Creo que las cartas a que recibirán los Reyes Magos de Oriente este año, como todos los últimos y cada vez más, estarán plagadas de objetos y juguetes tecnológicos: tablets, móviles,…
Hoy no voy a entrar a comentar las ventajas y desventajas de este tipo de regalos entre los menores, pero sí quiero hablar de dos problemas a los que los padres debemos estar más atentos que nunca porque su incidencia está aumentando llamativamente debido al uso cada vez más frecuente de las tecnologías en los menores: el ciberbullying o ciberacoso y el grooming.
El ciberbullying es cuando a través de un teléfono móvil, Internet, redes sociales,…. un menor acosa a otro (amenazas, insultos, coacciones, chantajes,…).
El problema es que al existir una distancia física entre el agresor y la victima, el agresor tiene más sensación de impunidad, y puede hacerlo reiteradamente sin ser visto por nadie (profesores, vecinos, padres, …) como en el caso del bullying “normal”. Esta reiteración puede hacer que las consecuencias psicológicas sean incluso más graves. Uno de los casos más típicos es que una niña envía a través de WhastApp a su amigo una foto comprometida. Ëste la distribuye entre sus amigos y después la chantajean para cortar la cadena de transmisión.
El grooming es también un acoso a través de las nuevas tecnologías (chat, redes sociales, etc.), pero no es entre iguales, sino que el acosador es un adulto y la víctima un menor. Casi siempre habrá una intención sexual explícita o implícita.
Los acosadores, que suelen ser hombres casados, tienen preferencias por menores en edad puberal o prepuberal. Suelen esconderse tras un “perfil” de menor y poco a poco van “abonando” el terreno hasta confesar sus intenciones, pidiendo secretismo. Les convencen de que no deben decirlo a los padres, pues no lo entenderían.
Actúan en 3 fases:
– Fase de amistad: comienzan a crear una relación de amistad y confianza para conocer sus gustos y preferencias.
– Fase de relación: aumenta el grado de confianza. Comienza a haber confesiones personales e íntimas entre acosador y menor.
– Fase con componente sexual: hay petición a los menores de su participación en actos de naturaleza sexual, grabación de imágenes o toma de fotografías.
Vistos estos dos problemas, ¿Qué debemos hacer los padres?
– Debemos supervisar, sin ser intrusivos (esto es lo difícil) y conocer el uso que hacen nuestros hijos de Internet.
– Establecer un horario para el uso de las nuevas tecnologías.
– Educar en la difusión responsable de imágenes (no enviar a desconocidos, no compartir imágenes comprometidas).
– El uso de Internet y, por supuesto, las webcam debe hacerse en las zonas comunes de la casa.
– Hablar con nuestros hijos de los beneficios y de los riesgos de las nuevas tecnologías y educarles en la autoprotección de datos. Enseñarles que:
-En Internet utilizar pseudónimos o nicks personales que sean conocidos sólamente por un círculo de contactos.
-Sean muy cautos con los datos personales que publican.
– No acepten ni agreguen como contactos a desconocidos.
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