Sois ya bastantes las familias que me habéis preguntado por este tema, así que considero que es más práctico dedicarle un post que responderos individualmente.
Quienes tenemos niños (me incluyo) que en algún momento de la infancia han padecido el molusco sabemos que se trata de una infección absolutamente desesperante.
Explicaré en qué consiste y qué podemos hacer.
Empezaré por el final: Creo que merece la pena ECHARLE MUCHA, PERO QUE MUCHA PACIENCIA. Las lesiones acabarán desapareciendo sí o sí, y visto que los tratamientos que existen son molestos para los niños, LO MEJOR ES ESPERAR.
Cuántas veces habré tenido que aguantar de mi mujer (y por cierto, sigo aguantando) la dichosa frase: “¡¡¿Pero cómo no va a haber nada?!!”
Bueno, al grano:
¿Qué es molusco?, ¿quién lo produce?
El molusco, o científicamente “molluscum contagiosum”, es una infección vírica (sí otra vez un virus, en este caso, de la familia de los poxvirus. Si al final va a ser verdad que casi todas las infecciones en la infancia son por virus) de la piel.
¿A quien afecta?
Puede afectar a cualquier edad, pero es más frecuente en niños entre 2 y 5 años.
Es más frecuente en niños con piel atópica.
¿Como se contagia?
Se contagia por contacto directo piel con piel, por eso se ha relacionado con la asistencia a piscinas públicas, pero también puede ser a través la ropa, toallas, …
¿Cuáles son los síntomas?
Aparecen unas lesiones pequeñas (de 1-5 mm) de aspecto como perlas muy pequeñas, con un pequeño “ombligo” central. No pican ni duelen, es decir, son asintomáticas.
Es un problema fundamentalmente estético.
El problema principal es que duran mucho tiempo. Lo habitual es que persistan entre 4y 6 meses, pero en ocasiones pueden durar incluso años.
Y por fin, ¿Cuál es el tratamiento?
Por supuesto que existen diferentes opciones de tratamiento.
Explicaré entonces porqué pienso que lo mejor es LA PACIENCIA (Espero que mi mujer lea este post y no me vuelva a preguntar…)
Los dermatólogos suelen realizar curetaje, es decir, con una cuchilla muy finita los quitan de raíz. En el mejor de los casos, si el dermatólogo es “sensible” previamente aplicará una crema anestésica sobre la lesión. Si no utiliza la crema ya sabéis hasta dónde pueden llegar los gritos. Aun así los niños lo suelen pasar muy mal ya que al sangrar los niños se asustan bastante.
Algunos pediatras utilizan unos colutorios (como unos pintauñas) ácidos que “queman” la lesión. Suelen ser también molestos.
Además en ambos casos las familias se suelen desesperar bastante porque ven que desaparecen unos pero continúan apareciendo otros. ¡¡Parece que nunca se va a acabar!!
Considerando todas estas molestias, y teniendo la certeza de que acabarán despareciendo, me reitero en que LO MEJOR ES ESPERAR.
Comparte esta información si piensas que puede ser útil para otras familias.