El periodo de adaptación escolar.

angustia de separación

Agosto toca a su fin y de su mano trae a septiembre, el mes que a la depresión postvacacional hay que sumarle la incorporación de los niños a la escuela con su consiguiente periodo de adaptación. Adaptación de los niños a la guarde o al cole y adaptación de los padres a quedarse sin sus niños.

Con respecto a la guardería ya expuse mi opinión en este post.

El periodo de adaptación daría para escribir un montón de entradas, cada una desde un punto de vista. Podemos hablar de si es realmente necesario, de quién lo pasa peor (los padres o los niños), de si debe ser progresivo o más brusco,… pero hoy me centraré simplemente en algunos consejos para que la incorporación a la guarde o al cole sea lo menos “traumática” posible.

Es evidente que supone un gran cambio en sus vidas: pasan de estar campeando a sus anchas, en ocasiones incluso sin ningún tipo de rutina (se levantan a la hora que quieren, desayunan cuando quieren,…) a tener que cumplir estrictamente unos horarios y, lo peor, tener que separarse de sus padres.

Tened en cuenta que algunos de ellos ya lo vivieron el curso pasado pero para otros tantos es “su primera vez”. Hasta este momento no se habían separado nunca de sus padres (especialmente de las madres) y es, por tanto, normal que les angustie (habría que ver quien lo pasa peor, si los padres o los niños).

Ya sé que algunas vais a decir “pues el mío va encantado”. Pues eso, efectivamente cada niño es diferente (¡¡bendita diversidad!!) pero a algunos les costará más trabajo y es especialmente para estas familias a quien van dirigidos estos consejos:

– Es importante que aunque vosotros también tengáis angustia por la separación, no se la transmitáis. Vuestra actitud es muy importante.

Evitad hablar mal del cole o la guarde, al menos delante de ellos. Si no les generaréis una imagen previa muy negativa del lugar al que después les llevaréis.

– Si es posible acompañarles algún día al interior de sus aulas y mostrarles quién serán sus maestros o cuidadores, cuáles serán sus materiales. A ellos les dará mucha seguridad

– Intentad mantener unas rutinas. Los niños se sienten muy seguros precisamente con las rutinas. El salirse de ellas puede angustiarles.

– Esta va en mayúscula ya que es la más importante: ¡¡¡¡¡ NO MENTIRLES!!!!! Son chicos pero no tontos. Evitar las típicas frases “vengo ahora”, “voy un momento a casa y ahora mismo vengo”,… Es cierto que a los más pequeños no se les puede hablar de horas o minutos pero les podemos ayudar con alguna referencia como “antes de la hora de comer vendré a por ti”, …

– Podéis dejar que lleve un objeto que le aporte seguridad. Su osito, su gasita, … o aquellos amuletos que hacen que se sientan seguros.

Aparte de todos estos consejos conviene que sepamos manejar algunas situaciones frecuentes que pueden ocurrir.

Es frecuente que aparezcan dificultades en el sueño, rechazo de la alimentación, alteración del control de esfínteres,…

Una situación muy frecuente es que por el propio nerviosismo que les supone los primeros días, con el llanto, llegue a vomitar. Aunque ese vómito inicialmente no es intencionado, si ve que “se sale con la suya”, es decir, nos volvemos para casa, puede acabar aprendiendo a vomitar intencionadamente. Por eso, lo mejor si vomita es mantener la calma (ya sé que no es fácil cuando un niño te está montando un berrinche en la puerta del colegio con otros treinta padres mirando), intentar calmarlo a él, cambiarle su ropita y ¡hala, al cole! En pocos días desaparecerá.

Tampoco conviene hacer despedidas eternas: “¡venga, otro besito!”, y me doy la vuela y “¡venga, otro besito!” y así hasta diez veces. Eso puede generar la falsa esperanza de que nos quedaremos con él.

Concretando:

  • Lo primero: ¡fuera el sentimiento de culpa! Eso nos bloquea.

  • Lo segundo: hacerle ver que lo llevamos a un sitio “agradable” e intentar no transmitirle nuestra propia angustia.

  • Lo tercero: si llora, calmarlo, aportarle seguridad, y con decisión ¡al cole!

En pocos días seguro que está muy contento.

Comparte esta información si piensas que le puede resultar interesante a otras familias.

¿Qué hacer si el niño vomita el medicamento?

Bebe resfriado

“Doctor, ya estuvimos en Urgencias esta mañana y nos dijeron que tenía bronquitis, el problema es que al darle el corticoide lo ha vomitado y no sabemos si se lo tenemos que volver a dar”.

 

En estos días, con las urgencias plagadas de niños con bronquitis, bronquiolitis, laringitis, … y no sé cuántas más ___itis, hay que sumarle la de las familias que reconsultan porque el niño ha vomitado la medicación.

Intentaré aclarar el tema.

En primer lugar decir que la gran mayoría de los medicamentos que solemos utilizar (antibióticos, antitérmicos, corticoides, ….) tienen un amplio rango terapéutico, es decir, que son eficaces a diferentes dosis y casi nunca utilizamos las dosis máximas. En general, si un niño ha vomitado un medicamento se le puede volver a dar sin ningún riesgo.

De todas maneras, los pediatras,  lo que recomendamos habitualmente es lo siguiente: en función de cuánto tiempo haya pasado desde que lo tomó hasta que presentó el vómito asumimos que se ha absorbido nada, parcialmente o todo el medicamento.

Más claro:

  • Si el vómito ha sido inmediatamente tras tomar la medicina o han pasado menos de 15 minutos (en estos casos si el medicamento es de color se suele ver incluso en el vómito) podemos volver a repetir la dosis completa.
  • Si han pasado entre 15-30 minutos, asumimos que parte del medicamento se ha absorbido y podemos volver a repetir la mitad de la dosis.
  • Si han pasado entre 30-60 minutos o más, asumimos que el medicamento se ha absorbido prácticamente por completo y NO repetiremos la dosis. Si al recoger el vómito observamos que el vómito está parcialmente teñido del medicamento, lo que sí podemos hacer es, adelantar la siguiente dosis. Por ejemplo si la próxima dosis le tocaba a las 8 horas se podrá adelantar a las 4-6 horas.

 

Por otro lado debemos intentar averiguar la causa del vómito:

  • Si vomita porque no le gusta el sabor o la textura de la medicina, deberemos preguntarle al pediatra si existen otras alternativas de sabores o, incluso otras vías, por ejemplo, la rectal. Aunque los pediatras intentamos utilizar cada vez menos esta vía, en algunos niños, es la única que nos queda “porque es enseñarle y bote de apiretal y ya está vomitando”. A veces funciona, también, mezclar el medicamento con algo de comida (leche, zumo, …). Esto se puede hacer con la gran mayoría de medicamentos de uso pediátrico.
  • Si vomita porque precisamente esa era el motivo de llevarlo al médico y parece que está empezando con una gastroenteritis, en este caso, quizás nos debamos plantear desde el principio la vía rectal.
  • Si vomita porque tiene mucha tos, “lo echa todo con los golpes de tos”: en este caso debemos intentar crear las condiciones óptimas para que no ocurra. Es decir, hacer los lavados nasales previos a la toma del medicamento y nunca tras la toma del mismo. A veces en estos casos, y aunque la tos suele ser un mecanismo de defensa, podemos asociar un medicamento antitusivo.

 

Si consideras útil esta información, compártela.

 

La cinetosis

image

El simple viaje al cole de cada mañana se convierte en un martirio diario para algunos niños (porque les cuesta un “mareo”) y para los padres (porque les cuesta el dinero o el tiempo de limpiar la tapicería del coche), hasta el punto de que algunos niños van ya con “su cubito” en el coche para los vómitos.

No puedo desaprovechar este post para recordar, que si ya es discutible que haya que acompañar a los niños al colegio (esto ya lo comenté en otro post), lo que no merece la pena ni discutir es que DEBEMOS FOMENTAR QUE LOS NIÑOS VAYAN AL COLEGIO ANDANDO. Son infinitos los beneficios de este hábito, y además, evitaremos el tema del post de hoy: la cinetosis.

¿Qué es la cinetosis?, ¿cuales son los síntomas?

Es un problema muy frecuente en la infancia que consiste en una sensación de malestar, con sudoración fría, palidez y náuseas, que suelen llegar a los vómitos.

¿Cuál es la causa?

Cuando viajamos, nuestro cerebro tiene que integrar la información que le llega a través de los órganos del equilibrio: el oído, la vista y el sistema musculo-esquelético.
Cuando esta información NO es integrada correctamente se produce la cinetosis.

¿A qué edad se produce?

Es raro que se produzca antes de los 2 años. A partir de esa edad empieza a aparecer y aumenta hasta los 12 años, que empieza a disminuir.
(Madre con un niño de 2 años y medio al llegar a la consulta: “doctor, ahora que el niño viene muy contento, y que ya no vomita en la consulta con el sofocón, cada vez que venimos vomita en el coche”).
En los adultos es muy raro, aunque hay quien lo presenta de por vida, sobre todo las mujeres.

¿Qué podemos hacer?

En primer lugar, vuelvo a repetir, evitar viajes innecesarios: ¡¡al cole, ANDANDO!!

Si realmente tenemos que viajar,  los conductores debemos evitar maniobras bruscas (especialmente en zonas de curvas), llevar el coche bien ventilado (abrir ventanillas y, por supuesto, NO FUMAR).
Si el viaje es corto: intentar que no coma antes de viajar
Si el viaje es largo: aprovechar para viajar a las horas en las que el niño duerme (puesto que si va dormido no se mareará) y hacer paradas frecuentes para descansar.
Si los niños fijan la mirada en un punto lejano es más difícil que se mareen, así que debemos evitar actividades que obliguen a fijar la vista en un objeto cercano como leer, ver el DVD, jugar a los videojuegos,…
Y en cualquier caso, siempre debemos tener prevista la eventualidad del vómito (llevar bolsas u otros recipientes para evitar ponerlo todo perdido).

Pero, ¿no existe tratamiento?

En ocasiones los pediatras, si el cuadro es muy recurrente o muy intenso, podemos utilizar alguna medicación. La más habitual es el dimenhidrinato del cual existen muchas presentaciones (jarabes, comprimidos, supositorios,…). Por ficha técnica, este medicamente, NO se puede usar en menores de 2 años, pero ya hemos dicho que en los menores de 2 años es muy infrecuente la cinetosis. Como todos los medicamentos no debe tomarse libremente, sino que debe ser prescrito tras una valoración por su pediatra.
Actualmente existen también algunas soluciones azucaradas para utilizar en niños menores con tendencia a la cinetosis.

Comparte esta información si piensas que puede ser útil para otros padres.

LA GASTROENTERITIS

papel_higienico

Debido a las inmumerables visitas que he tenido que hacer estos días por este motivo «me veo obligado» a aclarar ciertas dudas:

¿Qué es la gastroenteritis?
La gastroenteritis es una de las enfermedades más comunes en la infancia, que consiste en la inflamación de la pared intestinal (enteritis) y, a veces también, de la pared del estómago (gastritis).

¿Cómo se transmite?
Aparece en brotes debido a su mecanismo de transmisión fecal-oral, es decir, se transmite a través de la saliva y de restos de las deposiciones. Por tanto, conviene para prevenir el contagio, que los niños no compartan biberones, botellitas, cañitas, … y que los adultos después de limpiar la diarrea a un niño se laven bien las manos para eliminar todas las partículas víricas que pudiesen haber quedado.

¿Cuál es la causa?
La causa más frecuente, con mucho, son los virus, especialmente el ROTAVIRUS. En muy pocas ocasiones se producen por bacterias, las más frecuentes y conocidas son SALMONELLA y SHIGELA.

¿Cuáles son los síntomas?
Se pueden manifestar con vómitos y diarrea o sólo diarrea. La diarrea suele ser muy acuosa. En ocasiones también se acompañan de dolor abdominal (retortijones) y fiebre, puesto que son producidas por virus.
Si la fiebre es muy alta o en las deposciones hay sangre, moco o pus hay que descartar que la causa en este caso sea una bacteria.

¿Qué debemos vigilar?
Ante una gastroenteritis lo único que debemos garantizar el es adecuado estado de hidratación del niño. Una manera fácil de asegurarnos de que el niño sigue bien hidratado es mirando su lengua, sus ojos y los pañales. El niño estará bien hidratado si su lengua está húmeda, sus ojos sueltan lágrimas cuando llora y moja los pañales de pipí. 
Si el niño se encuentra muy decaído, tiene los ojos hundidos, la lengua seca o no hace pipí, se encuentra deshidratado por lo debemos acudir rápidamente a su pediatra.

¿Cómo se trata? 
Se trata de un proceso autolimitado, es decir, que la mayoría de las veces se resuelven en pocas horas (o días) y casi nunca es necesario utilizar medicación. En ocasiones, como mediada de confort, utilizamos los analgésicos-antitérmicos (paracetamol) para aliviar el dolor abdominal y la fiebre. Pero casi nunca utilizamos fármacos para cortar los vómitos debido a que pueden tener efectos secundarios muy desagradables.

¿Le puedo dar aquarius, coca cola batida, zumos, …?
Afortunadamente la mayoría de los niños no se llegan a deshidratar en un proceso de gastroenteritis y por eso, aunque hayamos utilizado en ocasiones esas bebidas, no ha ocurrido nada, pero lo cierto es que NO deberíamos utilizarlas puesto que no están pensadas para estas situaciones. El aquarius está pensada para deportistas, para reponer las pérdidas que se tienen a través del sudor, aporta gran contenido de azúcar y pocas sales minerales. La coca cola, ni siquiera sabemos su composición («el secreto mejor guardado») pero lo que sí sabemos es que contiene igualmente mucha azúcar y pocas sales minerales y precisamente en la diarrea lo que se pierden son muchas sales minerales. Por tanto los correcto es utilizar SOLUCIONES DE REHIDRATACIÓN ORAL (afortunadamente hoy día disponemos de gran variedad de sabores e incluso de texturas), dándoselas en pequeños sorbitos cada 5-10 minutos y siempre habiendo esperado al menos media hora tras el último vómito.

¿Cuándo y qué podemos darles de comer?
La reintroducción de la alimentación habitual debe ser precoz, es decir, en no más de 4-6 horas conviene que le niño esté comenzando a comer su comida habitual. De esta manera la mucosa intestinal se recuperará antes.
En el caso de los bebés que estén tomando lactancia materna lo único que hay que hacer es fraccionar las tomas, es decir, darle más veces pero tomas más pequeñas. De igual forma los bebés que tomen leche de fórmula deben sólo fraccionar la toma pero no debemos utilizar leches especiales ni aguar la toma.
En el caso de los niños más grandecitos conviene que hagan una dieta normal pero sin grasas y azucares refinados. Algunos de los alimentos más adecuados, más apetecibles y que mejor se suelen tolerar son el pan, las galletas,…

Comparte esta información y estarás ayudando a miles de familias.