Diez frases que no debes decirle JAMÁS a tu hij@.

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Hoy, tras observar perplejo la regañina que le ha caído a un niño en la consulta, me vino a la mente el post de Tatiana Ivanko, que tanto éxito tuvo hace unos meses en las redes sociales, llamado El método del “bolígrafo verde”.

Básicamente habla de la costumbre de resaltar con bolígrafo rojo lo que no es correcto. Esa tendencia de resaltar la parte negativa de las cosas perdura hasta la etapa adulta y esa es una de las razones de nuestra sensación de insatisfacción en la vida. Ella propone resaltar “en verde” las partes positivas, que seguramente al analizarlas son muchas más que “las rojas”.

Lo podéis leer haciendo click aquí.

Siguiendo esa corriente hoy quiero proponer 10 frases que debemos intentar NO DECIRLE JAMÁS A UN NIÑO:

1- “A ver si aprendes de tu amigo Pablo”. Esto no hará que el niño se fije en cómo lo hace Pablo, sino más bien lo contrario, provocará una reacción de rechazo por envidia a Pablo.

2- “Eres muy malo”. Estaremos estigmatizando al niño, convenciéndolo de esa afirmación. Acabará convenciéndose de que es malo.

3- “Eres un mentiroso”. Igualmente, lo estigmatizará, y además el acabará convencido de que es un mentiroso. Acabará mintiendo porque el asume el rol de mentiroso.

3- “No vas a aprender nunca”. Esta afirmación frenará una de las cosas más bonitas que tiene la infancia, las ganas de aprender. Reprime al niño, lo convierte en incapaz.

4- “Si sigues haciendo eso, no te querré”. Esta sí es realmente una afirmación peligrosa para el autoestima de un niño. Debe quedar muy claro que nosotros los queremos PORQUE SÍ, SIEMPRE, INCONDICIONALMENTE. Eso no significa que no debamos intentar modular su comportamiento, pero con el amor no se chantajea.

5- “No me quieres nada”. Es el lado contrapuesto al punto anterior. Debe quedar claro que con en el amor no caben chantajes.

6- “Eres un desastre”. Nuevamente asumirá éste como su papel, pensará que nosotros pensamos realmente eso de ellos y lo acabarán asumiendo.

7- “Sólo me das disgustos”. Esta es una frase peligrosa. Puede hacer que el niño interprete que es una carga para nosotros.

8- “Verás como se lo diga a papá”. (O el caso contrario: “Verás como se lo diga a mamá”). No debemos hacer que el vea a uno de los padres como “el malo”. Debe ver que hay sintonía entre los padres, así se sentirá mucho más seguro. Si observa que ambos le dicen los mismo acabará convencido de que es eso lo que le conviene y no depende de quién sea.

9- “No llores”. No debemos hacer que reprima sus sentimientos. Si tiene que llorar que llore, que se desahogue. Debemos acompañarlos y protegerlos pero “no son más hombres si no lloran”. No debemos frenar sus sentimientos.

10- “Bien hecho, buen trabajo”. Esta vez pensaréis: ¿pero no es bueno animarlos?. Sí, claro. Un elogio en un momento adecuado es siempre bueno. Pero decirle continuamente, por cada cosa que hace, “buen trabajo” hace que pierda sentido. Es mejor reforzar cosas concretas: “me gustó mucho cuando compartiste tus galletas con Alejandra”.

Ni que decir tiene que todas estas frases, dichas a viva voz en público, especialmente delante de su grupo de iguales tienen un efecto mucho más devastador. Ahí si que habremos roto su autoestima. Asumirán delante de todos el mundo que ellos son así.

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