¡¡Seis añitos de LUZ y TRANSPARENCIA!!

Cuando hoy te lea esto aún no entenderás algunas cosas. Pero en unos años podrás releerlo y sabrás qué supuso tu llegada en mi vida.

La maternidad-paternidad puede ser vivida de muchas maneras.

El nacimiento de tus dos hermanos en muy corto espacio de tiempo había hecho de mi paternidad una cuestión de supervivencia. Imagínate para tu madre.

Cuando en un momento más maduro de nuestra relación tu madre tomó la iniciativa para que tuviésemos otro hijo, yo no podía imaginar lo que me faltaba aún por vivir. Si no, obviamente, habría sido yo el que me hubiese lanzado.

Insisto, la crianza de tus hermanos fue una cuestión de pura supervivencia, y esa es la sensación que nos hubiese quedado si no hubiésemos dado este tercer paso.

Con una relación mucho más madura, forjada con muchos buenos momentos y no menos malas noches y preocupaciones, llegaste para hacernos vivir una maternidad-paternidad mucho más consciente. Pudiendo disfrutarte desde el principio. Tan desde el principio que, precisamente, durante tu gestación surgió la idea de comenzar este blog. Con el objetivo inicial de acompañar a esos padres llenos de dudas.

¡¡Fuiste muy deseada!!

Que conste que una maternidad más sosegada y deseada no significa que la maternidad sea un camino de rosas. Que se lo pregunten a la espalda de tu madre después de estar cuatro años dándote la teta…

Los días de los cumpleaños siempre os hablo de esa sensación tan mágica que tuve al cogeros por primera vez al salir de las entrañas de la mujer más maravillosa del mundo. Sí, tu también me quemaste. 

Además, tu nacimiento a medio día, en el momento de mayor claridad del día, era una premonición de tu personalidad. En muchas cosas eres un calco a tu madre, pero ahí si que sois dos gotas de agua. Vuestras principales virtudes, sin duda, LUZ y TRANSPARENCIA.

Para mis los cumples son días de echar un poco la vista atrás y detenerme en algunos momentos que cada uno de mis vosotros habéis tatuado en mi corazón.

Contigo cierro los ojos y aún soy capaz aún de sentir tus manos gorditas en mi pecho mientras los dos dormíamos en el sofá. ¡Nunca una siesta en un saliente de guardia había sido tan reparadora!

Con sólo seis añitos eres un ejemplo de lo que siempre he pensado y defendido: existen sólo dos tipos de personas, las buenas y las malas. No hace falta que yo diga en cuál lado estas. Los padres no somos jueces objetivos. Lo que sí es objetivo es ver cómo tus amiguitos y amiguitas te eligen para estar contigo. Una prueba muy simple es tu apretada agenda de cumpleaños. ¿Cuántos cumpleaños caben en un fin de semana? 

Te escribo estas palabritas desde el hospital. Ya verás conforme vayas creciendo que la vida, en ocasiones, no es tan fácil como parece, pero te prometo, pequeña, que mañana lo celebraremos cómo te mereces.

¡¡Felices seis añitos!!

¡¡Que cumplas muchas más, y que nosotros lo veamos!!