¡¡Bendito desorden!!

 

medico llorando

Llegar a casa después de una guardia donde en varias ocasiones tienes que hablar con alguna familia para informarle de que su hijo se debate entre la vida y la muerte: Estamos en una situación muy delicada. Su vida pende de un hilo. La suerte está prácticamente echada, tenemos que esperar a ver cómo responde,… Ganar o perder “el partido” depende ya sólo de qué lado caiga la pelota que ha golpeado la red… Debemos cruzar el Gran Cañón del Colorado sobre un fino cable, como un funambulista,… al otro lado del cañón está LA VIDA, debemos ir muy despacio y con gran delicadeza y además esperar que

Muchos ejemplos para intentar hacerles comprender lo delicado de la situación.

Aguantar silencios muy incómodos, habiendo tragado mucha saliva y habiendo respirado muy profundo antes de transmitirles toda la información. Aguantar el chaparrón no es fácil… Sobre todo cuando te imaginas que podrías ser tú quien está al otro lado.

Se supone que estamos preparados para esto, pero creedme, no es nada fácil. Somos de carne y hueso. Sí, también tenemos sentimientos. Hay situaciones que te sobrepasan. Hay momentos en que empatizas tanto con algunas familias que no puedes evitar pensar como ellos. Te sales de tu papel de médico y sólo piensas “la vida es muy injusta, los niños no deberían sufrir,…” Sí, también lloramos.

Cuando sales de la guardia, después de 24 horas con el nivel de adrenalina por las nubes e intentando que no interfieran los sentimientos en tus “razonamientos médicos” es cuando, a veces, te derrumbas.

Te montas en el coche como un autómata, alguien habla en la radio que tu no escuchas,… Ese día tú no conduces, es el coche quien te lleva. Tu cabeza, tu pensamiento siguen con ese niño, con esa familia,… Rompes a llorar… Ahora sí, ahora ya no eres el médico, eres una persona que ha vivido en primera persona el sufrimiento de un niño, de una familia y te puedes desahogar agusto. Puedes llorar en el coche, ahí ya nadie de te ve. Y si te ven, da igual. En ese momento ya no eres el médico, eres una persona con todo el derecho del mundo a desahogarte. El llanto te “purifica”.

Llegas a tu casa aún con los ojos aun inyectados, pero ya más tranquilo.

Llegas al salón y pareciera que hubiese pasado por allí un escuadrón de infantería: mochilas por el suelo, paredes manchadas de rotulador, batidos derramados en la mesa…

Otros días eso te enerva, pero hoy piensas ¡¡Bendito desorden!!

Soy muy afortunado. Mi profesión me hace vivir sensaciones al límite. Me ayuda a diferenciar lo importante de lo esencial.

¡¡Bendito desorden!!

8 comentarios en «¡¡Bendito desorden!!»

  1. Ayyyy q duro es todo a veces… Yo acabo de tener el segundo bebé y por el lado del desorden es cierto esto a veces es un caos. Pero no lo cambio por nada. Me los como a besos y pienso q si les pasará algo me moriría. A esas familias q a veces tienes q tratar con su bebé delicado de salud les mando ánimo y todo el apoyo del mundo. Un besazo

  2. Normalmente en la vida a todos en algún momento nos toca vivir cosas que como dices nos hace diferenciar entre lo realmente importante y lo que no pero al final lo acabas olvidando hasta que vivirá otro por desgracia tardío, tú tienes la suerte de vivir esos momentos todos los días y eres afortunado por ello, has que cuente, que dios te bendiga y gracias por tus palabras y por tu labor para nosotros los que confiamos en vuestro trabajo…

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *