Las salchichas NO producen cáncer.

Pena me da el uso que en ocasiones se les da a las redes sociales.

Puedo entender que un buen titular de una noticia o un post puede hacer que alguien te lea o no te lea, y entiendo que el trabajo de muchos periodistas, especialmente los becarios, depende precisamente de esto.

Pero creo que hay límites que no se pueden sobrepasar. Es decir, los canales informativos NO pueden servir para desinformar y alarmar. Ya este verano ocurrió con un post sobre al ahogamiento secundario que rápidamente se viralizó por las redes, y que yo también traté de poner cordura en este post.

Voy a intentar aclarar en muy pocas palabras que es lo que ha pasado en esta ocasión con lo de “las salchichas producen cáncer”

La Agencia Internacional para la investigación del Cáncer (IARC) es un grupo de laOrganizaión Mundial de la Salud (OMS) que se dedica a la clasificación los carcinógenos.

Esta clasificación establece, como veis en la siguiente imagen, diferentes grupos según la relación que se haya podido demostrar según los estudios que se hayan realizado sobre determinado producto cancerígeno. Por tanto, puede haber productos muy cancerígenos, pero si no hay estudios que lo avalen, NO aparecerán en ese grupo de la clasificación.

Que las carnes procesadas estén en le grupo 1 sólo significa que hay estudios que han relacionado la ingesta de ese tipo de productos cárnicos con algún tipo de cáncer, pero en ningún momento se habla de dosis en esta clasificación.

Así que el problema no es el producto en sí, sino la dosis. A nadie se le escapa que no es lo mismo fumar un puro en la boda de un amigo que fumar tres paquetes de tabaco al día, no es lo mismo dar un paseíto de media hora al sol a la caída de la tarde que achicharrarse repetidamente al sol, no es lo mismo tomar una copa de vino comiendo que beberse diariamente cinco wiskies.

Creo que la comunidad científica tenemos la obligación de decir la verdad, de informar: no hay ningún estudio científico que haya demostrado la carne procesada consumida con moderación produzca cáncer. No conoceréis a nadie que tenga un cáncer por haber consumido alguna vez una hamburguesa.

Comparte esta información para evitar que se sigan difundiendo mensajes sensacionalistas en las redes sociales.

Caída del cabello durante la lactancia materna.

“Doctor, quiero quitarle el pecho a mi hij@ porque se me está cayendo el pelo. O si no, recéteme unas vitaminas. Como siga así me voy a quedar calva, se me caen auténticos mechones de pelo”-

El cabello es un elemento importante en la belleza de una mujer. Ya he tratado en otro post algunas preocupaciones de las embarazadas sobre su pelo. También he hablado sobre algunos falsos mitos sobre la lactancia materna.

En esta ocasión hablaré sobre el mito de la asociación entre dar el pecho y que se caiga más el pelo.

Una manera fácil de entender lo que pasa realmente es asemejar la cabellera de una mujer a la copa de un árbol de hoja perenne (los que siempre tienen hojas). Realmente estos árboles no es que tengan siempre las mismas hojas, sino que mientras unas se caen otras van saliendo, y así, siempre se mantiene un equilibrio que hace que el árbol tenga siempre  un número similar de hojas. De la misma manera el pelo de una mujer está en continua equilibrio. Mientras que unos pelos se están cayendo otros están naciendo y de esa manera se mantiene una cabellera similar.

Durante el embarazo, por los cambios hormonales que existen, las fases del desarrollo del pelo se detienen y el pelo no se cae. Por eso “se les pone el pelo tan bonito a las embarazadas”, pero de esto nadie se queja.

Tras el parto los ciclos hormonales de la mujer se ponen nuevamente en marcha y con ello se vuelvan a poner en marcha los ciclos del pelo. Lo que ocurre ahora es que como todos los pelos se habían detenido en la misma fase, coincidirán muchos pelos que se caen al mismo tiempo. Las mamás que en este momento están dando el pecho asocian, influidas por comentarios como “este niño te está consumiendo, seguro que tienes anemia”, esta mayor caída del cabello con el aumento de los requerimientos de micronutrientes por la lactancia.

Realmente no es que se haya caído más pelo, sino que en ese momento se están cayendo los pelos a los que realmente tocaban más los que no se cayeron durante el embarazo. Progresivamente, como todos los pelos no tienen una duración exactamente igual de las fases de su ciclo, el equilibrio del balance entre los pelos que se caen y nacen se regula.

Por tanto, aunque una mujer lactante tome “vitaminas para el cabello”, éstos se acabarán cayendo. Igualmente, por más que una madre no de lactancia materna, notará que tras el parto sufre una mayor caída del cabello.

Comparte esta información para acabar con los falsos mitos.

Desterrando falsos mitos: ¿qué es más sano el tomate natural, el tomate frito o el ketchup?

 

tomate naturalTomato ketchup falling from bottle

Ya he hablado en alguna ocasión sobre errores frecuentes en la alimentación infantil.

Hoy quiero explicar en este post las diferencias fundamentales en las diferentes formas de tomar tomate y los falsos mitos que hay a este respecto.

Pareciera, a priori, que la respuesta de qué forma de tomate es más sana sería por orden: tomate natural, después tomate frito y, por último, la salsa de tomate ketchup. Nada más lejos de la realidad.

El consumo de ketchup ha aumentado exponencialmente en los últimos años, los niños le ponen ketchup casi a todo. Solemos relacionar el consumo de ketchup con la “comida rápida” o “comida basura” pensamos que el ketchup es también parte de esa “comida basura”.

Hay que decir que el tomate en sí es “muy sano” porque aporta muchos nutrientes al organismo, como folatos, carotenos, vitaminas E y C y licopenos. Es precisamentente debido al contenido en licopenos por lo que se considera que es un alimento antioxidante con la capacidad de reducir distintos tipos de cáncer.

En las conclusiones de los estudios realizados a este efecto se afirma que, dentro de los derivados del tomate, es en el ketchup donde se encuentran los mayores niveles de concentración de licopeno (hasta 25mg/100g), muy por encima de otros como el gazpacho (menos de 5mg/100g), o la salsa de tomate, zumo de tomate, tomate triturado o tomate pelado. El licopeno también está presente en el tomate fresco, pero en cantidades menores al ketchup. Hay que decir, también, que el tomate natural contiene otros antioxidantes que no contiene el ketchup, aunque no tan potentes como el licopeno. Podríamos decir que el ketchup es “tomate hiperconcentrado” ya que para la producción de 100 gramos de ketchup, por ejemplo, de ketchup Heinz, son necesarios 126 gramos de tomate.

Por el tipo de procesamiento del tomate en sus distintas elaboraciones se ha visto que el calentamiento que sufre el tomate para la elaboración del ketchup disminuye el tamaño de la matriz que contiene el licopeno por lo que se favorece su absorción, es decir, el ketchup contiene más licopeno y además se absorbe mejor. Podemos decir, por tanto, que el ketchup es muy sano.

Con respecto a las cantidades diarias recomendadas, se considera que puede ser adecuada, para ejercer su efecto beneficioso una ingesta diaria de 7-10 mg de licopeno. Estas cantidades se consiguen con una ingesta de una ración de gazpacho ó zumo de tomate de 250 ml (1 vaso), 100g de salsa de tomate ó 3 raciones de 10ml (3 bolsitas) de ketchup.

Este post no puede ser una “alegoría al ketchup”. Debe ser consumido con moderación ya que además de licopeno contiene sal y altas cantidades de azúcar.

Comparte esta información si la consideras interesante.

¡¡ Hablemos con nuestros hijos !!

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No es este un blog de “problemas sociales” pero creo que en la formación integral como personas de nuestros hijos es fundamental inculcarles el valor de la SOLIDARIDAD. No sólo debemos preocuparnos de la salud física de nuestros niños sino , además, de su salud mental y de su formación integral como personas.

ELLOS SON EL FUTURO y, es fundamental, que en ese crecimiento como seres adultos, inteligentes y libres crezcan como personas que son capaces se hacerse sensibles a los problemas de este mundo de injusticias y desigualdades, despertándoles una actitud para poner su granito de arena e intentar cambiarlo.

Quiero hoy, aprovechando que es el “Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza 2015”, hacer un llamamiento a la SOLIDARIDAD y agradecer, de paso, a todas las personas que diariamente trabajan por HACER UN MUNDO MEJOR.

Propongo un ejercicio sencillo: que en un momento del día les hablemos y les hagamos conscientes a nuestros niños (¡¡que serán los responsables de mejorar este mundo!!), cada uno a un nivel adecuado a su edad, de esta lacra mundial de desigualdad e injusticia. Seguro que si les decimos que nos propongan una solución nos propondrán cosas muy sabias e interesantes. Su inocencia les hace muy libres.

Enseñémosles los valores que les harán GRANDES PERSONAS: valorar a sus compañeros, compartir con sus compañeros, respetarles, ayudarles, …

El lema de este años es Construir un futuro sostenible: unirnos para poner fin a la pobreza y la discriminación”.

Os dejo algunos datos y cifras que nos da UNICEF y nos hablas de “la mala salud” de nuestro mundo:

  • 836 millones de personas aún viven en la pobreza extrema.

  • Alrededor de 1 de cada 5 personas de las regiones en desarrollo vive con menos de 1,25 dólares diarios.

  • La gran mayoría de las personas que viven con menos de 1,25 dólares diarios pertenece a 2 regiones: Asia Meridional y África Subsahariana.

  • Los elevados índices de pobreza se ven a menudo en países pequeños, frágiles y afectados por conflictos

  • En el mundo, 1 de cada 7 niños menores de 5 años no tiene una altura adecuada para su edad

  • En 2014, cada día, 42.000 personas tuvieron que abandonar sus hogares en busca de protección debido a un conflicto.

Algunos datos se nos vienen un poco grandes, pero sí está a nuestro alcance comenzar con PEQUEÑOS GESTOS que se traducirán en GRANDES PERSONAS.

Hablemos mucho con nuestros hijos, y sobre todo, dejémosles también HABLAR A ELLOS.

El objetivo final es “Poner fin a la pobreza en todas sus formas en todo el mundo” y las metas que se marca este objetivo, para 2030, son:

  • Erradicar la pobreza extrema para todas las personas en el mundo, actualmente medida por un ingreso por persona inferior a 1,25 dólares de los Estados Unidos al día.

  • Reducir al menos a la mitad la proporción de hombres, mujeres y niños de todas las edades que viven en la pobreza en todas sus dimensiones con arreglo a las definiciones nacionales.

  • Poner en práctica a nivel nacional sistemas y medidas apropiadas de protección social para todos, incluidos niveles mínimos, y, para 2030, lograr una amplia cobertura de los pobres y los vulnerables.

  • Garantizar que todos los hombres y mujeres, en particular los pobres y los vulnerables, tengan los mismos derechos a los recursos económicos, así como acceso a los servicios básicos, la propiedad y el control de las tierras y otros bienes, la herencia, los recursos naturales, las nuevas tecnologías apropiadas y los servicios financieros, incluida la microfinanciación.

  • Fomentar la resiliencia de los pobres y las personas que se encuentran en situaciones vulnerables y reducir su exposición y vulnerabilidad a los fenómenos extremos relacionados con el clima y otras crisis y desastres económicos, sociales y ambientales.

  • Garantizar una movilización importante de recursos procedentes de diversas fuentes, incluso mediante la mejora de la cooperación para el desarrollo, a fin de proporcionar medios suficientes y previsibles a los países en desarrollo, en particular los países menos adelantados, para poner en práctica programas y políticas encaminados a poner fin a la pobreza en todas sus dimensiones.

  • Crear marcos normativos sólidos en los planos nacional, regional e internacional, sobre la base de estrategias de desarrollo en favor de los pobres que tengan en cuenta las cuestiones de género, a fin de apoyar la inversión acelerada en medidas para erradicar la pobreza.

Compartir y difundir este mensaje para la concienciación de ADULTOS y NIÑOS

¿La leche produce mocos?

 

Hoy, tras haber tenido que responder a dos familias por esta pregunta “me veo obligado a escribir” este post.

Tengo que reconocer que la primera vez que escuché la pregunta, hace unos años, no hice mucho caso. Pensé que era la observación puntual de una madre. Traté de explicarle: “Todo se debe a una simple coincidencia en el tiempo. Los bebés son muy mocosos y, a esa edad, leche es uno de los alimentos más presentes en su dieta, pero eso no significa que la leche produzca moco”.

En todo el tiempo estudiando la carrera de medicina y en todo el tiempo haciendo la especialidad de pediatría ninguno de “mis maestros” me había enseñado nada de eso. Yo tampoco recordaba haber estudiado en ninguna asignatura nada que relacionase la leche con la producción de mucosidad.

La curiosidad empezó a picarme cuando la pregunta se empezaba a repetir demasiado frecuentemente para ser la “observación puntual de una madre”.

Tuve que investigar sobre el tema. Lo cierto es que no encontré ningún artículo reciente ni antiguo que demostrara la asociación entre el consumo de leche y la producción de mocos. Lo que sí encontré en esa búsqueda es que esa creencia provenía de determinados grupos naturistas, anti-leche. Estos grupos se apoyaban en algunos estudios que demuestran que la leche, efectivamente, aumenta la mucosidad a nivel digestivo, pero en ningún caso a nivel respiratorio. Además, incluso, parece que esa mucosidad producida a nivel digestivo tendría un papel protector frente a determinados tipos de cánceres digestivos.

Hoy, tras haber tenido que responder a dos familias sobre “¿la leche produce mocos?”, he actualizado mi búsqueda y , tengo que decir, que a día de hoy seguimos sin ninguna evidencia científica que avale esa asociación.

Podemos hablar mucho sobre algunos problemas que puede producir la leche, sobre todo si se toma en exceso, como son el estreñimiento, la intolerancia a la lactosa, … pero a día de hoy no podemos decir que la leche produzca moco a nivel respiratorio.

Así que de momento lo que nos queda a los pediatras, y padres, con respecto a los mocos de nuestros hijos es “aceptarlos como animal de compañía” y hacer lavados nasales frecuentes, como ya comenté en otro post.

Si piensas que esta información puede ayudar a otros padres, compártela.

La vuelta al cole.

image Pero, ¿qué ha pasado?, ¿en qué momento hemos mutado? Se aproxima el comienzo del curso escolar y comienzo a detectar en la consulta varios problemas que me hacen cuestionar en qué momento hemos perdido el sentido común. El nivel de ansiedad de los padres está ya por las nubes. Hoy día, la vuelta al cole es especialmente dura para los padres. Ya respiro en el ambiente la ansiedad anticipatoria por unas rutinas que ellos mismos se autoimponen como obligatorias. Hablo fundamentalmente de varios momentos del día como son llevar a los niños hasta la misma puerta de la escuela, casi siempre en coche, hacerle los deberes a los niños por la tarde y llevarles a jugar al parque. Pero, ¿qué ha pasado?, ¿en qué momento hemos mutado? Ahí están los superpadres y supermadres, levantándose a las 6 de la mañana para dejar a los niños en el aula matinal y a continuación completar una dura jornada laboral. A la vuelta del trabajo, recogerlo nuevamente en el coche y, a casa, a hacer los deberes con el niño. Lo peor de todo es que de tanto justificarnos hemos llegado a creernos que eso es lo normal. Todo, por supuesto, basado en miedos infundados: – ¿y si al niño le pilla un coche?, me dicen. Seamos serios, ¿cuántos niños son atropellados de camino al colegio? Créanme, precisamente con la aglomeración de coches que se produce a las horas de  entrada y salida en las puertas de los colegios, hoy día sí que podríamos considerar que caminar por los alrededores del colegio es un “deporte de riesgo”. – ¿y si lo secuestran?, intentan justificarse. Nuevamente, seamos serios, ¿cuántos niños son secuestrados de camino al colegio? Soy de un pequeño pueblo de Extremadura, donde he crecido feliz y contento. No soy de la época de los burros y los carros. Cuando yo iba a la escuela ya existían los coches. Podría contar con los dedos de la mano las veces que mis padres me acompañaron hasta la puerta del colegio, y mucho menos, en coche. El pueblo no ha cambiado tanto desde que yo era pequeño, salvo por la aglomeración de coches que se produce en la puerta del colegio a la hora de la entrada y la salida de los críos a la escuela. Plantear hoy en mi pueblo, y creo que en cualquier pueblo de España, que un niño vaya andando solo al cole podría ser considerado casi un maltrato. “¡Por Dios, ¿estás loco?, ¿cómo va a ir el niño solo a la escuela?”. No recuerdo que en mi pueblo, camino de la escuela, ningún niño fuese atropellado, ¡¡ni secuestrado!! El camino a la escuela era una situación más donde teníamos que aprender a organizarnos, siempre había un amigo que era más tardilón. Debíamos calcular y responsabilizarnos de si llegábamos tarde, había que espabilar porque si no tendríamos que justificarnos ante don Luís. Aún recuerdo incluso algunas conversaciones de camino al colegio. Era un momento del día importante donde contábamos chistes, repasábamos la lección o incluso compartíamos algunos secretos, en definitiva, hacíamos grupo. Por favor, aparte del flaco favor que desde el punto vista físico les hacemos a nuestros hijos llevándoles al cole en coche, no les privemos de esos momentos de autonomía. Necesitan saber que no viven en un mundo malicioso. Llevarles hasta la misma puerta del colegio, es “enseñarles” que el mundo que hay más allá de las vallas del colegio es un sitio lleno de peligros donde ellos no pueden moverse solos. Pero, ¿qué ha pasado?, ¿en qué momento hemos mutado? Y con respecto a hacerle los deberes a nuestros hijos podría escribir un libro. Si al inicio del curso escolar detecto ansiedad en los padres, no os quiero contar cuando se acerca la época de exámenes. Pareciera que son los propios padres quienes se van a examinar. No voy a decir nada que no sepáis, pero debemos recordar el proverbio chino “Regala un pescado a un hombre y le darás alimento para un día, enséñale a pescar y lo alimentarás para el resto de su vida”. Estudiar con ellos no significa hacerles los deberes. Ellos son los responsables de anotar qué deberes tienen que hacer para el día siguiente, qué temas entrarán en el examen, cómo van a distribuir su tiempo, … y deben aprender de sus errores, deben darse cuenta que no organizarse adecuadamente tiene sus consecuencias. Por favor, dejemos que sean ellos los que experimenten la sensación de fracaso cuando uno no hace bien las cosas, y por supuesto, no les robemos la maravillosa experiencia del ÉXITO cuando uno consigue las cosas por sí mismo. Padres hiperprotectores  pero, ¿qué ha pasado?, ¿en qué momento hemos mutado? Y lo que ya es el colmo de lo que considero una sociedad enferma: acompañamos a los niños para que jueguen en el parque. Por favor, dejemos que nuestros hijos jueguen solos, que aprendan lo difícil pero lo emocionante de las relaciones sociales. No les privemos la libertad de elegir cómo juegan y a qué juegan. No seamos hipercontroladores e hiperprotectores. Es necesario que la gallina se acueste encima de los huevos para que éstos eclosionen e incluso que se acueste encima de los pollitos  para darles calor cuando son pequeños, pero si continúa acostada encima de ellos cuando crecen, termina asfixiándolos. Pero, ¿qué ha pasado?, ¿en qué momento hemos mutado?

La guardería.

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Este es un tema muy controvertido, y no pretendo ser “pastor espiritual” de ninguna familia.

Este post es una opinión personal, justificada simplemente por mi experiencia y algunos datos médico-científicos. Es lo que le cuento a las familias que asisten a mi consulta cuando me preguntan sobre este tema.

Vaya por delante que la mayoría de las guarderías, al menos las que yo conozco, y eso supongo que es extensible al resto de las guarderías de España y del mundo, son sitios estupendos. Cuentan con profesionales con mucho amor y dedicación a su trabajo y capacitados laboralmente para el cuidado de los niños.

Dicho esto, a la pregunta estrella de estos días en las consulta: “doctor, ¿que le parece a usted que metamos a Laurita en la guarde? Es que como ya tiene un añito, y es tan inquieta, pensamos que se aburre en casa y está deseando jugar con otros niños”.

Por supuesto, el modelo social que estamos construyendo, es especialmente duro e injusto con las mujeres. La mayoría, no sólo NO pueden disfrutar de su maternidad como les gustaría (por ejemplo para prolongar la lactancia materna), sino que se sienten amenazadas en sus trabajos si agotan su derecho de baja maternal, y no digamos, si intentan prolongarlo. En un mercado laboral tan competitivo, una madre que no tenga su plaza laboral definitiva, se ve durante las bajas maternales en la “cuerda floja” desde el punto de vista laboral. Esto está haciendo retrasar la edad de la  maternidad y,  ni que decir tiene, que plantearse una segunda o una tercera maternidad muchas veces se convierte en ciencia ficción. No quiero desviarme, ya hablé del precio de la maternidad (lo puedes leer pinchando aquí). Pero sí es importante, al menos, tenerlos en cuenta puesto que influyen mucho en el tema de hoy: llevar o no al niño a la guarde.

Y sí, así sí lo entiendo. De hecho, para eso surgieron las guarderías, para cuidar de los niños cuando familiarmente no es posible. Surgieron básicamente a raíz de la incorporación de la mujer al mundo laboral. Pero no nos engañemos, un niño de un año (ni que decir tiene cuando entran con 4-5 meses) en la guarde no juega con sus iguales, va “a su aire”, juega y se entretiene solo. La socialización de los niños aparece a partir de los 2-3 años, por lo tanto “no están deseando jugar con otros niños”. Que yo sepa no hay ningún estudio científico que haya demostrado que los niños que asistieron precozmente a la guardería tiene mayores capacidades sociales que los que no lo hicieron. Hasta esa edad es muy importante el vínculo familiar que el niño está estableciendo, necesita la protección de los padres. Los niños necesitan sus rutinas, y quienes mejores cuidadores que sus padres.

Repito, nuevamente: las guarderías son sitios estupendos donde podemos dejar con tranquilidad a los niños cuando no disponemos de tiempo para cuidarlos. Pero también debemos saber que eso tiene sus consecuencias, es decir, si juntamos en una misma clase de la guarde 10-12 niños, de los cuales siempre hay alguno que está malito (agobiados otra vez por el maldito trabajo, si el niño amanece con fiebre, le damos una dosis de paracetamol, cruzamos los dedos y, si hay suerte no nos llamarán al trabajo) el resultado es que los niños que asisten a guardería se ponen aproximadamente el doble de veces malo (otitis, bronquitis, gastroenteritis, conjuntivitis, …itis, …itis, …itis) que los que no lo hacen.«¡¡Pero si no sé para qué pago la guarde, si al final no va, siempre está malito!!”, me dicen muchas madres agobiadas.

Otro mito: “Bueno, al menos así, cuando vaya al cole de los mayores no se pondrá malito”, intentan consolarse. Que yo sepa, la mayoría de los procesos que padecen los niños no dejan inmunidad permanente, es decir, el haber pasado una otitis no significa que ya quede el niño protegido para siempre para las otitis. Por tanto, es preferible que si el niño va a pasar una otitis lo haga con 5 años, no con 5 meses.

Por tanto, y en resumen, mi opinión de las guarderías es: Si es necesario que el niño vaya a la guarde porque la logística familiar así lo obliga, pues ánimo, sin sentimiento de culpabilidad (ya hable de esto también en este post). Pero si tenéis la opción de cuidar al niño en casa NO dudarlo, disfrutar de ellos, son años que pasan y no vuelven.

Comparte este post si piensas que puede ayudar a otros padres a tomar esta difícil y delicada decisión.

LAS RABIETAS

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Si hay un tema en el cuidado de los niños capaz de desquiciar a los padres y donde la teoría está muy lejos de la realidad ese es “LAS RABIETAS”.

“No hacer ni caso al niño en ese momento…”, “lo importante es que el niño no se salga con la suya…” son los consejos más frecuentes que recibimos de amigos, pero todos los padres saben que eso es muy fácil de decir, pero no es fácil de hacer.

Debemos saber que las rabietas son una fase normal del desarrollo de la personalidad de los niños, especialmente frecuentes en tormo a los 3 años. Esta en una etapa típica de impulsividad y desobediencia. Empiezan a sentirse independientes y somos los adultos quienes debemos poner las normas y los límites.

Existen varios factores que influyen en la aparición de las rabietas como son la impulsividad, el todavía escaso desarrollo del lenguaje a esas edad (no tienen capacidad de convencernos y buscan otras formas más primitivas de negociación, …).

A mi modo de ver no todas las rabietas son iguales y creo que lo más importante es intentar detectar qué es lo que hay detrás de cada rabieta, ya que la mayoría son llamadas de atención.

“Mamá o me compras la muñeca de Elsa o pinto con el rotulador en la pared”, nos dice con rotulador en mano y mirada desafiante. En este caso están intentando negociar y ellos mismo nos proponen el modelo: cada acción tiene una consecuencia. Lo que debemos hacer es MANTENER LA CALMA, no entrar al trapo (precisamente esto es lo que está buscando). Si nosotros les hablamos tono muy tranquilo, les dejaremos fuera de juego. Les llamará mucho la atención que no nos alteremos. Como si nada pasase, le explicamos que pintando la pared no sólo no va conseguir la muñeca de Elsa sino que además los papás se pondrán muy tristes y no la llevará a jugar al parque. Es importante ofrecerle una alternativa, es decir, le podremos decir “mamá sabe que te gusta mucho la muñeca de Elsa y está dispuesta a comprártela, pero no se pueden comprar juguetes todos los días, así que, si continúas portándote bien, en tu cumpleaños, que es pronto, te la regalaré”. Los adultos debemos ser ejemplo para ellos, debemos mostrarles que no se negocia gritando ni amenazando. Así no se consiguen las cosas.

“¿¡¡¡¡Por qué me has guardado mis playmobil!!!?”, grita como un poseso mientras tira los otros juguetes que tiene en la mano. En este caso no ha avisado, no está negociando, directamente “la monta”. Está como poseído. En este caso no bebemos intentar negociar, en este momento él está fuera de sí y no entenderá nada. No tenemos que ofrecerle alternativas, sólo debemos explicarle, MANTENIENDO LA CALMA (contaremos hasta 10 o hasta 100 si hace falta), por qué lo hicimos. “Pensé que habías terminado de jugar con ellos. Deberías agradecer que mamá lo recogió para que no se perdieran”. Si sigue desquiciado lo mejor es retirarnos durante 5-10 minutos. O llevarlo a su cuarto tranquilamente, sin arrastrarlo, durante 5-10 minutos. No conviene empecinarnos en razonar mientras siga histérico. En esos momentos cuanto menos hablemos mejor, simplemente conviene que mantengamos la calma, para que entienda que mientras mantenga esa actitud no conseguirá nada. Serán ellos, finalmente, quienes vengan a buscarnos. En ese momento, con tranquilidad, le volveremos a explicar por qué lo recogimos y que con esa actitud no conseguirá nada.

¿No es más rápido y más eficaz un buen cachete?

Rápido puede que sí, pero desde luego eficaz NO.
Pegando a nuestro hijo habremos perdido toda credibilidad. Hemos dicho que los adultos debemos ser ejemplo de nuestros hijos y desde luego la violencia no puede ser ejemplo de nada.
De ese modo arreglamos el problema del momento pero estamos generando uno mayor.

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El amigo imaginario.

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“Papá, Marcos dice que quiere venir con nosotros a la casa del pueblo, para conocer al abuelo”. La primera vez que los padres escuchan a su hijo decir esto comienzan a mirar para todos lados a ver si ven a Marcos, y casi que preferirían verlo, porque se les queda una cara de susto… y piensan: “¿este niño ve visiones?, ¿estará perdiendo la cabeza?,…”

Muchos padres viven con gran angustia cuando ven que su hijo comienza a relacionarse con un amigo imaginario y piden ayuda en el pediatra o en psicólogo, pensando que su hijo tiene alguna alteración psicológica.

Fantasear es una actividad que mantenemos de por vida. Los adultos también, por momentos, vivimos en un mundo imaginario en muchas situaciones, por ejemplo cuando compramos un cupón (“si me toca haré un viaje a las Maldivas”, y nos imaginamos allí mismo, disfrutando del paraíso…)

Aclararé ciertas dudas:

¿Todos los niños tienen amigos imaginarios?

No todos los niños tienen  amigos imaginarios, pero sí es muy frecuente, aproximadamente el 50-60% de los niños tendrán, a lo largo de su infancia, algún amigo imaginario.

¿A qué edad suele comenzar?

La edad más frecuente a la que suelen aparecer es entre los 3-6 años.
A partir de los 2 años los niños comienzan a desarrollar el juego simbólico (juegan a las cocinitas con comida imaginaria, hablan por teléfono con un juguete, …).
Por extensión de esta fase del juego simbólico, en su imaginación, pueden llegar a crear un amigo imaginario, o dotar de “vida” alguno de sus peluches.

¿Significa que el niño tiene un problema psicológico o de relación?



Hace años se pensaba que tener amigos imaginarios era más frecuente en los hijos únicos, en niños que pasaban mucho tiempo solos o en niños que se movían en un ambiente fundamentalmente con adultos, pero los estudios actuales no han podido demostrar ninguna de estas relaciones.
En contra de esto, lo que sí se piensa, es que los niños que tienen un amigo imaginario es porque tienen muy desarrollada el área de la imaginación e incluso en el futuro pueden llegar a ser grandes artistas.

¿Qué debo hacer como padre?

En primer lugar, si el niño está en la edad típica, comprender que es una fase normal y no preocuparse.
Es más, los amigos imaginarios, pueden tener una parte positiva ya que en realidad son el reflejo del propio niño. Por tanto, debemos aprovechar para:

    – Conocer sus miedos: “mamá, a Marcos le da miedo dormir con la luz apagada”, suele significar que a él le da miedo dormir con la luz apagada.
    – Conocer sus deseos: “mamá, Marcos dice que quiere ir a la playa”, suele significar que a él quiere ir a playa.
    – Educar, aprovechando de manera indirecta la figura del amigo imaginario: podemos decir “dile a Marcos que a mamá no le gusta que los niños digan palabrotas”.
    – Corregir algunos “hábitos de higiene”: podemos decir “vamos a explicarle a Marcos cómo se lavan los dientes”.

¿Confundirá el niño el mundo real con la fantasía?

No, pero no debemos estimular en exceso, no debemos dar demasiado protagonismo ni importancia al amigo imaginario.
Siempre debemos estimular que el niño juegue con otros niños reales.
Pero también es importante no reprimirlo continuamente, porque eso es como negar sus sentimientos.

¿Cuándo debo preocuparme?

Sólo debe preocuparse si a raíz de la aparición del amigo imaginario el niño rechaza relacionarse con otros amigos reales o el comportamiento del niño sufre una desviación por ejemplo hacia un comportamiento muy agresivo.

¿Cuándo desaparecerá?

No hay que obligar al niño a no jugar con su amigo imaginaria, tal como vino se irá.

Normalmente en torno a los 7-8 años, conforme va desarrollando el lenguaje y sobre todo la lógica y la inteligencia, su amigo imaginario desaparecerá de su mente.

Comparte esta información con otros padres si piensas que puede ser de utilidad para ellos.

La masturbación infantil.

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Hoy saco a la palestra un tema, que todavía actualmente, se sigue considerando tabú. Muchos padres se avergüenzan, aún, porque su hijo de 3 años se masturba.
Algunas madres me comentan, con cara de resignación, como quien está confesando un pecado: “Doctor estoy muy preocupada porque mi niña de 3 años, cada vez que duerme la siesta, se frota con su osito, comienza a sudar, se pone muy rígida y, a veces, creo que ha llegado a perder la conciencia”.

Aclararé ciertas dudas:

¿En qué consiste la masturbación infantil?

La masturbación es la autoestimulación de los genitales por placer.
Es normal que los niños, en el contexto de la exploración y descubrimiento de su cuerpo, descubran que frotar o tocar determinadas partes de su cuerpo provoca una sensación placentera.

¿A qué edad comienzan a masturbarse los niños?

La mayoría de los niños alrededor de los 6 meses comienzan a tener cierto control de sus manos, pudendo incluso agarrar algunos objetos, y por tanto comienza esa fase de reconocimiento de su cuerpo.
Por tanto, es raro que la masturbación infantil ocurra antes de los 6 meses. Y se hace especialmente frecuente a partir de los 2 años.

¿Cuándo dejará de masturbarse?

Los niños que descubren la sensación placentera de tocarse los genitales es frecuente  que mantengan ese comportamiento durante meses o años.
A partir de los 6 años seguramente disminuirá la frecuencia.
Posteriormente, en la adolescencia, y en este caso ya sí influido por la “tormenta hormonal”,  la masturbación es casi universal.

¿Cómo se masturban los niños?

Los más pequeños frotan sus muslos uno contra otro, con movimientos rítmicos de las caderas cuando está boca arriba o moviéndose sobre las manos o las rodillas cuando están boca abajo.
Un poco más tarde pueden aprender a frotarse contra algún muñeco, el brazo de un sillón,…

La manipulación rítmica de los genitales con la mano no se suele producir antes de los 2 años y medio.

¿Cómo detecto si mi niño pequeño se masturba?

El niño puede parecer ensimismado, acalorado y sudoroso, con movimientos rítmicos de la cabeza o extremidades y al concluir puede quedar agotado.
En ocasiones puede llegar a confundirse con una crisis epiléptica.

¿Por qué se masturban?

Quizás esta es la duda debe quedar más clara para quitarle hierro al tema, ya que la masturbación infantil no tiene las connotaciones sexuales que puede tener en los adultos. Simplemente, en el descubrimiento de su cuerpo, detectan que tocar o frotar determinadas partes de su cuerpo proporciona placer puramente físico.
Hay que insistir en que la masturbación infantil es una conducta totalmente NORMAL.

¿Cuándo se masturban?

Lo pueden hacer en cualquier momento pero es más frecuente cuando el niño se va a dormir, está aburrido o viendo la televisión o si está sometido a algún tipo de estrés.

Si se masturba frecuentemente, ¿tendrá alguna consecuencia?

La masturbación infantil no provoca ningún daño físico ni psicológico. La masturbación no modificará su orientación sexual ni va a hacer que sea más promiscuo.

Como padre, ¿qué puedo hacer?

En realidad no debe hacer NADA especial, simplemente saber que es puro placer físico y, por lo tanto, es NORMAL que el niño lo busque.
Castigarlo puede  provocar un efecto negativo, porque puede reforzar esa conducta.
Si el niño tiene el hábito de hacerlo en público, habrá que corregirlo moderadamente, de la misma manera que se le regala cuando se hurga en la nariz o se come los mocos. Tendrá que explicarle que “eso no se puede hacer en público, sólo en casa, en la cama o en el baño”.
Si suele hacerlo en el cole, habrá que comentárselo a los profesores, para que procuren mantener su atención en la clase y eviten regañarlo en público.

¿Debo acudir al pediatra?

Solo si la masturbación fuera compulsiva, es decir, frecuente y obsesiva.
En muy pocas ocasiones, la masturbación estará relacionada con situaciones de estrés del niño o, incluso, abusos sexuales por parte de adultos.
En esos casos, por supuesto, habrá que comentárselo al pediatra.

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