Una circunstancia que he vivido hoy en la guardia me ha vuelto a poner delante de mis ojos la gran diferencia que hay en la forma de vivir la maternidad. Después de un rato pensando, no puedo decir, cuál es el mejor “estilo”. Bueno, mejor dicho, sí que puedo: para cada familia su estilo de crianza es el mejor.
Cada madre con sus circunstancias debe ser entendida y respetada.
Sí, todas.
Las que buscaron un bebé y lo tuvieron y las que tuvieron un bebé sin buscarlo.
Las que vino a la primera y las que lo tuvieron tras muchos intentos, o con la ayuda que se necesitase.
Las que tienen al lado a papá y las que decidieron tenerlo solas.
Las que parieron por abajo, las que parieron por cesárea, las que adoptaron, las que subrogaron,
Las que dan teta y las que dan bibi.
Las que portean y las que lo llevan en carro.
Las que lo llevan a la guarde y las que no lo llevan.
Las que dan triturado y las que dan entero.
Las madres trabajadoras y las que se quedan en casa.
Las madres de hijos únicos y las madres de familias numerosas.
Las que tienen niños sanos y las que tienen niños enfermos.
Las que salen a despejarse y las que se quedan todo el día con sus hijos.
Las risueñas y las lloronas.
Sí, todas.
Todas deben ser entendidas y respetadas.
A todas os admiro.
Porque todas, desde el momento que son madres, tienen una parte de su corazón en otro ser por el que darían todo.
Sufren cuando su hijo sufre y se alegran cuando su hijo está féliz.
Para mi es el mayor privilegio q se puede tener.
Cuando tienes a tu hijo todo es diferente. No puedo imaginarme la vida sin mi hijo.
Todos los días doy gracias por lo afortunados q somos.