¿Las mujeres y los hombres son iguales?

A la pregunta del título: Pues claro que no, afortunadamente. Eso sí deberíamos ser iguales en derechos, en oportunidades, …

Ahora que ya han pasado unos días desde el pasado 8 de marzo me gustaría señalar que , independientemente de cómo pueda utilizar o no desde el punto de vista político el tema de la huelga de las mujeres, lo cierto es que el “ambiente” creado demuestra que después de muchísimos años de una sociedad patriarcal y machista parece que la cosa, por fin, comienza a tomar visos de igualdad. O al menos el primer paso, la sociedad mayoritariamente comienza a tomar conciencia de la necesidad de esta igualdad.

Pero creo que luchar por disminuir la brecha salarial, por acabar con el acoso sexual en el ámbito laboral, por romper el techo de cristal que existe en la mayoría de los sectores, por acabar con la inestabilidad laboral y con el reparto desigual de las tareas de cuidado familiar,… es como frustrarse porque los olmos den peras. ¡claro que los olmos no dan peras! Si siembras un manzano lo normal es que recojas manzanas. Si quieres recoger melocotones lo mejor es sembrar melocotoneros.

Por tanto, si quieres que tu hija o hijo no sea machista no la eduques en un ambiente machista. Si lo haces, después que no te sorprendas que tu hija es machista.

Me explico.

Todas esas desigualdades son el fruto de la educación y la educación empieza en cada casa, en cada hogar. El problema es que los micromachismos están tan presentes en nuestra sociedad que no los notamos. Hasta las feministas más recalcitrantes tiene en su subsconsciente una parte machista que mamaron o más bien que la sociedad les hizo mamar. Y eso es lo que debemos cambiar. Afortunadamente, cada vez son menos.

Pero no puedo dejar de decir que como siempre nos apuntamos a algunas modas simplemente por eso, porque son moda. Conozco a muchas mujeres confesas feministas que se quejan amargamente de lo machista que es esta sociedad mientras llevan a sus hijas a un colegio “de niñas”. O en su intento de defender su libertad se apunta a reuniones de mujeres donde la presencia de un hombre sería recibida como un zorro en un gallinero. ¿Dónde esta ahí la diferencia con el machismo?

Insisto una vez más, como en otras muchas entradas, no pretendo ser pastor espiritual de ninguna familia ni un líder de tendencias sociales. Allá cada familia con lo que hace, con lo que dice y con lo que piensa. Y allá cada uno con la coherencia entre lo que hace, dice y piensa. Pero sí advierto una cosa, está demostrado que uno es más feliz cuanta más coherente es en su vida con lo que hace, con lo que dice y con lo que piensa.

Conviene aclarar, también, que no podemos pretender que los hombres y las mujeres sean iguales. Habríamos acabado con la esencia de la especie humana.

La igualdad es a igualdad de condiciones igualdad de derechos, pero los hombres no son iguales a las mujeres

Creo también que el feminismo radical que intenta imponer “la supremacía” de la mujer destruye a la propia mujer. Lo iguala al más atroz de los machismos.

Pero creo que el verdadero problema es que, como sociedad, no hemos sabido integrar la incorporación de la mujer al trabajo y la maternidad. Todo lo demás creo que es secundario. Para mi lo más llamativo es lo siguiente: El mayor enemigo de las mujeres son las propias mujeres. No he visto a una madre ser más criticada que por otra madre.

Una última cosa: Mientras ser madre se siga viendo o viviendo como una carga nada habremos avanzado como sociedad.

Querido hijo José, queridas hijas Victoria y María, ojalá nunca entandáis porqué papá escribía sobre el machismo y el feminismo si eso ya lo tenéis más que superado. Ojalá os parezca cosas de “trogloditas”.