Lo imprescindible de la canastilla.

El otro día en la consulta una situación me llevó a reflexionar sobre qué estamos haciendo con la crianza de los niños. Os cuento:

“ Mire, doctor, ¿a mi bebé le puedo dar a mi bebé la Eupeptina por la tarde? Es que verá, como a esa hora también le doy el vitaD y desde ayer he comenzado a darle el Colimil porque estaba muy incómodo con la barriguita. Es que le he cambiado al Colimil porque veía que con el Aerored no se aliviaba demasiado. ¿Te parece bien, o crees que mejorará más con el Colikind? Es que lo de la manzanilla lo veo muy antiguo, ¿no?

En fin, estamos desesperados porque la leche no me ha subido a pesar de haber tomado yo levadura de cerveza y Promil. Me lo intenté sacar con el sacaleches manual pero como no me salía hemos comprado uno eléctrico de Medela. He probado con pezonera porque las grietas en el pezón no se me mejoraban ni con el Purelan.

Total, que estamos desesperados. Ya hemos probado tres tipos de biberones, y al final con el del doctor Brown, que era nuestra última esperanza, tampoco es que haya habido una mejoría espectacular. Estamos yendo a que el quiromasajista le haga unos masajes y aún así no lo acabamos de ver cómodo. ¿Le podemos dar Apiretal si se pone muy inquieto? Es que cuando lo ponemos de ladito con el cojín antivuelco llora desesperadamente, como si no le gustara esa postura. Pero es que sólo de lado podemos vigilar su cara con la cámara de vigilancia.

Y esto por no hablar de las leches. Empezamos con la leche que le dieron en el hospital pero como empezó con los gases y se le puso el culete rojito se la cambiamos a una anticólico. Ahora parece que se ha estreñido porque lleva 24 horas sin hacer caca y antes hacía tres al día. Mi cuñada me ha dicho que le dé ahora, mejor, una antiestreñimiento pero ya es que nos da miedo no se le vaya a poner el culete otra vez rojito. Porque con lo del culete nos llevamos una semana probando cremas hasta que se mejoró. Que si la de Mustela, que si la pasta al agua, que si el Positón,… al final, hasta que no le puse aceite de oliva, como me dijo mi madre ,no se le mejoró el culito. Bueno no sé si por el aceite o porque le cambié de pañal por que yo creo que los de Dodot no le sientan bien.  

Y cómo ve usted que le ha quedado el ombliguito. Bueno, creo que al final por lo menos eso sí nos ha ido bien porque pasamos del alcohol de 70º a la clorhexidina. Por cierto, aún le sangra un poquillo, ¿eso es normal? 

Ahora también le estamos escuchando ruiditos al respirar y hemos empezado a lavar la nariz con suero fisiológico pero no sabemos si son mejor las monodosis o es mejor con jeringa. Hemos escuchado hablar del Rhinomer y del Sinomarín, ¿cuál cree usted que es más eficaz? ¿Y después le debemos aspirar los mocos? Es que tenemos dos uno de perilla y otro que tenemos que aspirar nosotros, creo que se llama Narinel, pero díganos usted si hay alguno que sea mejor. ¿O cree que debemos empezar ya con un mucolítico? ¿El Fluidasa se lo podemos echar en el biberón o hay que dárselo directamente en la boca?

Ah, por cierto, otra cosa doctor: me gustaría preguntarle sobre las vacunas porque nuestra idea era no ponérselas porque nos dan mucho miedo. Ya lo hemos hablado mi marido y yo y hemos pensado que es muy pequeño para meterle tantas medicinas”.

En fin, os podéis imaginar mi cara, ¿no?

Si hasta me costaba seguir el ritmo de medicamentos y productos de parafarmacia de los que me estaba hablado. Y eso con 20 días.

Me imaginaba la canastilla. Tenía más productos que el escaparate de la sección de pediatría de una farmacia y parafarmacia juntas. Eso sí, vacunas ninguna, que dan “miedo”.

No quiero ser juez de cada “estilo familiar” pero me cuesta mucho creer que esta sea una mejor crianza que la que hicieron nuestros padres, que ahora son abuelos, con nosotros.

¿Cuánto cuesta (económicamente, y peor aún, emocionalmente) criar un bebé así?

¿Pensáis, de verdad, que todos estos “artilugios y productos” mejoran la crianza de nuestros hijos?

 

Comparte si crees que la canastilla de un bebé debe contener más paciencia y sentido común y menos “potingues”.