¿Los niños se resfrían por andar descalzo?

Doctor, estamos absolutamente desesperados. Ya no sabemos qué tipo de zapatos ponerle. Se los quita todos. Y el problema ahora es que con el frío que hace se resfría porque va siempre descalza”.

Creo que más de una familia os sentiréis identificados con esta situación porque sois muchas las que me repetís a diario en la consulta.

Con respecto al calzado de los niños lo primero que conviene decir es que, afortunadamente, poco poco han ido desapareciendo las antiguos botas ortopédicas que más que ayudar a andar inmovilizaban a los los niños e impedían el desarrollo normal del pie.

Son muchos los estudios ya que han demostrado los beneficios de andar descalzo.

Durante el verano es bastante fácil convencer a las familias de ésto. El problema es que el falso mito de que andar descalzo hace que los niños se resfríen hace que la mayoría de las familias sean muy reacias a dejar a sus niños descalzos en invierno.

Aclaremos el tema:

«¿Por qué se producen los resfriados?»

Pues los resfriados se producen por virus (¡¡¡SIN VIRUS NO HAY RESFRIADO!!!) y que yo sepa los virus no entran por los pies. Los virus catarrales se transmiten, como ya hemos visto en otras entradas, a través de las microgotas de saliva que soltamos al hablar, toser o estornudar. O a través de las manos, de ahí la importancia como ya insistí en la entrada del lavado de manos.

También es cierto que los virus están presentes y se pueden transmitir en cualquier estación del año.

«Entonces, doctor, ¿por qué los catarros son más frecuentes en invierno?»

He aquí la madre del cordero. Efectivamente los catarros son mucho más frecuentes en invierno y esto es debido al frío.

«¿Cómo que los catarros los produce el frío? ¿Pues no habíamos quedado que los producían los virus?»

Efectivamente, repito: ¡¡¡SIN VIRUS NO HAY RESFRIADO!!! El catarro no lo produce el frío, de hecho el frío es “esterilizante”. Lo que ocurre es que con el frío, especialmente con el aire frío, se produce una vasoconstricción de los capilares de la mucosa de la vía respiratoria superior (nariz, garganta, …) por lo que llegan menos leucocitos (células de defensa) y, por tanto, somos más vulnerables a que los virus penetren en la mucosa y provoquen el resfriado.

Resumen:

¡¡Deja que tus niños anden descalzos para que desarrollen bien el pie y protege su garganta del aire frío!!

Si te gustó, comparte.

¿Los niños se resfrían por andar descalzos?

Doctor, estamos absolutamente desesperados. Ya no sabemos qué tipo de zapatos ponerle. Se los quita todos. Y el problema ahora es que con el frío que hace se resfría porque va siempre descalza”.

Creo que más de una familia os sentiréis identificados con esta situación porque sois muchas las que me repetís a diario en la consulta.

Con respecto al calzado de los niños lo primero que conviene decir es que, afortunadamente, poco poco han ido desapareciendo las antiguos botas ortopédicas que más que ayudar a andar inmovilizaban a los los niños e impedían el desarrollo normal del pie.

Son muchos los estudios ya que han demostrado los beneficios de andar descalzo.

Durante el verano es bastante fácil convencer a las familias de ésto. El problema es que el falso mito de que andar descalzo hace que los niños se resfríen hace que la mayoría de las familias sean muy reacias a dejar a sus niños descalzos en invierno.

Aclaremos el tema:

«¿Por qué se producen los resfriados?»

Pues los resfriados se producen por virus (¡¡¡SIN VIRUS NO HAY RESFRIADO!!!) y que yo sepa los virus no entran por los pies. Los virus catarrales se transmiten, como ya hemos visto en otras entradas, a través de las microgotas de saliva que soltamos al hablar, toser o estornudar. O a través de las manos, de ahí la importancia como ya insistí en la entrada del lavado de manos.

También es cierto que los virus están presentes y se pueden transmitir en cualquier estación del año.

«Entonces, doctor, ¿por qué los catarros son más frecuentes en invierno?»

He aquí la madre del cordero. Efectivamente los catarros son mucho más frecuentes en invierno y esto es debido al frío.

«¿Cómo que los catarros los produce el frío? ¿Pues no habíamos quedado que los producían los virus?»

Efectivamente, repito: ¡¡¡SIN VIRUS NO HAY RESFRIADO!!! El catarro no lo produce el frío, de hecho el frío es “esterilizante”. Lo que ocurre es que con el frío, especialmente con el aire frío, se produce una vasoconstricción de los capilares de la mucosa de la vía respiratoria superior (nariz, garganta, …) por lo que llegan menos leucocitos (células de defensa) y, por tanto, somos más vulnerables a que los virus penetren en la mucosa y provoquen el resfriado.

Resumen:

¡¡Deja que tus niños anden descalzos para que desarrollen bien el pie y protege su garganta del aire frío!!

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¿Catarro o alergia?

estornudo

Con la llegada del calorcito comienzan a florecer muchas de las flores en los campos y jardines. Ciertamente es un espectáculo de la naturaleza. Pero casi al mismo ritmo empiezan a “florecer” en las salas de espera de los pediatras los niños nuevamente con mocos.

Es cierto que los pediatras estamos muy acostumbrados a lidiar con niños mocosos. De hecho, como ya dije en el post de los lavados nasales (lo podéis repasar pinchando aquí) “aceptamos moco como animal de compañía”.

Pero es cierto que en esta época del año conviene distinguir bien entre los síntomas de los catarros y de las alergias. Conviene aclarar que alergia hay durante todo el año pero se intensifica en primavera por la mayor carga en el ambiente de alérgenos (pólenes, gramíneas,…).

Es interesante diferenciar si se trata de un catarro o de alergia porque el tratamiento es totalmente distinto.

Para el caso de los catarros, además de una buena hidratación la medida estrella son los lavados nasales (podéis repasar la técnica aquí) mientras que el tratamiento de las alergias consiste, en la mayoría de las ocasiones, en un antihistamínico.

Si quieres saber si el “culpable” de tus mocos es la alergia o un catarro basta con responder a estas sencillas preguntas:

  • ¿El moco es acuoso o espeso?

El moqueo en la alergia a es un goteo continuo de moco acuoso, transparente, como agua mientras que la mucosidad en los catarros puede comenzar siendo transparente pero en pocas horas se irá espesando y siendo cada vez más amarillenta o incluso verdosa.

  • ¿Estornudas o toses?

El estornudo es otro de los síntomas típicamente alérgico, sobre todo si se produce en golpes de más de cinco estornudos seguidos. Es cierto que en un catarro puede haber estornudos pero es mucho más típico que haya tos.

  • ¿Te pica la nariz o los ojos?

Igual que en la pregunta anterior también puede existir cierta piquiña en la nariz o en la garganta en los catarros pero si te pican mucho la nariz y los ojos lo más seguro es que se trate de una alergia.

  • ¿Te lloran los ojos?

En el caso de los catarros, por la congestión de la mucosa de la nariz, podemos tener cierto lagrimeo, pero en el caso de las alergias el lagrimeo es constante acompañado del picor de los ojos. Conviene distinguir estas conjuntivitis alérgicas de otra causa infecciosa como ya vimos en le post que puedes ver pinchando aquí.

  • ¿Tienes fiebre?

En el caso de las alergias nunca existe fiebre mientras que en los catarros, aunque no es un síntoma “obligatorio” puede estar presente en muchas ocasiones.

  • ¿Los síntomas han aparecido bruscamente o poco a poco?

En el caso de los catarros los síntomas suelen comenzar de una manera más insidiosa, el paciente se empieza a sentir mal poco a poco, mientras que en las alergia el comienzo es muy brusco; cuando estás tan tranquilo empiezas con el achissssss, achisssss, achissss, … y ya no puedes parar.

  • ¿Cuánto tiempo llevas con los síntomas?

En las alergias uno se encuentra mal durante unos minutos u horas, pero suele mejorar rápido mientras que el catarro suele durar 4-5 días.

Insisto que la importancia de diferenciar un proceso del otro es sobre todo por el tratamiento: en el caso de las alergias la mayoría de las veces con un antihistamínico estarán cubiertos todos los síntomas. En el caso de que predominen además mucho picor ocular o lagrimeo se puede asociar un colirio antihistamínico. Si lo que predomina es el picor nasal y el goteo continuo de moco acuoso puede asociarse un spray nasal de corticoides.

Comparte esta información si piensas que puede ayudar a distinguir las alergias de los catarros.

 

Lavados nasales

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Con el comienzo del curso de la guarde y del cole, puntual a su cita, como cada año, han llegado LOS MOCOS.

No sé cuantas veces habré repetido ya en estos días lo siguiente: “A partir de ahora, aceptamos MOCO como animal de compañía” “El objetivo no es que el niño esté absolutamente limpio de moco, esa guerra la damos por perdida. El objetivo ahora es que el moco no se complique, es decir, no se baje al pecho, no se meta en el oído, no se infecte,…”

Pero, ¿entonces no puedo hacer nada para acabar con los mocos?

Existen dos medidas que son fundamentales para intentar “mantener los mocos a raya”:

– Mantener un óptimo estado de hidratación: ofrecer líquidos abundantes, especialmente AGUA.
– Hacer lavados nasales con frecuencia.

¿Cuántas veces al día puedo hacer los lavados nasales?

La respuesta que doy a todas las familias en la consulta es “¿Cuántas veces pueden ustedes sonarse los mocos cuando están resfriados?”. Obviamente lo entienden rápido. Es decir, los lavados nasales con suero fisiológico sustituyen al pañuelo en niños que aún no saben sonarse.
Se puede hacer tantos lavados nasales como sean necesarios para que el niño esté más cómodo y pueda respirar mejor.

¿Cómo se hacen los lavados nasales?

Casi más que explicar cómo se hacen los lavados nasales debería explicar cómo se debe inmovilizar a un niño para conseguir hacer esos lavados. Ya habréis probado que en cuanto son más grandecitos ven el bote del suero  y “les falta casa para correr”.

Algunos consejos para hacer un lavado nasal adecuado son:
– Es recomendable hacer los lavados antes de dormir y antes de las tomas en los bebés.
– Suele ser suficiente con 1,5-2 ml en cada fosa nasal en niños pequeños y hasta 5 ml en niños mayores. La sensación será menos desagradable si el suero está a temperatura ambiente.
– El niño puede estar tumbado (boca abajo o boca arriba, como mejor se le sujete), procurando girarle la cabeza hacia un lado e intentando que no se eche hacia atrás. Cuando esté bien sujeto, se echa el suero fisiológico por el orificio que queda arriba, “con decisión”. Tras esta maniobra, sobre todo si está boca arriba, se le puede sentar para favorecer la expulsión de las secreciones. Posteriormente, se repite la maniobra para echar el suero en el otro orificio nasal, girándole la cabeza hacia el lado contrario.
Algunos niños mayores son capaces de realizarse los lavados ellos mismos, inclinando la cabeza hacia un lado y posteriormente al contrario, y echando el suero por el agujero nasal que queda más arriba.
– Parte de los mocos los expulsarán y otra parte se los tragarán. Eso es normal.

¿Cada vez que le hago un lavado nasal debo aspirarlo?

La mayoría de las veces, tras el lavado nasal, la vía aérea queda lo suficientemente despejada para que no sea necesario aspirar. No es recomendable usar con tanta frecuencia los aspiradores de secreciones ya que la presión de succión que producen puede ocasionar sensaciones desagradables en el oído y resecar la mucosa.
Limitaremos su uso a 2-3 veces al día, solo si hay mucho moco para aspirar y sin hacerlo de forma brusca.

Recordad, el objetivo no es que el niño esté absolutamente limpio de moco sino que se encuentre lo suficientemente confortable como para comer y descansar adecuadamente.

Comparte esta información si piensas que puede ser útil para otros padres.

La guardería.

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Este es un tema muy controvertido, y no pretendo ser “pastor espiritual” de ninguna familia.

Este post es una opinión personal, justificada simplemente por mi experiencia y algunos datos médico-científicos. Es lo que le cuento a las familias que asisten a mi consulta cuando me preguntan sobre este tema.

Vaya por delante que la mayoría de las guarderías, al menos las que yo conozco, y eso supongo que es extensible al resto de las guarderías de España y del mundo, son sitios estupendos. Cuentan con profesionales con mucho amor y dedicación a su trabajo y capacitados laboralmente para el cuidado de los niños.

Dicho esto, a la pregunta estrella de estos días en las consulta: “doctor, ¿que le parece a usted que metamos a Laurita en la guarde? Es que como ya tiene un añito, y es tan inquieta, pensamos que se aburre en casa y está deseando jugar con otros niños”.

Por supuesto, el modelo social que estamos construyendo, es especialmente duro e injusto con las mujeres. La mayoría, no sólo NO pueden disfrutar de su maternidad como les gustaría (por ejemplo para prolongar la lactancia materna), sino que se sienten amenazadas en sus trabajos si agotan su derecho de baja maternal, y no digamos, si intentan prolongarlo. En un mercado laboral tan competitivo, una madre que no tenga su plaza laboral definitiva, se ve durante las bajas maternales en la “cuerda floja” desde el punto de vista laboral. Esto está haciendo retrasar la edad de la  maternidad y,  ni que decir tiene, que plantearse una segunda o una tercera maternidad muchas veces se convierte en ciencia ficción. No quiero desviarme, ya hablé del precio de la maternidad (lo puedes leer pinchando aquí). Pero sí es importante, al menos, tenerlos en cuenta puesto que influyen mucho en el tema de hoy: llevar o no al niño a la guarde.

Y sí, así sí lo entiendo. De hecho, para eso surgieron las guarderías, para cuidar de los niños cuando familiarmente no es posible. Surgieron básicamente a raíz de la incorporación de la mujer al mundo laboral. Pero no nos engañemos, un niño de un año (ni que decir tiene cuando entran con 4-5 meses) en la guarde no juega con sus iguales, va “a su aire”, juega y se entretiene solo. La socialización de los niños aparece a partir de los 2-3 años, por lo tanto “no están deseando jugar con otros niños”. Que yo sepa no hay ningún estudio científico que haya demostrado que los niños que asistieron precozmente a la guardería tiene mayores capacidades sociales que los que no lo hicieron. Hasta esa edad es muy importante el vínculo familiar que el niño está estableciendo, necesita la protección de los padres. Los niños necesitan sus rutinas, y quienes mejores cuidadores que sus padres.

Repito, nuevamente: las guarderías son sitios estupendos donde podemos dejar con tranquilidad a los niños cuando no disponemos de tiempo para cuidarlos. Pero también debemos saber que eso tiene sus consecuencias, es decir, si juntamos en una misma clase de la guarde 10-12 niños, de los cuales siempre hay alguno que está malito (agobiados otra vez por el maldito trabajo, si el niño amanece con fiebre, le damos una dosis de paracetamol, cruzamos los dedos y, si hay suerte no nos llamarán al trabajo) el resultado es que los niños que asisten a guardería se ponen aproximadamente el doble de veces malo (otitis, bronquitis, gastroenteritis, conjuntivitis, …itis, …itis, …itis) que los que no lo hacen.«¡¡Pero si no sé para qué pago la guarde, si al final no va, siempre está malito!!”, me dicen muchas madres agobiadas.

Otro mito: “Bueno, al menos así, cuando vaya al cole de los mayores no se pondrá malito”, intentan consolarse. Que yo sepa, la mayoría de los procesos que padecen los niños no dejan inmunidad permanente, es decir, el haber pasado una otitis no significa que ya quede el niño protegido para siempre para las otitis. Por tanto, es preferible que si el niño va a pasar una otitis lo haga con 5 años, no con 5 meses.

Por tanto, y en resumen, mi opinión de las guarderías es: Si es necesario que el niño vaya a la guarde porque la logística familiar así lo obliga, pues ánimo, sin sentimiento de culpabilidad (ya hable de esto también en este post). Pero si tenéis la opción de cuidar al niño en casa NO dudarlo, disfrutar de ellos, son años que pasan y no vuelven.

Comparte este post si piensas que puede ayudar a otros padres a tomar esta difícil y delicada decisión.