Las caries.

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Entendamos primero por qué se producen las caries:

Lo primero a destacar es que la caries es una enfermedad infecciosa y,  por tanto, se puede transmitir.

En la boca, como en otras partes del cuerpo (intestino, vagina,…), existen gran cantidad de bacterias que se encuentran en un “equilibrio perfecto”, formando la flora bucal.
El problema se inicia cuando por diferentes motivos, especialmente por exceso de azúcares o falta de higiene, ese equilibrio se rompe y empiezan a predominar las bacterias que producen la caries. La más importante de éstas es el estreptococo mutans. Esta bacteria al fermentar los azúcares de la dieta produce ácido, el cual, además de “cargarse” el esmalte, hace que las “bacterias buenas” no puedan vivir y comienzan a predominar los estreptococo mutans, perpetuándose el circulo vicioso.

Los niños en el útero están “estériles”, no tienen flora bucal, ni vaginal, ni intestinal,… En el mismo canal del parto ya se contaminan y comienza a aparecer estos gérmenes de la flora.
Hablando hoy de la flora bucal, cuanto más tiempo tarde en aparecer en la boca de un  niño el estreptococo mutans (especialmente si empieza a predominar), más tiempo tardarán las caries en aparecer.

Por tanto, ¿qué podemos hacer los adultos para evitar la transmisión de estas bacterias productoras de caries a los niños?

– Mantener una buena higiene dental.
No compartir con el niño  utensilios que chupemos (vasos, cubiertos o cepillos de dientes).
No limpiar el chupete en la nuestra boca para dárselo al niño.

De todas maneras, antes o después estás bacterias productoras de caries llegarán a la boca del niño.

Entonces, ¿qué podemos hacer ahora para evitar las caries en sus bocas?

Se lo debemos “poner difícil” a estas bacterias y para ello podemos hacer dos cosas:
1- “No alimentarlas a su gusto”: NO debemos dales azúcares que ellas lo transformarán en ácido, que nos  “corroerá” el esmalte. Por tanto, no se debe dormir al niño con un biberón de leche o de cualquier otro líquido azucarado, ni mojar nunca el chupete en azúcar, miel, leche condensada,…

2- Intentar eliminarlas: debemos cepillar los dientes para intentar eliminar la placa bacteriana, y los restos de comidas, especialmente los dulces.

¿Cuándo comenzar a cepillarles los dientes?

Por supuesto que lo ideal sería que fuese lo más precoz posible. Pero este es un ejemplo donde “lo bueno es enemigo de lo mejor” y muchas veces, intentar cepillarle los dientes a un niño muy pequeño, además de ser “misión imposible”, genera una reacción de rechazo muy prolongada. Pienso que para establecer un buen hábito de cepillado largo plazo lo mejor es comprarles un cepillo infantil (mejor de cerdas blandas) y dejar que poco a poco comiencen a imitarnos, para que le pierdan el miedo. Lo más recomendable en esta fase es NO utilizar pasta dental, ya que se la comerán y un exceso de flúor puede teñirles los dientes. Si la pasta de dientes es un “reclamo” para la higiene dental, utilizar siempre pastas infantiles (que contienen menos flúor) para evitar, nuevamente, que se tiñan los dientes.

Como la higiene dental en esa fase no será demasiado adecuada, debemos hacer especial hincapié a esta edad en NO EXCEDERSE CON ZUMOS, INFUSIONES AZUCARADAS, CHUCHES,…

Comparte esta información con otros padres si piensas que puede salvarle los dientes a algún niño.