Decálogo de la fiebre.

1.- La fiebre es un síntoma, no una enfermedad. Aprovecho para recordarte que un niño menor de 3 años sano pasa, de media, de 10-12 procesos infecciosos (gastroenteritis, catarro, otitis, …) al año. Suponiendo que la mayoría de estos procesos duran 3 – 4 días debes saber que si estás en estas circunstancias, más de una noche de desvelo te espera y eso no significa que tu niño necesite ninguna vitamina para fortalecer las defensas. Significa que tienes un niño normal al que le pasan cosas normales.

2.- La fiebre es un mecanismo de defensa.La fiebre nos ha permitido sobrevivir a las infecciones antes de que se descubriesen los antibióticos. El aumento de la temperatura corporal puede resultar incómodo para los humanos, pero para los microorganismos (bacterias y virus) es insoportable, no son capaces de soportar esa temperatura. A esa temperatura no son capaces de reproducirse y así es como «ganamos la batalla».

3.- La fiebre no provoca daño cerebral. Ni provoca sordera, ni ceguera, ni otras secuelas.

4.- En muy pocas ocasiones la fiebre puede acompañarse de convulsiones. Las convulsiones febriles son completamente benignas, no dejan secuelas. En aproximadamente una tercera parte de los niños la convulsión puede repetirse, pero quédate tranquilo, con le edad tienden a desaparecer. Por encima de los 5 años es bastante raro que esto ocurra.

5.- La inmensa mayoría de las veces, especialmente en los menores de 3 años, la causa que origina la fiebre es un virus. Esto significa que casi nunca será necesario usar antibióticos cuando esos niños tienen fiebre.

6.- El objetivo del tratamiento de la fiebre no es bajar la temperatura.El objetivo es que el niño se encuentre más confortable. El aumento de la temperatura corporal ya hemos explicado que impide que los microorganismos se reproduzcan. E esta manera acabamos con la infección de manera natural. Bajar la temperatura supone un alivio para tu hijo pero también para los microorganismos. (“¡Ojala existiese una medicina que hiciese que el niño se encontrase más confortable sin bajar la temperatura corporal!”).

7.- Los antitérmicos, en general, no deben alternarse. De entrada el antitérmico de elección es el paracetamol y sólo en casos seleccionados, en los que el niño se encuentre con mucho disconfort, y puntualmente, se alternarán los antitérmicos para buscar que el niño se encuentre más confortable.

8.- Es importante que mantengas a tu hijo bien hidratado si tiene fiebre. Para eso ofrécele líquidos (agua, zumo, …), pero no lo obligues a comer. Respeta su inapetencia. Piensa qué harías si fueses tú el que está con fiebre.

9.- Debes acudir al pediatrasi tu hijo tiene menos de 3 meses y/o la fiebre se acompaña de:

.Decaimiento o irritabilidadexcesiva, es decir, irritabilidad que no se calma en brazos de los padres.

.Petequias(manchitas rojas en piel) que no desaparecen al estirar o presionar la piel.

.Dificultad respiratoria(las costillas se le marcan al respirar)

.Rigidez de cuello.

 

10.- ¡¡Felicidades!!Si has llegado hasta el final de este decálogo seguro que te encuentras en alguno de los siguientes grupos de padres:

– padre de un bebé aun muy pequeño y te horroriza pensar que tu criaturita pudiera tener fiebre. Si eres de este grupo te felicito porque la misión que tienes entre manos (criar a esa criatura) va a ser la más apasionante de tu vida.

– padre de un niño de entre 1 y 3 años de edad. En este caso te felicito porque estás “sobreviviendo” a una etapa en la que, en le mejor de los casos, tienes que visitar a tu pediatra cada 2 semanas. Aprovecho para recordarte que cuando tu hijo sea un adolescente, casi más alto que tú, y con más granos en la cara que una paella echarás mucho de menos esta etapa de fiebre, toses, mocos y diarreas.

Si te pareció útil esta información compártela y si quieres seguir leyendo cosas sobre la fiebre de dejo enlace de otros post que ya he escrito sobre esto:

-¿Es recomendable alternar Dalsy y Apiretal?

– Mi hijo tiene 40° de fiebre, ¿puede convulsionar?

– Productos que “aumentan las defensas”.

– ¿Qué debes saber del Metalgial?

– ¿Qué debes saber del Apiretal?

– ¿Qué debes saber del Dalsy?

– ¿Qué está pasando con el nolotil?

¿Es recomendable alternar Dalsy y Apiretal?

fiebre

La fiebre sigue siendo el principal motivo de consulta en Urgencias.

Ya he escrito varias entradas en este blog sobre la fiebre y no me cansaré de recordar (aunque lo repita en la consulta más de cien veces todos los días) que “tratamos al niño, no a la temperatura del niño”. Que “la fiebre es un mecanismo de defensa. No debemos temerla. Gracias a la fiebre se lo ponemos difícil a los virus. A la temperatura corporal normal, los virus campan a sus anchas en nuestro cuerpo, replicándose e invadiéndonos, pero si el cuerpo aumenta su temperatura fríe al virus”.

Acerca de la fiebre existen muchos falsos mitos. Uno de los principales es que los niños con fiebre alta pueden convulsionar (ya aclaré esto en este post). Esto hace que la fiebre sea un síntoma muy temido entre los padres y me repetís continuamente: “es que llevo toda la noche alternando ibuprofeno con paracetamol y no consigo bajarle la temperatura de 38ºC”.

Pues eso, esta es la cuestión de hoy: ¿Es recomendable alternar el uso de paracetamol e ibuprofeno para bajar la fiebre?

Esta es una costumbre hiperextendida entre los padres y, sí, también entre muchos compañeros pediatras.

Pues tengo que decir que esa práctica no tiene ninguna justificación. No existen estudios científicos que avalen esa práctica. Sin embargo, sí está demostrado que combinar varios medicamentos aumenta el riesgo de efectos secundarios por interacciones en el metabolismo y porque si combinamos varios medicamentos estamos más expuestos a confundirnos con la dosis. Me he encontrado muchas veces que erróneamente se le estaba dando al niño ibuprofeno con la dosis de paracetamol y viceversa.

Por tanto mi recomendación es:

  • Debemos tratar el disconfort del niño, no la temperatura. Es decir, aunque un niño tenga 39ºC de fiebre, si está corriendo, jugando y “dando la lata” no debemos dar ningún medicamento antitérmico. Si acaso, desabrigarlo un poco para que se encuentre más confortable.
  • De entrada, esmejor utilizar un solo antitérmico. Normalmente paracetamol cada 4-6 horas. Aunque si el niño es mayor de 6 meses y no tolera el paracetamol (lo siento, pero hay que decir que el apiretal está más malo que el dalsy) se puede utilizar ibuprofeno.
  • Sólo en casos puntuales, en los cuales el niño se encuentre muy afectado por la fiebre utilizaremos losantitérmicos de forma combinada.

Comparte esta información para acabar con uno de los falsos mitos del manejo de la fiebre.

 

La otitis media.

otitis

Llega el frío y con él, inevitablemente, los resfriados. Una de las complicaciones más frecuentes de éstos es la otitis media aguda.

Siendo muy simples podemos dividir la otitis en dos grupos:

  • Otitis externas: son las otitis propias del verano, también llamadas otitis del nadador. En este post ya hablé de ellas.
  • Otitis media aguda: son las otitis propias del invierno. A estas va dedicado este post.

Responderé a las preguntas más frecuentes que me hacéis:

¿Qué es una otitis media?

Es la infección aguda del oído medio, es decir, la parte del oído que está situado justo por detrás del tímpano.

¿Es frecuente?

Es una de las infecciones infantiles más frecuentes. Durante los primeros años de la vida un 80%-90% habrá padecido al menos un episodio de otitis.

¿Cual es la causa de la otitis media aguda?

La otitis media aguda puede ser producida tanto por virus como por bacterias. De éstas las más frecuentes son: es una infección en la que pueden estar implicados tanto virus como bacterias: El neumococo,  el Haemophilus influenzae no tipable y la Moraxella catarrhalis.

¿Por qué se producen?

La mayoría de las veces se produce porque parte del moco que presenta un niño cuando está resfriado, a través de trompa de Eustaquio (conducto que comunica la garganta con el oído medio), pasa al oído medio y se infecta.

Una secuencia de hechos muy frecuente es la siguiente: un niño se acatarra, presentando abundante mucosidad nasal, y al cabo de unos pocos días puede quejarse de dolor de oído.

¿Cómo se diagnostica?

La mayoría de las veces los pediatras lo podemos sospechar simplemente por la historia clínica: es muy típico que un niño que se encuentra muy acatarrado, al cabo de 2-3 días comience a quejarse de dolor de oídos. Suele ocurrir por la noche ya que en la posición de tumbado se facilita que el moco que está en la garganta pase al oído.

Normalmente los pediatras confirmaremos el diagnóstico al observar con el otoscopio el tímpano inflamado y abombado, ya que el oído medio estará lleno de moco.

¿Es grave la otitis?

Es muy raro que las otitis medias se compliquen. En los países desarrollados, hasta un 80% se resuelven espontáneamente, sin necesidad de tener que tomar un antibiótico.

¿Cómo? Entonces, ¿los antibióticos son útiles?

Los estudios más recientes demuestran que el porcentaje de curaciones es similar, tanto si se toma un antibiótico como si no. Aunque se ha visto que al tomar antibióticos mejora más rápidamente el dolor de oídos.

Entonces, ¿cuál es el mejor tratamiento?

1.- Si el niño padece un dolor de oídos moderado, que se alivia fácilmente: dar analgésicos habituales (paracetamol o ibuprofeno) y vigilar los 2-3 días siguientes si desaparecen los síntomas. Esto es lo más frecuente.

2-   Si el dolor de oídos no mejora con analgésicos habituales, la otitis lleva más de tres días, el niño se encuentra muy decaído o la otitis media es bilateral (de los dos oídos) o supurada (sale pus a través de conducto auditivo):  en este caso puede ser que desde el principio el pediatra decida poner antibióticos desde el principio. Pero no debemos olvidar que la parte más importante del tratamiento, al menos inicialmente, es aliviar las molestias con analgésicos.

¿Se puede bañar el niño si tiene una otitis?

Debido a que las otitis externas (otitis del verano) se producen los el baño, por el exceso de humedad, se tiende a pensar que con una otitis un niño no puede bañarse. Pero en el caso de las otitis medias sí pueden bañarse ya que con el baño se facilita, incluso, la expulsión del moco. En el caso de que haya supuración (eso implica que el tímpano está perforado) no conviene que se humedezca el oído ya que el agua podría entrar dentro del oído medio.

Comparte esta información.

¿Qué debes saber del Apiretal?

apiretal

Como ya vimos para el Dalsy (ibuprofeno), en el caso del paracetamol hay que reconocer que el más conocido es Apiretal, aunque cada vez van existiendo más presentaciones con diferentes sabores (Gelocatil, Dolocatil,Paracetamol genérico, …). Esto nos facilita la vida a los padres ya que uno de los problemas más habituales es que los niños no se tomen un determinado medicamento por que no les guste el sabor, o peor aún, que lo vomiten al tomarlo. La solución para este segundo problema la podéis repasar en esta entrada.

Hay que decir, que a diferencia del ibuprofeno, el paracetamol también está disponible para ser administrado por vía rectal. Siempre que podamos utilizaremos la vía oral ya podremos ajustar con más detalle las dosis, la absorción por vía oral es más previsible y es menos traumática que la vía rectal.

El Apiretal (paracetamol) es el fármaco más frecuentemente utilizado en la edad pediátrica. Aun así muchas familias tienen muchas las dudas sobre este medicamento:

1- ¿Para qué sirve el Paracetamol?

El paracetamol tiene varias propiedades: es analgésico (quita el dolor) y antitérmico (baja la fiebre). No tiene efecto antiinflamatorio.

2 – ¿Cómo calcular la dosis de Apiretal?

La dosis habitual que se utiliza habitualmente para el paracetamol es de 15 mg/kg/dosis. La concentración de la solución de Apiretal (y de la mayoría de los paracetamoles infantiles que se usan) contiene 100 mg por cada ml. Así que daremos 0,15 ml por cada kg del niño.

Es decir, un niño de 10 kg → 1,5 ml, un niño de 20 kg → 3 ml, …

En niños con vómitos o con otras dificultades para la administración oral utilizaremos la presentación en supositorios. En este caso no podremos ser tan exactos con la dosis pero utilizaremos la dosis que más se aproxime. Por ejemplo podemos utilizar el Febrectal supositorio de lactantes (150mg) para niños en tormo a 10 kg y el Febrectal de niños (300mg) para niños en torno a 20 kg.

3– ¿Desde que edad se puede empezar a utilizar Apiretal?

A diferencia del Dalsy que no debe ser utilizado en menores de 3 meses (aunque no solemos utilizarlo hasta los 6 meses), el paracetamol se puede utilizar desde el nacimiento.

De todas maneras, si un bebé de pocos días o semanas de vida está “necesitando” tomar Apiretal (eso significa que tiene fiebre o está muy dolorido o incómodo), debe ser valorado por el pediatra.

4- ¿Cómo tomar Apiretal?

Apiretal se puede tomar directamente o diluirlo en agua, leche o zumo de frutas.

5– ¿Qué niños no pueden tomar Apiretal?

Tu hijo no debe tomar Apiretal si es alérgico al paracetamol o a cualquiera de lo demás componentes de este medicamento: polietilenglicol, glicerol (E-422), esencia de frambuesa, sacarina sódica (E-954), azorrubina (carmoisina) (E-122).

5– ¿Qué hacer si tu hijo toma más apiretal de la cuenta?

Si tu hijo toma más Apiretal de lo que debe o ha ingerido accidentalmente el contenido del envase debes consultar inmediatamente a su médico o farmacéutico o al Servicio de Información Toxicológica (91 562 04 20), indicando el medicamento y la cantidad ingerida.

Señalaré que la intoxicación medicamentosa más frecuente en la infancia es la debida al paracetamol. El color rojo que tiene es muy llamativo y los niños pueden llegar a pensar que es una chuche.

Por este motivo recomiendo que, aunque dure menos el envase, utilizar los más pequeños porque de esta manera es mucho más difícil la intoxicación.

Una aclaración práctica: los niños suelen ingerir accidentalmente los medicamentos a partir de los 2 años. A esa edad suelen pesar unos 12 kg. Las dosis tóxicas de paracetamol son 10 veces las dosis terapeúticas (150 mg/kg). Suponiendo que se toma el bote entero de 15 ml (1500 mg) la dosis ingerida sería de 125 mg/kg, es decir, no sería tóxica: Pero en el caso que el bote hubiese sido de 30 ml (no diré nada si es el de 60ml ó 90ml) sí estaríamos en rango tóxico con el consiguiente peligro (incluso de acabar con un trasplante hepático).

6¿Dónde guardar el Apiretal?

Por supuesto, como todo el botiquín de la casa, FUERA DEL ALCANCE DE LOS NIÑOS (recuerdo nuevamente que la intoxicación más frecuente.

No requiere condiciones especiales de conservación.

No consumir tras la fecha de caducidad o 6 meses después de abrirlo.

Si piensas que esta información puede ayudar a otras familias a utilizar mejor el Paracetamol, compártela.

¿Puedo vacunar a mi hijo si….?

dudas vacunas

Los días previos a la administración de una vacuna suelen generar mucha angustia entre las familias.  «¿Le dolerá mucho?», «¿tendrá reacción?»,…

Existen muchos falsos mitos respecto a la vacunación.

Aclararé las preguntas que con más frecuencia me hacéis en la consulta.

1.- ¿Es conveniente que vacune a mi hijo?

Esta es una de las preguntas con una respuesta más fácil y que puedo afirmar con mayor rotundidad. ¡¡SÍ, CLARO QUE SÍ!!

Es de aceptación universal que, salvo la potabilización del agua, ninguna otra medida, ni siquiera los antibióticos, ha contribuido a disminuir la morbilidad y la mortalidad en la especie humana como las vacunaciones.

Aprovecho para recordar la importancia del lavado de manos. Podéis repasarlo pinchando aquí.

2.- ¿Puedo vacunar a mi hijo si está enfermo?

Como siempre os digo en la consulta lo ideal es vacunar a los niños en condiciones óptimas de salud.

Pero realmente si se padece una infección aguda leve (catarro de vías altas, gastroenteritis) con febrícula (temperatura menor de 38ºC) sí se puede vacunar. Ni se reduce la eficacia de la vacuna ni se aumentan los efectos secundarios.

En el caso de infecciones moderadas o fiebre mayor de 38ªC, para evitar los efectos adversos y para evitar confundir estos y los síntomas de la enfermedad, conviene retrasar la vacunación hasta la recuperación.

3.- ¿Puedo vacunar a mi hijo si está tomando antibióticos?
El tratamiento antibiótico no contraindica la vacunación, es decir, un niño se puede puede vacunar aunque esté tomando antibióticos.

4.- ¿Y si está tomando corticoides?

A las dosis habituales y tiempo habitual que utilizamos en las patologías frecuentes (bronquitis, laringitis,…) los corticoides no contraindican la vacunación.

Para dosis mayores y/o más de dos semanas de tratamiento con corticoides es mejor posponer la vacunación hasta un mes después de finalizar el tratamiento.

Podéis repasar otras dudas de los corticoides pinchando sobre este enlace: ¿Son tan malos los corticoides?

5.- Tengo entendido que la vacuna Triple vírica y la vacuna de la gripe “contienen” huevo y mi hijo es alérgico al huevo. ¿Se la puedo poner?

Efectivamente, tanto para la vacuna triple vírica como para la vacuna anti gripal hay que tener en cuenta la tolerancia al huevo. Si el niño es alérgico al huevo hay que distinguir el tipo de reacción que tuvo al tomarlo:

Si tuvo una reacción alérgica al huevo pero sin anafilaxia: se puede vacunar tanto de la gripe como de la triple vírica.

Si tuvo una reacción anafiláctica al huevo: la vacuna triple vírica se la puede poner en la consulta de vacunas habitual con las precauciones habituales. La vacuna antigripal no se la debe poner, salvo que sea ABSOLUTAMENTE necesario, en cuyo caso se tomarían precauciones especiales.

6.- ¿Le debo dar a mi hijo paracetamol antes de vacunarlo?

En general, conviene evitar la administración preventiva de paracetamol y/o ibuprofeno antes y después de la vacunación ya que no se ha demostrado que evite la fiebre y, además, puede provocar cierta interferencia con la respuesta que la vacuna debe inducir en el sistema inmune.

Para el caso específico y reciente de la vacuna para el meningococo B (Bexero), sobre todo si se coadmistra con otras vacunas, sí es recomendable la administración profiláctica de paracetamol.

7.- ¿Hay alguna manera de aliviar el dolor en la vacunación, sin medicación?

Las técnicas más utilizadas para aliviar el dolor que puede suponer la punción de la vacuna son:

  • Contacto piel con piel o abrazados. El contacto piel con piel, con la madre habitualmente, en posición madre-canguro ha demostrado su eficacia para el alivio del dolor en los procedimientos dolorosos.

  • Líquidos dulces. La toma por la boca de líquidos dulces es una práctica habitual para aliviar el dolor de los recién nacidos sometidos a procedimientos dolorosos.

  • Sumando ambas técnicas podemos utilizar la “tetanalgesia”: aprovechar el efecto analgésico y de alivio que supone el amamantamiento antes, durante y después de las inyecciones vacunales. Es un sistema cómodo y eficaz, que aprovecha la suma de la succión, la ingestión de una sustancia dulce (la leche humana lo es), la distracción y el abrazo materno.

8.- ¿Le puedo poner varias vacunas a la vez?

Sí, claro. De hecho existen muchas vacunas que los médicos llamamos combinadas. Eso significa que la misma vacuna contiene diferentes antígenos, para crear inmunidad para varias enfermedades. Con un solo pinchazo se están poniendo varias vacunas, es decir, son varias en una.

Como regla general, diferentes vacunas pueden administrarse simultáneamente en la misma visita sin que se afecte el efecto que producen sobre el sistema inmune ni que aumente la reactogenicidad de cada una.

Existe una excepción: las vacunas de virus atenuados parenterales (varicela y triple vírica). Estas vacunas, si no se administran en la misma visita, precisan un intervalo mínimo de cuatro semanas entre ellas para evitar interferencias.

9.- La vacuna de los 2 meses, como en ese momento mi bebe estaba enfermo, se la puse a los 3 meses. ¿Que hago ahora para la vacuna de los 4 meses, se la puedo poner o espero a los 5 meses?

El intervalo mínimo entre dosis de la misma vacuna en el primer año es de cuatro semanas.

Si por “logística” fuese necesario adelantar la dosis, se considera válido un adelanto no superior a cuatro días.

10.- ¿Si la primera dosis de la vacuna de la varicela se la puso de Varivax se le puede poner la segunda de Varilrix?

Se han realizado estudios analizando los niveles de anticuerpos generados por la vacunación de una vacuna con dosis de diferentes fabricantes. En la mayoría de los casos se encontró que la respuesta del sistema inmune era comparable a cuando se ponían las dosis de un mismo fabricante.

Los casos prácticos más frecuentemente referente a este supuesto son:

  • Vacuna antineumocócica. Los niños vacunados con Prevenar pudieron continuar la vacunación con Synflorix y con Prevenar-13.

  • Vacunación frente a varicela: los niños vacunados con Varivax se pueden poner la segunda dosis con Varilrix, y viceversa.

Si consideras útil esta información, compártela.

La fiebre

image

La fiebre es, sin duda, el motivo de consulta más frecuente en las consultas de pediatría. Es, también, uno de los síntomas que más preocupan a los padres. Esto es así porque, como ya vimos en otro post, existen muchos falsos mitos respecto a la fiebre.

Aclararé ciertos aspectos:

¿Qué es la fiebre?

Es una reacción del cuerpo que consiste en elevar la temperatura del mismo, que nos proteje, generalmente debida a infecciones por virus o bacterias. Existen otras causas de fiebre pero son muy poco frecuentes.

¿Cuál es la temperatura corporal normal?

La temperatura corporal normal es variable de unas personas a otras, e incluso depende del momento de día. Normalmente por la tarde la temperatura corporal aumenta y por la noche suele bajar.

¿Cuando consideramos que existe fiebre?

En general, y esta respuesta sirve tanto para bebés como para adultos, consideramos que existe febrícula (“destemplanza”) cuando la temperatura corporal se encuentra entre 37,5ºC y 38ºC y fiebre cuando supera los 38ºC.

¿Cómo sé si mi hijo tiene fiebre?

La mayoría de los padres y/o cuidadores de un niño podrían detectar la fiebre sin llegar a tocar al niño, simplemente,  por los síntomas que suelen acompañar a ésta. La mayoría de los niños con fiebre disminuyen su grado de actividad, se les enrojecen las mejillas, los ojos se les ponen brillosos, aumentan las pulsaciones y las respiraciones,…
Pero el método objetivo de comprobar la temperatura y confirmar o descartar la fiebre es utilizar un termómetro.

¿Hay que tratar la fiebre?

El objetivo, en sí mismo, no es tratar la fiebre para bajar la temperatura corporal (puesto que eso hemos dicho que es un mecanismo defensa) sino mejorar el estado general del niño. De hecho, si el niño sigue con su actividad normal, jugando,… no hay por qué administrar ningún medicamento.

¿Cómo se trata la fiebre?

Antes de utilizar cualquier medicamento, lo primero es optimizar las medidas físicas, es decir, desabrigarlo un poco para que pierda calor, pero siempre buscando el confort del niño. Dentro de las medidas físicas podemos utilizar también un baño de agua templada (¡nunca fría!). NO se recomiendan las antiguamente utilizadas friegas con alcohol. También es importante mantenerlo bien hidratado, ofreciéndoles líquidos frecuentemente, para evitar la deshidratación.
Si el niño se encuentra muy incómodo, podemos utilizar algún medicamento para aliviar y mejorar su estado general. Los más utilizados son el ibuprofeno y el paracetamol.
Si el niño se encuentra plácidamente dormido, aunque tenga fiebre, no es necesario despertarlo para darle el antitérmico.

¿Es mejor alternar el ibuprofeno y el paracetamol?

No se ha demostrado ninguna ventaja al alternar dos antitérmicos diferentes y, sin embargo, puede favorecer los errores de dosificación y aumenta el riesgo de interacción con otros fármacos por lo que, en general, NO SE RECOMIENDA UTILIZAR DE FORMA ALTERNA EL PARACETAMOL Y EL IBUPROFENO.

¿Cuándo debo consultar al pediatra?

En general, y como siempre, el motivo de consulta al pediatra es suficiente con que los padres se encuentren angustiados o sientan que no controlan bien la situación.
Pero es conveniente consultar al pediatra si:
– la fiebre dura ya más de 48 horas o es alta (39,5-40ºC).
– el niño tiene “mala pinta”, le cuesta muco trabajo respirar o se encuentra excesivamente adormilado o irritable.
le aparece alguna erupción (“manchas”) en la piel.
– el bebé tiene menos de 3 meses debe ser valorado SIEMPRE por el pediatra.

Comparte esta información si piensas que puede ser útil para otros padres.

Si tienes un minuto te agradezco que reconozcas mis cientos de horas dedicadas a este blog.

¡¡Vótame a los premios Bitácoras 2016 pinchando debajo!!

boton-bitacoras

Mi hijo tiene 40° de fiebre, ¿puede convulsionar?

image

Esta es una de las grandes preocupaciones que presentan muchos padres cuando sus hijos tienen fiebre y que provoca que acudan muy angustiados a los servicios de urgencias.
Como otras veces, intentaré aclarar ciertas dudas.

En primer lugar, ¿qué es una convulsión febril?

Es un episodio que, coincidiendo con la subida de la fiebre, produce en el niño una pérdida de conciencia, acompañada de rigidez generalizada, revulsión ocular (ojos en blanco), cianosis peribucal (labios morados), sialorrea (babeo), trismus (mandíbula cerrada muy fuertemente), respiración muy ruidosa o dificultosa y sacudidas de los brazos y las piernas. A veces puede existir relajación de esfínteres (se hace pipí o caca).
Suele durar pocos minutos (aunque se hagan eternos) y posteriormente el niño suele quedar confuso o muy adormilado.

¿Por qué se produce?

La causa no está clara, pero suele haber antecedentes familiares.

Pero, ¿es muy frecuente?

Son relativamente frecuentes. Aproximadamente entre el 3-5% de los niños presentarán un episodio de convulsión febril. Son más frecuentes en los niños de entre 6 meses y 5 años (de hecho, cuando se producen a esta edad y con las características descritas anteriormente los médicos las llamamos convulsiones febriles típicas).

¿Le dejará alguna secuela?

El mayor peligro de una convulsión es la falta de oxígeno al cerebro, y puesto que hemos dicho que las convulsiones febriles suelen durar pocos minutos, NO suelen dejar ninguna secuela.

¿Se puede repetir?

La mayoría de las veces las convulsiones febriles NO repite. Aunque un 20-30% puede tener, al menos, otra convulsión. Cuando repite es más frecuente que lo haga en las primeras horas tras la convulsión, si hay antecedentes familiares o cuando el niño es más pequeño.

¿Se puede prevenir?

NO. Sólo en circunstancias especiales se utilizarán tratamientos preventivos (no parecen estar justificados).
La fiebre se debe tratar igual que en los niños que nunca han sufrido convulsiones febriles, con medidas físicas (desabrigar al niño, …) o farmacológicas (paracetamol o ibuprofeno) para aliviar el malestar.

Si mi hijo convulsiona, ¿qué debo hacer?

Aunque no sea fácil, es fundamental mantener la calma y de esa manera será más fácil llevar a cabo las siguientes recomendaciones:
Tumbar al niño de lado, sobre un costado (para facilitar la respiración) y mantenerlo lejos de objetos con los que pueda golpearse.
Mirar el tiempo que dura la convulsión (¡seguro que es menos del que se piensa!).
– No es necesario realizar el boca-boca, ni se deben meter los dedos en la boca (¡no se “tragará” la lengua!), ni sujetar al niño para frenar las sacudidas.

¿Cómo se trata?

Casi todas las convulsiones febriles ceden por sí solas en pocos minutos. Una vez que el niño se haya cedido, puede tomar algún antitérmico para bajar la fiebre
Los padres de niños con convulsiones febriles repetidas pueden sentirse más tranquilos si disponen de medicación (diazepam) para administrar por vía rectal cuando se produce la convulsión.

¿Debo acudir a un centro sanitario?

Conviene acudir al centro sanitario más cercano para que el niño sea valorado por un médico que confirme el diagnóstico.
También debemos acudir a un centro sanitario si se repite la convulsión, si la convulsión dura mucho tiempo (más de 15 minutos), si el niño se encuentra muy adormilado o se queja de dolor de cabeza intenso y vomita.

Al acudir al médico, ¿deben hacer alguna prueba?

El diagnóstico se hace  a partir del relato que hacen los padres (que suelen estar tremendamente angustiados). NO hace falta ninguna prueba para confirmarlo.
En los pocos casos en los que las convulsiones se repiten con frecuencia, son muy prolongadas (más de 15 minutos) o no son de los tipos que describimos al principio, el pediatra puede solicitar alguna prueba o remitir al neurólogo.

COMPARTE esta información si piensas que puede ser útil para otros padres.