¡¡¡MUCHO CUIDADO CON LOS PATINETES ELÉCTRICOS!!!

Son ya varios los post que he escrito en esta página alertando de algunos peligros sobre algunos de los juguetes que nosotros mismos incentivamos como son el uso del tacatá, los castillos hinchables,…

El año pasado uno de los “juguete estrellas” de Navidades fueron las zapatillas deportivas con ruedas. Ese post fue muy controvertido ya que a pesar de que mucha gente me tachó de alarmista posteriormente se pusieron en contacto conmigo para decirme que, efectivamente, no se trataba de ninguna exageración: “mi hija, doctor, ya se ha roto la muñeca, como usted ponía en el artículo”

Este año el “juguete estrella” de los Reyes Magos ha sido el patinete eléctrico.

Un año más tras las Navidades hemos asistido a un gran incremento del número de Urgencias traumatológicas. Ayer, en la guardia, tuve ocasión de contrastar con los compañeros de traumatología su impresión y, efectivamente, me confirmaron un aumento muy llamativo de los traumatismos debidos a caídas del patinete eléctrico.

En una misma guardia hubo que intervenir quirúrgicamente a cuatro niños por caídas de este “juguete”.

El caso de las zapatillas con ruedas y del patinete eléctrico es muy similar al del uso del tacatá, es decir, es como dejarle a nuestros hijos un “motor de alta cilindrada” sin tener permiso de conducir. Hay que señalar que algunos de estos aparatos llegan a alcanzar velocidades de hasta 40km/h y más.

Igual que ocurrió el año pasado con las zapatillas de ruedas, el problema del uso de este tipo de aparatos es que la mayoría de los niños lo hace sin las debidas protecciones (casco, muñequeras, coderas y rodilleras).

Por tanto, como reflexión final, sólo pretendo con este post concienciar a los padres cuyos niños utilizan patinete eléctrico de que les insistan en que lo hagan con una edad adecuada y con las debidas protecciones.

Comparte esta información y evitarás que más de un niño acabe con un hueso roto.

¡¡CUIDADO CON LOS CASTILLOS HINCHABLES!!

castillo

Sí, ya se que más de uno va a pensar que qué alarmista soy.

Ya recibí algunas críticas en el post de ¡¡Mucho cuidado con las zapatillas de ruedas!!

Y ahora qué pasa, que los niños tampoco pueden montarse en los castillos hinchables… pues entonces a qué van a jugar pensaréis.

Sí, claro, mis hijos también se han montado en estos castillos.

La misión de este blog es transmitir opiniones personales pero siempre desde la óptica de ser lo más objetivo posible y siempre respaldado por los consejos de Asociaciones Científicas y Grupos de Expertos.

En este sentido apoyado y respaldado por la opinión del Comité de Prevención de Accidentes de la Asociación Española de Pediatría quiero advertir los peligros de los castillos hinchables.

Con la llegada del buen tiempo proliferan como los champiñones los castillos hinchabes en las zonas de recreo infantil.

Ya hace varios años que se viene advirtiendo de los peligros de este tipo de atracciones por el encadenamiento de varios sucesos más o menos trágicos. Pongo algunos ejemplos que podéis leer clicando sobre ellos:

Y la más reciente, hace apenas unos días, “Muere un niño tras sufrir un accidente en un castillo hinchable”, en San José de la Rinconada, un pueblo de Sevilla.

Estos casos no son los habituales, aunque son los que mediáticamente tienen más repercusión. Casi siempre las lesiones se producen por caídas, tanto en el interior del castillo como hacia el exterior, y los choques entre niños. Las lesiones más frecuentes son las quemaduras por el roce con la lona del castillo, los hematomas, las fracturas y contusiones (de estos sí que he atendido varias). El traumatismo craneoencefálico es más grave pero, afortunadamente, menos frecuentes (podéis repasar los signos de alarma pinchando aquí).

Los mecanismos por los que se producen la mayoría de las lesiones son:

  • Falta de supervisión de un adulto. Cuando el castillo forma parte “una feria” suele existir esta persona, pero cada vez más está de moda llevar castillos hinchables en fiestas familiares, donde no se descuida la vigilancia.

  • Uso simultáneo por un gran número de personas a la vez. El peligro es mayor, por supuesto, si se mezclan niños de diferentes rangos de edad.

  • Desplazamiento del castillo por mal anclaje. Esto es especialmente frecuente en los días de mucho viento.

Por tanto, mis consejos para un “uso seguro” de los castillos hinchables son:

  • Asegurarnos de que existe un “vigilante responsable”.

  • El castillo está bien amarrado con las sujeciones reglamentarias.

  • Las condiciones climatológicas son favorables. ¡¡NO MONTAR EN DÏAS CON FUERTES RÁFAGAS DE VIENTO!!

  • Los niños son clasificados por edad para montarse.

  • El “aforo” está limitado y controlado.

Comparte esta información si piensas que puede ayudar a evitar algún accidente en los castillos hinchables.

Traumatismo cráneo-encefálico.

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¡¡Por favor, doctor, atienda rápidamente a mi hijo que se ha dado un golpe en la cabeza y ha vomitado!! Esto es casi el pan nuestro de cada día de cualquier pediatra que asista urgencias.

Un traumatismo craneal es un problema que genera mucha angustia en los padres, sobre todo si posteriormente asocia algún síntoma como vómitos o somnolencia.

Realmente a los médicos no nos preocupa el traumatismo del cráneo sino que éste asocie una lesión  cerebral intracraneal, fundamentalmente por sangrado (hematoma epidural o subdural).

El término médico de un golpe fuerte en la cabeza es traumatismo cráneo-encefálico, aunque la mayoría de los padres que consultan en urgencias lo hacen por traumatismos craneales menores, donde sólo observamos pequeñas heridas, dolor en la zona del golpe y un pequeño cefalohematoma (chichón).

Aclararé ciertos aspecto del traumatismo cráneo-encefálico:

¿Qué debo hacer tras un traumatismo craneal?

– Poner hielo envuelto en un paño en la zona del golpe.
– Mantener al niño en un ambiente tranquilo y poco ruidoso.
– Administrar un analgésico (paracetamol o ibuprofeno).
Elevar el cabecero de la cama.

Por tanto la mayoría de los niños que sufren un traumatismo craneal pueden ser controlados en casa.

Entonces, ¿Cuándo debo acudir a un centro sanitario?

Será importante acudir para la valoración del pediatra, que valorará la necesidad de la realización de una radiografía de cráneo, si:
– el niño es menor de un año.
pierde el conocimiento tres el golpe.
–  cae desde más de un metro de altura.
–  no recuerda (amnesia) el golpe o lo que sucedió después.
– tiene un hematoma muy grande o un hundimiento en la zona del golpe.
– le sale sangre o un líquido claro por la nariz o el oído.

¿Qué valoramos los médicos en un traumatismo cráneo-encefálico?



El mecanismo y la intensidad del golpe: obviamente no es lo mismo golpearse en la cabeza tras caerse de su propia altura (los médicos lo llamamos traumatismo de baja energía) que tras un accidente de trafico (traumatismo de alta energía). Para los bebés consideramos que un traumatismo craneal es importante si se cae de más de un metro de altura. A mayor energía mayor gravedad.
– La edad del niño: cuanto más pequeño es un niño más blando es su cráneo y, por tanto, tiene más riesgo de fractura craneal con hematoma asociado. La edad que consideramos como de mayor riesgo es los menores de un año. A menor edad mayor riesgo.
– La zona de la cabeza que sufrió el traumatismo: afortunadamente la mayoría de los traumatismos se producen sobre las zonas más duras del cráneo, la frontal y la occipital. La zona menos resistente del cráneo es la zona parietal (un poco por encima de las orejas)y es por tanto donde se producen la mayoría de las fracturas.
Los síntomas inmediatos tras el golpe: la mayoría de los niños, tras el golpe, lo primero que hacen es llorar. En ocasiones, tras el gran sofocón, se relajan y se quedan dormidos. Además, cuando lloran, tragan gran cantidad de aire y suelen acabar vomitando. El síntoma inmediato que más se asocia con lesión intracraneal es la pérdida de conocimiento en el momento del traumatismo.

¿Qué debo vigilar en casa?, ¿cuáles son los datos de alarma?



En las siguientes 24 horas se debe vigilar si aparecen los siguientes signos de alarma:
Vómitos persistentes, aunque ya hemos dicho que uno o dos vómitos tras el traumatismo son bastante frecuentes.
Dolor de cabeza (cefalea) importante, aunque es bastante frecuente que se queje de la zona del golpe.
Somnolencia importante, con dificultad para despertarlo, aunque ya hemos dicho que es bastante frecuente que tienda a dormirse tras el sofocón inicial.
Irritabilidad o llanto persistente.
Convulsiones o movimientos anormales.

Confusión o desorientación.
Alteraciones del habla o del equilibrio.

Comparte esta información si piensas que puede ayudar a otros padres.