A diario me encuentro a madres que sufren desde que comenzaron a serlo.
Afortunadamente no son la mayoría o, al menos, a la mayoría no se les nota.
El sufrimiento que provoca la maternidad es de muy diversos orígenes pero tiene un denominador común: pensar que la maternidad es un camino de rosas.
No, madre no se es sólo durante cinco minutos. No sólo se es madre cuando llenas a tu bebé de lazos y sales a pasear al parque más ancha que larga. También se es madre cuando tu criatura tiene fiebre, cuando no quiere comer, cuando tiene rabietas,…Se es madre ya para toda la vida. La maternidad es una carrera extremadamente larga, es una gran maratón. En una carrera tan larga hay tiempo para todo. Para disfrutar. Para sufrir. Para llorar. Para reír. Para dudar. Para acertar. Para fallar.
El gran problema está en la autoexigencia que las madres hacen de su propia maternidad. En pensar que ser madre es caminar sobre un camino de rosas. En pensar que la maternidad es un estado de felicidad continuo. En pensar que no se puede fallar. En pretender ser madre por encima de todo. En pretender ser sólo madre.
A ti, madre “sufridora” te quiero decir hoy una cosa:
“Madre, siéntete como quieras. O mejor, siéntete como puedas.
La maternidad no es una competición. No se trata de que demuestres que eres la mejor madre del mundo mundial. Nadie es mejor madre que nadie.
Vive tu maternidad con intensidad, pero a tu manera.
TU MATERNIDAD, LA TUYA.
La maternidad es dura, pero apasionante.
Pocas cosas en tu vida supondrán un desafío tan apasionante como cuidar y educar a tu hijo. Pero hazlo a tu manera.
Todo el mundo te aconsejará lo que tienes que hacer en esta u otra circunstancia, pero recuerda: las circunstancias tuyas son las tuyas, y la maternidad tuya es la tuya.
Si decidiste dar el pecho o el biberón, si decidiste colegio público o de pago, si decidiste esto o lo contrario sólo te importa a ti y sólo tú debes saber por qué lo hiciste. Incluso a veces aunque no sabrás por qué lo hiciste. Pero lo hiciste y ya está, hecho se queda.
Ante nadie tienes que justificar tu maternidad.”
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Es muy importante que puedas tener ayudas adicionales de familiares y amigos para poder recomponerte de vez en cuando y que de este modo, no acabes exhausta. Y una vez que pasas la racha de dormir mal y por fin puedes dormir algunas horas seguidas, la maternidad no acaba.
Gracias por este artículo porque es la realidad. La autoexigencia materna viene definidas por creencias limitantes desde pequeñas. Nuestra mente ya nos prepara para ser madre, la sociedad, la educación etc… y está se hace presente para protegernos delos cambios. Te aconsejo que sigas tu propio camino, que mires a tu hij@ a los ojos y que ese amor tan incondicional que te invade sea el que te guíe toda la vida. Disfruta cada momento porque cada momento es tuyo.
Dra VANESSA Dominguez autora de “ El poder está en tu mano”