¿Para qué sirve la tos?
La tos es un mecanismo de defensa que pretende limpiar la vía respiratoria de secreciones (o expulsar algo que se haya aspirado). Por tanto, es “buena y necesaria”, ya que si a un niño que tiene muchas secreciones le paramos totalmente la tos, las secreciones no se movilizarán con el consiguiente riesgo de infección de dichas secreciones.
¿Cuáles son los tipos de tos?
– Tos seca: es la tos que no mueve secreciones, por tanto, es poco eficaz y puede resultar muy molesta. Se produce por la inflamación de las vías respiratorias. Aparece al inicio de los resfriados y a veces, también, en los atragantamientos. Si la tos seca es muy persistente puede ser un signo de bronquitis o asma, aunque en estos casos se suela acompañar de dificultad respiratoria y “pitos” en el pecho. La tos nerviosa o psicógena, es un tipo de tos seca autoprovocada, de forma más o consciente, que no se debe a una enfermedad respiratoria. Típicamente mejora durante el sueño y cuando no se le presta atención al niño. La tos ronca o perruna, como ya vimos en otro post, es típica de la laringitis o crup, y se suele acompañar de afonía por inflamación de las cuerdas vocales.
– Tos blanda o tos productiva: sirve para movilizar e intentar expulsar las secreciones. Hay que saber que la gran mayoría de las secreciones, especialmente en los niños más pequeños, se las acabarán tragando, y en muchas ocasiones, las vomitarán. La tos blanda de pocos días de duración y que no se acompaña de dificultad respiratoria es “buena”, ya que ayuda a esta movilización y expulsión de las secreciones.
– Ataques de tos: En algunas enfermedades, como la tosferina, la tos se produce en forma de golpes o ataques, es decir, son niños que en el contexto de un cuadro catarral presentan ataques intensos de tos, con dificultad para coger aire incluso en los ataque de tos. Esta enfermedad puede llegar a ser muy grave en los niños menores de 2 meses que aún no han recibido ninguna dosis de la vacuna.
También, debemos sospechar la aspiración de un cuerpo extraño en un niño que previamente encontrándose bien comienza con un golpe de tos intenso, especialmente si no estaba vigilado o si se ha presenciado un episodio de atragantamiento, con alguna pieza pequeña de un juguete, un fruto seco,…
¿Hay que tratar la tos?
Como ya he dicho, especialmente la tos húmeda y productiva es un mecanismo de defensa y, por tanto, nuestro objetivo no debe ser que desaparezca completamente.
Con la tos seca, el objetivo es hacerla llevadera permitiendo, al menos, el descanso del niño.
No se debe tratar la tos en sí misma sino la causa que la provoca. Por ejemplo, si la tos es producida por una neumonía debemos tratar la neumonía y, en la medida que ésta mejore, desparecerá la tos. En los cuadro catarrales con mucosidad abundante debemos hacer lavados nasales frecuentes, ya que en la medida que disminuya la mucosidad, mejorará la tos.
La mayoría de los medicamentos utilizados para la tos en los niños no se han mostrado demasiado eficaces.
Un remedio casero que sirve para controlar la tos sobre todo seca, en los catarros, es la miel. Pero debemos recordar que no la deben tomar los menores de un año y que no debemos administrarla mojando en ella el chupete, puesto que esto puede provocar caries.
¿Cuándo se debe consultar al pediatra por tos?
Debemos consultar al pediatra:
- Si la tos se acompaña de dificultad respiratoria o estridor inspiratorio (ruido fuerte al coger aire).
- Si la tos es persistente (más de 2 semanas) o se acompaña de fiebre alta o prolongada.
- Si se sospecha que se haya aspirado un cuerpo extraño.
- Si la los golpes de tos provocan que el niño se ponga muy rubicundo (rojo) o cianótico (azulado).
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