¡Felicidades, María! ¡Cuenta siempre conmigo!

La vida se compone de momentos cotidianos y de momentos especiales. Pues hoy es un día muy especial.

Después de justamente diez vueltas al sol a tu lado aquí estoy, en el mismo paritorio donde te vi nacer.

En el mismo paritorio donde sentí que me quemaba al cogerte por primera vez. ¡Qué sensación!  Tan intensa ha sido la huella de ese momento que me basta con cerrar los ojos para revivir complemente esa sensación. ¿Cómo es posible tanta magia en un sólo instante?

Aquí estoy, en este mismo paritorio donde comenzó nuestro camino juntos, viendo nacer a otras criaturas. Acompañando a otras familias a vivir esos momentos tan especiales.

¡Qué bonito es poder ser testigo directo de un nacimiento! ¡Qué suerte la mía! ¡Cuantos momentos inolvidables en este lugar!

Han pasado ya diez años de aquel momento. Quizás han pasado demasiado rápido. Pero si cierro los ojos y empiezo a recordar son muchas las huellas que has ido dejando en casa, en nuestro hogar. Un hogar que comenzaste a mejorar desde el principio.

A veces me gustaría detener el tiempo y poder acunarte y que te quedases dormida en mis brazos como tantas veces has hecho. 

Pero por otro lado no quiero que el tiempo se detenga. Quiero seguir disfrutando de descubrir cómo te vas mejorando cada día.

Sabes que eres una persona muy especial. No se puede ser más noble, más cariñosa, más inocente, más buena.

Si sólo pudiera decir una palabra de ti ya sabes cuál es porque te lo digo muchas veces, eres BUENA.

Como no siempre podré estar físicamente contigo me gusta agradecerte en estos textos lo que yo ya sí puedo saber de ti:  estoy completamente  seguro de que poder contar siempre contigo.

Podría estar hablando horas y horas de ti pero en este breve texto te quiero recordar, como cada año, que PUEDES CONTAR SIEMPRE CONMIGO.

Cuando no esté en casa por trabajo o por otra circunstancia, cuenta conmigo.

Vendrán a quererte,  ahí cuenta conmigo.

Intentarán hacerte daño, también ahí, cuenta conmigo.

En cada una de tus alegrías, ya sabes, cuenta conmigo.

Pero en cada uno de tus tropiezos, no lo olvides, cuenta conmigo.

Cuando seas adolescente y reniegues de mí, en esos momentos, también cuenta conmigo.

Cuando te encuentres arropada, cuenta conmigo.

Cuando te sientas sola, cuenta conmigo.

Recuerda, cariño, que el mundo está lleno de buenas personas. Y tú, sin duda, eres una de ellas.

¡Muchas felicidades!

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