“¿Corticoides otra vez?, ¿y no le puede mandar otra cosa? Es que tiene 20 meses y ya ha tomado corticoides en dos ocasiones. Me han dicho que tienen muchos efectos secundarios, ¿verdad?”
Intentaré aclarar esto, pero si eres de los que no lees los post hasta el final, quiero que te quede claro que los corticoides habituales (estilsona, budesonida,…), a las dosis habituales, NO producen efectos secundarios.
¿Qué son los corticoides?
Los corticoides son hormonas que se producen en la glándula suprarrenal (unas glándulas que tenemos justo encima de los riñones).
Estas hormonas son muy importantes ya que controlan el estrés, intervienen en la inflamación y regulan las secreciones de otras hormonas.
Estas hormonas se han logrado reproducir en el laboratorio y es muy frecuente su uso en la medicina.
¿Qué tipos de corticoides existen?
Podemos clasificar los corticoides de muchas maneras:
- por su potencia: baja, intermedia y alta potencia.
- por su vida media: cuanto mayor es la vida media significa que más tiempo mantienen su efecto. Por ese motivo la pauta de dosificación será diferente en función de qué corticoide utilicemos.
- por la vía de administración: vía oral (en pastillas o gotas), vía inhalatoria (en diferentes tipos de aerosoles), pinchados (por vía intramuscular o intravenosa), tópicos (en formas de cremas, colirios,…).
¿Para que se utilizan?
Son muchos los procesos que los médicos controlamos gracias a los corticoides.
Son de especial importancia en enfermedades autoinmunes o reumatológicas (artritis reumatoide, síndrome nefrótico, lupus,…).
Pero el post de hoy va referido, sobre todo, a los usos superfrecuentes de los corticoides en la patología del día a día.
De éstas, las más habituales son:
- Bronquitis o crisis asmáticas: En las crisis lo utilizamos casi siempre por vía oral (el más usado es la Estilsona). En crisis moderadas o graves puede ser necesario administrarlo por vía parenteral (el más conocido es el Urbason). También pueden utilizarse por vía inhalatoria como tratamiento preventivo en niños con bronquitis recurrentes (el más conocido es la Budesonida).
- Laringitis: dependiendo del tipo y de la intensidad de la crisis lo utilizaremos por vía inhalatoria (el más usado es la Budesonida) o por vía oral (Estilsona, Fortecortin, Zamene, Dexametasona, …)
- Dermatitis atópica: en función de la intensidad del brote los utilizaremos de forma tópica (en forma de lociones, cremas o ungüentos) en casos de brotes leves-moderados. Para brotes moderados-severos pueden ser necesarios por vía oral.
- Fimosis: en ocasiones puede ser necesario la aplicación de una crema de corticoides para facilitar la liberación de las adherencias.
¿Cuáles son los efectos secundarios?
- Por déficit de corticoides: Como he dicho, los corticoides son hormonas naturales y al ser administrados externamente, si lo administramos durante mucho tiempo y a dosis medias-altas, pueden frenar las glándulas suprarrenales. El problema es que si suspendemos el tratamiento bruscamente, el cuerpo se queda sin corticoides y esto puede alterar todas las constantes vitales. Por esto, en tratamientos prolongados, hay que hacer una reducción paulatina de la dosis, para que los corticoides naturales vayan progresivamente “tomando el mando”.
- Por exceso de corticoides: estos son que todo el mundo conoce y por los que tienen tan mala fama los corticoides. Pueden ser muchos: obesidad, osteoporosis, hipertensión, hiperglucemia, disminución de crecimiento, estrías, bajada de las defensas,… Hay que decir, que a pesar de ser muy conocidos, son extremadamente infrecuentes cuando los utilizamos en ciclos cortos (tratamientos de menos de 7-10 días de duración).
En conclusión, y resumiendo, los efectos secundarios de los corticoides utilizados en los procesos habituales (bronquitis, laringitis, dermatitis atópica,…) son inexistentes. De todos modos, NO es recomendable la automedicación. Consulta a tu pediatra.
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