¿Cómo calcular la cantidad de leche ideal?

Doctor, por si eran pocas las dudas que teníamos desde que nació el bebé ahora nos surge una más. Resulta que en el bote de leche pone que a partir del mes el bebé tiene que tomar 120 ml. Con Marina, que cumplió el mes ayer, nos cuesta la misma vida que se lo tome. Los primeros 90 ml los tomá bien pero los últimos 30 ml son una odisea. Rechaza el biberón. Nosotros insistimos. El otro día, por insistir, acabó vomitando y ahora no sabíamos cuánto había vomitado y cuánto más le debíamos dar. ¿Qué debemos hacer en esos casos?”

Mira que me he encontrado que algunos padres traen meticulosamente recogidas las temperaturas de sus niños cuando tienen fiebre en tablas de excel, hasta con representaciones gráficas, pero he de reconocer que que esa situación me superó.

Tuve que responder:

Pues sí, verdaderamente tenemos un problema y muy complejo. Porque todavía lo de que le cueste mucho trabajo tomarse el biberón es cuestión de paciencia pero hay que intentarlo. El problema real es cuando además vómita. Tendré que investigar si existe algún artilugio que sirva para recoger y medir le volumen del vómito para restar y saber cuanto se ha quedado dentro”.

¡¡Por dios, qué estamos haciendo con la crianza!! ¿Qué creemos, que los niños son robots?, ¿que siempre comen a la misma hora y la misma cantidad?

Si somos capaces de cuidar mascotas de distintas especies, ¿por qué nos cuesta tanto criar un niño?

Es tan fácil como darle:

LO QUE QUIERA Y CUANDO QUIERA, es decir, A DEMANDA.

Pero eso de a demanda era para el pecho, ¿no? Los biberones nos han dicho que eran cada 3 horas”.

Pues no, eso de a demanda es tanto para el pecho como para el bibe.

Los fabricantes de leche artificial pretenden conseguir un producto lo más parecido a la leche materna, incluso en las calorías que aporta. Es decir a mismo volumen de leche las calorías son similares.

¿Y si no se despierta por la noche?”

Pues eso, disfrutad y aprovechad para descansar que las “malas noches” vienen solas, no hace falta buscarlas. Y creedme que vendrán y vendrán muchas. De aquí a unos meses vendréis a contarme que a ver qué hacemos para conseguir que el niño no se despierte”.

¿Y si a las dos horas está pidiendo?”

Responderé finamente: pues ajo y agua. Haberlo pensado antes. ¿Habéis visto a alguna

vaca, o gata, o perra, o ciualquier otra madre lactante con un reloj puesto para ver si ya “le toca comer a su cría? Pues eso. Es mucho más fácil de lo que pensamos es sólo INSTINTO. Si el bebé en una toma tiene más hambre y se pega un buen homenje es probable que aguante más tiempo o que en la siguiente toma coma menos, y viceversa, ¿no?

Ea, pues lleváis la fórmula para calcular la leche que debe tomar vuestro bebé:

¡¡A DEMANDA!! Es decir, LO QUE QUIERA Y CUANDO QUIERA.

Tenéis que saber que el instinto más básico que cualquier animal debe satisfacer es el hambre y la sed, que por cierto, para las crías de mamíferos ambas cosas van juntas. Por tanto, tened por seguro que si el bebé tiene hambre “se hará notar”.

Si tu bebé después de la toma se queda dormidito, o al menos tranquilo y va poniendo peso adecuadamente da igual la cantidad de leche que haya tomado.

Comparte esta información y ayudarás a frenar la angustia de muchas familias.

Las leches.

Una de las frases que escucho a diario varias veces en la consulta:

Doctor, estamos muy preocupados porque Laurita ya sólo toma 2 biberones al día de 180 ml y antes tomaba 5 tomas de 240ml. ¿Está tomando suficiente leche? Es que he escuchado que los niños deben tomar, al menos, medio litro de leche al día”.

Sí, otra vez la leche en el punto de mira.

Aclaremos algunos conceptos sobre la leche:

Entender este tema es muy sencillo si nos fijamos en lo que hacen otras especies de mamíferos criados en libertad, donde se expresa solamente el instinto de supervivencia y no hay otros factores que influyan (modas, falsos mitos, intereses comerciales,…)

Algunas premisas básicas son:

  • La leche es el alimento ESENCIAL en los primeros meses de la vida para cualquier mamífero.
  • Cada especie toma su propia leche. Ya sabéis, no es habitual ver a un leoncito mamando de una jirafa.
  • La leche de cada madre se va adaptando, día a día, a la edad de la cría.

Naturalmente, la mejor leche para los humanos es la LECHE MATERNA. Podéis ver otros post que ya he escrito sobre los la lactancia materna: sus beneficios, falsos mitos,

Hace muchos miles de años, las civilizaciones comenzaron a asentarse y se comenzaron a domesticar los animales. Comenzó a ser más cómodo ordeñar a la cabra que salir a cazar. Este fue el inicio de la lactancia artificial. Miles de años de evolución han hecho que la especie humana tolere bien la leche de otras especies.

En los últimos años se utiliza sobre todo la leche de vaca porque desde el punto de vista nutricional es la que aporta unos nutrientes más adecuados a los humanos y porque la facilidad de producción y los costes son asumibles.

Está demostrado que, para cuando no es posible la lactancia materna, la lecha más adecuada para un bebé es la leche de vaca adaptada: la tipo 1 (leche de inicio) hasta los 6 meses y la leche tipo 2 (leche de continuación) hasta los 12 meses. Estas leches se ajustan con mucha exactitud a las necesidades nutricionales de cada una de estas edades.

Pero, ¿qué hay de las leches de crecimiento (tipo3)?

Cada vez está más fraccionado el mercado de las leches. A este paso aparecerán leches para rubios, para rubias, para altos, para bajos,… Ciertamente, estas leches de crecimiento, como alimento individual, se adaptan mejor que le leche “normal” de vaca a los requerimientos nutricionales de un niño de esta edad. Pero hay que considerar que a esa edad el niño debe recibir una dieta variada y saludable con lo cual darle una leche de crecimiento “sería redundante”. Esto no es sólo una opinión personal sino que la Agencia de Seguridad Alimentaria de la Unión Europea se ha pronunciado en este mismo sentido como podéis ver pinchando aquí.

Las modificaciones que hacen los laboratorios para adaptar estas leches hacen que pierda su “buen sabor” por lo que para compensar suelen añadir azúcares o miel, con el consiguiente riesgo de caries. Además estas leches suelen ser caras. Más vale ahorrar en esas leches e invertir ese dinero en vacunas u otras cosas necesarias para la crianza de nuestros niños.

Por tanto la leche más adecuada a partir del año de vida es la leche semidesnatada “normal”, junto con una dieta variada.

¿Cuál es el mínimo de leche que debe tomar un niño?

A partir de esa edad no hay una cantidad mínima necesaria que se “deba” tomar. Volviendo al razonamiento de la naturaleza nos ofrece, ninguna cría de mamífero una vez que se desteta vuelve a tomar leche el resto de su vida.

Como norma general, y valorando la evolución y nuestras costumbres, se aconseja que los niños a esa edad tomen entre dos y tres raciones de leche al día. Pero debemos contar todos los lacteos (batidos, yogures, natillas, queso, pizzas 4 quesos, “bio-frutas”, …)

¿Y existe una cantidad máxima de leche que puedan tomar?

Estrictamente NO. El problema, como ya vimos en el post de algunos errores frecuentes en la alimentación es que si un niño toma demasiada leche:

  • El niño tendrá tendencia al estreñimiento porque la leche es “pobre” en fibra y “rica” en calcio: esta es la combinación ideal para estreñirse.
  • Tendrá tendencia a tener una ferropenia (hierro bajo) e incluso anemia, ya que la leche es una alimento “bajo” en hierro y además el calcio de la leche impide la absorción del hierro del resto de los alimentos.
  • La dieta será muy monótona y poco variada, ya que saciará su apetito con los lácteos y comerá menos de otros grupos de alimentos también necesarios y muy recomendables (frutas, verduras,…)

Comparte esta información si piensas que puede ser útil para otras familias.

¿La leche produce mocos?

 

Hoy, tras haber tenido que responder a dos familias por esta pregunta “me veo obligado a escribir” este post.

Tengo que reconocer que la primera vez que escuché la pregunta, hace unos años, no hice mucho caso. Pensé que era la observación puntual de una madre. Traté de explicarle: “Todo se debe a una simple coincidencia en el tiempo. Los bebés son muy mocosos y, a esa edad, leche es uno de los alimentos más presentes en su dieta, pero eso no significa que la leche produzca moco”.

En todo el tiempo estudiando la carrera de medicina y en todo el tiempo haciendo la especialidad de pediatría ninguno de “mis maestros” me había enseñado nada de eso. Yo tampoco recordaba haber estudiado en ninguna asignatura nada que relacionase la leche con la producción de mucosidad.

La curiosidad empezó a picarme cuando la pregunta se empezaba a repetir demasiado frecuentemente para ser la “observación puntual de una madre”.

Tuve que investigar sobre el tema. Lo cierto es que no encontré ningún artículo reciente ni antiguo que demostrara la asociación entre el consumo de leche y la producción de mocos. Lo que sí encontré en esa búsqueda es que esa creencia provenía de determinados grupos naturistas, anti-leche. Estos grupos se apoyaban en algunos estudios que demuestran que la leche, efectivamente, aumenta la mucosidad a nivel digestivo, pero en ningún caso a nivel respiratorio. Además, incluso, parece que esa mucosidad producida a nivel digestivo tendría un papel protector frente a determinados tipos de cánceres digestivos.

Hoy, tras haber tenido que responder a dos familias sobre “¿la leche produce mocos?”, he actualizado mi búsqueda y , tengo que decir, que a día de hoy seguimos sin ninguna evidencia científica que avale esa asociación.

Podemos hablar mucho sobre algunos problemas que puede producir la leche, sobre todo si se toma en exceso, como son el estreñimiento, la intolerancia a la lactosa, … pero a día de hoy no podemos decir que la leche produzca moco a nivel respiratorio.

Así que de momento lo que nos queda a los pediatras, y padres, con respecto a los mocos de nuestros hijos es “aceptarlos como animal de compañía” y hacer lavados nasales frecuentes, como ya comenté en otro post.

Si piensas que esta información puede ayudar a otros padres, compártela.

5 errores muy frecuentes en la alimentación infantil.

 

girl eats candies

 

Partiendo de la premisa de que “los padres siempre quieren lo mejor para sus hijos”, hoy quiero advertir de algunos errores muy frecuentes en la alimentación de los niños, casi siempre por publicidad engañosa, por desconocimiento o por creencias erróneas en la alimentación infantil.

Comentaré los 5 errores que considero más frecuentes:

1- Preguntar a los niños qué quieren comer.

Recordemos que no podemos dejar en sus manos la responsabilidad de elegir un menú saludable. Si les preguntamos abiertamente los niños tienden a elegir siempre alimentos muy dulces o salados. Por tanto, lo más adecuado es ofrecerles entre dos o tres alimentos que los adultos tengamos ya previstos, pero dentro de las opciones más saludables.

2- Sustituir la fruta por zumos envasados.

La fruta contiene azúcares naturales y, además, fibra, minerales y vitaminas. Sin embargo, en los zumos envasados, al eliminar la pulpa, desaparece la fibra y parte de las vitaminas. Además, los zumos envasados, aportan gran cantidad de azúcares y, sin embargo, carecen de otros nutrientes esenciales.

Para saciar la sed debemos utilizar agua, ya que el utilizar zumo para esto incita a beber aún más, entrando en círculo vicioso.

3- Abusar en el desayuno de cereales azucarados y/o chocolateados.

La base de estos cereales es buena ya que son copos elaborados a partir de distintos cereales (trigo, arroz, maíz) que suelen tomarse junto con la leche. Sin embargo, para hacerlos más apetecibles, suelen ir recubiertos de azúcar, chocolate o miel. Esto aumenta de forma considerable la cantidad de calorías sin aportar nutrientes esenciales. Por tanto, lo más recomendable es tomar cereales sin añadidos, como el pan o las tostadas.

4- Tomar más de tres productos o raciones de lácteos al día.

La leche es un alimento necesario en la dieta pero abusar puede provocar algunos problemas en la alimentación infantil:

– Al tomar mucha leche o derivados, saciarán casi o completamente su apetito y la dieta será monótona y carente de algunos nutrientes.

– La leche es rica en calcio pero contiene muy poco hierro. Ambos minerales son necesarios para el organismo y hay que tener en cuenta que el  calcio dificulta la absorción del hierro. Por tanto los niños que tomen un exceso de lácteos tendrán, con frecuencia, muy bajos los depósitos de  hierro de su organismo.

– La leche de vaca y sus derivados aportan grasas animales, ricas en ácidos grasos saturados, por lo que un exceso en su consumo aumenta la ingesta de estos compuestos.

– Abusar de los lácteos puede dar lugar a estreñimiento y dolor abdominal.

– Muchas veces los lácteos sustituyen a la fruta como postre. Hay que recordar que la fruta contiene vitamina C que ayuda a que se asimile mejor el hierro del resto de los alimentos que se hayan tomado, complementando mejor el almuerzo.

5- Meriendas blandas a base de pan de molde o bollería.

Debemos saber que los productos de bollería y los panes de molde suelen tener grasas añadidas, que no contiene el pan del día.

Además, los alimentos de consistencia algo dura hacen trabajar a los dientes y las mandíbulas favoreciendo la masticación, el desarrollo de los músculos de la cara y fortaleciendo los dientes y encías. Sin embargo, los alimentos demasiado blandos además de evitar este pequeño pero beneficioso esfuerzo, a menudo, al estar compuestos por azúcares, se adhieren a los dientes contribuyendo a la aparición de caries.

Es más aconsejable que los niños y niñas merienden alimentos de mayor consistencia como bocadillos de pan normal y trozos de fruta.

Comparte esta información con otros padres y contribuirás a una alimentación más saludable de nuestros hijos.

Intolerancia a la lactosa.

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Hay determinados alimentos que «están de moda».
Quizás la leche es el más llamativo: tiene muchos fans y también muchos detractores.
Como en todo en la vida, en el término medio está la virtud.
Aclararé ciertos conceptos. Hoy hablaré de la intolerancia a la lactosa.

¿Qué es la lactosa?
La lactosa es el “azúcar” de la leche.  Para ser digerida y absorbida es necesaria una enzima llamada lactasa, que está en las células que tapizan el intestino delgado.

¿Qué es la intolerancia a la lactosa?
Cuando la lactasa falta total o parcialmente, la lactosa no se digiere ni absorbe en el intestino delgado por lo que llega hasta el intestino grueso (colon) donde las bacterias hacen que fermente. Esto hace que se produzca gran cantidad de gas que dará lugar a los síntomas que diré más adelante.
Normalmente, en los primeros meses de la vida, el intestino tiene una gran cantidad de lactasa, pero a partir de los 2-3 años de edad esta enzima va desapareciendo poco a poco. Algunos niños no tienen síntomas hasta varios años más tarde, en la adolescencia o incluso en la edad adulta.
Es muy raro el déficit primario de lactasa (intolerancia congénita a la lactosa), es decir, que un bebé nazca sin esta enzima y, por tanto, no sea capaz de digerir la leche “normal”. Pero sí es más habitual, que de forma transitoria, por “un daño” en el intestino, por ejemplo tras una gastroenteritis, esta enzima falte (total o parcialmente) y se produzca lo que los médicos llamamos intolerancia secundaria  a la lactosa.

¿Cómo se manifiesta?
La mayoría de los intolerantes a la lactosa lo son sólo parcialmente, es decir, conservan cierta cantidad de lactasa y, por tanto, cierta capacidad de digerir y absorber la lactosa. Sólo cuando sobrepasan esa capacidad al tomar más leche, aparecen los síntomas.
Los síntomas más típicos son:
– dolor abdominal
– gases y distensión abdominal
– diarrea, que suele explosiva (por la fermentación) y ácida. Esto hace que la defecación sea desagradable por el escozor y, en los más pequeños, la piel de la zona del pañal se irrite.

¿Es una enfermedad grave?
No. En general es leve y las molestias desaparecen al dejar de tomar leche o utilizar lactasa.

¿Cómo se diagnostica?
La mayoría de las veces, y siendo práctico, puede ser suficiente con probar si los síntomas desaparecen al suprimir la leche de la dieta durante varias semanas.
Se pueden hacer otras pruebas para confirmarlo:
–  Test de hidrógeno espirado: el aire que se expulsa de los pulmones después de haber tomado leche contiene más hidrógeno si se es intolerante a la lactosa.
Sustancias reductoras en heces: comprobar que en las heces hay más sustancias ácidas.

¿Esta enfermedad es hereditaria?
No necesariamente de una madre intolerante a la lactosa nace un bebé intolerante a la lactosa, pero sí hay cierta agrupación familiar, es decir, suele haber en esa familia varias personas que “no les sienta” bien la leche.
También influye la raza, probablemente por la adaptación  evolutiva a los distintos estilos de alimentación. En Europa, la intolerancia a la lactosa es mucho más infrecuente que en otras zona, sólo la padecen aproximadamente la cuarta parte de la población.

¿Es lo mismo la intolerancia a la lactosa que la alergia  a la proteínas de la leche de vaca?
No, no tienen nada que ver.
La intolerancia a la lactosa es la intolerancia al azúcar de la leche. Se manifiesta con síntomas digestivos y suele aparecer en niños más grandecitos.
La alergia a la proteína de leche de vaca es producida por las proteínas de la leche. Se puede manifestar con síntomas digestivos pero suelen tener reacciones en la piel. Se produce generalmente en bebes de muy poca edad, días o pocos meses.

¿Cuál es el tratamiento de la intolerancia a la lactosa?
Excluir la lactosa de la dieta o disminuir la ingesta hasta que desaparezcan los síntomas.

¿Qué alimentos contienen lactosa?
Por supuesto, LA LECHE.
También existe lactosa en el resto de los lácteos (batidos, flanes, natillas, …) o en platos que se hacen con leche (croquetas, canelones, bechamel,…). También en los helados, bollería, pasteles y chocolate.
Para algunos niños “muy intolerantes” a la lactosa será necesario leer con atención la etiqueta de los alimentos envasados porque éstos pueden contener algo de lactosa (salchichas, embutidos, …).
Sin embargo, debido a la fermentación, el yogur y el queso (sobre todo el queso muy curado) tienen muy poca lactosa.

Pero si no toma leche, ¿cómo se si mi hijo esta tomando el calcio suficiente para crecer bien?
En el primer año de la vida la leche un alimento fundamental en la alimentación de los niño.
Después ya no es tan importante, ya que pueden comer otros alimentos muy variados que también contienen calcio como son algunas verduras (brócolis, espinacas, …), legumbres (soja, garbanzos, guisantes, …), pescados (salmón, gambas, almejas, …), alimentos enlatados (sardinas, …) o frutos secos (pistachos, pipas, …)

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