Consejos para NO acabar en Urgencias en Nochebuena.

fotonoticia_20140428182446_800

Se acerca la Navidad y recordaré algunas cosas básicas, que todos conocemos pero que  conviene tener al día para evitar sustos en estos días tan especiales.

A algunos no nos quedará otro remedio que cenar (si podemos) en el hospital, pero es muy triste que vosotros, en estos días, terminéis en Urgencias por actos evitables.

Es época de vacaciones en familia y muchas de ellas se desplazan para poder pasar estos días juntos. La  DGT prevé para estas navidades 13,6 millones de desplazamientos. Por tanto conviene recordar:

 

En ambas circunstancias conviene hacer especial hincapié en los desplazamientos cortos, puesto que es cuando más nos “relajamos” y el índice de siniestralidad aumenta.

 

Con respecto a las comidas familiares con niños pequeños, para no acabar en Urgencias conviene saber:

  • Los menores de 2 años, como ya hemos visto en otros post, NO deben tomar frutos secos, por el riesgo de aspiración.
  • Aunque se puede aceptar que un niño de 12 meses pueda comenzar a comer marisco, sería una triste broma la de acabar en Urgencias por una urticaria por marisco, simplemente por: “Dale un langostino a Julita que lo pruebe, verás que cara pone”. No es el día ideal para la introducción de alimentos nuevos.
  • Para los padres de niños adolescentes o, preadolescentes, debemos evitar que los menores de 18 años consuman alcohol.

 

Pero no todo van a ser restricciones así que, conviene recordar, el post de “Las embarazadas SÍ pueden comer jamón”.

 

Y para las mamás supercocineras (algunos papás con esto de masterchef ya empiezan a colaborar) que andan tan liadas en estos días, conviene recordar que la cocina es el sitio de la casa donde se producen mayor número de accidentes domésticos. Debemos saber que:

  • Los niños no deben estar en la cocina mientras cocinamos.
  • Para cocinar, debemos usar los hornillos interiores y poner el mango del cazo o sartén hacia adentro.
  • Tener cuidado cuando encendamos el horno: las puertas transparentes llaman la atención del niño pequeño y pueden quemarse.
  • Evitar que cuchillos, tijeras y otros elementos cortantes estén al alcance de los niños.

 

Comparte esta información con la intención de que a ninguna familia se le agüe la cena de Nochebuena por estos motivos.

El peligro de la ingesta de las pilas de botón.

La imagen tiene un atributo ALT vacío; su nombre de archivo es pilas.jpg

 

Ya hace unos meses escribí un post sobre los productos más frecuentes que suelen ingerir los niños y que, a pesar de la gran angustia que generan en los padres, NO son tóxicos. Vimos que uno los productos que más alarmaba a los padres era el sobrecito de SILICA GEL que contienen muchos zapatos, bolsos, .. Podéis recordar el post pinchando aquí.

Hoy quiero hacer hincapié en un producto que, a diferencia del resto de los productos pequeños y de bordes romos cuya ingestión no acarrea ningún problema (salvo la angustia de los padres), su ingestión merece una consideración especial: LAS PILAS DE BOTÓN.

Las pilas sí pueden ser tóxicas.

Su contenido interior, que es alcalino, puede producir “quemaduras” en la mucosa digestiva. Además, el mercurio que pueden contener, es un metal pesado tóxico.

Afortunadamente la mayoría de las pilas se eliminan en poco tiempo (24-48 horas) y no suelen acarrear ningún problema. Si le eliminación es rápida no se suele corroer la cubierta de la pila y, por tanto, no liberan el mercurio.

¿Qué debemos hacer si nuestro hijo ingiere una pila de botón?

En este caso SIEMPRE debemos acudir con rapidez a un centro donde se puede realizar una radiografía. Algunos Centros de Salud disponen de este servicio y si no habría que acudir al servicio de Urgencias más cercano.

La realización de la radiografía es importante porque nos informará a qué nivel se encuentra la pila.

Los médicos actuaremos de una forma u otra en función de dónde se encuentre la pila:

  • Si se encuentra en el esófago: Afortunadamente esto es poco frecuente. En este caso se debe realizar una endoscopia urgente para extraerla y así evitar la posible perforación por quemadura en esa zona.
  • Si se encuentra en el estómago: El punto más estrecho de la vía digestiva es la salida del estómago (píloro) y podría haber problemas para atravesar esta zona si las pilas midieran más de15 mm. Por suerte, la gran mayoría de las pilas son de 7,9 o 11,6 mm (truco: si no sabemos el tamaño se puede medir el compartimento donde estaba alojada) y, por tanto, no suele haber problemas.
  • Si ya ha pasado el estómago: En este caso, puesto que ya ha atravesado la parte más estrecha (píloro), no suele dar problemas.

En cualquier caso se recomienda revisar meticulosamente las deposiciones del niño hasta estar seguros de que la pila ha sido expulsada.

Si en 48-72 horas no ha salido, se deberá repetir la radiografía para asegurarse de que la pila está avanzando.

Visto el eventual peligro al ingerir una pila de botón, el esfuerzo de los padres debe ir encaminado a prevenir dicha ingestión. Para ello se recomienda:

  • Mantener fuera del alcance de los niños las pilas de botón y los objetos que las contienen (mando a distancia, relojes, …).
  • No dejar nunca a un niños jugar con una pila de botón.
  • Vigilar que las tapas de las baterías estén debidamente cerradas.

Tal y como propone el Comité de Seguridad y Prevención de las Lesiones Infantiles, sería deseable que los fabricantes tuviesen en cuenta que las tapas que contienen las pilas de botón deberían tener un mecanismo de apertura que requiera una herramienta (destornillador) o mecanismo (empujar y girar) para que el niño no los pueda abrir.

Por nuestra parte es importante que compremos pilas de botón de “marcas de garantía” ya que se ha demostrado que las cubiertas de estas pilas es más resistente y producen menos quemaduras y menos riesgo de liberación con toxicidad.

Tener en cuenta esta información a la hora de comprar juguetes y otros dispositivos y, si la consideráis interesante, compartirla con otras familias.

¿Qué es el ahogamiento secundario?

image

En los últimos días, habéis visto cómo se ha viralizado un artículo en las redes sociales respecto al ahogamiento secundario. Pienso que con tintes más sensacionalistas que con ánimo de ayudar a los padres.

Pudiera dar la impresión de que es un problema muy frecuente, y lo que es peor, pudiese dar la impresión que ante el mínimo trago de agua de una piscina nuestro hijo pudiese morir por un ahogamiento secundario.

Como otras veces, intentaré aclarar ciertas dudas:

¿Qué es el ahogamiento secundario?

Se trata de un edema pulmonar que se produce como consecuencia de la aspiración de agua, especialmente de piscinas (ya que contiene fuertes irritantes para la vía respiratoria como puede ser el cloro). Este edema pulmonar dificulta el intercambio gaseoso en el pulmón y puede llevar a la muerte.

Pero, ¿esto es muy frecuente?

Afortunadamente NO. Es excepcional. Desgraciadamente a lo largo de mi vida profesional ya me he encontrado con varios casos de ahogamiento, pero nunca un ahogamiento secundario.

¿Si mi hijo traga agua de la piscina le puede ocurrir?

Rotundamente NO. Esta es la pregunta que debe quedar más clara puesto que es la que más angustia innecesaria genera. Cuando un niño traga agua, el agua va al estómago, y eso no tendrá ninguna consecuencia (en el peor de los casos si la cantidad de agua ingerida es muy grande puede provocar vómitos).
Para que se produzca un ahogamiento secundario el agua de la piscina debe llegar a los pulmones y eso es muy improbable, sólo ocurre en muy pocos casos de “semiahogamiento”, es decir cuando un niño se queda inconsciente y necesita una reanimación inmediata en la piscina.

Entonces, ¿qué debo hacer si mi hijo traga agua de la piscina?

Como ya hemos dicho, si lo que ha hecho es tragar agua, no hay que hacer absolutamente NADA.
Si el niño sufrió un casi-ahogamiento (se quedó inconciente en el agua y necesitó una reanimación), debe acudir a un centro médico donde probablemente quedará ingresado durante unas horas precisamente para vigilar la aparición de los síntomas de un ahogamiento secundario (dificultad respiratoria, …)

Comparte esta información si piensas que puede ser de interés para otros padres.

¡Doctor, aquí traemos el diente!

image

Esta es una situación que se plantea a menudo y, ciertamente, es una verdadera urgencia odontológica.
La avulsión dental se produce cuando un diente, conservando su integridad, sale completamente se su alveolo, es decir, se produce la rotura completa del ligamento, del  nervio y las venas que lo mantienen unido a la encía,  pero sin romperse el diente en sí mismo. En palabras más sencillas, se arranca el diente completo, sin romperse.
Ante esta situación nos debemos plantear las siguientes preguntas:

  • ¿El diente es “de leche” o definitivo?

    – En el caso de los dientes de leche NO se debe reimplantar o recolocar el diente, pero si se produce a una edad muy temprana, es conveniente visitar al dentista porque será necesario colocar una prótesis para mantener el espacio para la erupción del diente definitivo además de que el niño podrá seguir masticando y hablando mejor.
    – Si el diente es definitivo realmente estamos ante una URGENCIA, puesto que en este caso SÍ se debe reimplantar el diente y además el pronóstico mejora infinitamente si se reimplanta en los primeros 30-60 minutos tras la avulsión.
  • ¿Quién lo debe reimplantar?
    Debemos considerar esos 30-60 “minutos de oro”. Por supuesto si en ese tiempo puede ser atendido por un especialista conviene que sea éste quien lo haga. Si no, deben intentarlo los padres, el pediatra, …
  • ¿Cómo se reimplanta?
    Primero se aclarará el diente SIN FROTAR con agua o suero fisiológico, agarrando el diente siempre por la corona, nunca por la raíz.
    Seguidamente se insertará el diente en el alveolo en su posición normal.
    A continuación debe ser revisado por el dentista en el menor tiempo posible.
  • ¿Cómo se debe transportar el diente?

    NO se debe nunca transportar en agua (por su baja osmolaridad).
    Los medios más adecuados para transportar el diente son la leche, el suero fisiológico o la saliva del propio paciente.

Debemos recordar que estamos ante una verdadera URGENCIA si no se trata de un diente “de leche”