Manual de instrucciones para una maternidad plena

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Es la primera vez que me ocurría. Ayer, estaba empezando la consulta y lo primero que me sueltan unos padres es:

Doctor, venimos a que nos de el manual de instrucciones de un bebé”.

Pensé lógicamente que era una manera de hablar. Entendía que se referían a que tenían infinidad de dudas y de miedos ante su nueva etapa con su recién estrenada criatura de seis días. Parecía una situación habitual para mi, es mi día a día. Pero no, después de un rato me di cuenta de que iba en serio, querían el manual de instrucciones.

No daba crédito.

He visto infinidad de familias, cada una con sus peculiaridades.

Desde las madres más hippies hasta más hiperpijas, desde las que traen a sus bebés en un fular enrollados hasta las que lo traen en el carrito de última generación o el carro más clásico de la historia, desde las madres poco habladoras hasta las que no te dejan meter baza, desde las que no soportan que su bebé llore ni un segundo (“ya está bebé, ya te cojo, mami está aquí”) hasta las que les imponen las rutinas más estrictas del mundo desde el primer día de vida, desde las que estarían toda su vida dándole el pecho a su hijo hasta las que no quieren ni oir hablar del pecho porque no soportan la “anarquía” de que el bebé coma cuándo y cuánto quiera, desde las que te preguntan si eres partidario o no del baby led weaning hasta las que quieren que les digas cuántos gramos de pollo deben poner en la papilla de verduras,…

Sí, tambien tengo para los padres. Desde los que acompañan cada movimiento de las madres hasta los que se sientan durante la consulta en la silla y sueltan un tímido “adios, gracias” al final de la visita, desde los que vienen con una tabla de excel con los horarios y cantidaes de las tomas de los 3 primeros meses hasta los que no saben si su bebé toma pecho o bibe, desde los que disfrutan con el colecho compartido hasta los que fueron previsores y compraron un buen sofá para poderse quitar del medio,…

Y, cómo no, todo tipo de abuelas. Desde las que están encantadas con escuchar los “nuevos” consejos de los “nuevos” pediatras hasta las más intransigentes (“pues en mi época lo mejor era el biberón porque así se sabe lo que toma y además es cada tres horas”), desde las que colaboran a terminar de vestir al bebé una vez terminada la exploración hasta las que relegan a esas funciones a la madre y se ponen a preguntar las dudas (“porque como soy yo quien lo va a tener todo el día en casa…”),…

Pero volviendo al principio, con respecto a lo de solicitar el manual de instruciones. ¿¡¡Pero qué libro es ese!!? ¿Cúal es el capítulo 1: Cómo sentir el deseo de tener un bebé, o ese es el prólogo? ¿Cual es el último capítulo?,…

Pienso que se pierde la magia de la maternidad si nos la viven.

¡¡No permitáis que os vivan la maternidad!!

Cada madre siente, quiere, cuida, cría y malcría como quiere a sus hijos.

Eso no es función del pediatra, ni de la vecina del cuarto, ni de la abuela, ni de nadie.

La función del pediatra es enseñar a diferenciar entre cuándo un bebé está enfermo y cuándo el bebé está en condiciones óptimas se salud. Debe enseñar a las familias ante qué señales deben acudir a consulta, debe aconsejar sobre vacunas, … pero en ningún caso debe ser quien viva la maternidad y la crianza de sus pacientes. Hay veces, como ya comenté en este post, que los comentarios de los pediatras pueden ser muy dañinos.

La función de la vecina del cuarto es echar una mano y ayudar en la crianza, comportarse como una buena vecina, ofrecerse a recoger a nuestro hijo mayor del cole cuando nosotros no podemos, …

La función de los abuelos como ya vimos en este post es MUY IMPORTANTE pero en ningún caso debe sustituir la función de madre.

Por tanto, ¡¡NO BUSCAR EL MANUAL DE INSTRUCCIONES!!. No existe.

Id escribiendo vuestro propio manual de instrucciones.

¡¡No permitáis que os vivan la maternidad!!

Cada madre siente, quiere, cuida, cría y malcría como quiere a sus hijos.

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