Escúcheme, por favor, señor Trump.

No es este un blog de política y, por tanto, no voy a hablar de política. Voy a hablar de personas, de niños, de niños inocentes, de niños que han sido separados de sus padres e internados en perreras.

¿Hasta donde puede llegar la crueldad humana?, ¿qué más nos falta por ver?, ¿hasta cuánto se puede pisotear la dignidad humana sin que reaccionemos?

Entiendo que la solución a la inmigración es un problema complejo. La solución siempre debe pasar por arreglarlo en el país de origen, nadie abandona sus raíces por gusto. Pero insisto, no quiero hablar de inmigración, no es este el foro. Sólo recordaré la frase del poeta somalí, Warsan Shire, “Nadie pone a su hijo en un barco salvo que el agua sea más segura que la tierra” que nos demuestra la desesperación que tiene que tener un inmigrante cuando toma esa determinación de dejar todo atrás.

De lo que sí quiero hablar es de las soluciones que como sociedad tomamos (o consentimos) respecto a los inmigrantes. Desde que el otro día leí la noticia en el periódico de los niños internados en perreras no he parado de darle vueltas, pero ha sido esta mañana tras escuchar un audio del llanto de los niños cuando no me he podido contener más.

Me gustaría hacerle llegar esta carta al señor Trump.

Señor Trump.

¿Ha sentido usted el calor de un abrazo? Sólo si nunca lo ha sentido será capaz de privar a otro ser humano de sentirlo.

Multiplica por infinito esa sensación si el abrazo es de tus padres y, sobre todo, cuando te encuentras mal, cuando estás triste.

¿En qué clase de persona se convierte uno cuando no es capaz de escuchar el llanto de un niño?

El llanto en los niños es un mecanismo de defensa. Sí, es desagradable ver a un niño llorar. La naturaleza diseñó este mecanismo para que se nos remuevan las entrañas cuando lo escuchamos. Es un mecanismo muy primitivo que conservan la mayoría de los animales mamíferos. Es por eso que a una madre le cuesta la misma vida dejar llorar a su bebé cuando intenta sacarlo de su cuarto.

Soy un simple pediatra y se me hace muy difícil darle un consejo a todo un presidente de los Estados de Unidos. No suelo ser tan atrevido, pero hoy me voy a permitir esa osadía. Cuando en mi practica médica me encuentro con un problema o dilema ético suelo hacerme una pregunta que me da la solución a ese problema de una manera bastante rápida “Si fuera mi hij@, ¿qué haría o qué me gustaría que hiciesen?” Le aseguro que la respuesta suele ser bastante acertada porque, como todos los padres, quiero lo mejor para mis hijos.

No dudo de sus cualidades intelectuales. No debe ser fácil llegar a la Casa Blanca, pero como pediatra y sobre todo, como padre, le aconsejo que escuche el siguiente audio. No creo que pueda quedar indiferente.

Un saludo, presidente.

2 comentarios en «Escúcheme, por favor, señor Trump.»

  1. Impotencia, vergüenza , no tengo palabras para describir lo que siento , no se puede permitir que ocurra estas injusticias, maltratar, torturar a los más débiles, a los niños. El doctor en su carta es demasiado correcto, como debería ser , aunque pienso que la persona que hace este tipo de crueldad no se merece nada , menos aún respeto, pido a los gobernantes de los países, que no miren para otro lado, y tomen conciencia de este asunto tan sucio y repugnante, espero que Dios reparta justicia.

  2. Esa foto en cuestión es de cuando Obama era presidente, que ha sido el presidente que más a deportado, pero que como era negro y los medios de comunicación hegemónicos nos lo vendían como el progreso del mundo, le habéis comprado hasta genocidios e intervenciones militares a lo largo y ancho del planeta asesinando niños un día si y otro también. Que Trump es un fascista lo sabemos, pero no mucho más que sus antecesores.
    Un saludo.

    Aquí el enlace de la noticia con la foto (2014).
    https://www.japantimes.co.jp/news/2014/06/22/world/u-s-open-family-detention-centers-illegals-flood-across-border/#.Wy86DqczbIU

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