Empezaré, como otras veces, por el final. A modo de conclusión:
El que un niño utilice gafas de sol “homologadas” es tan importante o más que el aplicarse el protector solar al ir a la playa.
Hoy día para la mayoría de las familias es impensable llevar a sus hijos a la playa sin aplicar el protector solar. Sin embargo, la mayoría de ellos, van sin gafas de sol. Hay estudios que demuestran que menos del 2% de los niños utilizan habitualmente gafas de sol. Tradicionalmente la gafas de sol han sido consideradas más un complemento de moda que un instrumento de salud.
Pues bien, debemos saber que la radiación ultravioleta no es sólo dañina para la piel sino también para la vista. Los ojos de los niños, cuyo desarrollo no se completa hasta los 25 años, son hasta 20 veces más sensibles que la piel ante los rayos solares.
Los motivos que hacen que las radiaciones solares afecten más a los ojos de los niños que a los de los adultos son básicamente:
- Las pupilas de los niños son más grandes que las de los adultos, dejando entrar, por tanto, mayor radiación al interior del ojo
- El cristalino de los niños es muy frágil y poco eficaz a la hora de filtrar la radiación ultravioleta, dejando el cristalino de un niño de 12 meses pasar hasta el 90% de los rayos UVA y el 50% de los UVB.
- La pigmentación de los ojos de los niños es también menor que la de los adultos permitiendo, también, mayor entrada de radiación al interior del ojo.
El problema, además, es que al igual que al igual que en la piel la radiación es acumulativa. Se ha visto que hasta el 80% de la radiación acumulada en los ojos se produce antes de los 18 años.
La conclusión final es que toda esta radiación acumulativa en los ojos acabará provocando enfermedades en la edad adulta como la degeneración macular o cataratas.
Para que podamos valorar la importancia del tema os doy un dato: de los 16 millones de casos de ceguera que todos los años se registran como consecuencia de cataratas o glaucoma, la Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que el 20% se debe a la sobreexposición a la radiación.
Con todos estos datos parece evidente que es muy importante que los niños utilicen gafas de sol.
Pero para tener garantía de que las gafas son apropiadas hay que tener en cuenta que:
- Conviene adquirirlas en ópticas o centros autorizados.
- En las gafas debe figurar el sello de la Comunidad Europea (CE).
- Debe también quedar bien claro cuál es el índice de protección de dichas gafas. De las 5 categorías de filtros de protección solar, para los niños se recomienda, al menos, un índice de protección 3 (fuerte) para asegurar que filtran adecuada y suficientemente la radiación ultravioleta.
- De entre todas las gafas que cumplan estos requisitos, el niño debe elegir cuál son las que más le gustan ya que esto hará que el niño sea menos reticente a ponérselas.
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