Culpa, culpa y… culpa.

 

 

Ayer una más.

Una madre más que no podía más y se derrumbó.

Una de las pocas que se deja ver o ya no puede ocultarlo porque en la mayoría “la profesión va por dentro”.

 

Una madre más derrumbada en la consulta: Impotente, triste, desolada, y lo peor, CULPABLE.

 

Sí, culpable de todo.

Culpable por haberse quejado de dolor.

Culpable por no encontrarse al cien por cien para cuidar a su bebé.

Culpable por sentir miedo de no tener leche.

Culpable por tener miedo.

Culpable por sentirse triste.

Culpable por no entenderse a ella misma.

Culpable por sentir vértigo de la responsabilidad de cuidar bien a su criatura.

Culpable por sentirse así y que nadie (ni su pareja) no lo entienda.

Sí, culpable hasta de sentirse culpable.

 

Ayer me dio mucha pena pero hoy, cuando lo pienso, creo que fue una suerte que se derrumbara en la consulta, que se abriera, que se expresara, que compartiera, que llorara, que se desahogara…

Todos esos sentimientos retenidos desde el parto y que no había sido capaz de compartir ni siquiera con su pareja, por miedo a decir que se encontraba mal tras haber parido, afloraron con mucha magia en la consulta.

 

Después de lo que estuvimos hablando (y sintiendo) en la consulta creo que su pareja pudo comprender todos y cada uno de los sentimiento que una madre puede sentir tras el parto.

 

Pudimos hablar incluso de cómo evoluciona ese sentimiento de culpa. Es probable que dentro de unos meses o años, esa madre se sienta culpable por dejar el pecho, por perder la paciencia, por dejar su bebé al cuidado de otra persona, por no haberle dedicado más tiempo,… En fin, culpa, culpa y más culpa.

 

Esa culpa tardía sí que suele ser más compartida por ambos padres pero la culpa inicial la carga casi completamente la madre. Los padres tras el parto entran (o entramos) en una fase de euforia mientras muchas madres quedan pero las madres en esa fase están en una

 

Desde esta página quiero sacar estos sentimientos a la luz. No debemos esconderlos. La maternidad, en ocasiones, es dura. Las mujeres que están esperando para ser madres deben conocer también esta parte de la maternidad. Las madres que tienen estos sentimientos no deben sentirse solas. Los padres debemos saber cómo se sienten las mujeres ante el proceso que más cambia la vida de una mujer: la maternidad.

 

Pero también desde esta página quiero insistir en que la culpa es un sentimiento tóxico. Nos inutiliza, nos invalida.

Debemos alejarnos de la culpa.

No debemos sentirnos culpables de nada, puesto que no lo somos.

Debemos dejar de autoexigirnos ser los padres “perfectos”.

Nuestros hijos no quieren unos padres perfectos. Ellos lo que quieren son unos padres presentes, unos padres reales, unos padres felices…

 

Ellos sólo quieren un espejo donde mirarse:

UN ESPEJO REAL, NO UN ESPEJO PERFECTO.

Un comentario en «Culpa, culpa y… culpa.»

  1. Hola! Me encantan tus artículos. Mucho. Gracias de corazón. Un comentario…Es «la procesión» va por dentro.

    Un saludo!

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