La erupción dentaria.

 

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«Doctor, lleva tres días muy rabiosa, llorando, sin apenas querer comer, pero queriendo moderlo todo. Además está destemplada y mira como tiene el culito. ¿Será de los dientes, no?»

Os suena esa situación, ¿verdad? Desde luego a mi si me suena la pregunta, como las que ya hemos visto en otros post como «por favor, mándele unas vitaminas, que no come nada», «se despierta todas las noches veinte veces, estamos desesperados», «desde que empezó la guarde no levanta cabeza», «lleva unos días que me monta unas rabietas impresionantes…»

La expresión de un mismo proceso puede ser muy diferente en cada bebé. Como ya he comentado varias veces, en el desarrollo de un bebé sano existe una amplia variabilidad y un ejemplo típico de esto es la erupción de los dientes. Existen bebés en los que los padres se dan cuenta de la erupción de los mismos una vez que ya han salido, sin ningún síntoma previo. En otras ocasiones, sin embargo, no pasan tan desapercibido para los padres.
Los síntomas más frecuentes que suelen aparecer durante la progresión de los dientes a través la encía son el dolor o molestia en las encías, que suele acompañarse de un aumento importante del babeo, y de una tendencia del bebé a introducirse cualquier objeto (o sus propias manos) para morderlo. A veces, este aumento del babeo, provoca que el área peribucal esté siempre húmeda, provocando una irritación y la producción de una irritación (dermatitis) de esta zona. Además, las deposicones, por el aumento del babeo, son más ácidas por lo se suele irritar la zona perianal, provocando una zona roja, inflamada y exudativa.
También es muy frecuente que coincidiendo con la erupción dentaria, se produzca una alteración del ritmo intestinal, aumentando el número de deposiciones. Suelen ser de 3-5 deposiciones al día, que no suelen ser líquidas sino más bien pastosas, y que suele resolverse espontáneamente en 3-4 días.
Otro síntoma que aparece, en ocasiones, con la erupción dentaria es la febrícula que oscila entre 37.5 y 37.8ºC. Si la fiebre es más alta, 38-38,5ºC,  no es debido a la erupción de los dientes sino que el bebé estará asociando otro proceso como un catarro, que suele solaparse.

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La escarlatina.

Esta semana he atendido en la consulta (e incluso he recibido algún email desde el extranjero) a varias madres muy angustiadas porque desde el colegio les han enviado un papel informándoles de que en la clase de su hijo ha habido algún caso de escarlatina.
Voy a intentar aclarar ciertas dudas:

¿Qué es la escarlatina?
Es una enfermedad infecto-contagiosa, frecuente en la infancia y benigna actualmente por existir tratamiento antibiótico.

¿Es una enfermedad antigua?
Realmente siempre han existido casos y continúan existiendo. El motivo de por qué parece una enfermedad antigua es porque antes de que existieran los antibióticos era una enfermedad que podía provocar complicaciones y por tanto era muy temida.

¿Cuál es la causa?
La escarlatina es producida por el Streptococcus pyogenes del grupo A. Ese mismo germen es el causante más frecuente de las amigdalitis (“placas en la garganta” o “anginas”). En realidad el cuadro de escarlatina no es producido por el germen sino por las toxinas que libera.

¿Cuáles son los síntomas?
Además de los síntomas comunes a cualquier infección (malestar, decaimiento, inapetencia, …) existen una serie de síntomas típicos de esta enfermedad como son:
Inicialmente aparece dolor de garganta y fiebre alta, como en la mayoría de los cuadros de amigdalitis. Aproximadamente 12-24 horas después aparece un exantema o sarpullido (manchas en la piel) que típicamente es rasposo, la piel parece “papel de lija”. Estas manchas suelen comenzar por la cara (respetando el triángulo de la boca y la nariz) y posteriormente desciende por el tronco y las piernas, siendo más intenso en las zonas de pliegues (axilas, ingles, pliegues glúteos, …). Posteriormente, después de 7-10 días, suele descamarse esa piel, especialmente en la punta de los dedos y los pliegues.
Otro síntoma muy típico es que la lengua muy roja, con puntitos, como una fresa y los labios también muy rojos (a veces también se descaman).
Los ganglios del cuello también pueden estar inflamados.

¿Cómo se diagnostica?
En la mayoría de las ocasiones no es necesario realizar ninguna prueba, suele diagnosticarse sólo con una adecuada exploración.
A veces se pueden tomar cultivos de la garganta para demostrar el germen causante (streptococcus pyogenes del grupo A).

¿Cómo se transmite?
Se transmite a través de la saliva o a través de las gotas de Plfluge (gotitas de saliva que soltamos al hablar o toser).

¿Se puede prevenir, existe vacuna?
No existe vacuna para esta enfermedad.
La manera de evitar el contagio es como la de la mayoría de las enfermedades respiratorias, evitando compartir objetos que se introducen en la boca, y evitando el contacto estrecho.

¿Se puede volver a padecer?
Esta enfermedad, aunque no es lo habitual, se puede pasar varias veces porque existen varios tipos de toxinas.

¿Cómo se trata?
El tratamiento se hace con antibióticos habituales como la penicilina o la amoxicilina por vía oral. En la mayoría de las ocasiones utilizamos la amoxicilina durante 10 días.

¿Es grave, puede presentar muchas complicaciones?
El tratamiento antibiótico hace que actualmente las complicaciones sean excepcionales. De todas maneras las complicaciones que pueden existir son fundamentalmente la fiebre reumática y la glomerulonefritis (inflamación del riñón).

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La tartamudez evolutiva.

Doctor, mi hijo de 2 años y medio, parece que cada vez habla peor. Ahora, cada vez que comienza a hablar se queda encasquillado y cuanto más intento ayudarlo más se encasquilla.”

Aclararé ciertas dudas:

La tartamudez es un trastorno del habla en el cual se interrumpe el flujo normal del lenguaje mediante repeticiones frecuentes o prolongación de los sonidos, sílabas o palabras o la incapacidad de una persona de iniciar la pronunciación de una palabra. A veces, estas interrupciones del lenguaje, se acompañan de guiños rápidos de los ojos, muecas de la cara o temblores de los labios o de cualquier parte de la zona superior del cuerpo.

Hay determinadas situaciónes que pueden empeorarlo, especialemnete situaciones de estrés como hablar en público. También hay situaciones que pueden hacer que mejore o desaparezca, como cantar.

Lo importante de este tema es que hasta el 90% de los niños puede pasar por una fase de tartamudeo que consideramos normal, lo llamamaos tartamudeo evolutivo. Pero en un 1% de los casos puede ser la expresión de un problema del lenguaje mayor o signo de otro trastorno neurológico. El dato clave para diferenciarlos es fundamentalmente la edad: considramos que el tratamudeo es normal hasta los 4 años y medio, más o menos. Cuando se prolonga más allá de esta edad, lo llamamos tartamudez verdadera o disfemia y, en este caso, se debe consultar con el especialista.

Para el resto de los casos, es decir, para el tartamudeo evolutivo, “el normal”, daré una serie de consejos:

  • Hablar mucho con el niño, puesto que cuanto más practique más rápidamente mejorará. Pero intentaremos hablarle de forma pausada: como hemos dicho muchas veces, los niños aprenden por imitación y si hablamos muy rápido él también lo intentará.
  • Crear un clima de confianza, donde no tenga miedo a expresarse.
  • No presionarles, no meterles prisa. Si les ponemos nerviosos pueden empeorar.
  • No corregirles. Esto también puede ponerles nervisos e incluso si les corregimos en exceso pueden tomar la decisión de no querer hablar.
  • No terminarles las frases, deben intentar corregirse ellos solos, si no no aprenden.
  • No regañarle por hablar así, no lo hacen de forma intencionada.
  • No mostrarle a él ni públicamente delante de él nuestra preocupación por este motivo. Si nos ve preocupados lo puede utilizar para “llamar la atención”.

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Las salchichas NO producen cáncer.

Pena me da el uso que en ocasiones se les da a las redes sociales.

Puedo entender que un buen titular de una noticia o un post puede hacer que alguien te lea o no te lea, y entiendo que el trabajo de muchos periodistas, especialmente los becarios, depende precisamente de esto.

Pero creo que hay límites que no se pueden sobrepasar. Es decir, los canales informativos NO pueden servir para desinformar y alarmar. Ya este verano ocurrió con un post sobre al ahogamiento secundario que rápidamente se viralizó por las redes, y que yo también traté de poner cordura en este post.

Voy a intentar aclarar en muy pocas palabras que es lo que ha pasado en esta ocasión con lo de “las salchichas producen cáncer”

La Agencia Internacional para la investigación del Cáncer (IARC) es un grupo de laOrganizaión Mundial de la Salud (OMS) que se dedica a la clasificación los carcinógenos.

Esta clasificación establece, como veis en la siguiente imagen, diferentes grupos según la relación que se haya podido demostrar según los estudios que se hayan realizado sobre determinado producto cancerígeno. Por tanto, puede haber productos muy cancerígenos, pero si no hay estudios que lo avalen, NO aparecerán en ese grupo de la clasificación.

Que las carnes procesadas estén en le grupo 1 sólo significa que hay estudios que han relacionado la ingesta de ese tipo de productos cárnicos con algún tipo de cáncer, pero en ningún momento se habla de dosis en esta clasificación.

Así que el problema no es el producto en sí, sino la dosis. A nadie se le escapa que no es lo mismo fumar un puro en la boda de un amigo que fumar tres paquetes de tabaco al día, no es lo mismo dar un paseíto de media hora al sol a la caída de la tarde que achicharrarse repetidamente al sol, no es lo mismo tomar una copa de vino comiendo que beberse diariamente cinco wiskies.

Creo que la comunidad científica tenemos la obligación de decir la verdad, de informar: no hay ningún estudio científico que haya demostrado la carne procesada consumida con moderación produzca cáncer. No conoceréis a nadie que tenga un cáncer por haber consumido alguna vez una hamburguesa.

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La tos.

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¿Para qué sirve la tos?

La tos es un mecanismo de defensa que pretende limpiar la vía respiratoria de secreciones (o expulsar algo que se haya aspirado). Por tanto, es “buena y necesaria”, ya que si a un niño que tiene muchas secreciones le paramos totalmente la tos, las secreciones  no se movilizarán con el consiguiente riesgo de infección de dichas secreciones.

¿Cuáles son los tipos de tos?

Tos seca: es la tos que no mueve secreciones, por tanto, es poco eficaz y puede resultar muy molesta. Se produce por la inflamación de las vías respiratorias. Aparece al inicio de los resfriados y a veces, también, en los atragantamientos. Si la tos seca es muy persistente puede ser un signo de bronquitis o asma, aunque en estos casos se suela acompañar de dificultad respiratoria y “pitos” en el pecho. La tos nerviosa o psicógena, es un tipo de tos seca autoprovocada, de forma más o consciente, que  no se debe a una enfermedad respiratoria. Típicamente mejora durante el sueño y cuando no se le presta atención al niño. La tos ronca o perruna, como ya vimos en otro post, es típica de la laringitis o crup, y se suele acompañar de afonía por inflamación de las cuerdas vocales.

Tos blanda o tos productiva: sirve para movilizar e intentar expulsar las secreciones. Hay que saber que la gran mayoría de las secreciones, especialmente en los niños más pequeños, se las acabarán tragando, y en muchas ocasiones, las vomitarán. La tos blanda de pocos días de duración y que no se acompaña de dificultad respiratoria es “buena”, ya que ayuda a esta movilización y expulsión de las secreciones.

Ataques de tos: En algunas enfermedades, como la tosferina, la tos se produce en forma de golpes o ataques, es decir, son niños que en el contexto de un cuadro catarral presentan ataques intensos de tos, con dificultad para coger aire incluso en los ataque de tos. Esta enfermedad puede llegar a ser muy grave en los niños menores de 2 meses que aún no han recibido ninguna dosis de la vacuna.

También, debemos sospechar la aspiración de un cuerpo extraño en un niño que previamente encontrándose bien comienza con un golpe de tos intenso, especialmente si no estaba vigilado o si se ha presenciado un episodio de atragantamiento, con alguna pieza pequeña de un juguete, un fruto seco,…

¿Hay que tratar la tos?

Como ya he dicho, especialmente la tos húmeda y productiva es un mecanismo de defensa y, por tanto, nuestro objetivo no debe ser que desaparezca completamente.

Con la tos seca, el objetivo es hacerla llevadera permitiendo, al menos, el descanso del niño.

No se debe tratar la tos en sí misma sino la causa que la provoca. Por ejemplo, si la tos es producida por una neumonía debemos tratar la neumonía y, en la medida que ésta mejore, desparecerá la tos. En los cuadro catarrales con mucosidad abundante debemos hacer lavados nasales frecuentes, ya que en la medida que disminuya la mucosidad, mejorará la tos.

La mayoría de los medicamentos utilizados para la tos en los niños no se han mostrado demasiado eficaces.

Un remedio casero que sirve para controlar la tos sobre todo seca, en los catarros, es la miel. Pero debemos recordar que no la deben tomar los menores de un año y que no debemos administrarla mojando en ella el chupete, puesto que esto puede provocar caries.

¿Cuándo se debe consultar al pediatra por tos?

Debemos consultar al pediatra:

  • Si la tos se acompaña de dificultad respiratoria o estridor inspiratorio (ruido fuerte al coger aire).
  • Si la tos es persistente (más de 2 semanas) o se acompaña de fiebre alta o prolongada.
  • Si se sospecha que se haya aspirado un cuerpo extraño.
  • Si la los golpes de tos provocan que el niño se ponga muy rubicundo (rojo) o cianótico (azulado).

 

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Caída del cabello durante la lactancia materna.

“Doctor, quiero quitarle el pecho a mi hij@ porque se me está cayendo el pelo. O si no, recéteme unas vitaminas. Como siga así me voy a quedar calva, se me caen auténticos mechones de pelo”-

El cabello es un elemento importante en la belleza de una mujer. Ya he tratado en otro post algunas preocupaciones de las embarazadas sobre su pelo. También he hablado sobre algunos falsos mitos sobre la lactancia materna.

En esta ocasión hablaré sobre el mito de la asociación entre dar el pecho y que se caiga más el pelo.

Una manera fácil de entender lo que pasa realmente es asemejar la cabellera de una mujer a la copa de un árbol de hoja perenne (los que siempre tienen hojas). Realmente estos árboles no es que tengan siempre las mismas hojas, sino que mientras unas se caen otras van saliendo, y así, siempre se mantiene un equilibrio que hace que el árbol tenga siempre  un número similar de hojas. De la misma manera el pelo de una mujer está en continua equilibrio. Mientras que unos pelos se están cayendo otros están naciendo y de esa manera se mantiene una cabellera similar.

Durante el embarazo, por los cambios hormonales que existen, las fases del desarrollo del pelo se detienen y el pelo no se cae. Por eso “se les pone el pelo tan bonito a las embarazadas”, pero de esto nadie se queja.

Tras el parto los ciclos hormonales de la mujer se ponen nuevamente en marcha y con ello se vuelvan a poner en marcha los ciclos del pelo. Lo que ocurre ahora es que como todos los pelos se habían detenido en la misma fase, coincidirán muchos pelos que se caen al mismo tiempo. Las mamás que en este momento están dando el pecho asocian, influidas por comentarios como “este niño te está consumiendo, seguro que tienes anemia”, esta mayor caída del cabello con el aumento de los requerimientos de micronutrientes por la lactancia.

Realmente no es que se haya caído más pelo, sino que en ese momento se están cayendo los pelos a los que realmente tocaban más los que no se cayeron durante el embarazo. Progresivamente, como todos los pelos no tienen una duración exactamente igual de las fases de su ciclo, el equilibrio del balance entre los pelos que se caen y nacen se regula.

Por tanto, aunque una mujer lactante tome “vitaminas para el cabello”, éstos se acabarán cayendo. Igualmente, por más que una madre no de lactancia materna, notará que tras el parto sufre una mayor caída del cabello.

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Desterrando falsos mitos: ¿qué es más sano el tomate natural, el tomate frito o el ketchup?

 

tomate naturalTomato ketchup falling from bottle

Ya he hablado en alguna ocasión sobre errores frecuentes en la alimentación infantil.

Hoy quiero explicar en este post las diferencias fundamentales en las diferentes formas de tomar tomate y los falsos mitos que hay a este respecto.

Pareciera, a priori, que la respuesta de qué forma de tomate es más sana sería por orden: tomate natural, después tomate frito y, por último, la salsa de tomate ketchup. Nada más lejos de la realidad.

El consumo de ketchup ha aumentado exponencialmente en los últimos años, los niños le ponen ketchup casi a todo. Solemos relacionar el consumo de ketchup con la “comida rápida” o “comida basura” pensamos que el ketchup es también parte de esa “comida basura”.

Hay que decir que el tomate en sí es “muy sano” porque aporta muchos nutrientes al organismo, como folatos, carotenos, vitaminas E y C y licopenos. Es precisamentente debido al contenido en licopenos por lo que se considera que es un alimento antioxidante con la capacidad de reducir distintos tipos de cáncer.

En las conclusiones de los estudios realizados a este efecto se afirma que, dentro de los derivados del tomate, es en el ketchup donde se encuentran los mayores niveles de concentración de licopeno (hasta 25mg/100g), muy por encima de otros como el gazpacho (menos de 5mg/100g), o la salsa de tomate, zumo de tomate, tomate triturado o tomate pelado. El licopeno también está presente en el tomate fresco, pero en cantidades menores al ketchup. Hay que decir, también, que el tomate natural contiene otros antioxidantes que no contiene el ketchup, aunque no tan potentes como el licopeno. Podríamos decir que el ketchup es “tomate hiperconcentrado” ya que para la producción de 100 gramos de ketchup, por ejemplo, de ketchup Heinz, son necesarios 126 gramos de tomate.

Por el tipo de procesamiento del tomate en sus distintas elaboraciones se ha visto que el calentamiento que sufre el tomate para la elaboración del ketchup disminuye el tamaño de la matriz que contiene el licopeno por lo que se favorece su absorción, es decir, el ketchup contiene más licopeno y además se absorbe mejor. Podemos decir, por tanto, que el ketchup es muy sano.

Con respecto a las cantidades diarias recomendadas, se considera que puede ser adecuada, para ejercer su efecto beneficioso una ingesta diaria de 7-10 mg de licopeno. Estas cantidades se consiguen con una ingesta de una ración de gazpacho ó zumo de tomate de 250 ml (1 vaso), 100g de salsa de tomate ó 3 raciones de 10ml (3 bolsitas) de ketchup.

Este post no puede ser una “alegoría al ketchup”. Debe ser consumido con moderación ya que además de licopeno contiene sal y altas cantidades de azúcar.

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¡¡ Hablemos con nuestros hijos !!

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No es este un blog de “problemas sociales” pero creo que en la formación integral como personas de nuestros hijos es fundamental inculcarles el valor de la SOLIDARIDAD. No sólo debemos preocuparnos de la salud física de nuestros niños sino , además, de su salud mental y de su formación integral como personas.

ELLOS SON EL FUTURO y, es fundamental, que en ese crecimiento como seres adultos, inteligentes y libres crezcan como personas que son capaces se hacerse sensibles a los problemas de este mundo de injusticias y desigualdades, despertándoles una actitud para poner su granito de arena e intentar cambiarlo.

Quiero hoy, aprovechando que es el “Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza 2015”, hacer un llamamiento a la SOLIDARIDAD y agradecer, de paso, a todas las personas que diariamente trabajan por HACER UN MUNDO MEJOR.

Propongo un ejercicio sencillo: que en un momento del día les hablemos y les hagamos conscientes a nuestros niños (¡¡que serán los responsables de mejorar este mundo!!), cada uno a un nivel adecuado a su edad, de esta lacra mundial de desigualdad e injusticia. Seguro que si les decimos que nos propongan una solución nos propondrán cosas muy sabias e interesantes. Su inocencia les hace muy libres.

Enseñémosles los valores que les harán GRANDES PERSONAS: valorar a sus compañeros, compartir con sus compañeros, respetarles, ayudarles, …

El lema de este años es Construir un futuro sostenible: unirnos para poner fin a la pobreza y la discriminación”.

Os dejo algunos datos y cifras que nos da UNICEF y nos hablas de “la mala salud” de nuestro mundo:

  • 836 millones de personas aún viven en la pobreza extrema.

  • Alrededor de 1 de cada 5 personas de las regiones en desarrollo vive con menos de 1,25 dólares diarios.

  • La gran mayoría de las personas que viven con menos de 1,25 dólares diarios pertenece a 2 regiones: Asia Meridional y África Subsahariana.

  • Los elevados índices de pobreza se ven a menudo en países pequeños, frágiles y afectados por conflictos

  • En el mundo, 1 de cada 7 niños menores de 5 años no tiene una altura adecuada para su edad

  • En 2014, cada día, 42.000 personas tuvieron que abandonar sus hogares en busca de protección debido a un conflicto.

Algunos datos se nos vienen un poco grandes, pero sí está a nuestro alcance comenzar con PEQUEÑOS GESTOS que se traducirán en GRANDES PERSONAS.

Hablemos mucho con nuestros hijos, y sobre todo, dejémosles también HABLAR A ELLOS.

El objetivo final es “Poner fin a la pobreza en todas sus formas en todo el mundo” y las metas que se marca este objetivo, para 2030, son:

  • Erradicar la pobreza extrema para todas las personas en el mundo, actualmente medida por un ingreso por persona inferior a 1,25 dólares de los Estados Unidos al día.

  • Reducir al menos a la mitad la proporción de hombres, mujeres y niños de todas las edades que viven en la pobreza en todas sus dimensiones con arreglo a las definiciones nacionales.

  • Poner en práctica a nivel nacional sistemas y medidas apropiadas de protección social para todos, incluidos niveles mínimos, y, para 2030, lograr una amplia cobertura de los pobres y los vulnerables.

  • Garantizar que todos los hombres y mujeres, en particular los pobres y los vulnerables, tengan los mismos derechos a los recursos económicos, así como acceso a los servicios básicos, la propiedad y el control de las tierras y otros bienes, la herencia, los recursos naturales, las nuevas tecnologías apropiadas y los servicios financieros, incluida la microfinanciación.

  • Fomentar la resiliencia de los pobres y las personas que se encuentran en situaciones vulnerables y reducir su exposición y vulnerabilidad a los fenómenos extremos relacionados con el clima y otras crisis y desastres económicos, sociales y ambientales.

  • Garantizar una movilización importante de recursos procedentes de diversas fuentes, incluso mediante la mejora de la cooperación para el desarrollo, a fin de proporcionar medios suficientes y previsibles a los países en desarrollo, en particular los países menos adelantados, para poner en práctica programas y políticas encaminados a poner fin a la pobreza en todas sus dimensiones.

  • Crear marcos normativos sólidos en los planos nacional, regional e internacional, sobre la base de estrategias de desarrollo en favor de los pobres que tengan en cuenta las cuestiones de género, a fin de apoyar la inversión acelerada en medidas para erradicar la pobreza.

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El uso de la almohada en niños.

 

Ya he tratado en otros post algunos problemas relacionados con el sueño de los niños (cuántas horas deben dormir los niños, cómo enseñarles a dormir solos, por qué sudan mientras duermen,…). Hoy me voy a centrar en una preocupación que me planteáis con frecuencia en la consulta:

“¿A qué edad debo comenzar a ponerle almohada al niño en la cama?”

En la propia pregunta va implícito que los padres han supuesto que los bebés de poca edad no la necesitan. Efectivamente, en los primeros meses de la vida, NO se aconseja el uso de almohada por dos motivos. El primero, y principal, porque como prevención del síndrome de muerte súbita del lactante (SMSL) no se recomienda que en la cuna haya objetos innecesarios (cojines, peluches, almohadas,…). El segundo es simplemente una cuestión anatómica, ya que occipucio de los bebés es más prominente y el uso de almohada provocaría que el cuello estuviese demasiado flexionado, lo que resulta incómodo.

En los niños un poco más grandes, entre los 12 y los 24 meses, el uso de la almohada más que aconsejable o desaconsejable es “ciencia ficción”, ya que a esa edad los niños se mueven tanto durante el sueño que la almohada terminaría en los pies, en la espalda, … o en cualquier otro sitio que no sea debajo de la cabeza del niño.

A partir de los 4 años, el sueño de los niños suele ser algo más tranquilo, suelen a mantener la orientación correcta en la cama. A estas edades, de forma similar a los adultos, lo que debemos valorar es la postura del niño en la cama durante el sueño:

si duermen boca abajo: lo mejor es NO usar almohada. Si la usa debe ser muy fina porque ni no provoca hiperextensión del cuello que puede llegar a ser incómodo.

– si duermen de lado: en este caso, cuando la anchura de los hombros es mayor que la de la cabeza es aconsejable el uso de la almohada para mantener la columna alineada.

– si duerme boca arriba: algunos niños prefieren dormir sin ella, pero si la utilizamos, debe ser fina para que el cuello no se flexione demasiado.

Debemos hacer 2 consideraciones especiales:

  • niños con plagiocefalia: podemos utilizar la almohada para “obligar” a apoyar la cabeza por la parte correcta (“la zona redondeada”).
  • niños con obstrucción de la vía respiratoria superior, por un proceso catarral o porque tenga una hipertrofia adenoidea (“vegetaciones muy grandes”): en este caso se podría utilizar una almohada con la intención de elevar la cabeza para facilitar la respiración, aunque es más aconsejable elevar la cama en bloque, elevando todo el cabecero introduciendo, por ejemplo, una toalla enrollada debajo del colchón.

Si alguna vez te has planteado estas dudas, comparte esta información con otros padres.

¿La leche produce mocos?

 

Hoy, tras haber tenido que responder a dos familias por esta pregunta “me veo obligado a escribir” este post.

Tengo que reconocer que la primera vez que escuché la pregunta, hace unos años, no hice mucho caso. Pensé que era la observación puntual de una madre. Traté de explicarle: “Todo se debe a una simple coincidencia en el tiempo. Los bebés son muy mocosos y, a esa edad, leche es uno de los alimentos más presentes en su dieta, pero eso no significa que la leche produzca moco”.

En todo el tiempo estudiando la carrera de medicina y en todo el tiempo haciendo la especialidad de pediatría ninguno de “mis maestros” me había enseñado nada de eso. Yo tampoco recordaba haber estudiado en ninguna asignatura nada que relacionase la leche con la producción de mucosidad.

La curiosidad empezó a picarme cuando la pregunta se empezaba a repetir demasiado frecuentemente para ser la “observación puntual de una madre”.

Tuve que investigar sobre el tema. Lo cierto es que no encontré ningún artículo reciente ni antiguo que demostrara la asociación entre el consumo de leche y la producción de mocos. Lo que sí encontré en esa búsqueda es que esa creencia provenía de determinados grupos naturistas, anti-leche. Estos grupos se apoyaban en algunos estudios que demuestran que la leche, efectivamente, aumenta la mucosidad a nivel digestivo, pero en ningún caso a nivel respiratorio. Además, incluso, parece que esa mucosidad producida a nivel digestivo tendría un papel protector frente a determinados tipos de cánceres digestivos.

Hoy, tras haber tenido que responder a dos familias sobre “¿la leche produce mocos?”, he actualizado mi búsqueda y , tengo que decir, que a día de hoy seguimos sin ninguna evidencia científica que avale esa asociación.

Podemos hablar mucho sobre algunos problemas que puede producir la leche, sobre todo si se toma en exceso, como son el estreñimiento, la intolerancia a la lactosa, … pero a día de hoy no podemos decir que la leche produzca moco a nivel respiratorio.

Así que de momento lo que nos queda a los pediatras, y padres, con respecto a los mocos de nuestros hijos es “aceptarlos como animal de compañía” y hacer lavados nasales frecuentes, como ya comenté en otro post.

Si piensas que esta información puede ayudar a otros padres, compártela.