Ya he hablado en alguna ocasión sobre errores frecuentes en la alimentación infantil.
Hoy quiero explicar en este post las diferencias fundamentales en las diferentes formas de tomar tomate y los falsos mitos que hay a este respecto.
Pareciera, a priori, que la respuesta de qué forma de tomate es más sana sería por orden: tomate natural, después tomate frito y, por último, la salsa de tomate ketchup. Nada más lejos de la realidad.
El consumo de ketchup ha aumentado exponencialmente en los últimos años, los niños le ponen ketchup casi a todo. Solemos relacionar el consumo de ketchup con la “comida rápida” o “comida basura” pensamos que el ketchup es también parte de esa “comida basura”.
Hay que decir que el tomate en sí es “muy sano” porque aporta muchos nutrientes al organismo, como folatos, carotenos, vitaminas E y C y licopenos. Es precisamentente debido al contenido en licopenos por lo que se considera que es un alimento antioxidante con la capacidad de reducir distintos tipos de cáncer.
En las conclusiones de los estudios realizados a este efecto se afirma que, dentro de los derivados del tomate, es en el ketchup donde se encuentran los mayores niveles de concentración de licopeno (hasta 25mg/100g), muy por encima de otros como el gazpacho (menos de 5mg/100g), o la salsa de tomate, zumo de tomate, tomate triturado o tomate pelado. El licopeno también está presente en el tomate fresco, pero en cantidades menores al ketchup. Hay que decir, también, que el tomate natural contiene otros antioxidantes que no contiene el ketchup, aunque no tan potentes como el licopeno. Podríamos decir que el ketchup es “tomate hiperconcentrado” ya que para la producción de 100 gramos de ketchup, por ejemplo, de ketchup Heinz, son necesarios 126 gramos de tomate.
Por el tipo de procesamiento del tomate en sus distintas elaboraciones se ha visto que el calentamiento que sufre el tomate para la elaboración del ketchup disminuye el tamaño de la matriz que contiene el licopeno por lo que se favorece su absorción, es decir, el ketchup contiene más licopeno y además se absorbe mejor. Podemos decir, por tanto, que el ketchup es muy sano.
Con respecto a las cantidades diarias recomendadas, se considera que puede ser adecuada, para ejercer su efecto beneficioso una ingesta diaria de 7-10 mg de licopeno. Estas cantidades se consiguen con una ingesta de una ración de gazpacho ó zumo de tomate de 250 ml (1 vaso), 100g de salsa de tomate ó 3 raciones de 10ml (3 bolsitas) de ketchup.
Este post no puede ser una “alegoría al ketchup”. Debe ser consumido con moderación ya que además de licopeno contiene sal y altas cantidades de azúcar.
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