Antes de hacer una puesta al día sobre los problemas que están haciendo que estas vacunas estén “en duda”, expondré una serie de conceptos básicos claves sobre la infección por virus del papiloma humano (VPH):
- La infección persistente por el VPH puede causar lesiones cancerosas tanto en el hombre como en la mujer. Lo más frecuente es en forma de cáncer de cuello de útero (cáncer de cérvix).
- El cáncer de cérvix causa más de 20.000 fallecimientos en Europa (es la 4.ª causa de muerte por cáncer en las mujeres en el mundo).
- Los VPH se transmiten por contacto sexual. Existen hasta 15 genotipos de VPH relacionados con el cáncer. Los de más alto riesgo y más frecuentemente relacionados con el cáncer son los serotipos VPH 16 y VPH 18 (hasta el 70% de los casos). Existen serotipos de bajo riesgo que lo que producen es verrugas genitales.
- Existen vacunas seguras, eficaces y efectivas para evitar la infección por los serotipos de más alto riesgo (VPH 16 y VPH 18). Es decir, estas vacunas son profilácticas, previenen la infección, pero no son eficaces si ya la mujer está infectada. Por ese motivo el momento óptimo para iniciar la vacunación es antes de iniciar las relaciones sexuales. Esta edad puede ser muy discutible, pero el Comité Asesor de Vacunas considera que esta edad para la primera dosis de vacuna debe ser 11-12 años.
- Estás vacunas comercializadas, y aprobadas por ficha técnica para poder ser administrada desde los 9 años, son:
- Cervarix®: previene frente a los serotipos de altos riesgo 16 y 18.
- Gardasil®: previene frente a los serotipos de altos riesgo 16 y 18, y los de bajo riesgo 6 y 11.
- Gardasil 9 ®: se comercializará próximamente, y a los a serotipos anteriores (16, 18, 6 y 11) se le ha añadido 5 más (31, 33, 45, 52 y 58).
Con todos datos parece bastante obvio que la vacunación frente a VPH es recomendable, como así hace el Comité Asesor de Vacunas de la Asociación Española de Pediatría.
El problema aparece cuando en determinados grupos de población se empieza asociar el uso de estas vacunas con efectos indeseables asociados, como eran:
- El síndrome de dolor regional complejo: trastorno crónico caracterizado por dolor, debilidad de los miembros y cambios tróficos de la piel de causa desconocida.
- El síndrome de taquicardia postural ortostática: trastorno caracterizado por un incremento de la frecuencia cardíaca al ponerse de pie, que se manifiesta por mareo, debilidad, pérdida de conciencia y dolor de cabeza.
Aunque más de 72 millones de personas han sido ya inmunizadas con estas vacunas en el mundo, por esta alarma generada, el pasado 14 de julio, la Agencia Europea del Medicamento (AEM), a través del Pharmacovigilance Risk Assessment Committee (PRAC), inició una investigación de algunos aspectos de seguridad de la vacunación frente al virus del papiloma humano (VPH), enfocada fundamentalmente a aclarar si estos dos trastornos estaban relacionados con la vacunación frente a VPH.
Los pediatras, y muchas familias, nos encontrábamos expectantes ante los datos que pudieran arrojar esta revisión. Pues bien, el pasado jueves 5 de noviembre, tras evaluar la bibliografía científica, la información procedente de expertos en dichas patologías y los testimonios de mujeres afectadas, confirma que no se ha encontrado ningún dato que permita sostener una relación entre las vacunas frente al VPH y las patologías mencionadas anteriormente. En este enlace podéis ver el informe original (en inglés).
Por tanto la AEM, y también por extensión el Comité Asesor de Vacunas Español, continúa recomendando la vacunación frente a VPH con las vacunas actuales.
Aprovecho este post para decir que la mejor medida preventiva para la prevención de las enfermedades de transmisión sexual es el preservativo masculino, ya que con las relaciones sexuales no sólo se puede transmitir el VPH sino otras muchas enfermedades.
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