¿Qué sucede cuando un niño es olvidado en el interior coche?

El tema de hoy afortunadamente es poco frecuente pero merece la pena insistir en él porque a la desgracia que puede ocurrir se suma el sentimiento de culpa de los padres.

Las consecuencias de olvidar o, peor aún, dejar a niño intencionadamente dentro de un coche en los meses calurosos pueden ser fatales.

Es conveniente saber que:

  • En un día caluroso la temperatura en el interior del coche puede subir 10-15ºC en 15 minutos. Además, no siempre bajando la ventana conseguimos que esto no ocurra. Puede llegar a suceder que en días con 22 ºC de temperatura el interior del coche llegue a 47 ºC.
  • Debido a que el mecanismo que controla la temperatura corporal es “inmaduro” en los niños, la temperatura puede subir hasta 5 veces más rápido que en los adultos, por lo que la hipertermia puede ocurrir en un tiempo tan breve como 20 minutos y la muerte en 2 horas.

En el tiempo que llevo en “este negocio”, afortunadamente, ha sido sólo un caso que tenido que atender por este motivo pero, desgraciadamente, falleció.

Es, por lo dramático de la situación, uno de esos casos que de vez en cuando te viene a la mente: “esa criatura no paraba de convulsionar por más medicamentos que le poníamos”.

Y la cara de ese padre, tampoco se me puede olvidar: “si ha sido un minuto”.

Claro que fue un minuto.

¡Ay, las cosas que pueden pasar en un minuto!

En muchas ocasiones no hace falta un minuto, basta con pocos segundos.

Dios me libre de parecer que estoy acusando a estos padres.

¡¡Nadie desea más que unos padres el bien para sus hijos!!

 

Pero en un segundo se electrocuta un niño en un enchufe, en  un segundo se precipita un niño de un tercer piso, en un segundo se toma un niño cualquier veneno, en un segundo se tira un niño a una piscina, en un segundo…

 

¡¡Maldito minuto!!

¡¡Maldito segundo!!

 

Estas son las situaciones que uno piensa que nunca le pueden pasar a uno mismo (“¡vaya tela, pero cómo pueden ser unos padres tan despistados!”) pero nadie está libre de pecado. Le pueden pasar a cualquiera. Dejaré, a modo de ejemplo, sólo un dato: En los Estados Unidos de América, 36 niños mueren al año por hipertermia, 468 muertes en los últimos 12 años

Como más vale prevenir que lamentar en las siguientes semanas iré dando una serie de recomendaciones preventivas para muchas de las situaciones que se avecinan (ahogamientos, cortes de digestión,…)

Con respecto a lo que nos ocupa hoy (dejar un niño olvidado en el interior de un coche) dejaré dos consejos sencillos para intentar evitar la desgraciada situación:

Poner siempre algún objeto necesario, de los que nunca se nos olvidan (móvil, cartera,llaves,…) en el suelo de la parte de atrás del coche, de tal manera que al bajarnos nos obliguemos a mirar en la parte trasera del coche y de esa manera no se nos olvide el niño.

– Si vemos un niño solo en la parte trasera de un coche avisar urgentemente al 112. Si por cualquier motivo viéramos que se demora la llegada de la asistencia médica, me atrevería incluso a recomendar romper uno de los cristales del coche (el más alejado del niño para que no le salten los cristales) para abrir el coche y sacarlo. ¡Bien merece una vida el precio de un cristal!

 

Comparte esta información si piensas que puede ayudar a otros padres.

 

 

¿Se puede obligar por ley a vacunar a los niños?

Creo que hoy sí que sí puedo recibir un aluvión de críticas por este artículo pero sería muy cobarde por mi parte no mojarme por miedo a esto.

Como seguramente habréis escuchado, visto o leído en las noticias, Italia, el pasado viernes, aprobó una ley que establece la vacunación obligatoria para los niños y sanciones a los padres que no cumplan con el calendario.

Esto ha hecho que muchas familias sientan que les han arrebatado la libertad de decidir sobre la salud de sus hijos. Entiendo que el planteamiento de “obligar por ley” hace que todo el mundo se ponga a la defensiva y saque las uñas para defender “su libertad”:

“Yo con mi hijo hago lo que quiera. Lo decido yo, que para eso es mío. Si quiero lo vacuno pero no porque me lo diga el Estado sino porque yo quiero”.

Aquí tengo que decir que esto no es tan sencillo ya que la libertad de uno acaba donde comienza la de los demás y una de las obligaciones de un estado en materia de sanidad es velar por la salud y proteger a sus ciudadanos.

Debido al aumento de las corrientes antivacunas, en Italia ha habido un aumento exponencial de casos de sarampión (enfermedad prevenible con la vacuna triple). En 2015 se declararon 250 casos de sarampión, en 2016 se declararon 840 casos y en lo que va de 2017 ya van declarados 2395 casos. Esto ha obligado al gobierno italiano a tomar la medida de obligar a los padres a vacunar a sus hijos por ley.

Sé que ahora todo el mundo dirá:

“Pues si tan importantes son las vacunas, ¡que las pague el estado!”

Es cierto que a mi me gustaría, como todo el mundo, que las vacunas las pagase el Estado. Pero puestos a pedir me gustaría también que pagase la leche, los pañales, una baja maternal de dos años,… y por qué no, un viaje a Eurodisney.

El problema es que el tema de las vacunas se ha politizado mucho. El hecho de que hasta hace poco tiempo en cada Comunidad Autónoma existiese un calendario vacunal diferente ha servido como arma política para “vender” lo bueno que es cada político con sus ciudadanos que les paga las vacunas.

Quiero dejar en el aire una reflexión:

Cada año mueren más niños en accidentes de tráfico que por enfermedades prevenibles por las vacunas.

Siguiendo este razonamiento sería “más rentable” que el estado pagase un dispositivo de retención infantil cuando nace un niño. Sin embargo no sólo no te lo regalan sino que te obligan a usarlo y si no te multan.

Por tanto, y considerando además que cuando no vacunas a tu hijo éste comienza a formar parte de la cadena de transmisión de ciertas enfermedades, parece bastante lógico que el estado pueda obligar a vacunar por ley, como medida de salud pública.

Opina y comparte.

 

Ya no tienes suficiente leche,… dale a ese niño un bibi.

Ya he hablado en muchas ocasiones en este blog sobre la lactancia y sobre sus falsos mitos.

Ya he quedado claro que, por supuesto, no seré yo quien juzgue a una madre por dar la teta o dar el bibi. Nadie es más madre que nadie por dar teta o dar bibi, de la misma manera que nadie es más madre que nadie por dar a luz por vía vaginal o por cesárea (ya hablaré en otra ocasión largo y tendido sobre esto).

Pero lo que sí me da pena y rabia (o rabia y pena) es que una madre deje el pecho por un mal asesoramiento, más aún si este asesoramiento viene de un sanitario relacionado con el cuidado de los niños.

Lo que hoy quiero aclarar en este artículo es lo que se conoce como la crisis de lactancia de los 3 meses. Si no entendemos bien qué es lo que ocurre, es el momento en el que una gran cantidad de madres abandonan la lactancia pensando que ya “no es suficiente” sólo con el pecho.

Son muchos más los factores hacen que se produzca esta mal llamada crisis de lactancia, pero los tres principales que hacen dudar sobre si la alimentación sólo con teta es suficiente son:

1.- El ritmo de crecimiento a partir de los tres meses cae drásticamente.

2.- El pecho ya no está tan turgente, tan lleno.

3.- El niño ya no pide tan frecuentemente, llora y se enfada al inicio de la toma, esta mucho menos tiempo en el pecho, se distrae mucho mientras hace la toma y, para colmo, hace menos cacas.

 

Todos estos acontecimientos son interpretados por la madre, y toda su “comitiva” (vecinas, suegra, amigas,…) como una falta de producción de leche.

Aclararé, en realidad, a que se deben estos hechos:

 

1.- El ritmo de crecimiento a partir de los tres meses cae drásticamente.

Como ya vimos en le post de los percentiles (podéis repasarlo aquí) el ritmo al cual los bebés ganan peso a partir de los 3 meses cae aproximadamente a la mitad. Es decir, si hasta entonces, ganaba unos 200 gramos por semana, a partir de los 3 meses tardará dos semanas en ganar ese peso. Es decir, que se frene la curva de peso no está indicando que la leche sea insuficiente sino que el bebé ya es más grandecito y es normal que no ponga peso tan rápido.

2.- El pecho ya no está tan turgente, tan lleno.

Afortunadamente, a medida que los meses de lactancia van pasando, la “maquinaria” de la producción de leche se va perfeccionando. Ya no hace falta que los pechos estén cargados de leche sino que la leche se produce mientras el niño mama. Aunque el pecho está flojo, a los pocos segundos o minutos del niño comenzar a mamar la madre se notará la subida de la leche, incluso en el otro pecho.

3.- El niño ya no pide tan frecuentemente, llora y se enfada al inicio de la toma, esta mucho menos tiempo en el pecho, se distrae mucho mientras hace la toma y, para colmo, hace menos cacas.

Si hemos dicho que el ritmo de crecimiento baja prácticamente a la mitad será fácil entender que el niño ya no tiene tantas necesidades calóricas y, por tanto, aguantará más entre toma y toma. Por otro lado, entre que el intestino es más maduro y es capaz de contener durante más tiempo las deposiciones y que las tomas se espacian, parece lógico también que disminuyan el número de deposiciones.

Con respecto a la duración de las tomas, que con esta edad hay veces que no duran más de 3-4 minutos, tengo que decir que a estas alturas de la película la madre pone al niño con gran destreza en le pecho (es capaz de dar de mamar andando o, incluso, bailando), el niño es un gran experto en mamar y además su succión es mucho más vigorosa, siendo capaz de vaciar el pecho en muy pocos minutos.

El que llore al principio de la toma y se enfade está en relación a lo que he comentado de que al perfeccionarse la maquinaria de producción el pecho no está cargado al inicio sino que puede tardar 1-2 minutos en llegar a conseguir la leche, y eso al bebé no le hace mucha gracia. Y el que se distraiga tanto durante la toma es debido a que a esa edad el niño tiene un campo de audición y, sobre todo, de visión más amplio y se distrae con cualquier sonido o con cualquier “mosca” que pase. Por eso muchas veces, a esta edad maman mejor mientras están dormidos.

 

Espero que con esta explicación hayan quedado aclaradas las dudas que hacen dudar a la mayoría de las madres a los 3 meses.

 

A partir de ahora cada una debe decidir cómo quiere alimentar a su bebé y no seré yo quien juzgue esa actitud.

 

Lee y comparte.

¡Quédate chiquitito…!

Cuando la saturación de la crianza es máxima…

Cuando ves que te has convertido en una máquina de gritar…

Cuando estás al borde del colapso…

Cuando ves que tu vida no tiene otro sentido que cambiar pañales, cantar canciones del cantajuegos y aguantar llantos.

Cuando maldices el momento en que decidiste ser madre (padre) …

Cuando ves que la lactancia te ha apartado de todas las reuniones sociales…

Cuando te das cuenta de que la conversación más profunda que has tenido en los últimos dos meses es si tu hijo hace caca a diario o ya sabe hacer pedorretas…

 

Cuando estás convencido/a de que lo mejor sería renegar de todo eso…

…va la vida y te demuestra cuan afortunado/a eres.

 

Un día tu hijo mayor ya no quiera que lo acompañes…

ya no quiera que lo acunes …

ya no quiere que lo bañes…

 

Basta que tu hijo mayor te rechace…

basta que comiences a sentir que ya no te necesita…

para que desees detener el tiempo.

 

Ya lo habías escuchado muchas veces:

¡Disfruta ahora, que cuando crezca…!

Pero no lo habías sentido.

 

Te aferras a tu bebé y piensas…

¡No quiero que estas manos dejen de ser gorditas!

¡No quiero que desaparezcan esos mofletes!

¡No quiero que dejes de necesitar mi regazo!

 

¡No quiero que crezcas, hijo mío!

¡Quédate chiquitito para siempre!

¡¡Felicidades, mamá!! Ser madre es otra cosa…

Pocas cosas en la vida te cambian tan rápido y para siempre como tener un hijo. Si hubiese que dividir la vida en dos etapas serían: antes y después de ser madre.

Los éxitos o los fracasos en lo laboral, en lo social, en lo deportivo, … son transitorios. Pero la maternidad, es para toda la vida.

Una vez que se es madre descubres en ti sentimientos que no pensabas que tenías dentro…

¡Se quiere tanto a un hijo! ¡Y es un amor tan diferente al resto de los amores!

 

¿Sabes por qué la maternidad es tan importante? Porque en paritorio o en quirófano conociste a esa persona que te va a hacer conocer partes de tu corazón que ni imaginabas.

 

Claro que la maternidad es dura, MUY DURA diría yo. Pero casi siempre el que la maternidad suponga un sacrificio enorme viene determinado socialmente. Afortunadamente la sociedad ha avanzado en el sentido de que la mujer se haya incorporado al mundo laboral pero esto no ha ido acompañado de que los hombre se incorporen al mundo de la “maternidad”. Ya sé que no se puede generalizar, tengo a padres maravillosos en la consulta que no sólo están presentes sino que se notan que “cuidan” a sus hijos. Es decir, padres que se implican, no sólo que colaboran en la crianza. Pero tengo que decir alto y claro que, a día de hoy, la crianza está en manos de las mujeres.

 

Pero estos son otros temas; La conciliación, el reparto de las tareas, la renuncia en lo laboral y en el resto de las facetas de la vida cuando se es madre,… y claro que influyen mucho en el desarrollo pleno de la mujer, pero LA MATERNIDAD es mucho más que todo eso.

 

Ser madre es acariciar esas manos gorditas y saber que esa maravilla se ha engendrado dentro de ti.

 

Ser madre es oler su piel y sentir que no hay otra fragancia ni perfume en el mundo que sea capaz de despertar en ti tantos sentimientos tan profundos y tan positivos.

 

Ser madre es tener a tu lado a una persona que TE QUIERE sin poner condiciones. TE QUIERE DE VERDAD. Sólo por eso, por ser su madre.

 

Ser madre es sentir que con un beso, con una caricia, con un masajito eres capaz de curar cualquier dolor, cualquier herida.

 

Ser madre es sentir que un cenicero de arcilla, si te lo ha hecho tu hijo, ES EL MEJOR REGALO DEL MUNDO.

 

Ser madre, en definitiva, es convertirte en mejor persona. Es conocer de verdad lo IMPORTANTE DE LA VIDA. Es saber de verdad lo que es el AMOR DESINTERADO.

 

¡¡Felicidades, mamá!!

¡¡Gracias, mamá!!

¿CUÁNTO ALCOHOL PUEDO BEBER SI ESTOY DANDO EL PECHO?

 

Terreno pantanoso piso hoy.

Estamos en plena Feria de Abril de Sevilla (y en fiesta en muchos otros lugares de España y fuera de España) y la pregunta es obligada ya que el consumo de alcohol lo tenemos muy integrado dentro nuestra cultura, especialmente en fiestas.

Podría acabar muy pronto esta entrada diciendo “No bebas nada de alcohol si estás embaraza o estás dando el pecho, y punto”. A exposición 0, riesgo 0. El único método anticonceptivo seguro es la abstinencia. Se entiende, ¿no?

Pero ya se que esta respuesta no vale, eso ya sé que lo sabéis todos.

Cuando una mamá me hace la pregunta de cuanto alcohol puede beber dando el pecho esta pidiendo que me moje.

Pues bien, me mojo. Pero siempre avalado por lo que las sociedades científicas recomiendan. Aquí no vale con lo de ser un pediatra más o menos permisivo.

 

Hay que considerar que el consumo de alcohol es una cuestión de doble responsabilidad. Por un lado los efectos tóxicos que puede tener el alcohol sobre nuestro organismo y el del bebé y por otro lado saber que, bajo los efectos del alcohol, no somos las personas más indicadas para hacernos responsables del cuidado de nuestros hijos. De igual forma que esta prohibido conducir bajo los efectos del alcohol. Es más difícil “conducir” a un bebé que a un coche.

 

El alcohol es una sustancia nociva dosis dependiente. Me explico: no es lo mismo tomarse una copita vino comiendo que acabar abrazado al camarero cantando la marsellesa después de haber terminado con todas las reservas de vino y de wisky de todos los bares de la zona.

Pero bueno, al grano, a la pregunta que me hacía esa madre con el catavinos en la mano y su bebé en el carro llorando porque quería teta:

Considerando que el tiempo necesario a esperar a amamantar para que el alcohol ingerido de forma ocasional haya desaparecido de leche y sangre depende del peso de la madre (a menos peso, más tiempo) y de la cantidad de alcohol consumido (a más alcohol, más tiempo) y que el peso medio de una mujer es de unos 60 kg las recomendaciones son las siguientes:

  • Puedes beber cerveza 0,0% y sin alcohol (<1%) durante la lactancia sin problema.
  • Si te has tomado una copa de vino (12% de alcohol) o 2-3 cervezas (4,5% de alcohol) espera unas 5 horas para darle el pecho a tu bebé.
  • Si tu plan es entrar en la feria y no soltar el catavinos hasta que te vengas, no sin antes haberte tomado 3 copitas porque hace mucho tiempo que no veías a tus amigas de la infancia, quizás lo más prudente es que dejes a tu bebé al cuidado de otra persona. No vale decir “no, si yo voy bien”. Este probablemente sea un efecto del alcohol en su fase de euforia.

 

Espero que embarazadas, lactantes, padres y madres, niñas y niños, tías y tíos, cuñadas y cuñados, abuelas y abuelos pasen una FELIZ FERIA DE ABRIL y que cada uno se aplique el cuento de cuánto alcohol bebe.

Recordad que el alcohol puede esperar. Al año que viene seguirá habiendo rebujito, cervezas, licores, cubatas,… y tu bebé quizás ya no esté tomando pecho. Disfruta de cada etapa. Todas son maravillosas, pero todas tienen sus pros y sus contras.

Lo dicho, BUENA FERIA, y ¡¡CUIDADO CON EL ALCOHOL!!

 

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