus perritos, no habría que explicarle a una mujer que tiene que darle la teta a sus bebé. Es algo instintivo o, debería ser algo instintivo. Precisamente este creo que es uno de los problemas de la maternidad o la crianza de los humanos, que no nos dejamos llevar por los instintos. Intentamos razonarlo todo. Y hay cosas que no necesitan ser razonadas. Son así porque las leyes de los naturaleza las han hecho así. Lo queramos o no.

Con respecto a los beneficios de la lactancia materna no hace falta que entre en la composición química y biológica de la leche materna. Es la leche de nuestra especie. De la misma manera que no hay que defender que lo normal es que un ternero mame de la vaca o un gatito mame de la gata. Nos llama mucho la atención cuando criamos a un gatito entre una camada de cerditos, o criamos a un conejo entre una camada de perritos. Pues cuando un niño toma leche de fórmula está tomando leche de otra especie. Casi siempre de vaca , aunque puede ser de cabra u otros mamíferos.

Se utiliza la leche de vaca por que es “la más parecida” a la nuestra y la que desde el punto de vista comercial es más rentable.

No hay ningún alimento que haya ido evolucionando y perfeccionando tanto a lo largo de los miles de millones de siglos de historia de la humanidad como la leche materna.

La leche de fórmula se fabrica con leche de vaca a la que se le hacen una serie de modificaciones para que se parezca lo máximo posible a la leche materna.

El hecho de que estén haciendo leches de fórmula “plus”, “forte”,… y “no sé qué cuantas cosas más” hace pensar que las leches anteriores que no eran tan “megasúper” les faltaba algo, ¿no?.

Pero lo que realmente es una pena es que una lactancia materna no se lleve a cabo por un mal asesoramiento. Y esto no es culpa de la madre sino del pediatra o cualquier otro profesional sanitario que se dedique al asesoramiento sobre la lactancia. Además en estas ocasiones el médico queda como un dios y la madre queda frustrada porque a “fracasado” en su intento de lactancia.

Dicho todo esto resumiré diciendo que dar la teta es lo que las leyes de la naturaleza habían diseñado como alimentación de un bebé, pero esto no significa que haya que culpabilizar a una madre por no dar el pecho.

Insisto, casi siempre que una lactancia se interrumpe es por un mal asesoramiento, de lo cual la madre no tiene ninguna culpa.

Cada familia, especialmente la madre (ya que es la que está directamente implicada) debe decidir el método de alimentación que quiere para sus bebés.

Si estás de acuerdo, comparte esta información.

¿Qué está pasando con el aceite de palma?

¿Doctor, qué opina usted de lo del aceite de palma en las leches de fórmula?”

No me sale otra respuesta que la siguiente:

Pero, … ¿de que nos extrañamos? ¿Acaso es sorprendente lo de este o aquel aceite?

Yo, que soy de pueblo, hace mucho tiempo que no entiendo muchas cosas y ya no me asombro casi por nada. En mi casa , y más siendo mi padre agricultor, se comían tomates en verano, naranjas en invierno, ciruelas en San Antonio, habas cuando las daba la tierra… Era impensable comer helado en invierno o naranjas en verano.

Se comían siempre los productos de la época y de la tierra.

Hemos llegado a un punto donde se pueden comer tomates en cualquier época, lechugas todo el año, helados hasta en nochebuena,…

No le entiendo bien doctor, ¿qué tiene que ver esto con el aceite de palma?”

Pues creo que mucho. Para empezar diré que el problema del aceite de palma en las leches de fórmula se resuelve si se toma lactancia materna. Por otro lado entiendo que, por necesidad o por comodidad, se tenga que recurrir a la leche de fórmula en la alimentación de los bebés. Sí, yo que soy fiel defensor de la lactancia materna tengo que decir que desde los 9 meses mi hija toma, además del pecho, algunos bibis de leche de fórmula. Sí, de fórmula, de esos que contienen aceite de palma.

No voy a decir, porque no se puede decir, que el aceite de palma es bueno, porque claramente no lo es. Pero este es el precio de vivir en un mundo de mentira. ¿Acaso no recordáis cuando la nocilla en invierno se ponía dura y no se podía untar? Ahora ya no se pone dura, ¿verdad? Pues esto ya sí tiene mucha relación con lo que comenzamos hablando. Hoy día a muchos productos se le añaden algunas grasas (como el aceite de palma) para hacernos la vida más fácil o más agradable”. Se añade a los chocolates de cobertura para que se pongan más o menos duros, la mantequilla o la nocilla siempre se unta bien,

Repito, no es que esté de acuerdo en que el aceite de palma sea un componente de las leches de fórmula pero os propongo un ejercicio:

Vaya usted ahora mismo a su nevera y revise la composición de los alimentos que hasta ahora ha estado considerando como “sanos o saludables”.

Pues sí, muchos, muchísimos de eso contienen aceite de palma.

Pues eso, que creo que nos quejamos del aceite de palma de la leche de fórmula mientras nos tomamos un batido de chocolate con un pastel industrial o les damos la merienda a nuestros hijos con pan de molde, sin corteza si puede ser, no vaya a ser que el niños se canse de masticar…

Insisto, no estoy de acuerdo, pero creo que es el precio que estamos pagando por vivir en un mundo de mentira.

Educar a nuestros hijos en alimentación creo que asumir que no se puede comer helado en invierno y naranjas en verano.

Sé que en el mismo momento de pulsar el botón “publicar” saldrán a la palestra los más firmes defensores de uno y otro bando, con miles de razones para desmontar estos y aquellos argumentos.

Pues de eso se trata. No siempre vamos a estar de acuerdo.

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