El peligro de la ingesta de las pilas de botón.

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Ya hace unos meses escribí un post sobre los productos más frecuentes que suelen ingerir los niños y que, a pesar de la gran angustia que generan en los padres, NO son tóxicos. Vimos que uno los productos que más alarmaba a los padres era el sobrecito de SILICA GEL que contienen muchos zapatos, bolsos, .. Podéis recordar el post pinchando aquí.

Hoy quiero hacer hincapié en un producto que, a diferencia del resto de los productos pequeños y de bordes romos cuya ingestión no acarrea ningún problema (salvo la angustia de los padres), su ingestión merece una consideración especial: LAS PILAS DE BOTÓN.

Las pilas sí pueden ser tóxicas.

Su contenido interior, que es alcalino, puede producir “quemaduras” en la mucosa digestiva. Además, el mercurio que pueden contener, es un metal pesado tóxico.

Afortunadamente la mayoría de las pilas se eliminan en poco tiempo (24-48 horas) y no suelen acarrear ningún problema. Si le eliminación es rápida no se suele corroer la cubierta de la pila y, por tanto, no liberan el mercurio.

¿Qué debemos hacer si nuestro hijo ingiere una pila de botón?

En este caso SIEMPRE debemos acudir con rapidez a un centro donde se puede realizar una radiografía. Algunos Centros de Salud disponen de este servicio y si no habría que acudir al servicio de Urgencias más cercano.

La realización de la radiografía es importante porque nos informará a qué nivel se encuentra la pila.

Los médicos actuaremos de una forma u otra en función de dónde se encuentre la pila:

  • Si se encuentra en el esófago: Afortunadamente esto es poco frecuente. En este caso se debe realizar una endoscopia urgente para extraerla y así evitar la posible perforación por quemadura en esa zona.
  • Si se encuentra en el estómago: El punto más estrecho de la vía digestiva es la salida del estómago (píloro) y podría haber problemas para atravesar esta zona si las pilas midieran más de15 mm. Por suerte, la gran mayoría de las pilas son de 7,9 o 11,6 mm (truco: si no sabemos el tamaño se puede medir el compartimento donde estaba alojada) y, por tanto, no suele haber problemas.
  • Si ya ha pasado el estómago: En este caso, puesto que ya ha atravesado la parte más estrecha (píloro), no suele dar problemas.

En cualquier caso se recomienda revisar meticulosamente las deposiciones del niño hasta estar seguros de que la pila ha sido expulsada.

Si en 48-72 horas no ha salido, se deberá repetir la radiografía para asegurarse de que la pila está avanzando.

Visto el eventual peligro al ingerir una pila de botón, el esfuerzo de los padres debe ir encaminado a prevenir dicha ingestión. Para ello se recomienda:

  • Mantener fuera del alcance de los niños las pilas de botón y los objetos que las contienen (mando a distancia, relojes, …).
  • No dejar nunca a un niños jugar con una pila de botón.
  • Vigilar que las tapas de las baterías estén debidamente cerradas.

Tal y como propone el Comité de Seguridad y Prevención de las Lesiones Infantiles, sería deseable que los fabricantes tuviesen en cuenta que las tapas que contienen las pilas de botón deberían tener un mecanismo de apertura que requiera una herramienta (destornillador) o mecanismo (empujar y girar) para que el niño no los pueda abrir.

Por nuestra parte es importante que compremos pilas de botón de “marcas de garantía” ya que se ha demostrado que las cubiertas de estas pilas es más resistente y producen menos quemaduras y menos riesgo de liberación con toxicidad.

Tener en cuenta esta información a la hora de comprar juguetes y otros dispositivos y, si la consideráis interesante, compartirla con otras familias.

Los percentiles y las gráficas de crecimiento.

percentiles-de-crecimiento

“Doctor, estamos muy agobiados porque hemos visto que Martina en la anterior revisión estaba en el percentil 45 y en esta revisión ha bajado al percentil 30. ¿Eso significa que no se está alimentando bien?”

El “mundo de los percentiles” se llega a apoderar de los padres, provocando una “maldita obsesión” porque su hijo esté por encima de la media (percentil 50).

Querido público, es impepinable que solo el 50% de los niños estará por encima de la media y el otro 50% estará, irremediablemente, por debajo de misma, por eso es la media.

Si todo el mundo pretendiese estar por encima de la media, ésta subiría y continuaría dejando siempre una mitad por encima y otra mitad por debajo.

El percentil 50 de peso o talla no es el percentil ideal, solo refleja que la mitad de los niños pesan o miden más y la otra mitad menos.

Intentaré aclarar este tema.

¿Qué son los percentiles?

En realidad “percentil” no es un concepto médico sino matemático, más bien, estadístico.

Indica simplemente el porcentaje de individuos que se encuentran por debajo del valor medido. Es decir, estar en el percentil 40 significa, simplemente, que el 40% de de los individuos están por debajo del valor en cuestión.

En Pediatría, especialmente en los dos primeros años de vida, utilizamos con frecuencia las graficas de crecimiento con percentiles para comparar el crecimiento de un determinado niño con respecto “a su grupo de iguales”. Estas graficas están elaboradas a partir de la medición de muchos individuos y representan la normalidad de crecimiento de los niños sanos de una población. Por tanto, decir que un niño está en el percentil 38 de peso significa simplemente que el 38% de los niños sanos de su edad pesan menos que él. Por otro lado debemos conocer la población de referencia de la gráfica, es decir, a partir de qué individuos se elaboró la gráfica. No es lo mismo si fueron alimentados con lactancia materna, artificial,…

 

Estadísticamente en la mitad de las revisiones de cada día tendré que escuchar: “Doctor, ¿estar en el percentil 25 no es malo?, ¿no es mejor estar en el percentil 80?”

Y yo responder una y otra vez: “Pues ni bueno ni malo. Simplemente nos da un dato comparativo frente a los niños sanos de su edad. ¿Acaso un adulto que mide 180 cm está más sano que el que mide 175 cm? Cada uno es como es”.

Estadísticamente, a la otra mitad, no tendré que darles ninguna explicación puesto que todas las familias se encuentran muy “orgullosas” de tener a su bebé por encima de la media.

Además, como ya expliqué en el post ¡¡Mi niño NO COME!!, hay que conocer las variaciones normales en los ritmos de crecimiento para no agobiarse ante un parón en la curva de peso que es esperable por la edad.

Entonces, si da igual el percentil, ¿por qué los pediatras lo miran?

A los pediatras, más que el percentil en sí, nos interesa la curva de crecimiento que se va dibujando con mediciones seriadas de un niño, porque puede ser un “chivato” precoz de algunos problemas

Si en el seguimiento de un niño observamos un  estancamiento en la curva de crecimiento puede estar indicando el inicio de algún problema, especialmente si coincide con la aparición de algún síntoma.

Por ejemplo, si un niño venía creciendo en una curva de peso entre un percentil 70-90 y a los 7 meses comienza a hacer un estancamiento llamativo, bajando a una curva entre el percentil 25-10 y comienza a presentar diarrea persistente y algunos vómitos, pudiera estar indicando que alguno de los alimentos que introdujimos a esa edad no le está sentando bien. Si introdujimos el gluten habrá que descartar que sea celiaco.

Por el contrario, un niño que siempre ha estado en el percentil 7 de peso y se mantiene ahí, estando asintomático, feliz y contento, no debemos sospechar nada. Simplemente su curva nos indica que un 7% de los niños sanos de su edad pesan aún menos que él.

Comparte este post con otras familias y contribuirás a calmar la ansiedad de muchas familias.

Molluscum contagiosum.

molluscum

Sois ya bastantes las familias que me habéis preguntado por este tema, así que considero que es más práctico dedicarle un post que responderos individualmente.

Quienes tenemos niños (me incluyo) que en algún momento de la infancia han padecido el molusco sabemos que se trata de una infección absolutamente desesperante.

Explicaré en qué consiste y qué podemos hacer.

Empezaré por el final: Creo que merece la pena ECHARLE MUCHA, PERO QUE MUCHA PACIENCIA. Las lesiones acabarán desapareciendo sí o sí, y visto que los tratamientos que existen son molestos para los niños, LO MEJOR ES ESPERAR.

Cuántas veces habré tenido que aguantar de mi mujer (y por cierto, sigo aguantando) la dichosa frase: “¡¡¿Pero cómo no va a haber nada?!!”

Bueno, al grano:

¿Qué es molusco?, ¿quién lo produce?

El molusco, o científicamente “molluscum contagiosum”, es una infección vírica (sí otra vez un virus, en este caso, de la familia de los poxvirus. Si al final va a ser verdad que casi todas las infecciones en la infancia son por virus) de la piel.

¿A quien afecta?

Puede afectar a cualquier edad, pero es más frecuente en niños entre 2 y 5 años.

Es más frecuente en niños con piel atópica.

¿Como se contagia?

Se contagia por contacto directo piel con piel, por eso se ha relacionado con la asistencia a piscinas públicas, pero también puede ser a través la ropa, toallas, …

¿Cuáles son los síntomas?

Aparecen unas lesiones pequeñas (de 1-5 mm) de aspecto como perlas muy pequeñas, con un pequeño “ombligo” central. No pican ni duelen, es decir, son asintomáticas.

Es un problema fundamentalmente estético.

El problema principal es que duran mucho tiempo. Lo habitual es que persistan entre 4y 6 meses, pero en ocasiones pueden durar incluso años.

Y por fin, ¿Cuál es el tratamiento?

Por supuesto que existen diferentes opciones de tratamiento.

Explicaré entonces porqué pienso que lo mejor es LA PACIENCIA (Espero que mi mujer lea este post y no me vuelva a preguntar…)

Los dermatólogos suelen realizar curetaje, es decir, con una cuchilla muy finita los quitan de raíz. En el mejor de los casos, si el dermatólogo es “sensible” previamente aplicará una crema anestésica sobre la lesión. Si no utiliza la crema ya sabéis hasta dónde pueden llegar los gritos. Aun así los niños lo suelen pasar muy mal ya que al sangrar los niños se asustan bastante.

Algunos pediatras utilizan unos colutorios (como unos pintauñas) ácidos que “queman” la lesión. Suelen ser también molestos.

Además en ambos casos las familias se suelen desesperar bastante porque ven que desaparecen unos pero continúan apareciendo otros. ¡¡Parece que nunca se va a acabar!!

Considerando todas estas molestias, y teniendo la certeza de que acabarán despareciendo, me reitero en que LO MEJOR ES ESPERAR.

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10 sencillos consejos para los niños con dermatitis atópica.

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Como ya expuse en otro post NO SIEMPRE ES ACONSEJABLE BAÑAR A LOS NIÑOS A DIARIO.

Esta costumbre actual ha aumentado en porcentaje de niños que sufren dermatitis.

En el post de hoy daré 10 sencillos consejos para el cuidado de la piel de los niños con dermatitis atópica:

  • No bañéis a vuestros bebés a diario, especialmente en épocas de brote.
  • En el baño, utilizar jabones de avena o parafina.
  • Podéis utilizar aceites en el agua durante el baño
  • Hacer baños cortos (no más de 5 -10 minutos) o, preferiblemente, duchas. Un “enjuagoncillo” rápido.
  • Tras es baño, aplicar crema hidratante suficiente para intentar mantener la piel bien hidratada. También podéis aplicar aceites incluso sobre la piel húmeda, antes de secarlos.
  • Si a lo largo del día notáis la piel del niño muy reseca podéis aplicar, nuevamente, crema hidratante.
  • No frotar enérgicamente la piel al secar. Mejor secar empapando, con toques suaves sobre la piel, especialmente en la zonas de eccemas.
  • Utilizar, si es posible, ropa 100% algodón, o al menos, evitar los síntéticos de lana o fibra.
  • No abrigar excesivamente a los niños y utilizar ropa holgada.
  • Mantener las uñas del niño siempre bien cortas y limpias. Así evitaremos las heridas por rascado, que se pueden sobreinfectar.

Si pesar de estos cuidados, el niño no mejora, debéis consultar a vuestro pediatra.

Si el niño presenta un brote, con piel muy reseca o eccemas (zonas de la piel más enrojecidas y resecas, que suelen picar mucho) vuestro pediatra debe guiar el tratamiento ya que, en ocasiones, es necesario utilizar cremas con corticoides e incluso jarabes antihistamínicos, para aliviar el picor.

 

Comparte esta información con otras familias. La piel de sus hijos te lo agradecerá.

La neumonía

la neumonía una infección

Estamos en temporada fría y las urgencias están ya atiborradas de procesos respiratorios.

Pinchando sobre la enfermedad podéis leer algunos post sobre estos procesos: la tos, la laringitis, las bronquitis/crisis asmáticas, la bronquiolitis, …

Hoy le toca el turno a LA NEUMONÍA.

Cada vez que hacemos este diagnóstico a las familias les surgen infinitas dudas:

Doctor, ¿ha dicho neumonía?, pero… ¿eso es grave?, y… ¿de dónde lo ha pillado?, ¿habrá que ingresarlo?”.

Por la creencia popular de que se trata de un proceso grave, los médicos, en un intento de no alarmar en exceso, han empleado términos incorrectos como “principio de neumonía” (ni principio ni final, o tiene o no tiene neumonía), “se le ha bajado el catarro al pecho”, (los catarros ni se suben ni se bajan, los que suben y bajan son los ascensores),…

Intentaré que se entiendan algunas dudas:

¿Qué es una neumonía?

Es una infección de las vías respiratorias bajas (bronquios y pulmones).

¿Cuál es la causa?

Como todos los procesos respiratorios en los niños menores de 2 años la causa más frecuente son los virus.

En los niños más grandecitos la causa más frecuentes son las bacterias.

¿Cómo se transmite?

Como todos los procesos respiratorios se contagia a través del contacto directo de secreciones respiratorias (los niños comparten objetos que chupan, beben de la misma botellita,…) y a través de las gotitas de saliva que soltamos al hablar o estornudar. Por este motivo es importante desde pequeñitos enseñarles que al toser o estornudar deben taparse la boca con un pañuelo o con el codo (¡¡No con la mano que si no al tocar después otra cosa van transmitiendo el germen!!).

¿Existen diferentes tipos de neumonía?

En función de la edad, el germen y los síntomas los médicos clasificamos las neumonía, básicamente, en dos tipos:

– NEUMONÍA TÍPICA: Los síntomas más típicos son fiebre alta, tos y respiración rápida (esos síntomas pueden ser comunes a otros procesos como la bronquitis). Los niños más grandecitos pueden referir escalofríos, dolor en el pecho o dolor de barriga. Uno de los datos más sospechosos es una respiración quejosa. En estos tipos de neumonía la radiografía es muy evidente: “una mancha redondeada en el pulmón”, como podéis ver en la siguiente fotografía.

Neumonia_Lobar_Sintomas

La radiación que supone una radiografía de tórax, como expuse en el post de “¿Cuánto radian las radiografías?”, es mínima. Aun así, en muchas ocasiones, no es necesario realizarla ya que los síntomas y los ruidos respiratorios en la auscultación son muy evidentes

NEUMONÍA ATÍPICA: Es más típica de niños más grandecitos, a partir de los 5 años. En este caso los síntomas son más insidiosos. Comienzan con febrícula, tos irritativa, … En este caso la radiografía no es tan clara: se ve como “unas marañas en los pulmones”. Incluso a los médicos nos costaría interpretarlas si no sabemos la edad y los síntomas.

Neumonia por Mycoplasma

¿Cual es el tratamiento?

La mayoría de las neumonías pueden ser tratadas en casa, sin necesidad de ingreso hospitalario.

Es importante realizar algunas medidas de confort:

  • controlar la fiebre con paracetamol o ibuprofeno.

  • intentar mejorar la entrada de aire a base de lavados nasales.

  • optimizar la hidratación, con abundantes líquidos, para fluidificar las secreciones.

No son recomendable el uso de antitusivos ya que la tos es un mecanismo de defensa muy útil para la movilización y expulsión de secreciones.

En los niños más pequeños, en los que se supone que la causa es un virus, pueden ser suficientes estas medidas.

En los niños más grandes utilizaremos antibióticos:

  1. en neumonías típicas: penicilina o amoxicilina a dosis altas, similares a las otitis.

  2. en neumonías atípicas: macrólidos como la azitromicina.

¿Se pueden prevenir?

Puesto que hemos dicho que se trata de una enfermedad contagiosa podremos tomar una serie de medidas como son:

  • Ventilación de la casa y evitar el humo de tabaco.

  • Evitar que los niños compartan objetos (vasos, biberones, juguetes, …) que puedan estar contaminados y , los adultos, lavado de las manos tras estar en contacto con ellos, sobre todo si se han estado manipulando las secreciones.

Además es importante completar los calendarios vacunales, puesto que muchos de los gérmenes incluidos en las vacunas pueden producir neumonía (neumococo, Haemophilus influenza tipo b, tosferina, sarampión, gripe, …)

La lactancia materna prolongada también es protectora de ésta y otras infecciones.

¿Dejará algunas secuelas?

La mayoría de las neumonías presentan una evolución favorable unas 48 horas tras el inicio del tratamiento y la recuperación será completa sin ningún tipo de secuela.

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¿Los yogures adaptados para bebés son recomendables?

“Doctor, como mi bebé de 6 meses ya está comiendo las verduritas y la fruta, ¿le puedo dar un yogur adaptado para bebés de postre?”

Las familias que me habéis hecho esa pregunta, que sois muchas, me habréis escuchado decir: “¿Tanto dinero sobra?, pues más vale que os lo gastéis en vacunas o en otros productos para seguridad del bebé”.

La conclusión de todo lo que voy a exponer, por si te resulta pesado es:

Si quieres darle un postre a tu bebé de 6 meses, lo mejor es darle el pecho (y si no un poco de bibe). Y si tu bebé tiene ya 8-9 meses y quieres darle yogur, dale un yogur normal (mejor natural). El dinero que se ahorre lo puede utilizar para otras cosas, por ejemplo, vacunas.

Intentaré aclarar el porqué de esta conclusión:

La leche es alimento principal de un bebé. De hecho, la lactancia materna exclusiva hasta los 6 meses, es la “única verdad absoluta” en la alimentación de un bebé. A partir de entonces, casi todo es discutible y negociable. Hay quien comienza por los cereales, otros por la fruta… y adie podríamos decir que lo hace mejor ni peor que nadie. La mayoría de las veces son costumbres de una determinada sociedad, o incluso de un determinado pediatra.

Como ya vimos en el post de “Las leches”, miles de años de evolución han hecho que los humanos toleremos bastante bien la leche de vaca. Pero la leche de vaca “normal” tiene muchas proteínas y muchas sales, por lo que no se recomienda tomar de leche de vaca como tal hasta el año de vida.

Las empresas que se dedican a fabricar alimentos para bebés han conseguido, con bastante exactitud, crear fórmulas lácteas bastantes parecidas a la leche materna. El proceso fundamental en la elaboración de estas leches consiste, aparte de “enriquecerlas” con hierro y otras sustancias, en reducir el nivel de proteínas (la leche materna contiene unos 0,9 g de proteínas por cada 100 ml  mientras que la leche de vaca tiene unos 3,3 g por cada 100 ml).

La leche artificial de inicio (tipo 1) contiene aproximadamente entre 1,2-1,4 g por cada 100 ml y la leche artificial de continuación (tipo 2) contiene aproximadamente entre 1,5-2,2 g por cada 100 ml.

Hasta aquí podemos estar bastantes satisfechos con los productos elaborados.

Pero, la pregunta de hoy es ¿Qué aportan de extraordinario los yogures adaptados para bebés?

Hay muchas más, pero creo que las dos principales “mentiras” de estos productos son:

  • Se publicitan como si estuviesen hechos con leche de continuación y, sin embargo, tienen aproximadamente 3,5 g de proteínas por cada 100 g (¡¡incluso más que un yogur natural normal!!), es decir, demasiada cantidad de proteínas para un bebé.
  • Están “enriquecidos” con hierro y otros nutrientes. Las propias empresas publicitan estos yogures para niños mayores de 6 meses, es decir, para niños que han iniciado la alimentación complementaria. A esta edad los bebés han comenzado a diversificar su alimentación (frutas, verduras,…) y lo que le pudiera faltar a la leche de vaca “normal”, lo lleva el resto de la alimentación.

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¿Son tan malos los corticoides?

“¿Corticoides otra vez?, ¿y no le puede mandar otra cosa? Es que tiene 20 meses y ya ha tomado corticoides en dos ocasiones. Me han dicho que tienen muchos efectos secundarios, ¿verdad?”

Intentaré aclarar esto, pero si eres de los que no lees los post hasta el final, quiero que te quede claro que los corticoides habituales (estilsona, budesonida,…), a las dosis habituales, NO producen efectos secundarios.

¿Qué son los corticoides?

Los corticoides son hormonas que se producen en la glándula suprarrenal (unas glándulas que tenemos justo encima de los riñones).

Estas hormonas son muy importantes ya que controlan el estrés, intervienen en la inflamación y regulan las secreciones de otras hormonas.

Estas hormonas se han logrado reproducir en el laboratorio y es muy frecuente su uso en la medicina.

¿Qué tipos de corticoides existen?

Podemos clasificar los corticoides de muchas maneras:

  • por su potencia: baja, intermedia y alta potencia.
  • por su vida media: cuanto mayor es la vida media significa que más tiempo mantienen su efecto. Por ese motivo la pauta de dosificación será diferente en función de qué corticoide utilicemos.
  • por la vía de administración: vía oral (en pastillas o gotas), vía inhalatoria (en diferentes tipos de aerosoles), pinchados (por vía intramuscular o intravenosa), tópicos (en formas de cremas, colirios,…).

¿Para que se utilizan?

Son muchos los procesos que los médicos controlamos gracias a los corticoides.

Son de especial importancia en enfermedades autoinmunes o reumatológicas (artritis reumatoide, síndrome nefrótico, lupus,…).

Pero el post de hoy va referido, sobre todo, a los usos superfrecuentes de los corticoides en la patología del día a día.

De éstas, las más habituales son:

  • Bronquitis o crisis asmáticas: En las crisis lo utilizamos casi siempre por vía oral (el más usado es la Estilsona). En crisis moderadas o graves puede ser necesario administrarlo por vía parenteral (el más conocido es el Urbason). También pueden utilizarse por vía inhalatoria como tratamiento preventivo en niños con bronquitis recurrentes (el más conocido es la Budesonida).
  • Laringitis: dependiendo del tipo y de la intensidad de la crisis lo utilizaremos por vía inhalatoria (el más usado es la Budesonida) o por vía oral (Estilsona, Fortecortin, Zamene, Dexametasona, …)
  • Dermatitis atópica: en función de la intensidad del brote los utilizaremos de forma tópica (en forma de lociones, cremas o ungüentos) en casos de brotes leves-moderados. Para brotes moderados-severos pueden ser necesarios por vía oral.
  • Fimosis: en ocasiones puede ser necesario la aplicación de una crema de corticoides para facilitar la liberación de las adherencias.

¿Cuáles son los efectos secundarios?

  • Por déficit de corticoides: Como he dicho, los corticoides son hormonas naturales y al ser administrados externamente, si lo administramos durante mucho tiempo y a dosis medias-altas, pueden frenar las glándulas suprarrenales. El problema es que si suspendemos el tratamiento bruscamente, el cuerpo se queda sin corticoides y esto puede alterar todas las constantes vitales. Por esto, en tratamientos prolongados, hay que hacer una reducción paulatina de la dosis, para que los corticoides naturales vayan progresivamente “tomando el mando”.
  • Por exceso de corticoides: estos son que todo el mundo conoce y por los que tienen tan mala fama los corticoides. Pueden ser muchos: obesidad, osteoporosis, hipertensión, hiperglucemia, disminución de crecimiento, estrías, bajada de las defensas,… Hay que decir, que a pesar de ser muy conocidos, son extremadamente infrecuentes cuando los utilizamos en ciclos cortos (tratamientos de menos de 7-10 días de duración).

En conclusión, y resumiendo, los efectos secundarios de los corticoides utilizados en los procesos habituales (bronquitis, laringitis, dermatitis atópica,…) son inexistentes. De todos modos, NO es recomendable la automedicación. Consulta a tu pediatra.

 

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¿Es aconsejable el uso del tacatá?

tacatá

Doctor, mi cuñada me quiere regalar un tacatá. ¿Qué le parece a usted?, ¿Es recomendable su uso?”

Mi respuesta: “Bueno, pues lo que me parece es que como no dudo de la buena intención de su cuñada, es mejor que en vez de regarlarle “un peligro”, le regale “un seguro”. Por ejemplo, una vacuna”.

Considero que es importante aclarar ciertas cuestiones sobre el uso del tacatá tras la “accidentada” consulta de ayer: dos niños con un traumatismo craneal al haber salido rodando escaleras abajo con el tacatá. Por cierto, os dejo las recomendaciones sobre qué debéis vigilar en un traumatismo craneo-encefálico, pinchando aquí.

¿Es recomendable el uso del tacatá?

La respuesta es rotunada y clara: NO.

Precisamente cuando unos padres están pensando en el uso de un andador o tacatá es porque quieren “liberarse” un poco de su bebé. Suelen, además, preguntarlo las familias que tienen un bebé muy inquieto, o de alta demanda, que se dice ahora. “Es que ya no puedo más”, me decís. Pues precisamente eso lo hace aún más peligroso. Repito, NO es recomendable el uso del andador, pero si lo utilizásemos debería ser precisamente bajo una estrecha vigilancia.

Como el bebé va sujeto por arneses al andador, cuando cae por las escaleras los hierros del tacatá protegen sobre todo las piernas del bebé. Es por esto que se suelen golpear, casi siempre, en la cabeza.

Incluso cuando no se caen y lo vuelcan, la altura que adquiere el niño que va montado en el andador, es justo la de la zonas salientes de las casas, sobre todo los picos de las mesas, con las que acabarán golpeándose antes o después.

Y lo que es peor, al ir montados en el tacatá, adquieren una autonomía de desplazamiento que no les corresponde a su edad. Esto puede hacer que lleguen a alcanzar objetos peligrosos (recipientes con agua caliente,…).

Creo que este ejemplo será muy clarificador: montar en un tacatá a un bebé es como dejarle una moto de 600 cc a una persona que nunca haya montado. El piñazo está asegurado.

Los datos oficiales son: según el Comité de Seguridad y Prevención de Lesiones Infantiles de la Asociación Española de Pediatría el uso del andador cuadriplica el riesgo de caída por una escalera, duplica el riesgo de fractura por caída por una escalera y además adelanta la edad de caída por una escalera de los doce a los ocho meses. También aumentan el riesgo de quemaduras y de intoxicaciones.

Incluso en algunos países como Canadá está prohibida su publicidad y comercialización.

Y, ¿andará antes si utiliza el tacatá?

Este es uno de los falsos mitos que hace que muchas familias utilicen el andador. Nada más lejos de la realidad.

Si a esa edad un bebé no anda es porque aun no está preparado. Es como pretender que un bebé de un mes diga “papá” si se lo repetimos continuamente.

A esta edad suelen estar en la fase de gateo e irse incorporando a ratitos, con sujeción. Esto hará que las piernas del bebé se vayan tonificando y vayan identificando su centro de gravedad y sus puntos de equilibrio.

Al utilizar en andador el niño identificará unos puntos de equilibrio que no son los “reales” cuando ande sin andador.

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¡¡Ya está aquí la temida BRONQUIOLITIS!!

Ya está aquí, puntual a su cita, como cada año, la temida bronquiolitis.

En pocos días los pediatras tendremos las consultas rebosando de niños con dificultad respiratoria.

“Doctor, lo he llevado dos veces a urgencias porque tosía mucho y tenía moquitos y me decían que era un catarro de vías latas. Ayer, como lo vi más agobiado lo volví a llevar y me dijeron que tenía bronquiolitis”.

Esta será la historia más repetida en nuestras consultas en los próximos días.

 

Ya he hablado de otros cuadros respiratorios como las bronquitis, las laringitis,…

Hoy es el turno de LA BRONQUIOLITIS.

 

¿Qué es la bronquiolitis?

Es una infección respiratoria producida por virus en la que se inflaman los bronquios y los bronquiolos, que son las vías aéreas o conductos más pequeños que llevan el aire dentro del pulmón.

¿Otra vez un virus?, ¿sabemos qué virus es?

El más frecuentemente es el VRS, virus respiratorio sincitial. Aunque también puede ser producida por otros virus respiratorios.

Estos virus comienzan produciendo un cuadro de catarro y, a veces, pocas veces, el catarro se “baja” al pecho. Pues digamos que el VRS, dentro de los virus respiratorios, es el que con más frecuencia se “baja” al pecho.

Este virus circula en los meses fríos, por tanto, es más frecuente de noviembre a marzo.

¿A quién afecta?

Afecta a los niños y niñas menores de 2 años, sobre todo a los menores de 6 meses.

¿Cómo se contagia?

Como todos los virus respiratorios se contagia a través del contacto directo de secreciones respiratorias (los niños comparten objetos que chupan, beben de la misma botellita,…) y a través de las gotitas de saliva que soltamos al hablar o estornudar.

¿Cuáles son los síntomas?

Prácticamente todos los bebés comienzan con un catarro de vías altas, como otras muchas veces, con tos, estornudos, mucosidad, congestión nasal, … Lo que ocurre es que cuando el virus que produce el catarro es el VRS, se puede “bajar” al pecho y provocar la inflamación de los bronquios y bronquiolos.

A las familias les explico en la consulta que la vía aérea de los bebés en su parte más ancha, es decir, en la tráquea es poco más ancha que un macarrón. Ésta se divide en dos bronquios principales, que se subdividen, a su vez, y éstos vuelven a dividirse,… siendo la parte final de vía respiratoria como los pelillos finales de las raíces de una planta.

Pues bien, estos pelillos son los que se inflaman, de tal manera que el aire no puede fluir con facilidad por la vía respiratoria y esto es lo que da lugar al resto de los síntomas: dificultad para respirar (respiración rápida, marcando las costillas o moviendo mucho el abdomen),  “silbidos” u otros ruidos al auscultar al niño.

Como consecuencia de esta dificultad respiratoria los bebés pueden tener dificultad para alimentarse, tener vómitos, e incluso, atragantarse.

Como en cualquier otra infección es frecuente exista fiebre.

¿Cuándo debe consultar al pediatra?

Si el bebé rechaza la alimentación o respira más rápido o con más dificultad de deberemos acudir al pediatra. Lo haremos de forma urgente si:

  • al respirar se le hunden las costillas.
  • respira muy agitado.
  • rechaza la alimentación porque se asfixia mientras come.
  • la fiebre es muy alta.
  • hace pausas respiratorias
  • presenta una coloración azulada de los labios o las uñas.

¿Cómo se diagnostica?, ¿es necesario hacer pruebas?

Se diagnostica por la historia clínica y la exploración.

Es frecuente que “al inicio de la temporada”, y sobre todo en los niños que llegan a ingresar, se saque una muestra del moco nasal para ver si la infección es producida por el VRS. Una vez que estamos en plena epidemia asumimos que cualquier cuadro respiratorio de pecho es producido por el VRS.

Es frecuente que se mida la oxigenación en sangre con un sensor que emite una luz roja que ponemos en los dedos de manos o pies.

En ocasiones, aunque no es lo habitual puede ser necesario la realización de una analítica sanguínea, de orina o radiografía de tórax.

¿Cuánto tiempo dura?

En un cuadro respiratorio “muy pesado”. La bronquiolitis en sí dura entre una y dos semanas pero la tos puede persistir durante varias semanas más.

¿Se puede volver a padecer?

Algunos niños, especialmente los menores de un año, tras haber padecido una bronquiolitis, pueden presentar dificultad respiratoria con los cuadros catarrales.

¿Qué puedo hacer en mi casa para ayudar a mi bebé?

La mayoría de los medicamentos anticatarrales NO se han demostrado eficaces en la bronquiolitis, pero existen determinadas medidas que harán que el bebé pueda respirar mejor y se encuentre más confortable:

  • Lavados nasales frecuentes, especialmente antes de las tomas.
  • Posición semiincorporada, metiendo una rollito debajo del colchón
  • Fraccionar las tomas. Es preferible que haga más tomas pero de menor cantidad.
  • Si tiene fiebre, realizar medidas físicas (destaparlo,…) o administrar antitérmicos (paracetamol o ibuprofeno, este último en mayores de 6 meses).

Mi bebé es prematuro, ¿tiene más riesgo?

Sí, los bebés prematuros debemos tener especial cuidado ante un cuadro de bronquiolitis.

Pero también hay que tener especial cuidados con los bebés menores de un mes y los bebés con algún problema de corazón o de pulmón.

¿Existe vacuna?

No es una vacuna en sí, realmente son los anticuerpos (defensas) frente al virus. Es un tratamiento muy caro  (aprox. 6000 €) y que sólo está justificado en niños de riesgo especial (grandes prematuros, bebés con problemas cardiacos,…).

En algunos bebés de riesgo como los grandes prematuros o bebés con problemas cardiacos se utiliza este tratamiento (palivizumab), con una dosis mensual en los meses fríos.

Pero, ¿qué puedo hacer para prevenir el contagio?

Debido al mecanismo de transmisión que he comentado antes es importante para prevenir el contagio:

  • Lavado frecuente de manos, especialmente las personas acatarradas, antes y después de coger al bebé.
  • Evitar los lugares muy concurridos, especialmente si hay muchos niños (guardería, …)
  • Evitar la exposición al humo del tabaco.
  • Prolongar la lactancia materna.

 

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¿A qué edad comienzan a ver los bebés?

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¿A qué edad comienzan a ver los bebés?

Esta es una pregunta muy habitual que me hacéis muchas familias en la primera revisión. Y por la forma de hacerla pareciera que se diera por sentado que los recién nacidos no ven.

Casi todos preguntáis: “¿Cuándo comienza a ver mi bebé?”

Y yo respondo: “No, si ya ve. Lo que pasa es que no ve como nosotros. Parece que los niños comienzan viendo en blanco y negro (escala de grises)y no con tanta definición como nosotros, vamos, como las televisiones antiguas”.

Un explicación sobre el tema:

Hacia la semana 26 de gestación se considera que los ojos de un feto están desarrollados suficientemente como para ver. Lógicamente, dentro del útero, no ven nada puesto que están completamente a oscuras.

Ya al nacimiento vemos algunos signos que hacen suponer que el bebé ya ve. El bebé suele orientar su mirada hacia la luz. Es lo que llamamos reflejo de orientación.

Desde los primeros momentos de vida el bebé es capaz de ver a una distancia aproximada de unos 20-30 cm. Por cierto, esa es la distancia a la que se encuentra la cara de la madre mientras un bebé mama. Es decir, los bebés desde que nacen son capaces de ver a su madres mientras se encuentran en le regazo mamando. Esto justifica también que cuando nos alejamos algo más de esa distancia ellos ya no nos ven y “se sientan amenazados” y comienzan a llorar. Al cogerles nuevamente, entramos dentro de su campo visual, y “ se sentirán seguros” y dejarán de llorar.

Aproximadamente al mes de vida ven a una distancia aproximada de unos 50 cm. Esta distancia se amplia hasta hasta los 60 cm a los 2 meses. También van progresivamente aumentando el campo de visión, siendo con esta edad de unos 180º.

Con esta edad, a los 2 meses, hay otros signos claros del desarrollo visual del bebé. Vemos como comienza la sonreír con las carantoñas que les hacemos y comienzan a fijar más la mirada. Además también comienza a mirarse las manos y juegan con ellas. Ya sabéis, a los 2 meses los bebés no paran de chuparse la manos y no es porque tengan hambre ni molestias en la encías sino porque se las han encontrado y no paran de jugar con ellas.

A partir de los 3-4 meses comienzan a desarrollar mejor la fijación de la mirada, son capaces de seguir un objeto. Hasta esta edad es muy frecuente que el bebé se ponga muchas veces bizco. Progresivamente la alineación de la mirada va siendo cada vez mejor y ya no se ponen tantas veces bizcos.

A partir de esta edad, 4 meses, comienzan a desarrollar la visión de los colores y comienzan a ver a distancias mayores y a ser capaces de seguir objetos que se mueven con mayor rapidez.

A partir de los 6-7 meses comienzan a ser capaces de distinguir todos los colores.

Por cierto, algunas de las cosas que los pediatras exploramos con respecto a la visión, son:

  • Reflejo rojo del ojo: si iluminamos el ojo de un bebe, con cierto grado de oscuridad, el reflejo que vemos en la pupila es rojo. Si no se ve así puede indicar que el ojo no está bien desarrollado.
  • Reflejo fotomotor: al iluminar la pupila de un bebé con una fuente luminosa, tanto la pupila iluminada como la otra, se contraen, es decir, sehacen más pequeñas.
  • Alteraciones de la forma de la pupila (pupilas ovaladas,…): pueden indicar alteraciones en la formación del ojo.
  • Alineación de la mirada: como hemos dicho hasta los 6 meses es muy frecuente que el bebé se ponga bizco. Con respecto a la alineación de la mirada hay 2 datos de alarma que debemos comentar al pediatra:
      • Que sea cada vez más frecuente: lo normal es que conforme van creciendo, con 6-7 meses dejen de hacerlo.
      • Que “saquen” el ojo: lo normal es que lo “metan”.

 

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