¡¡¡Mi niño NO COME!!!

niño no come

Si no es el propio motivo de consulta, es raro, que unos padres (no digo nada si es la abuela la que lo trae o acompaña) con un niño de más de 2 añitos suelten en algún momento durante la consulta “Doctor, y además… ¡¡¡NO COME NADA!!!

Este tema, quizás, es el que más desespera a los padres. Repiten una y otra vez “estamos desesperados, todos los días hay que montar el circo para que coma…”, “ y pesa lo mismo que hace dos meses…”. Suplican, casi de rodillas, “¿no le va a mandar nada para las ganas de comer…?”

Aclararé algunas cosas. Seamos objetivos:

Un niño que nace de 3,5 kg pesará en torno a 7 kg a los 4 meses, alrededor de 10 kg al año y alrededor de 13 kg a los 2 años. Es decir, duplica su peso en 4 meses, triplica su peso en un año y cuadriplica su peso en 2 años. Vemos, por tanto, que la velocidad de crecimiento va disminuyendo con la edad, aun siendo muy alta en los primeros meses-años de la vida. A partir de los 2 años, y hasta el “estirón puberal” el niño irá aumentando, si está sanito, aprox 1,5-2 kg al año. El problema es que los padres “se acostumbran” a que el niño crezca muy rápido en los primeros meses y después les cuesta entender que paren. Si hacéis unos cálculos sencillos, veréis que un niño que pesara 3,5 kg al nacimiento y mantuviese la velocidad de crecimiento de los 4 primeros meses a los 2 años pesaría 28 kg. Así sí veréis que es una barbaridad, ¿verdad?

Coincidiendo con este descenso de la velocidad a la que se aumenta de peso aparece un interés creciente por el mundo que le rodea. Podríamos decir que a partir de los 14-15 meses están mucho más interesados por descubrir el mundo que por comer (tienen un año entero para aumentar 1Kg).

Siempre os repito en la consulta que a partir del primer año sabréis si vuestro hijo está sano por cuánto y cómo juega, NO por cuánto come.

Algunas madres (aquí sí tengo que decir que casi siempre son las madres) replican rápido “pues el hijo de mi vecina, que nació dos semanas antes que el mío, no para de comer, se lo come todo, …”. Para esto también hay un ejemplo fácil de entender: sabéis que hay adultos que pueden comer lo que les de la gana y no engordan (¡¡qué envidia!!) y otros como se pasen lo más mínimo de la raya les cuesta después muchas horas de gimnasio. En fín, que también “la genética y el metabolismo” influyen.

Recordad: ¡¡Lo importante es tener un niño sanito, no gordito!!

Debemos saber que:

  • Es bueno establecer rutinas diarias en cuanto a horarios y normas sencillas en la mesa. Pasado el tiempo que estimemos necesario para una comida se recogerá la mesa sin conflictos ni reproches.

  • El niño come por instinto, comerá la cantidad necesaria. Es él el que decide la cantidad. Lo que sí es misión de los adultos, como ya hemos visto en este otro post, es ofrecer le una dieta saludable

  • Es bueno dejar a los niños que manipulen ellos los cubiertos, y coman solos, aunque se manchen.

  • Los niños aprenden imitando así que es bueno, si es posible, que la comida sea en compañía de los adultos. Debe ser un momento de reunión familiar, no de “conflicto familiar”.

Debemos evitar:

  • Hacerles comer a la fuerza, con castigos o amenzazas.

  • Correr detrás de ellos con la cuchara por toda la casa.

  • Distraer con películas o videojuegos durante la comida. Se trata de hacer del momento de la comida un memento agradable consciente no de camuflares la comida mientras se distraen.

  • Abusar de los lácteos como sustituto.

  • Premiar con chuches. La comida no debe ser premio ni castigo.

Comparte esta información y contribuirás a la tranquilidad de muchos padres.

5 errores muy frecuentes en la alimentación infantil.

 

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Partiendo de la premisa de que “los padres siempre quieren lo mejor para sus hijos”, hoy quiero advertir de algunos errores muy frecuentes en la alimentación de los niños, casi siempre por publicidad engañosa, por desconocimiento o por creencias erróneas en la alimentación infantil.

Comentaré los 5 errores que considero más frecuentes:

1- Preguntar a los niños qué quieren comer.

Recordemos que no podemos dejar en sus manos la responsabilidad de elegir un menú saludable. Si les preguntamos abiertamente los niños tienden a elegir siempre alimentos muy dulces o salados. Por tanto, lo más adecuado es ofrecerles entre dos o tres alimentos que los adultos tengamos ya previstos, pero dentro de las opciones más saludables.

2- Sustituir la fruta por zumos envasados.

La fruta contiene azúcares naturales y, además, fibra, minerales y vitaminas. Sin embargo, en los zumos envasados, al eliminar la pulpa, desaparece la fibra y parte de las vitaminas. Además, los zumos envasados, aportan gran cantidad de azúcares y, sin embargo, carecen de otros nutrientes esenciales.

Para saciar la sed debemos utilizar agua, ya que el utilizar zumo para esto incita a beber aún más, entrando en círculo vicioso.

3- Abusar en el desayuno de cereales azucarados y/o chocolateados.

La base de estos cereales es buena ya que son copos elaborados a partir de distintos cereales (trigo, arroz, maíz) que suelen tomarse junto con la leche. Sin embargo, para hacerlos más apetecibles, suelen ir recubiertos de azúcar, chocolate o miel. Esto aumenta de forma considerable la cantidad de calorías sin aportar nutrientes esenciales. Por tanto, lo más recomendable es tomar cereales sin añadidos, como el pan o las tostadas.

4- Tomar más de tres productos o raciones de lácteos al día.

La leche es un alimento necesario en la dieta pero abusar puede provocar algunos problemas en la alimentación infantil:

– Al tomar mucha leche o derivados, saciarán casi o completamente su apetito y la dieta será monótona y carente de algunos nutrientes.

– La leche es rica en calcio pero contiene muy poco hierro. Ambos minerales son necesarios para el organismo y hay que tener en cuenta que el  calcio dificulta la absorción del hierro. Por tanto los niños que tomen un exceso de lácteos tendrán, con frecuencia, muy bajos los depósitos de  hierro de su organismo.

– La leche de vaca y sus derivados aportan grasas animales, ricas en ácidos grasos saturados, por lo que un exceso en su consumo aumenta la ingesta de estos compuestos.

– Abusar de los lácteos puede dar lugar a estreñimiento y dolor abdominal.

– Muchas veces los lácteos sustituyen a la fruta como postre. Hay que recordar que la fruta contiene vitamina C que ayuda a que se asimile mejor el hierro del resto de los alimentos que se hayan tomado, complementando mejor el almuerzo.

5- Meriendas blandas a base de pan de molde o bollería.

Debemos saber que los productos de bollería y los panes de molde suelen tener grasas añadidas, que no contiene el pan del día.

Además, los alimentos de consistencia algo dura hacen trabajar a los dientes y las mandíbulas favoreciendo la masticación, el desarrollo de los músculos de la cara y fortaleciendo los dientes y encías. Sin embargo, los alimentos demasiado blandos además de evitar este pequeño pero beneficioso esfuerzo, a menudo, al estar compuestos por azúcares, se adhieren a los dientes contribuyendo a la aparición de caries.

Es más aconsejable que los niños y niñas merienden alimentos de mayor consistencia como bocadillos de pan normal y trozos de fruta.

Comparte esta información con otros padres y contribuirás a una alimentación más saludable de nuestros hijos.

¿Pueden comer jamón las embarazadas?

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Durante muchos años el miedo a comer jamón durante el embarazo, por el riesgo de transmitir una infección por toxoplasma al bebé, ha martirizado a muchas futuras mamás.

Intentaré aclarar esto:

La toxoplasmosis es una infección casi siempre sin importancia, tanto en niños como en adultos. Suele pasar desapercibida y, en la mayoría de las ocasiones, se confunde con una virasis por los síntomas que provoca (fiebre, malestar general,…). El problema ocurre cuando quien padece esta infección es una embarazada y se lo transmite a su feto, el cual sí puede tener graves secuelas (ceguera, convulsiones,…).

Actualmente, para controlar esto, en la mayoría de los centros, los ginecólogos, en el control analítico del primer trimestre del embarazo, solicitarán una prueba para conocer la situación inmunológica de la futura madre con respecto al toxoplasma. Con el resultado de esta analítica existen dos situaciones claramente distintas:
1.- Las embarazadas que están inmunizadas frente al toxoplasma: en este caso no hay ningún riesgo para el feto.
2.- Las embarazadas que NO están inmunizadas: en este caso sí existe riesgo y por tanto el ginecólogo recomendará lavar bien las frutas, verduras y hortalizas, lavarse bien las manos después de manipular carne cruda, evitar el contacto con gatos y sus excrementos, … y hasta no hace mucho tiempo (incluso muchos ginecólogos lo siguen recomendando) evitar comer jamón.

El mito surge por ser esta una enfermedad mucho más frecuente en la antigüedad, cuando se comía carne cruda (chacinas, jamón, …) de elaboración casera, la cual casi nunca pasaba los controles de calidad necesarios.
Afortunadamente para las embarazadas, el mito ha ido perdiendo fuerza medida que han ido apareciendo estudios elaborados por el Centro Tecnológico Andaluz del Sector Cárnico en colaboración con la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO) que han concluido que este parásito se extingue por el proceso de curación al que se somete esta carne, la cantidad de sal utilizada y también por las características de la grasa del jamón. En 2011, la Universidad de Zaragoza, realizó un estudio sobre una amplia muestra de jamones, y demostraba que a los 14 meses de curación no se encontraba ninguna traza viable que pudiera suponer un riesgo de contraer toxoplasmosis para la madre. El problema actual, quizás,  está en que no todas las marcas de jamones ponen en el etiquetado el tiempo de curación y, por tanto, las madres deben seguir recurriendo a la estrategia segura de congelar el jamón a -20 ºC durante 2 días o -10ºC y posteriormente descongelarlo lentamente.

Comparte esta información con otras madres (o futuras madres) si piensas que puede ser útil para ellas.

10 falsos mitos sobre lactancia materna.

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La actancia materna es algo instintivo para una madre. En los años 70, determinados condicionamientos sociales, junto con el boom de las leches de fórmula, hicieron que la enseñanza de la técnica de lactancia de madres a hijas se fuera perdiendo y surgieran muchos falsos mitos sobre la lactancia materna.

Aclararé diez falsos mitos muy frecuentes sobre la lactancia materna:

1- “No me sube la leche porque me han hecho cesárea”.

El reflejo de la lactancia se produce desde el momento en que la placenta sale del útero (alumbramiento), independientemente del tipo de parto. El falso mito surge fundamentalmente por dos motivos. Por un lado, antiguamente, las cesáreas se hacían con anestesia general y, por tanto, las madres y el bebé (al cual le pasaba parte de la anestesia) estaban muy adormilados en las primeras horas. Por este motivo, el bebé nacido por cesárea, se enganchaba menos al pecho y, por tanto, tardaba más tiempo en subir la leche materna. Por otro lado, en la mayoría de los hospitales, tras las cesáreas, se continúa separando en el postoperatorio inmediato a las madres de sus bebés y esto dificulta el enganche inicial del bebé al pecho.

Recuerda: ¡¡ TENDRÉ LA SUBIDA DE LA LECHE INDEPENDIENTEMENTE DEL TIPO DE PARTO!!

2- “No tengo leche suficiente, mi bebé necesita una ayuda”.

El falso mito surge porque, muchas veces, tras intentar en los primeros días de vida del bebé hacer lactancia materna exclusiva, se constata en el primer control de peso que el bebé ha perdido peso. Hay que saber, para desterrar este mito, que durante la primera semana de vida, es normal que el niño pierda hasta un 10-12% de su peso al nacimiento. Esto es lo que llamamos “pérdida fisiológica” y no se debe a la lactancia, sino a que el bebé va deshaciéndose de los líquidos de su etapa gestacional. En la siguiente semana, el bebé habrá recuperado esa pérdida de peso. Además, si comenzamos a darle las mal llamadas “ayudas” el bebé se sentirá más saciado y reclamará menos tomas y, por tanto, se pondrá menos veces al pecho y, consecuentemente, se dejará de producir leche.

Recuerda: ¡¡ SI PERMITO A MI BEBÉ MAMAR A DEMANDA, MI PECHO LE PROPORCIONARÁ TODO EL ALIMENTO QUE NECESITA!!

3- “No tengo leche suficiente porque mis pechos son pequeños”.

El tamaño del pecho de una mujer depende fundamentalmente del tejido graso de la mama. La grasa no es la que produce la leche sino el tejido glandular estimulado por las hormonas, que se liberan fundamentalmente a base de ponerse frecuentemente el bebé al pecho.

Recuerda: ¡¡ TENDRÉ MÁS LECHE CUANTAS MÁS VECES ME PONGA MI BEBÉ AL PECHO, INDEPENDIENTEMENTE DEL TAMAÑO DE MI PECHO!!

4- “Mi leche es aguada y no le alimenta”.

No existe leche materna de mala calidad. Todas las leches maternas son de excelente calidad. De hecho, la leche de cada madre, es la mejor en cada momento para su bebé. Se adapta a cada circunstancia. Incluso la leche de las madres desnutridas de tercer mundo es de excelente calidad para sus bebés, a costa incluso de sus reservas. Es cierto,  que en la fase inicial de la tetada la leche es más acuosa, pero eso es una ventaja más de la leche materna, que es una “leche viva” y se adapta incluso al momento de la toma.

Recuerda: ¡¡ MI LECHE ES LA MEJOR PARA MI BEBÉ!!

5- “Mi bebé necesita una ayuda porque no está 10 minutos en el pecho”.

La alimentación al pecho debe ser siempre “a demanda”, es decir, el bebé decide cuándo y cuánto quiere comer. Habitualmente las primeras tetadas son muy prolongadas (y eso es bueno para establecer el reflejo de la lactancia). Posteriormente, en las siguientes semanas, el tiempo de la toma disminuye hasta durar  aproximadamente 10 minutos y continúa disminuyendo hasta durar 3-4 minutos. Es en este momento cuando las madres piensan que no tienen leche suficiente porque vacían el pecho demasiado rápido.

Recuerda: ¡¡ LA LACTANCIA ES A DEMANDA, MI BEBÉ ES QUIEN DECIDE CUANTO Y CUANDO QUIERE COMER!!

6- “Ya no tengo leche suficiente para mi bebé de 3 meses porque ya no pone peso como antes”.

El patrón de crecimiento de los niños alimentados al pecho es diferente al de los niños alimentados con leche de fórmula. No existen curvas de percentiles elaboradas para niños alimentados con lactancia materna exclusiva. Los pediatras sabemos que en los niños alimentados a pecho se produce un aumento rápido de peso hasta los tres meses, pero después el ritmo baja aproximadamente a la mitad (empiezan a poner cada dos semanas lo que hasta ahora ponían en una). Esto, por tanto, no debe preocupar puesto que supone una protección contra la obesidad futura.

Recuerda: ¡¡CUANDO A PARTIR DE LOS 2-3 MESES EL RITMO DE CRECIMIENTO DE MI BEBÉ BAJA, NO SIGNIFICA QUE HAYA QUE SUPLEMENTAR CON BIBERONES LA LACTANCIA!!

7- “Ya no tengo leche suficiente porque se me han quedado los pechos flojos”.

Aproximadamente entre el segundo y el cuarto día tras el parto se produce lo que comúnmente se llama la “subida de la leche”. En este momento, las madres se notan un aumento rápido del volumen del pecho, con calor e incluso con sensación de hormigueo. Posteriormente, precisamente porque la naturaleza es sabia, la producción de leche se adapta a la demanda y esa sensación del pecho congestionado y duro se va haciendo menor. Aproximadamente a los tres meses, el pecho estará mucho más flojo porque el grado de adaptación es tal que la subida de la leche se produce mientras el niño está mamando. De hecho, mientras mama de uno se puede tener la sensación de subida en el otro.

Recuerda: ¡¡ LA TENSIÓN DE MI PECHO NO ES INDICATIVA DEL VOLUMEN DE LECHE QUE PRODUZCO!!

8- “Yo no produzco leche porque no tomo leche”.

La única manera de aumentar la producción de leche es que el bebé mame de forma correcta y frecuente. Que yo sepa, las vacas lecheras, se alimentan de hierba y producen gran cantidad de leche. Si algo hacen los granjeros para aumentar la producción de leche es ponerles música clásica ya que, efectivamente, la tranquilidad aumenta la producción. Por tanto, el estrés y la desconfianza, hacen que se disminuya la producción de leche.

Recuerda: ¡¡ SI QUIERO AUMENTAR MI PRODUCCIÓN DE LECHE ESTARÉ TRANQUILA Y CONFÍARÉ EN MI, Y ADEMÁS ME PONDRÉ EL BEBÉ FRECUENTEMENTE AL PECHO!!

9- “No quiero dar de mamar a mi bebé porque se me caerá el pecho”.

Es cierto que tras el parto, por todos los cambios hormonales que supone el embarazo, el aspecto físico de una mujer puede variar. Estos cambios son independientes de la lactancia. Precisamente la lactancia materna es el factor que más contribuye a que la mujer vuelva a recuperar su figura previa al embarazo ya que la grasa acumulada durante el embarazo es utilizada por el organismo para fabricar la leche materna.

Recuerda: ¡¡ SI QUIERO MEJORAR MI FIGURA DESPUES DEL PARTO DARÉ EL PECHO A MI BEBÉ!!

10- “Le he retirado el pecho porque estoy tomando medicamentos”.

La mayoría de los medicamentos, y sobre todo los de uso más común, analgésicos y antibióticos, son compatibles con la lactancia materna. Estos fármacos no pasan, o lo hacen mínimamente, a través de la leche materna. Si tienes dudas puedes consultar en www.e-lactancia.org o a tu pediatra.
Recuerda: ¡¡ LOS BENEFICIOS DE LA LACTANCIA MATERNA COMPENSAN INCLUSO AUNQUE ESTÉ TOMANDO MEDICAMENTOS!!

Comparte esta información con otras madres, especialmente si están dando el pecho (o están teniendo dificultades para darlo). Te lo van a agradecer.

Una aclaración sobre los frutos secos.

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Quería hacer una puntualización sobre la edad de introducción de los frutos secos.
Una cosa es tomar los frutos secos enteros o a trozos (y a eso se refiere todo el post anterior). En ese caso se debe esperar hasta los 4 años, al menos, por el riesgo se atragantamiento.
Otra cosa es la edad a la que se puede introducir los frutos secos en la alimentación complementaria de un bebé.
Los frutos secos son un buen alimento porque contienen ácidos grasos mono y poliinsaturados. El problema es que son alimentos que tienen más tendencia a provocar alergias alimentarias que otros grupos. Sobre esto existe mucha controversia , que además es muy diferente de unos países a otros. Por ejemplo, en Francia o Estados Unidos, donde utilizan con mucha frecuencia la crema de cacahuete en la alimentación, existen muchos niños alérgicos al cacahuete. Pero también existen estudios donde se intentaba demostrar que la introducción precoz de los cacahuetes evitaba la aparición de esa y otras alergias.
En España no es tan común el uso de cacahuetes en la alimentación y existe un menor porcentaje de niños alérgicos a los frutos secos. Existe una mayor tendencia a alergia a los frutos secos en niños alérgicos a la proteína de la leche de vaca y a otros frutos como el melocotón.

Con todo esto debemos considerar que los frutos secos, SIEMPRE QUE SEAN MOLIDOS (por ejemplo mezclado con los cereales o en la masa de un bizchoco,…), se pueden utilizar a partir de los 15-18 meses, aunque en niños con mayor riesgo se suelen introducir más tarde.

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¿A partir de qué edad se pueden comer los frutos secos?

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Los menores de 4 años aún no mastican bien y existe riesgo de aspiración pulmonar. Un 70% de los atragantamientos está causado por frutos secos.
El atragantamiento debido a trozos de alimentos u objetos es una preocupación muy generalizada entre padres, madres y otros cuidadores. En concreto, los frutos secos son una de las causas más frecuentes de atragantamiento. Por ello, los médicos recomiendan no dar frutos secos a los menores de 4 años.
Según los pediatras españoles, entre el 60% y el 80% de los atragantamientos se producen por culpa de los frutos secos, encabezados por los cacahuetes (que causan casi la mitad de los accidentes). Pese a que las cifras de mortalidad infantil por atragantamiento y asfixia han descendido en los últimos años, el ahogamiento causado por alimentos u objetos representa nada menos que el 40% de las muertes en menores de un año.
Los niños de uno a cuatro años son los que presentan mayor riesgo y, como alertan los especialistas, a menudo son los propios familiares quienes les ofrecen estos alimentos sin conocer su peligro.
Desde la Asociación Española de Pediatría aclaran que los frutos secos NO son malos. De hecho, los niños pueden consumirlos si están bien molidos o como ingredientes de tartas, por ejemplo. El problema aparece cuando se desprenden trozos más grandes que pueden obstruir las vías aéreas.
El Dr. Jordi Pou, pediatra del Hospital Sant Joan de Déu y coordinador del Comité de Seguridad y Prevención de Lesiones Accidentales de la Asociación Española de Pediatría (AEPED), recuerda que los niños no mastican bien antes de los tres años y, por ello, pequeños trozos de frutos secos pueden pasar accidentalmente a los bronquios o a los pulmones. A veces, el cuerpo extraño puede atascarse en una zona intermedia de los bronquios y, aunque al principio deje pasar el aire, puede ocurrir que se mueva y tape completamente las vías aéreas.

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LA GASTROENTERITIS

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Debido a las inmumerables visitas que he tenido que hacer estos días por este motivo «me veo obligado» a aclarar ciertas dudas:

¿Qué es la gastroenteritis?
La gastroenteritis es una de las enfermedades más comunes en la infancia, que consiste en la inflamación de la pared intestinal (enteritis) y, a veces también, de la pared del estómago (gastritis).

¿Cómo se transmite?
Aparece en brotes debido a su mecanismo de transmisión fecal-oral, es decir, se transmite a través de la saliva y de restos de las deposiciones. Por tanto, conviene para prevenir el contagio, que los niños no compartan biberones, botellitas, cañitas, … y que los adultos después de limpiar la diarrea a un niño se laven bien las manos para eliminar todas las partículas víricas que pudiesen haber quedado.

¿Cuál es la causa?
La causa más frecuente, con mucho, son los virus, especialmente el ROTAVIRUS. En muy pocas ocasiones se producen por bacterias, las más frecuentes y conocidas son SALMONELLA y SHIGELA.

¿Cuáles son los síntomas?
Se pueden manifestar con vómitos y diarrea o sólo diarrea. La diarrea suele ser muy acuosa. En ocasiones también se acompañan de dolor abdominal (retortijones) y fiebre, puesto que son producidas por virus.
Si la fiebre es muy alta o en las deposciones hay sangre, moco o pus hay que descartar que la causa en este caso sea una bacteria.

¿Qué debemos vigilar?
Ante una gastroenteritis lo único que debemos garantizar el es adecuado estado de hidratación del niño. Una manera fácil de asegurarnos de que el niño sigue bien hidratado es mirando su lengua, sus ojos y los pañales. El niño estará bien hidratado si su lengua está húmeda, sus ojos sueltan lágrimas cuando llora y moja los pañales de pipí. 
Si el niño se encuentra muy decaído, tiene los ojos hundidos, la lengua seca o no hace pipí, se encuentra deshidratado por lo debemos acudir rápidamente a su pediatra.

¿Cómo se trata? 
Se trata de un proceso autolimitado, es decir, que la mayoría de las veces se resuelven en pocas horas (o días) y casi nunca es necesario utilizar medicación. En ocasiones, como mediada de confort, utilizamos los analgésicos-antitérmicos (paracetamol) para aliviar el dolor abdominal y la fiebre. Pero casi nunca utilizamos fármacos para cortar los vómitos debido a que pueden tener efectos secundarios muy desagradables.

¿Le puedo dar aquarius, coca cola batida, zumos, …?
Afortunadamente la mayoría de los niños no se llegan a deshidratar en un proceso de gastroenteritis y por eso, aunque hayamos utilizado en ocasiones esas bebidas, no ha ocurrido nada, pero lo cierto es que NO deberíamos utilizarlas puesto que no están pensadas para estas situaciones. El aquarius está pensada para deportistas, para reponer las pérdidas que se tienen a través del sudor, aporta gran contenido de azúcar y pocas sales minerales. La coca cola, ni siquiera sabemos su composición («el secreto mejor guardado») pero lo que sí sabemos es que contiene igualmente mucha azúcar y pocas sales minerales y precisamente en la diarrea lo que se pierden son muchas sales minerales. Por tanto los correcto es utilizar SOLUCIONES DE REHIDRATACIÓN ORAL (afortunadamente hoy día disponemos de gran variedad de sabores e incluso de texturas), dándoselas en pequeños sorbitos cada 5-10 minutos y siempre habiendo esperado al menos media hora tras el último vómito.

¿Cuándo y qué podemos darles de comer?
La reintroducción de la alimentación habitual debe ser precoz, es decir, en no más de 4-6 horas conviene que le niño esté comenzando a comer su comida habitual. De esta manera la mucosa intestinal se recuperará antes.
En el caso de los bebés que estén tomando lactancia materna lo único que hay que hacer es fraccionar las tomas, es decir, darle más veces pero tomas más pequeñas. De igual forma los bebés que tomen leche de fórmula deben sólo fraccionar la toma pero no debemos utilizar leches especiales ni aguar la toma.
En el caso de los niños más grandecitos conviene que hagan una dieta normal pero sin grasas y azucares refinados. Algunos de los alimentos más adecuados, más apetecibles y que mejor se suelen tolerar son el pan, las galletas,…

Comparte esta información y estarás ayudando a miles de familias.

Mi hijo tiene otra vez… LOMBRICES!!!!

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Esta parasitosis es muy frecuente en todas las zonas del mundo y continúa afectando a muchos niños independientemente de la clase social. Como la contagiosidad en escuelas y guarderías es alta suele generar mucha angustia.
Intentaré aclarar algunas dudas:
¿qué son las lombrices?
Son unos gusanos muy pequeños (4-5 mm), blanquecinos, llamados oxiuros, que sólo afectan a los humanos (el resto de los animales ni lo padecen ni lo transmiten).
¿cómo se transmite?
A través de las manos de las personas infectadas, casi siempre en las uñas. También a través de cualquier objeto las personas infectadas hayan  podido tocar (juguetes, ropa, toalla, vasos, …).
Varias semanas después de la infección las hembras ponen huevos, que llegan hasta el intestino delgado donde salen las larvas y éstas al llegar al intestino grueso adoptan el aspecto característico de “pequeñas lombrices blancas”.
Los huevos suelen ponerlos por la noche, alrededor del ano, produciendo un picor muy intenso que hace que el niño se rasque y por tanto se contaminan tanto la ropa interior, el pijama, la ropa de cama y sobre todo las uñas del niño, que hará que al día siguiente pueda transmitir esos huevos a cada objeto que toque.
¿cuáles son los síntomas?

El síntomas principal es el picor, fundamentalmente en la región anal, sobre todo por la noche, por lo que se suelen poner muy irritables, con sueño muy intranquilo.
A veces, en las niñas, también producen picor del área genital (vaginal).
Otros síntomas, que clásicamente se han asociado a las lombrices,  como el rechinar de dientes (bruxismo) o el dolor abdominal, son realmente raros.
¿cómo se diagnostica?
Casi nunca se realizan pruebas para llegar al diagnóstico, ya que los síntomas suelen ser suficientes para hacer el diagnóstico.
A veces son los propios cuidadores quienes refieren haber visto “unos hilillos blancos que se mueven” en el ano o en las deposiciones.
En pocas ocasiones hay que realizar el Test de Graham que consiste en poner un trozo de celofan en el ano, sobre todo a primera hora de la mañana, para ser después observarlos al microscopio.
¿se puede prevenir el contagio?
En ocasiones es difícil pero se ha de insistir mucho en la higiene de manos sobre todo tras ir al baño y, por supuesto, antes de comer. Además es conveniente también que los niños lleven las uñas muy cortas y limpias.
También hay que lavar la ropa interior y la ropa de cama con agua caliente.

En los niños más pequeños se pueden utilizar pijamas cerrados para evitar el rascado y los huevos no pasen a las uñas.
¿cómo se trata? 
El fármaco más utilizado es el mebendazol, que es muy eficaz para las lombrices adultas, pero ningún fármaco es eficaz para destruir los huevos. Es importante recordar, por tanto, que debemos utilizar una segunda dosis aproximadamente 2 semanas para matar las nuevas lombrices que hayan salido de los huevos que hubiesen quedado.
Conviene señalar la importancia de tratar a todos los convivientes del domicilio para cortar la cadena de contagio.

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