“Doctor, mi hijo de 2 años y medio, parece que cada vez habla peor. Ahora, cada vez que comienza a hablar se queda encasquillado y cuanto más intento ayudarlo más se encasquilla.”
Aclararé ciertas dudas:
La tartamudez es un trastorno del habla en el cual se interrumpe el flujo normal del lenguaje mediante repeticiones frecuentes o prolongación de los sonidos, sílabas o palabras o la incapacidad de una persona de iniciar la pronunciación de una palabra. A veces, estas interrupciones del lenguaje, se acompañan de guiños rápidos de los ojos, muecas de la cara o temblores de los labios o de cualquier parte de la zona superior del cuerpo.
Hay determinadas situaciónes que pueden empeorarlo, especialemnete situaciones de estrés como hablar en público. También hay situaciones que pueden hacer que mejore o desaparezca, como cantar.
Lo importante de este tema es que hasta el 90% de los niños puede pasar por una fase de tartamudeo que consideramos normal, lo llamamaos tartamudeo evolutivo. Pero en un 1% de los casos puede ser la expresión de un problema del lenguaje mayor o signo de otro trastorno neurológico. El dato clave para diferenciarlos es fundamentalmente la edad: considramos que el tratamudeo es normal hasta los 4 años y medio, más o menos. Cuando se prolonga más allá de esta edad, lo llamamos tartamudez verdadera o disfemia y, en este caso, se debe consultar con el especialista.
Para el resto de los casos, es decir, para el tartamudeo evolutivo, “el normal”, daré una serie de consejos:
- Hablar mucho con el niño, puesto que cuanto más practique más rápidamente mejorará. Pero intentaremos hablarle de forma pausada: como hemos dicho muchas veces, los niños aprenden por imitación y si hablamos muy rápido él también lo intentará.
- Crear un clima de confianza, donde no tenga miedo a expresarse.
- No presionarles, no meterles prisa. Si les ponemos nerviosos pueden empeorar.
- No corregirles. Esto también puede ponerles nervisos e incluso si les corregimos en exceso pueden tomar la decisión de no querer hablar.
- No terminarles las frases, deben intentar corregirse ellos solos, si no no aprenden.
- No regañarle por hablar así, no lo hacen de forma intencionada.
- No mostrarle a él ni públicamente delante de él nuestra preocupación por este motivo. Si nos ve preocupados lo puede utilizar para “llamar la atención”.
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