Ya he tratado en otros post algunos problemas relacionados con el sueño de los niños (cuántas horas deben dormir los niños, cómo enseñarles a dormir solos, por qué sudan mientras duermen,…). Hoy me voy a centrar en una preocupación que me planteáis con frecuencia en la consulta:
“¿A qué edad debo comenzar a ponerle almohada al niño en la cama?”
En la propia pregunta va implícito que los padres han supuesto que los bebés de poca edad no la necesitan. Efectivamente, en los primeros meses de la vida, NO se aconseja el uso de almohada por dos motivos. El primero, y principal, porque como prevención del síndrome de muerte súbita del lactante (SMSL) no se recomienda que en la cuna haya objetos innecesarios (cojines, peluches, almohadas,…). El segundo es simplemente una cuestión anatómica, ya que occipucio de los bebés es más prominente y el uso de almohada provocaría que el cuello estuviese demasiado flexionado, lo que resulta incómodo.
En los niños un poco más grandes, entre los 12 y los 24 meses, el uso de la almohada más que aconsejable o desaconsejable es “ciencia ficción”, ya que a esa edad los niños se mueven tanto durante el sueño que la almohada terminaría en los pies, en la espalda, … o en cualquier otro sitio que no sea debajo de la cabeza del niño.
A partir de los 4 años, el sueño de los niños suele ser algo más tranquilo, suelen a mantener la orientación correcta en la cama. A estas edades, de forma similar a los adultos, lo que debemos valorar es la postura del niño en la cama durante el sueño:
– si duermen boca abajo: lo mejor es NO usar almohada. Si la usa debe ser muy fina porque ni no provoca hiperextensión del cuello que puede llegar a ser incómodo.
– si duermen de lado: en este caso, cuando la anchura de los hombros es mayor que la de la cabeza es aconsejable el uso de la almohada para mantener la columna alineada.
– si duerme boca arriba: algunos niños prefieren dormir sin ella, pero si la utilizamos, debe ser fina para que el cuello no se flexione demasiado.
Debemos hacer 2 consideraciones especiales:
- niños con plagiocefalia: podemos utilizar la almohada para “obligar” a apoyar la cabeza por la parte correcta (“la zona redondeada”).
- niños con obstrucción de la vía respiratoria superior, por un proceso catarral o porque tenga una hipertrofia adenoidea (“vegetaciones muy grandes”): en este caso se podría utilizar una almohada con la intención de elevar la cabeza para facilitar la respiración, aunque es más aconsejable elevar la cama en bloque, elevando todo el cabecero introduciendo, por ejemplo, una toalla enrollada debajo del colchón.
Si alguna vez te has planteado estas dudas, comparte esta información con otros padres.
Hola, he estado buscando esto un tiempo y al fin he podido despejar las dudas, gracias