Hoy también…

Hoy, quizás, …

habrán quitado ya los lazos rosas de edificios y ayuntamientos…

ya no se repartirán pegatinas de lazos rosas por las calles…

ya no se hablará de esto en el telediario…

 

Pero hoy, todavía…

muchas mujeres recibirán su diagnóstico de cáncer de mama,

muchas mujeres sufrirán el dolor físico de su intervención,

muchas mujeres vomitarán tras la quimioterapia,

muchas mujeres sentirán la mutilación por la mastectomía,

muchas mujeres pasarán el día “obligatoriamente” separadas de sus pequeños porque tienen las defensas bajas por la quimio,

muchas mujeres llorarán en silencio por no saber cómo contarle a su hijo pequeño porqué llevan puesto un pañuelo en la cabeza.

Hoy, también puede ser un gran día para…

recordar que todas ellas tienen derecho a sentirse como puedan,

no como nosotros (la sociedad) les obliguemos a sentirse.

Derecho a sentirse guerreras,

derecho a sentirse tristes,

derecho a sentir miedo,

derecho a sentir alegría,

derecho a cantar, reír y llorar,

derecho a contar o a callar su enfermedad,…

porque los sentimientos les pertenece a ellas,

a cada una los suyos,

y cada una debe ser libre de sentir lo que siente.

Acompañémoslas en sus sentimientos,

sean los que sean,

a cada una en los suyos.

¡Papá (mamá), no hables así de mamá (papá)!

Un viernes cualquiera en la consulta.

“Buenas tardes, princesa. Oye, María, venga, cuéntame porqué has venido a verme. ¿Prefieres contármelo tú o se lo preguntamos a ti madre?”

En ese momento mira a su madre y casi sin mirarme a mi, con la mirada dirigida hacia abajo, sin apenas salirle la voz del cuerpo suelta: “porque me duela la barriga”.

Uno, que ya empieza a ser perro viejo en estas cosas, tiene muy claro desde el principio que cuando una niña de esa edad (12 años) te dice de esa manera que le duele la barriga, no es precisamente la barriga lo que duele. Lo que duele, con un dolor inaguantable es el corazón, es el alma.

Ese “me duele la barriga” en un grito de auxilio, como lo es “me duele la cabeza” o “me mareo”.

Podemos (y digo podemos, porque es evidente que si su madre la ha traído a la consulta se lo está siguiendo) seguirle el juego durante unos minutos con preguntas tipo:

“Ah, sí. ¿Desde cuándo?, ¿Es más frecuente a alguna hora?, ¿es más intenso antes o después de comer?, ¿lo relacionas con alguna comida?, ¿has tomado algún medicamente para ese dolor?…” y así todas las preguntas que queramos.

Pero ella, en el fondo, está esperando otra pregunta. Esta esperando que la miremos a los ojos, con mucha serenidad, que sienta con sólo una mirada que la entendemos y le preguntemos: “¿Qué es lo que te preocupa, María?, ¿Estas preocupada porque mamá y papá se han separado?”

 

El tema de las separaciones y los divorcios es una realidad que está ahí y que cada vez más frecuente. Aproximadamente la mitad de las parejas terminan separándose.

Cuando las cosas no funciona, pues no funcionan. Se ha acabado el amor, has descubierto a otra persona, no puedes soportar ya esta vida,… No voy a entrar en esto, por supuesto. Cada pareja tendrá sus razones.

No tiene sentido aguantar sólo por los hijos. Eso está abocado al más estrepitoso de los fracasos. No se puede hacer hogar donde no hay hogar.

Pero lo que de verdad no tiene sentido es que se utilicen niños como moneda de cambio.

Tened en cuenta que para ellos su padre es su padre, una figura muy importante en su vida. Que su madre hable mal de su padre no le ayuda en nada. Y, de la misma manera, que su padre hable mal de su madre, la otra figura de referencia en su vida, tampoco le ayuda en nada.

Recordad que los padres somos los espejos en los que se miran nuestros hijos. Somos, por tanto, también modelo de sus futuras relaciones. No les estamos dando el mejor ejemplo cuando nos insultamos delate de ellos, cuando nos reprochamos todo delante de ellos,…

Los niños son capaces de entender cualquier situación, menos la violencia física o verbal entre las dos personas que ellos más quieren. Si se lo explicamos con tranquilidad pueden entender que mamá y papá ya no se quieran, pero eso no significa, en absoluto, que dejen de quererlos a ellos.

El mensaje que debemos transmitirles es que tengan la absoluta seguridad de que a ellos mamá y papá les siguen queriendo como hasta el momento, infinito, y que ellos no tienen la culpa de nada de lo que está ocurriendo.

 

Un favor. Que los niños no sean monedas de cambio.

Ellos deben saber que nuestro amor hacia ellos está muy por encima de cualquier desavenencia entre los padres.

 

Un deseo. Que sepamos escuchar con el corazón.

Que sepamos entender sus gritos de auxilio con ese “me duele la barriga”.

 

 

¿Puede un bebé de seis meses tomar sal?

“Doctor, Laura cumple hoy un año así que ya puede tomar sal, ¿verdad?”

Es un razonamiento que siempre me ha llamado mucho la atención. Me imagino a la pobre Laura tachando los días del calendario no por la llegada de su cumple (ya que en su primera velita no suele enterarse mucho) sino porque hasta ese día no había probado nada con sal.

Sinceramente, no sé de dónde surgen ciertos mitos. Probablemente incluso estén favorecidos por comentarios que hacemos los propios pediatras y quedan arraigados en la cultura popular arraigados como auténticas lapas.

No seré yo quien diga que la sal es sana pero no hay ningún motivo médico para que la sal que no era buena antes del año empiece a serlo después de éste.

Es cierto que los riñones de un recién nacido son inmaduros y no están preparados para “depurar” grandes cantidades de sal (de ahí que se recomiende que los biberones los preparemos a una concentración exacta, raseando los cacitos de leche y no poniéndolos colmados), pero el gran problema de la sal es otro.

La sal es perjudicial a largo plazo, provoca hipertensión arterial.

Por este motivo todos deberíamos hacer una dieta pobre en sal para evitar la hipertensión. Debemos saber que la hipertensión arterial es una enfermedad que se va desarrollando en algunas personas (sobre todo si están predispuestas genéticamente) poco a poco por el establecimiento de malos hábitos, entre ellos un exceso de consumo de sal.

La hipertensión arterial suele aparecer a partir de los 40 años. En una enfermedad que se va desarrollando lentamente durante tantos años no va a existir una diferencia significativa el haber tomado más o menos sal durante esos 6 meses.

Cuando un pediatra recomienda que no se añada sal a la comida, o se haga muy moderadamente, no es una recomendación puntual sólo para unos meses. Es un hábito que debemos establecer como habito alimenticio saludable para toda la vida.

Es casi el mismo razonamiento que hacíamos para el aceite de palma. ¿Por qué tanta alarma de algunos padres sobre el aceite de palma en las leches de fórmula si después el niño lleva un paquete de oreo al recreo y se come dos donuts en la merienda?

Debemos establecer hábitos saludables en alimentación para que se mantengan de por vida, no para ser flor de un día.

Hacer una dieta no es estar seis meses muerto de hambre y después “vuela la burra al trigo”. Hacer una dieta sería reconducir todos los malos hábitos alimentarios y acompañarlos de ejercicio físico moderado.

Conclusión: no quiero que se malinterprete el mensaje: Si no vas a cuidar la alimentación de tu bebé durante toda su infancia y juventud, no hace falta que te esfuerces en hacerlo sólo en los primeros seis meses. A la larga no habrá grandes diferencias. Si eres de esas familias, déjalo disfrutar de algo “saladito” desde el principio.

Lo realmente importante con respecto a la sal es saber que es perjudicial para la salud a largo plazo y, por tanto, evitar un exceso de consumo excesivo a largo de toda la vida.

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Nimenrix: otra vacuna para el meningococo.

En los últimos días sois muchas las familias que me habéis preguntando sobre la vacuna Nimenrix, otra vacuna frente a meningococo.

“¿Cómo?, ¿Otra vacuna para el meningococo? Pero si aún no hemos terminado de vacunar de Bexsero, que me dijo que era para el meningococo tambien, ¿no? ¿Entonces ya no tengo que poner Bexsero?”

Aclaremos el tema.

Primer mensaje claro: Son vacunas para gérmenes parecidos pero NO iguales. Bexsero previene de infecciones por meningococo B y Nimenrix previene infecciones por meningococos A, C, W e Y.

Ya hablé hace 2 años sobre los diferentes tipos de meningitis que existen y para las cuáles había vacuna. Podéis repasar el post “Vacunas para las meningitis” haciendo click aquí.

En ese post ya os hablé sobre las meningitis por:

  • Haemophilus: vacuna incluida en calendario vacunal obligatotio desde el año 1998. Por eso a la mayoría de la gente ni le suena.
  • Neumococos: la vacuna nos ha traído de cabeza durante muchos años por haber existido varias vacunas, afortunadamente cada vez más completas. Cada vacuna que salía cubría más cepas de neumococos. Hoy día prácticamente sólo se utiliza Prevenar-13 (incluye 13 miembros de la “gran familia” de los neumococos. Repasamos última modificación: incluida en calendario financiado por la Seguridad Social para todos los niños nacidos a partir de 1 de enero de 2016.
  • Meningococos: Esta es otra “gran familia” que nos trae últimamente de cabeza a todas las familias, e incluso a los pediatras.
    • – Meningococo C: disponemos desde hace años de vacuna, y en España, entre los años 1998 y 2000 se incluyó en los calendarios “obligatorios”.
    • Meningococo B: En octubre de 2015 llegó a España la vacuna Bexsero, dando mucho que hablar por el precio (aprox. 115€) y por haber tenido un suministro muy irregular (ahora hay, ahora no, ahora sí, ahora no, …) Algunas familias aún so se han decidido a vacunar. Otras ya terminaron y muchas aún están a medias En otros países europeos se está vacunando desde 2013.

 

Hasta ahora nada nuevo. Lo nuevo viene ahora:

Además de los meningococos C y B existen otros miembros de esta “gran familia” de los que los más frecuentes son A, C W e Y.

Aunque desde hace años existía vacuna para estos serotipos eran tan pocos los casos producidos por este serotipo en nuestro medio que no se recomendaba la vacunación sistemática.

Hasta ahora la vacuna para estos serotipos estaba sólo disponible para hospitales y en centros internacionales de vacunación para cuando se viajaba a determinadas de riesgo.

Mientras el aumento del número de casos por estos serotipos a afectado a África todo el mundo ha (hemos) mirado para otro lado. “Si total, hay muchos negritos. ¡Que más da que mueran de hambre o de meningitis! Quien quiera ir de safari (o a colaborar) que se vacune y punto.”

Eso sí, ahora que han comenzado a aumentar los casos al primer mundo, rápidamente han cambiado las cosas. En el momento que comenzaron a aumentar los casos en Europa se comenzó a vacunar sistemáticamente en algunos países como Inglaterra. En Estados Unidos y Canadá también está incluida en el calendario.

Ya intuyo las preguntas que me vais a hacer:

“Pero…,¿tanto han aumentado los casos en España para preocuparnos?”

Afortunadamente, NO. Los casos declarados en España en los últimos años por estos serotipos es muy escasos.

“Entonces, ¿a qué viene este revuelo con una vacuna más?”

Pues básicamente por dos motivos:

  • La vacuna ha dejado de ser de uso exclusivamente hospitalario. Ya está disponible en la farmacia. (Por cierto, el precio ronda los 55 euros, que sé que también lo preguntaréis)
  • La alarma ha surgido porque en Reino Unido ha habido un aumento del número de casos por estos serotipos, produciendo el serotipo W hasta el 25% de los casos. Como vivimos en un mundo cada vez más globalizado hablar de Inglaterra es hablar casi del barrio de al lado (muchas familias viajan un fin de semana a Londres o mandan a sus hijos a estudiar inglés allí)

“¿Qué niños deben vacunarse?”

Me ciño a palabras textuales del Comité Asesor de Vacunas de la Asociación Española a de Pediatría:

El Comité Asesor de Vacunas de la AEP recomienda dar información a las familias sobre esta vacuna y la administración individualizada a niños y adolescentes, en particular en las siguientes circunstancias:

  • Adolescentes a partir de los 14 años (14-18) que vayan a residir en países en los que la vacuna esté indicada, como EE. UU. o Reino Unido.
  • Mayores de 6 semanas de vida, en caso de viajar a países con elevada incidencia de enfermedad meningocócica invasiva (EMI) por los serogrupos incluidos en la vacuna.
  • Mayores de 6 semanas de vida con factores de riesgo de EMI:
    • Asplenia anatómica o funcional.
    • Déficit de factores del complemento.
    • Tratamiento con eculizumab.
    • Episodio previo de EMI por cualquier serogrupo.

Contactos de un caso índice de EMI por serogrupo A, W o Y.

Se recomienda informar a los adolescentes y a sus padres de la posibilidad de ampliar la protección frente a la EMI con esta vacuna, con vistas a posibles futuros cambios epidemiológicos en España.

“¿Pero ya está la vacuna en las farmacias?”

Sí, desde ya (septiembre 2017) está disponible. Insisto, y el precio ronda los 55 euros.

“Doctor, demasiados datos de demasiadas vacunas, concretando, ¿debo vacunar a mi hijo si vivo en España?”

Si tu hijo es un niño sano sólo debe vacunarse si va a viajar a países de alta incidencia de EMI (Reino Unido o Estados Unidos).

 

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