La masturbación infantil.

image

Hoy saco a la palestra un tema, que todavía actualmente, se sigue considerando tabú. Muchos padres se avergüenzan, aún, porque su hijo de 3 años se masturba.
Algunas madres me comentan, con cara de resignación, como quien está confesando un pecado: “Doctor estoy muy preocupada porque mi niña de 3 años, cada vez que duerme la siesta, se frota con su osito, comienza a sudar, se pone muy rígida y, a veces, creo que ha llegado a perder la conciencia”.

Aclararé ciertas dudas:

¿En qué consiste la masturbación infantil?

La masturbación es la autoestimulación de los genitales por placer.
Es normal que los niños, en el contexto de la exploración y descubrimiento de su cuerpo, descubran que frotar o tocar determinadas partes de su cuerpo provoca una sensación placentera.

¿A qué edad comienzan a masturbarse los niños?

La mayoría de los niños alrededor de los 6 meses comienzan a tener cierto control de sus manos, pudendo incluso agarrar algunos objetos, y por tanto comienza esa fase de reconocimiento de su cuerpo.
Por tanto, es raro que la masturbación infantil ocurra antes de los 6 meses. Y se hace especialmente frecuente a partir de los 2 años.

¿Cuándo dejará de masturbarse?

Los niños que descubren la sensación placentera de tocarse los genitales es frecuente  que mantengan ese comportamiento durante meses o años.
A partir de los 6 años seguramente disminuirá la frecuencia.
Posteriormente, en la adolescencia, y en este caso ya sí influido por la “tormenta hormonal”,  la masturbación es casi universal.

¿Cómo se masturban los niños?

Los más pequeños frotan sus muslos uno contra otro, con movimientos rítmicos de las caderas cuando está boca arriba o moviéndose sobre las manos o las rodillas cuando están boca abajo.
Un poco más tarde pueden aprender a frotarse contra algún muñeco, el brazo de un sillón,…

La manipulación rítmica de los genitales con la mano no se suele producir antes de los 2 años y medio.

¿Cómo detecto si mi niño pequeño se masturba?

El niño puede parecer ensimismado, acalorado y sudoroso, con movimientos rítmicos de la cabeza o extremidades y al concluir puede quedar agotado.
En ocasiones puede llegar a confundirse con una crisis epiléptica.

¿Por qué se masturban?

Quizás esta es la duda debe quedar más clara para quitarle hierro al tema, ya que la masturbación infantil no tiene las connotaciones sexuales que puede tener en los adultos. Simplemente, en el descubrimiento de su cuerpo, detectan que tocar o frotar determinadas partes de su cuerpo proporciona placer puramente físico.
Hay que insistir en que la masturbación infantil es una conducta totalmente NORMAL.

¿Cuándo se masturban?

Lo pueden hacer en cualquier momento pero es más frecuente cuando el niño se va a dormir, está aburrido o viendo la televisión o si está sometido a algún tipo de estrés.

Si se masturba frecuentemente, ¿tendrá alguna consecuencia?

La masturbación infantil no provoca ningún daño físico ni psicológico. La masturbación no modificará su orientación sexual ni va a hacer que sea más promiscuo.

Como padre, ¿qué puedo hacer?

En realidad no debe hacer NADA especial, simplemente saber que es puro placer físico y, por lo tanto, es NORMAL que el niño lo busque.
Castigarlo puede  provocar un efecto negativo, porque puede reforzar esa conducta.
Si el niño tiene el hábito de hacerlo en público, habrá que corregirlo moderadamente, de la misma manera que se le regala cuando se hurga en la nariz o se come los mocos. Tendrá que explicarle que “eso no se puede hacer en público, sólo en casa, en la cama o en el baño”.
Si suele hacerlo en el cole, habrá que comentárselo a los profesores, para que procuren mantener su atención en la clase y eviten regañarlo en público.

¿Debo acudir al pediatra?

Solo si la masturbación fuera compulsiva, es decir, frecuente y obsesiva.
En muy pocas ocasiones, la masturbación estará relacionada con situaciones de estrés del niño o, incluso, abusos sexuales por parte de adultos.
En esos casos, por supuesto, habrá que comentárselo al pediatra.

Comparte esta información si piensas que puede ser útil para otros padres.

La cinetosis

image

El simple viaje al cole de cada mañana se convierte en un martirio diario para algunos niños (porque les cuesta un “mareo”) y para los padres (porque les cuesta el dinero o el tiempo de limpiar la tapicería del coche), hasta el punto de que algunos niños van ya con “su cubito” en el coche para los vómitos.

No puedo desaprovechar este post para recordar, que si ya es discutible que haya que acompañar a los niños al colegio (esto ya lo comenté en otro post), lo que no merece la pena ni discutir es que DEBEMOS FOMENTAR QUE LOS NIÑOS VAYAN AL COLEGIO ANDANDO. Son infinitos los beneficios de este hábito, y además, evitaremos el tema del post de hoy: la cinetosis.

¿Qué es la cinetosis?, ¿cuales son los síntomas?

Es un problema muy frecuente en la infancia que consiste en una sensación de malestar, con sudoración fría, palidez y náuseas, que suelen llegar a los vómitos.

¿Cuál es la causa?

Cuando viajamos, nuestro cerebro tiene que integrar la información que le llega a través de los órganos del equilibrio: el oído, la vista y el sistema musculo-esquelético.
Cuando esta información NO es integrada correctamente se produce la cinetosis.

¿A qué edad se produce?

Es raro que se produzca antes de los 2 años. A partir de esa edad empieza a aparecer y aumenta hasta los 12 años, que empieza a disminuir.
(Madre con un niño de 2 años y medio al llegar a la consulta: “doctor, ahora que el niño viene muy contento, y que ya no vomita en la consulta con el sofocón, cada vez que venimos vomita en el coche”).
En los adultos es muy raro, aunque hay quien lo presenta de por vida, sobre todo las mujeres.

¿Qué podemos hacer?

En primer lugar, vuelvo a repetir, evitar viajes innecesarios: ¡¡al cole, ANDANDO!!

Si realmente tenemos que viajar,  los conductores debemos evitar maniobras bruscas (especialmente en zonas de curvas), llevar el coche bien ventilado (abrir ventanillas y, por supuesto, NO FUMAR).
Si el viaje es corto: intentar que no coma antes de viajar
Si el viaje es largo: aprovechar para viajar a las horas en las que el niño duerme (puesto que si va dormido no se mareará) y hacer paradas frecuentes para descansar.
Si los niños fijan la mirada en un punto lejano es más difícil que se mareen, así que debemos evitar actividades que obliguen a fijar la vista en un objeto cercano como leer, ver el DVD, jugar a los videojuegos,…
Y en cualquier caso, siempre debemos tener prevista la eventualidad del vómito (llevar bolsas u otros recipientes para evitar ponerlo todo perdido).

Pero, ¿no existe tratamiento?

En ocasiones los pediatras, si el cuadro es muy recurrente o muy intenso, podemos utilizar alguna medicación. La más habitual es el dimenhidrinato del cual existen muchas presentaciones (jarabes, comprimidos, supositorios,…). Por ficha técnica, este medicamente, NO se puede usar en menores de 2 años, pero ya hemos dicho que en los menores de 2 años es muy infrecuente la cinetosis. Como todos los medicamentos no debe tomarse libremente, sino que debe ser prescrito tras una valoración por su pediatra.
Actualmente existen también algunas soluciones azucaradas para utilizar en niños menores con tendencia a la cinetosis.

Comparte esta información si piensas que puede ser útil para otros padres.

¿Cómo quitar los pañales con éxito?

image

¿Cómo quitar los pañales con éxito?

Realmente este tema no es que dé para escribir un post sino que daría para escribir un libro entero.

Siempre me ha llamado mucho la atención cuando las madres entran por la consulta y me dicen: “bueno, a partir de mañana, les van a quitar los pañales a todos los niños de la guarde”. Yo, no es que esté en desacuerdo, pero pienso “por esa misma regla de tres, podríamos decir a partir de mañana, todos los niños de la guarde, deben saber hablar”.

Con esto quiero decir que NO TODOS LOS NIÑOS TIENEN POR QUÉ CONTROLAR LOS ESFÍNTERES CON LA MISMA EDAD (de la misma manera que no podemos pretender que todos los niños gateen con la misma edad, les salgan los dientes con la misma edad, o hablen con la misma edad,…)

Cierto es que “la logística familiar” nos obliga, a veces, a intentar a hacer las cosas en una determinada fecha, aun a sabiendas de que ésta no sea la mejor. En el caso del proceso del control de esfínteres, los factores que más influyen para que nos entren las prisas son:
a la escuela (3 años) no se puede ir con pañal. Entiendo también que si no se dispone de un apoyo auxiliar, una maestra de infantil, no puede estar pendiente del pañal de 30 niños.
es más fácil cambiar una braguita o un calzoncillo y un pantalón corto que las “capas de cebolla” del invierno (leotardo, pantalón largo, calcetín, botas…).

Estos dos motivos hacen que el momento elegido para retirar el pañal por la mayoría de los padres, cuidadores o guarderías sea la primavera-verano anterior a la escolarización del niño. Nuevamente, debo señalar que además de que el desarrollo psicomotor es muy variable de unos niños a otros, en esa fecha, la edad de los niños de esa clase de la guardería es muy dispar, ya que hay desde niños que ya tienen los 3 años cumplidos hasta niños que no soplarán las 3 velitas hasta finales de ese mismo año, cuando lleven ya prácticamente un trimestre en el cole de los mayores.

Más que la edad cronológica de nuestro hijo debemos valorar determinadas facetas del desarrollo psicomotor para prever si el niño está capacitado para el control de esfínteres.

Por un lado debemos comprobar que el niño entiende el lenguaje básico para esto: “pipí”, “caca”, “váter”,… y que tiene una destreza motora adecuada (sabe subir y bajarse los pantalones aunque necesite algo de ayuda, es capaz de subirse al váter,…).

Para iniciar el proceso de la retirada del pañal con cierta garantía de éxito, debemos armarnos de PACIENCIA y estar dispuestos a cambiar varias mudas al día e ir recogiendo pipís y cacas por la casa, aguantando estoicamente, sin culpabilizar de “sus escapes” al niño y, eso sí, felicitándole y celebrando sus éxitos: “¡¡muy bien campeón, así se hace el pipí, en el váter, como los niños grandes!!”. Eso es celebrarlo, no hace falta regalarle un juguete cada vez que lo hace bien.

Una vez cargados de paciencia, debemos elegir o ayudar a elegir al niño cuál será “su trono”: si el mismo que el de papá y mamá o un orinal comprado para la ocasión. No hace falta que el orinal tenga música y luces pero sí debe tener una base de sustentación amplia para que no se tambalee y el niño se sienta cómodo, o al menos seguro, cuando se siente. En el caso de que vaya a compartir “el trono” del resto de la familia debemos colocar un adaptador-reductor para disminuir el diámetro de la taza, para que el niño no tenga la sensación de que “se puede caer por el agujero”. También es conveniente, si es posible, que mientras está sentado en el váter sus pies no queden colgando sino apoyados en un taburete, ya que esto también aumenta su sensación de seguridad.

Si ya estamos cargados de paciencia y tenemos “el trono” elegido, sólo nos queda saber cómo lo haremos.
Existen muchas técnicas y todas son pueden ser válidas.

1- Con respecto al pipí:
Lo pondremos inicialmente de forma frecuente, por ejemplo, cada hora o cada vez que lo pida o que por sus gestos intuyamos que puede tener ganas de hacerlo. Progresivamente, en los siguientes días, iremos alargando el intervalo con el que ponemos al niño en el orinal. Recuerdo, debemos celebrar los éxitos y no castigar los fracasos.
La mayoría de los niños en pocos días habrán controlado el pipí y, si no es así, es que quizás nos precipitamos y aún no era su momento óptimo.

2- Con respecto a la caca:
En este caso si que debemos ser más cautos y estar más atentos ya que “la caca la sienten como más propia (tener en cuenta que llevan casi 3 años pegados a ella) y les cuesta más trabajo desprenderse de ella”. Un mal manejo nos puede llevar a una situación de estreñimiento de difícil control ya que si el niño le coge miedo al váter se aguantará la caca y cuanto más se la aguante más grande, más seca y más dura será cuando salga y, por tanto, más molestará al salir, y más se aguantará nuevamente, llevando esto a un círculo vicioso. Así que, una premisa básica es, NO RETIRAR EL PAÑAL MIENTRAS EL NIÑO ESTÉ ESTREÑIDO, ya que podría empeorar el estreñimiento. Conviene, que hasta que el esfínter anal lo tenga controlado, el niño haga una dieta que no favorezca el estreñimiento, es decir, no debe abusar de los lácteos, esto es, no tomar más de medio litro (entre leche y derivados) al día.
Considerando todo esto, la técnica para el control del esfínter anal, es similar a la del pipí. Consiste básicamente en sentarlo en el váter a la hora que solía hacerlo (esto para los niños que “son un reloj”). Para los niños que no tienen un horario para la defecación establecido aprovecharemos el reflejo gastrocólico, es decir, lo sentaremos un ratito después de las principales comidas o en cualquier momento que, por sus movimientos, intuyamos que tiene ganas de hacerlo.
Recuerdo, nuevamente, debemos mantener la filosofía de celebrar los éxitos y no castigar los fracasos.

Comparte esta información con otros padres si piensas que puede ser útil para ellos.

La enfermedad del beso… o mononucleosis infecciosa.

image

El problema fundamental de la mononucleosis infecciosa es que presenta síntomas comunes con algunas infecciones de garganta que mejoran con antibióticos. En este caso, es necesario hacer un diagnóstico correcto para evitar la toma de antibióticos, ya que podrían incluso empeorar los síntomas.

¿Qué es la mononucleosis infecciosa?

Es una enfermedad VÍRICA y muy frecuente en la edad pediátrica debido a su mecanismo de transmisión.

¿Cuál es la causa?

Puede ser producida por muchos virus pero los más frecuentes son el Virus de Epstein Barr (VEB) y el citomegalovirus (CMV).

¿Cuáles son los síntomas?

Aunque en muchas ocasiones, especialmente en los niños más pequeños,  puede pasar desapercibida, los síntomas de la mononucleosis infecciosa son:
   – La fiebre es más prolongada que en otras virasis (suele durar entre una y dos semanas).
   – El cansancio, la falta de apetito,…son síntomas inespecíficos y comunes a otras virasis pero, en este caso, suelen ser más marcadas.
   – También es frecuente el aumento del tamaño de los ganglios (especialmente los del cuello) y en ocasiones, del hígado o del bazo.
   – Pero quizás, lo más característico, es dolor de garganta y un exudado faríngeo («placas en la garganta») que no responden a la toma de los antibióticos habituales. Es más, a veces, la toma de antibióticos provoca un exantema (manchas en la piel) o hace que empeore si ya estaba presente.

¿Cómo se diagnostica?

En la mayoría de las ocasiones no es necesario realizar ninguna prueba. Suele diagnosticarse sólo con una adecuada historia clínica y la exploración del médico.
A veces, puede ser necesario la realización de una analítica sanguínea, donde podemos observar unos glóbulos blancos característicos (los médicos los llamamos “linfocitos atípicos o activados”) y elevación de las transaminasas.
En casos más confusos, se puede pedir una analítica sanguínea más especial para demostrar el contacto con los virus que más frecuentemente la provocan (CMV o VEB).

¿Cómo se transmite?

De aquí el nombre característico de enfermedad del beso ya que se transmite persona a persona a través de las secreciones de la vías respiratorias, fundamentalmente la saliva. Se requiere que el contacto sea estrecho, por eso es más frecuentes entre adolescentes y en niños pequeños, que comparten objetos (chupetes, botellas, juguetes, …) que previamente han chupado.

¿Se puede prevenir, existe vacuna?

No existe vacuna para esta enfermedad.
La manera de evitar el contagio es, como la de la mayoría de las enfermedades respiratorias, evitando compartir objetos que se introducen en la boca, y evitando el contacto estrecho.

¿Cómo se trata?

No existe un tratamiento específico. Todo lo que hacemos es tratamiento sintomático, para aliviar. Es recomendable una buena hidratación, y normalmente se prescribirán analgésicos-antiinflamatorios como el ibuprofeno, especialmente para aliviar el malestar general y el dolor de garganta.

Comparte esta información si piensas que puede ser útil para otros padres.

La fiebre

image

La fiebre es, sin duda, el motivo de consulta más frecuente en las consultas de pediatría. Es, también, uno de los síntomas que más preocupan a los padres. Esto es así porque, como ya vimos en otro post, existen muchos falsos mitos respecto a la fiebre.

Aclararé ciertos aspectos:

¿Qué es la fiebre?

Es una reacción del cuerpo que consiste en elevar la temperatura del mismo, que nos proteje, generalmente debida a infecciones por virus o bacterias. Existen otras causas de fiebre pero son muy poco frecuentes.

¿Cuál es la temperatura corporal normal?

La temperatura corporal normal es variable de unas personas a otras, e incluso depende del momento de día. Normalmente por la tarde la temperatura corporal aumenta y por la noche suele bajar.

¿Cuando consideramos que existe fiebre?

En general, y esta respuesta sirve tanto para bebés como para adultos, consideramos que existe febrícula (“destemplanza”) cuando la temperatura corporal se encuentra entre 37,5ºC y 38ºC y fiebre cuando supera los 38ºC.

¿Cómo sé si mi hijo tiene fiebre?

La mayoría de los padres y/o cuidadores de un niño podrían detectar la fiebre sin llegar a tocar al niño, simplemente,  por los síntomas que suelen acompañar a ésta. La mayoría de los niños con fiebre disminuyen su grado de actividad, se les enrojecen las mejillas, los ojos se les ponen brillosos, aumentan las pulsaciones y las respiraciones,…
Pero el método objetivo de comprobar la temperatura y confirmar o descartar la fiebre es utilizar un termómetro.

¿Hay que tratar la fiebre?

El objetivo, en sí mismo, no es tratar la fiebre para bajar la temperatura corporal (puesto que eso hemos dicho que es un mecanismo defensa) sino mejorar el estado general del niño. De hecho, si el niño sigue con su actividad normal, jugando,… no hay por qué administrar ningún medicamento.

¿Cómo se trata la fiebre?

Antes de utilizar cualquier medicamento, lo primero es optimizar las medidas físicas, es decir, desabrigarlo un poco para que pierda calor, pero siempre buscando el confort del niño. Dentro de las medidas físicas podemos utilizar también un baño de agua templada (¡nunca fría!). NO se recomiendan las antiguamente utilizadas friegas con alcohol. También es importante mantenerlo bien hidratado, ofreciéndoles líquidos frecuentemente, para evitar la deshidratación.
Si el niño se encuentra muy incómodo, podemos utilizar algún medicamento para aliviar y mejorar su estado general. Los más utilizados son el ibuprofeno y el paracetamol.
Si el niño se encuentra plácidamente dormido, aunque tenga fiebre, no es necesario despertarlo para darle el antitérmico.

¿Es mejor alternar el ibuprofeno y el paracetamol?

No se ha demostrado ninguna ventaja al alternar dos antitérmicos diferentes y, sin embargo, puede favorecer los errores de dosificación y aumenta el riesgo de interacción con otros fármacos por lo que, en general, NO SE RECOMIENDA UTILIZAR DE FORMA ALTERNA EL PARACETAMOL Y EL IBUPROFENO.

¿Cuándo debo consultar al pediatra?

En general, y como siempre, el motivo de consulta al pediatra es suficiente con que los padres se encuentren angustiados o sientan que no controlan bien la situación.
Pero es conveniente consultar al pediatra si:
– la fiebre dura ya más de 48 horas o es alta (39,5-40ºC).
– el niño tiene “mala pinta”, le cuesta muco trabajo respirar o se encuentra excesivamente adormilado o irritable.
le aparece alguna erupción (“manchas”) en la piel.
– el bebé tiene menos de 3 meses debe ser valorado SIEMPRE por el pediatra.

Comparte esta información si piensas que puede ser útil para otros padres.

Si tienes un minuto te agradezco que reconozcas mis cientos de horas dedicadas a este blog.

¡¡Vótame a los premios Bitácoras 2016 pinchando debajo!!

boton-bitacoras

Mi hijo tiene un soplo en el corazón. ¿Puede hacer vida normal?

image

Cada vez que les decimos a los padres que su hijo tiene un soplo en el corazón salen de la consulta “con las piernas temblando”. Cualquier cosa del corazón, piensan, debe ser grave, ¿verdad?

Pero, ¿qué es un soplo?

Es el ruido que hace la sangre al pasar por el corazón (de la misma forma que suena el agua al pasar por una manguera).

¿Son muy frecuentes?

. Aproximadamente en el 50% de los niños, a lo largo de la infancia, se les auscultará en algún momento un soplo. En  la mayoría de las ocasiones serán lo que los médicos llamamos soplo “inocente” o funcional, que son totalmente benignos.

Entonces, ¿un soplo funcional es signo de una enfermedad cardiaca?

NO. Como hemos dicho, un soplo, es simplemente el ruido que se produce al pasar la sangre a través del corazón. Este tipo de soplos son más frecuentes en niños mayorcitos. Puede ser que unos días se escuchen y otros días no, porque dependen de la postura en que auscultemos al niño e incluso de la frecuencia cardiaca. Cuanto más rápido va el corazón, más frecuente es que se escuche el soplo. Por eso, no es raro, que cuando un niño va a Urgencias por fiebre, y por tanto el corazón va más rápido, el médico le diga que le ha auscultado un soplo que hasta el momento su pediatra nunca le había auscultado.

Pero, si mi hijo tiene un soplo, ¿hay que hacerle pruebas?

Si es un soplo funcional, NO. Las características de la auscultación y otros datos de la exploración, así como la edad del niño, harán que el pediatra determine si es un soplo funcional.
Las cardiopatías congénitas en los niños son muy poco frecuentes (menos del 1%) pero hay determinados signos en la exploración o la edad del paciente que obligan a descartarlas. Cuanto más pequeño es un bebé (recién nacido o pocos meses de vida) menos probable es que se trate de un soplo funcional.
En estos casos, probablemente, el pediatra derive al niño al cardiólogo infantil. Éste, lo más probable, es que le realice algunas pruebas  como la toma de la tensión arterial, electrocardiograma,…  pero actualmente la ecografía cardiaca es la técnica más utilizada para ver la estructura del corazón.

Entonces, volviendo a la pregunta inicial, si mi hijo tiene un soplo funcional, ¿puede hacer vida normal?

Rotundamente SÍ, como ya hemos repetido un soplo funcional no es ninguna enfermedad del corazón, sólo el ruido de la sangre pasando a través de él.

Comparte esta información si piensas que puede ser útil para otros padres.
.

¿Pueden comer jamón las embarazadas?

image

Durante muchos años el miedo a comer jamón durante el embarazo, por el riesgo de transmitir una infección por toxoplasma al bebé, ha martirizado a muchas futuras mamás.

Intentaré aclarar esto:

La toxoplasmosis es una infección casi siempre sin importancia, tanto en niños como en adultos. Suele pasar desapercibida y, en la mayoría de las ocasiones, se confunde con una virasis por los síntomas que provoca (fiebre, malestar general,…). El problema ocurre cuando quien padece esta infección es una embarazada y se lo transmite a su feto, el cual sí puede tener graves secuelas (ceguera, convulsiones,…).

Actualmente, para controlar esto, en la mayoría de los centros, los ginecólogos, en el control analítico del primer trimestre del embarazo, solicitarán una prueba para conocer la situación inmunológica de la futura madre con respecto al toxoplasma. Con el resultado de esta analítica existen dos situaciones claramente distintas:
1.- Las embarazadas que están inmunizadas frente al toxoplasma: en este caso no hay ningún riesgo para el feto.
2.- Las embarazadas que NO están inmunizadas: en este caso sí existe riesgo y por tanto el ginecólogo recomendará lavar bien las frutas, verduras y hortalizas, lavarse bien las manos después de manipular carne cruda, evitar el contacto con gatos y sus excrementos, … y hasta no hace mucho tiempo (incluso muchos ginecólogos lo siguen recomendando) evitar comer jamón.

El mito surge por ser esta una enfermedad mucho más frecuente en la antigüedad, cuando se comía carne cruda (chacinas, jamón, …) de elaboración casera, la cual casi nunca pasaba los controles de calidad necesarios.
Afortunadamente para las embarazadas, el mito ha ido perdiendo fuerza medida que han ido apareciendo estudios elaborados por el Centro Tecnológico Andaluz del Sector Cárnico en colaboración con la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO) que han concluido que este parásito se extingue por el proceso de curación al que se somete esta carne, la cantidad de sal utilizada y también por las características de la grasa del jamón. En 2011, la Universidad de Zaragoza, realizó un estudio sobre una amplia muestra de jamones, y demostraba que a los 14 meses de curación no se encontraba ninguna traza viable que pudiera suponer un riesgo de contraer toxoplasmosis para la madre. El problema actual, quizás,  está en que no todas las marcas de jamones ponen en el etiquetado el tiempo de curación y, por tanto, las madres deben seguir recurriendo a la estrategia segura de congelar el jamón a -20 ºC durante 2 días o -10ºC y posteriormente descongelarlo lentamente.

Comparte esta información con otras madres (o futuras madres) si piensas que puede ser útil para ellas.

10 falsos mitos sobre lactancia materna.

image

La actancia materna es algo instintivo para una madre. En los años 70, determinados condicionamientos sociales, junto con el boom de las leches de fórmula, hicieron que la enseñanza de la técnica de lactancia de madres a hijas se fuera perdiendo y surgieran muchos falsos mitos sobre la lactancia materna.

Aclararé diez falsos mitos muy frecuentes sobre la lactancia materna:

1- “No me sube la leche porque me han hecho cesárea”.

El reflejo de la lactancia se produce desde el momento en que la placenta sale del útero (alumbramiento), independientemente del tipo de parto. El falso mito surge fundamentalmente por dos motivos. Por un lado, antiguamente, las cesáreas se hacían con anestesia general y, por tanto, las madres y el bebé (al cual le pasaba parte de la anestesia) estaban muy adormilados en las primeras horas. Por este motivo, el bebé nacido por cesárea, se enganchaba menos al pecho y, por tanto, tardaba más tiempo en subir la leche materna. Por otro lado, en la mayoría de los hospitales, tras las cesáreas, se continúa separando en el postoperatorio inmediato a las madres de sus bebés y esto dificulta el enganche inicial del bebé al pecho.

Recuerda: ¡¡ TENDRÉ LA SUBIDA DE LA LECHE INDEPENDIENTEMENTE DEL TIPO DE PARTO!!

2- “No tengo leche suficiente, mi bebé necesita una ayuda”.

El falso mito surge porque, muchas veces, tras intentar en los primeros días de vida del bebé hacer lactancia materna exclusiva, se constata en el primer control de peso que el bebé ha perdido peso. Hay que saber, para desterrar este mito, que durante la primera semana de vida, es normal que el niño pierda hasta un 10-12% de su peso al nacimiento. Esto es lo que llamamos “pérdida fisiológica” y no se debe a la lactancia, sino a que el bebé va deshaciéndose de los líquidos de su etapa gestacional. En la siguiente semana, el bebé habrá recuperado esa pérdida de peso. Además, si comenzamos a darle las mal llamadas “ayudas” el bebé se sentirá más saciado y reclamará menos tomas y, por tanto, se pondrá menos veces al pecho y, consecuentemente, se dejará de producir leche.

Recuerda: ¡¡ SI PERMITO A MI BEBÉ MAMAR A DEMANDA, MI PECHO LE PROPORCIONARÁ TODO EL ALIMENTO QUE NECESITA!!

3- “No tengo leche suficiente porque mis pechos son pequeños”.

El tamaño del pecho de una mujer depende fundamentalmente del tejido graso de la mama. La grasa no es la que produce la leche sino el tejido glandular estimulado por las hormonas, que se liberan fundamentalmente a base de ponerse frecuentemente el bebé al pecho.

Recuerda: ¡¡ TENDRÉ MÁS LECHE CUANTAS MÁS VECES ME PONGA MI BEBÉ AL PECHO, INDEPENDIENTEMENTE DEL TAMAÑO DE MI PECHO!!

4- “Mi leche es aguada y no le alimenta”.

No existe leche materna de mala calidad. Todas las leches maternas son de excelente calidad. De hecho, la leche de cada madre, es la mejor en cada momento para su bebé. Se adapta a cada circunstancia. Incluso la leche de las madres desnutridas de tercer mundo es de excelente calidad para sus bebés, a costa incluso de sus reservas. Es cierto,  que en la fase inicial de la tetada la leche es más acuosa, pero eso es una ventaja más de la leche materna, que es una “leche viva” y se adapta incluso al momento de la toma.

Recuerda: ¡¡ MI LECHE ES LA MEJOR PARA MI BEBÉ!!

5- “Mi bebé necesita una ayuda porque no está 10 minutos en el pecho”.

La alimentación al pecho debe ser siempre “a demanda”, es decir, el bebé decide cuándo y cuánto quiere comer. Habitualmente las primeras tetadas son muy prolongadas (y eso es bueno para establecer el reflejo de la lactancia). Posteriormente, en las siguientes semanas, el tiempo de la toma disminuye hasta durar  aproximadamente 10 minutos y continúa disminuyendo hasta durar 3-4 minutos. Es en este momento cuando las madres piensan que no tienen leche suficiente porque vacían el pecho demasiado rápido.

Recuerda: ¡¡ LA LACTANCIA ES A DEMANDA, MI BEBÉ ES QUIEN DECIDE CUANTO Y CUANDO QUIERE COMER!!

6- “Ya no tengo leche suficiente para mi bebé de 3 meses porque ya no pone peso como antes”.

El patrón de crecimiento de los niños alimentados al pecho es diferente al de los niños alimentados con leche de fórmula. No existen curvas de percentiles elaboradas para niños alimentados con lactancia materna exclusiva. Los pediatras sabemos que en los niños alimentados a pecho se produce un aumento rápido de peso hasta los tres meses, pero después el ritmo baja aproximadamente a la mitad (empiezan a poner cada dos semanas lo que hasta ahora ponían en una). Esto, por tanto, no debe preocupar puesto que supone una protección contra la obesidad futura.

Recuerda: ¡¡CUANDO A PARTIR DE LOS 2-3 MESES EL RITMO DE CRECIMIENTO DE MI BEBÉ BAJA, NO SIGNIFICA QUE HAYA QUE SUPLEMENTAR CON BIBERONES LA LACTANCIA!!

7- “Ya no tengo leche suficiente porque se me han quedado los pechos flojos”.

Aproximadamente entre el segundo y el cuarto día tras el parto se produce lo que comúnmente se llama la “subida de la leche”. En este momento, las madres se notan un aumento rápido del volumen del pecho, con calor e incluso con sensación de hormigueo. Posteriormente, precisamente porque la naturaleza es sabia, la producción de leche se adapta a la demanda y esa sensación del pecho congestionado y duro se va haciendo menor. Aproximadamente a los tres meses, el pecho estará mucho más flojo porque el grado de adaptación es tal que la subida de la leche se produce mientras el niño está mamando. De hecho, mientras mama de uno se puede tener la sensación de subida en el otro.

Recuerda: ¡¡ LA TENSIÓN DE MI PECHO NO ES INDICATIVA DEL VOLUMEN DE LECHE QUE PRODUZCO!!

8- “Yo no produzco leche porque no tomo leche”.

La única manera de aumentar la producción de leche es que el bebé mame de forma correcta y frecuente. Que yo sepa, las vacas lecheras, se alimentan de hierba y producen gran cantidad de leche. Si algo hacen los granjeros para aumentar la producción de leche es ponerles música clásica ya que, efectivamente, la tranquilidad aumenta la producción. Por tanto, el estrés y la desconfianza, hacen que se disminuya la producción de leche.

Recuerda: ¡¡ SI QUIERO AUMENTAR MI PRODUCCIÓN DE LECHE ESTARÉ TRANQUILA Y CONFÍARÉ EN MI, Y ADEMÁS ME PONDRÉ EL BEBÉ FRECUENTEMENTE AL PECHO!!

9- “No quiero dar de mamar a mi bebé porque se me caerá el pecho”.

Es cierto que tras el parto, por todos los cambios hormonales que supone el embarazo, el aspecto físico de una mujer puede variar. Estos cambios son independientes de la lactancia. Precisamente la lactancia materna es el factor que más contribuye a que la mujer vuelva a recuperar su figura previa al embarazo ya que la grasa acumulada durante el embarazo es utilizada por el organismo para fabricar la leche materna.

Recuerda: ¡¡ SI QUIERO MEJORAR MI FIGURA DESPUES DEL PARTO DARÉ EL PECHO A MI BEBÉ!!

10- “Le he retirado el pecho porque estoy tomando medicamentos”.

La mayoría de los medicamentos, y sobre todo los de uso más común, analgésicos y antibióticos, son compatibles con la lactancia materna. Estos fármacos no pasan, o lo hacen mínimamente, a través de la leche materna. Si tienes dudas puedes consultar en www.e-lactancia.org o a tu pediatra.
Recuerda: ¡¡ LOS BENEFICIOS DE LA LACTANCIA MATERNA COMPENSAN INCLUSO AUNQUE ESTÉ TOMANDO MEDICAMENTOS!!

Comparte esta información con otras madres, especialmente si están dando el pecho (o están teniendo dificultades para darlo). Te lo van a agradecer.

Dolor de oídos en verano: otitis externas.

image

Con la llegada del verano se multiplican las consultas por dolor de oídos. En esta época del año son muy frecuentes las otitis externas, también llamada otitis del nadador o de las piscinas.
Estas otitis no tienen nada que ver con las otitis medias, más propias del invierno, cuando en  el contexto de un catarro se acumula moco “dentro del oído”.
Aclararé algunas dudas sobre las otitis externas:

¿Por qué se producen?

Se producen porque un exceso de humedad favorece que la piel del conducto auditivo se irrite y, la flora del conducto, produzca una infección. Por tanto, son otitis más propias del verano, por pasar demasiado tiempo “a remojo”, especialmente en niños con el conducto irritado por el rascado o por el uso de bastoncillos.

¿Cuáles son los síntomas?

Aunque a veces va precedido de picor de oídos, el síntoma principal es el DOLOR DE OÍDO, que generalmente es MUY INTENSO. El dolor aparece o empeora simplemente con rozar la oreja, o al masticar. Puede existir mucha inflamación del conducto y por tanto tener sensación de taponamiento o sordera.
A veces aparecen ganglios en la zona de delante de la oreja  y, en ocasiones, puede salir una secreción acuosa a través del conducto auditivo que posteriormente se puede espesar, con aspecto de pus.
Las otitis externas no suelen producir fiebre y no son contagiosas.

¿Cuál es el tratamiento?

Para aliviar el dolor se pueden utilizar analgésicos habituales como el ibuprofeno y el paracetamol, pero el tratamiento consiste en gotas antibióticas (casi siempre ciprofloxacino) que pueden asociar  corticoides si el conducto está muy inflamado.
En raras ocasiones es necesario recurrir a antibióticos por vía oral.
Durante los días de tratamiento es importante que el oído no se moje.

¿Se pueden prevenir?

Tras sumergirse en el agua conviene que los niños se sequen bien las orejas utilizando una toalla.
¡¡NO UTILIZAR BASTONCILLOS!! Los oídos se limpian solos, tienden a expulsar la cera espontáneamente y además, conviene recordar, que la cera tiene una función protectora.
En niños propensos a este tipo de otitis puede recomendable el uso de tapones (aunque no les suelen gustar mucho) y se debe ser especialmente obsesivo con el secado del oído, incluso con un secador si hace falta.
También se puede utilizar como medida preventiva vinagre de manzana (ácido acético al 2%) diluido a la mitad con suero fisiológico, siempre y cuando el niño no tenga una perforación timpánica ni sea portador de tubos de ventilación.

Comparte esta información si piensas que puede ser útil para otros padres.

Una aclaración sobre los frutos secos.

image

Quería hacer una puntualización sobre la edad de introducción de los frutos secos.
Una cosa es tomar los frutos secos enteros o a trozos (y a eso se refiere todo el post anterior). En ese caso se debe esperar hasta los 4 años, al menos, por el riesgo se atragantamiento.
Otra cosa es la edad a la que se puede introducir los frutos secos en la alimentación complementaria de un bebé.
Los frutos secos son un buen alimento porque contienen ácidos grasos mono y poliinsaturados. El problema es que son alimentos que tienen más tendencia a provocar alergias alimentarias que otros grupos. Sobre esto existe mucha controversia , que además es muy diferente de unos países a otros. Por ejemplo, en Francia o Estados Unidos, donde utilizan con mucha frecuencia la crema de cacahuete en la alimentación, existen muchos niños alérgicos al cacahuete. Pero también existen estudios donde se intentaba demostrar que la introducción precoz de los cacahuetes evitaba la aparición de esa y otras alergias.
En España no es tan común el uso de cacahuetes en la alimentación y existe un menor porcentaje de niños alérgicos a los frutos secos. Existe una mayor tendencia a alergia a los frutos secos en niños alérgicos a la proteína de la leche de vaca y a otros frutos como el melocotón.

Con todo esto debemos considerar que los frutos secos, SIEMPRE QUE SEAN MOLIDOS (por ejemplo mezclado con los cereales o en la masa de un bizchoco,…), se pueden utilizar a partir de los 15-18 meses, aunque en niños con mayor riesgo se suelen introducir más tarde.

Comparte esta información con otros padres si piensas que puede ser útil.