Hay determinados alimentos que «están de moda».
Quizás la leche es el más llamativo: tiene muchos fans y también muchos detractores.
Como en todo en la vida, en el término medio está la virtud.
Aclararé ciertos conceptos. Hoy hablaré de la intolerancia a la lactosa.
¿Qué es la lactosa?
La lactosa es el “azúcar” de la leche. Para ser digerida y absorbida es necesaria una enzima llamada lactasa, que está en las células que tapizan el intestino delgado.
¿Qué es la intolerancia a la lactosa?
Cuando la lactasa falta total o parcialmente, la lactosa no se digiere ni absorbe en el intestino delgado por lo que llega hasta el intestino grueso (colon) donde las bacterias hacen que fermente. Esto hace que se produzca gran cantidad de gas que dará lugar a los síntomas que diré más adelante.
Normalmente, en los primeros meses de la vida, el intestino tiene una gran cantidad de lactasa, pero a partir de los 2-3 años de edad esta enzima va desapareciendo poco a poco. Algunos niños no tienen síntomas hasta varios años más tarde, en la adolescencia o incluso en la edad adulta.
Es muy raro el déficit primario de lactasa (intolerancia congénita a la lactosa), es decir, que un bebé nazca sin esta enzima y, por tanto, no sea capaz de digerir la leche “normal”. Pero sí es más habitual, que de forma transitoria, por “un daño” en el intestino, por ejemplo tras una gastroenteritis, esta enzima falte (total o parcialmente) y se produzca lo que los médicos llamamos intolerancia secundaria a la lactosa.
¿Cómo se manifiesta?
La mayoría de los intolerantes a la lactosa lo son sólo parcialmente, es decir, conservan cierta cantidad de lactasa y, por tanto, cierta capacidad de digerir y absorber la lactosa. Sólo cuando sobrepasan esa capacidad al tomar más leche, aparecen los síntomas.
Los síntomas más típicos son:
– dolor abdominal
– gases y distensión abdominal
– diarrea, que suele explosiva (por la fermentación) y ácida. Esto hace que la defecación sea desagradable por el escozor y, en los más pequeños, la piel de la zona del pañal se irrite.
¿Es una enfermedad grave?
No. En general es leve y las molestias desaparecen al dejar de tomar leche o utilizar lactasa.
¿Cómo se diagnostica?
La mayoría de las veces, y siendo práctico, puede ser suficiente con probar si los síntomas desaparecen al suprimir la leche de la dieta durante varias semanas.
Se pueden hacer otras pruebas para confirmarlo:
– Test de hidrógeno espirado: el aire que se expulsa de los pulmones después de haber tomado leche contiene más hidrógeno si se es intolerante a la lactosa.
– Sustancias reductoras en heces: comprobar que en las heces hay más sustancias ácidas.
¿Esta enfermedad es hereditaria?
No necesariamente de una madre intolerante a la lactosa nace un bebé intolerante a la lactosa, pero sí hay cierta agrupación familiar, es decir, suele haber en esa familia varias personas que “no les sienta” bien la leche.
También influye la raza, probablemente por la adaptación evolutiva a los distintos estilos de alimentación. En Europa, la intolerancia a la lactosa es mucho más infrecuente que en otras zona, sólo la padecen aproximadamente la cuarta parte de la población.
¿Es lo mismo la intolerancia a la lactosa que la alergia a la proteínas de la leche de vaca?
No, no tienen nada que ver.
La intolerancia a la lactosa es la intolerancia al azúcar de la leche. Se manifiesta con síntomas digestivos y suele aparecer en niños más grandecitos.
La alergia a la proteína de leche de vaca es producida por las proteínas de la leche. Se puede manifestar con síntomas digestivos pero suelen tener reacciones en la piel. Se produce generalmente en bebes de muy poca edad, días o pocos meses.
¿Cuál es el tratamiento de la intolerancia a la lactosa?
Excluir la lactosa de la dieta o disminuir la ingesta hasta que desaparezcan los síntomas.
¿Qué alimentos contienen lactosa?
Por supuesto, LA LECHE.
También existe lactosa en el resto de los lácteos (batidos, flanes, natillas, …) o en platos que se hacen con leche (croquetas, canelones, bechamel,…). También en los helados, bollería, pasteles y chocolate.
Para algunos niños “muy intolerantes” a la lactosa será necesario leer con atención la etiqueta de los alimentos envasados porque éstos pueden contener algo de lactosa (salchichas, embutidos, …).
Sin embargo, debido a la fermentación, el yogur y el queso (sobre todo el queso muy curado) tienen muy poca lactosa.
Pero si no toma leche, ¿cómo se si mi hijo esta tomando el calcio suficiente para crecer bien?
En el primer año de la vida la leche un alimento fundamental en la alimentación de los niño.
Después ya no es tan importante, ya que pueden comer otros alimentos muy variados que también contienen calcio como son algunas verduras (brócolis, espinacas, …), legumbres (soja, garbanzos, guisantes, …), pescados (salmón, gambas, almejas, …), alimentos enlatados (sardinas, …) o frutos secos (pistachos, pipas, …)
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