DECÁLOGO DE LOS MOCOS.

 

1.- Acéptalos. No te empeñes en que tu hijo esté absolutamente limpio de mocos.No lo conseguirás. De octubre a mayo estarán siempre presentes en la nariz de tu hijo. La relación promete ser larga por lo que más vale que os sepáis respetar.

2.- Los mocos son necesarios. Son un escudo protector. Suponen una barrera que impide la entrada de microorganismos. Cuando un niño está absolutamente limpio de mocos cualquier microorganismo penetra rápidamente en la mucosa. Sin embargo, si se encuentra como barrera la mucosidad tendrá mucho más complicada esa entrada.

3.- Que los mocos sean verdes no significa que estén infectados.Los mocos comienzan siendo muy claritos y líquidos (como agüilla). Poco a poco se van espesando, claros pero espesos (como clara de huevo). Posteriormente comienzan a ser amarillentos y después verdosos (sí, sí, verdes y pegajosos. Nos vamos situando, ¿no?). Es decir, si los mocos son verdes significa que el niño lleva varios días con mocos, no que estén infectados.

4.- Los antibióticos no sirven para acabar con los mocos. Los antibióticos sirven para matar bacterias y la mayoría de las veces que un niño tiene mocos es debido a una infección vírica.

5.- No hay ningún jarabe que acabe con la mucosidad. ¡Ay, si existiera un producto que consiguiera eso! ¡Esa pócima sería más deseada para los pediatras que el elixir de la eterna juventud! Lo que sí puedes hacer para intentar fluidificar las secreciones es ofrecer líquidos (agua) abundante y frecuentemente a tu hijo.

6.- No hay ninguna medida más eficaz para acabar con la mucosidad que un buen lavado nasal.Recuerda que hacer un lavado nasal no es poner una gota de suero fisiológico en la nariz. El suero fisiológico es la sustancia “más natural” que existe. No limpia por lo que lleva, limpia por arrastre. Así que sé generosos con el suero. ¿cuántas veces te suenas la nariz cuando estás resfriado? Pues exactamente las mismas veces puedes lavarle los mocos a tu hijo.

7.- El objetivo de los lavados nasales no es que el niño esté completamente limpio de mocos. El objetivo es, sabiendo que tu niño es un mocoso, que el moco no interfiera en sus actividades cotidianas (comer, dormir,…) por eso lo más recomendable es hacer los lavados nasales antes de las tomas y antes de dormir.

8.- No siempre hay que aspirar tras hacer los lavados nasales.De hecho, la inmensa mayoría de las veces con un buen lavado nasal será suficiente para que tu hijo pueda comer y dormir adecuadamente

9.- Lávate bien las manos después de hacer un lavado nasal.No sólo por la guarrería que supone que puedas tener las manos llenas de mocos sino porque a través de las manos y el contacto con las secreciones es como se contagian muchas de las infecciones respiratorias.

10.- Aprende a valorar esta etapa de la vida.Que tu niño sea mocoso significa que aún es pequeño, que aún te necesita, que aún disfruta de estar en tu regazo. Cuando llegues a la etapa de los granos, te pelees a diario con eses adolescente e incluso te rechace echarás mucho de menos esta etapa de mocos.

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