¡¡¡MUCHO CUIDADO CON LOS PATINETES ELÉCTRICOS!!!

Son ya varios los post que he escrito en esta página alertando de algunos peligros sobre algunos de los juguetes que nosotros mismos incentivamos como son el uso del tacatá, los castillos hinchables,…

El año pasado uno de los “juguete estrellas” de Navidades fueron las zapatillas deportivas con ruedas. Ese post fue muy controvertido ya que a pesar de que mucha gente me tachó de alarmista posteriormente se pusieron en contacto conmigo para decirme que, efectivamente, no se trataba de ninguna exageración: “mi hija, doctor, ya se ha roto la muñeca, como usted ponía en el artículo”

Este año el “juguete estrella” de los Reyes Magos ha sido el patinete eléctrico.

Un año más tras las Navidades hemos asistido a un gran incremento del número de Urgencias traumatológicas. Ayer, en la guardia, tuve ocasión de contrastar con los compañeros de traumatología su impresión y, efectivamente, me confirmaron un aumento muy llamativo de los traumatismos debidos a caídas del patinete eléctrico.

En una misma guardia hubo que intervenir quirúrgicamente a cuatro niños por caídas de este “juguete”.

El caso de las zapatillas con ruedas y del patinete eléctrico es muy similar al del uso del tacatá, es decir, es como dejarle a nuestros hijos un “motor de alta cilindrada” sin tener permiso de conducir. Hay que señalar que algunos de estos aparatos llegan a alcanzar velocidades de hasta 40km/h y más.

Igual que ocurrió el año pasado con las zapatillas de ruedas, el problema del uso de este tipo de aparatos es que la mayoría de los niños lo hace sin las debidas protecciones (casco, muñequeras, coderas y rodilleras).

Por tanto, como reflexión final, sólo pretendo con este post concienciar a los padres cuyos niños utilizan patinete eléctrico de que les insistan en que lo hagan con una edad adecuada y con las debidas protecciones.

Comparte esta información y evitarás que más de un niño acabe con un hueso roto.

La otitis media.

otitis

Llega el frío y con él, inevitablemente, los resfriados. Una de las complicaciones más frecuentes de éstos es la otitis media aguda.

Siendo muy simples podemos dividir la otitis en dos grupos:

  • Otitis externas: son las otitis propias del verano, también llamadas otitis del nadador. En este post ya hablé de ellas.
  • Otitis media aguda: son las otitis propias del invierno. A estas va dedicado este post.

Responderé a las preguntas más frecuentes que me hacéis:

¿Qué es una otitis media?

Es la infección aguda del oído medio, es decir, la parte del oído que está situado justo por detrás del tímpano.

¿Es frecuente?

Es una de las infecciones infantiles más frecuentes. Durante los primeros años de la vida un 80%-90% habrá padecido al menos un episodio de otitis.

¿Cual es la causa de la otitis media aguda?

La otitis media aguda puede ser producida tanto por virus como por bacterias. De éstas las más frecuentes son: es una infección en la que pueden estar implicados tanto virus como bacterias: El neumococo,  el Haemophilus influenzae no tipable y la Moraxella catarrhalis.

¿Por qué se producen?

La mayoría de las veces se produce porque parte del moco que presenta un niño cuando está resfriado, a través de trompa de Eustaquio (conducto que comunica la garganta con el oído medio), pasa al oído medio y se infecta.

Una secuencia de hechos muy frecuente es la siguiente: un niño se acatarra, presentando abundante mucosidad nasal, y al cabo de unos pocos días puede quejarse de dolor de oído.

¿Cómo se diagnostica?

La mayoría de las veces los pediatras lo podemos sospechar simplemente por la historia clínica: es muy típico que un niño que se encuentra muy acatarrado, al cabo de 2-3 días comience a quejarse de dolor de oídos. Suele ocurrir por la noche ya que en la posición de tumbado se facilita que el moco que está en la garganta pase al oído.

Normalmente los pediatras confirmaremos el diagnóstico al observar con el otoscopio el tímpano inflamado y abombado, ya que el oído medio estará lleno de moco.

¿Es grave la otitis?

Es muy raro que las otitis medias se compliquen. En los países desarrollados, hasta un 80% se resuelven espontáneamente, sin necesidad de tener que tomar un antibiótico.

¿Cómo? Entonces, ¿los antibióticos son útiles?

Los estudios más recientes demuestran que el porcentaje de curaciones es similar, tanto si se toma un antibiótico como si no. Aunque se ha visto que al tomar antibióticos mejora más rápidamente el dolor de oídos.

Entonces, ¿cuál es el mejor tratamiento?

1.- Si el niño padece un dolor de oídos moderado, que se alivia fácilmente: dar analgésicos habituales (paracetamol o ibuprofeno) y vigilar los 2-3 días siguientes si desaparecen los síntomas. Esto es lo más frecuente.

2-   Si el dolor de oídos no mejora con analgésicos habituales, la otitis lleva más de tres días, el niño se encuentra muy decaído o la otitis media es bilateral (de los dos oídos) o supurada (sale pus a través de conducto auditivo):  en este caso puede ser que desde el principio el pediatra decida poner antibióticos desde el principio. Pero no debemos olvidar que la parte más importante del tratamiento, al menos inicialmente, es aliviar las molestias con analgésicos.

¿Se puede bañar el niño si tiene una otitis?

Debido a que las otitis externas (otitis del verano) se producen los el baño, por el exceso de humedad, se tiende a pensar que con una otitis un niño no puede bañarse. Pero en el caso de las otitis medias sí pueden bañarse ya que con el baño se facilita, incluso, la expulsión del moco. En el caso de que haya supuración (eso implica que el tímpano está perforado) no conviene que se humedezca el oído ya que el agua podría entrar dentro del oído medio.

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Enfermedad boca-mano-pie.

boca-mano-pie

En el post de hoy voy a aclarar ciertas dudas sobre una enfermedad que visto en varias ocasiones a lo largo de esta semana en la consulta y que a todo el mundo parece generarle mucha curiosidad, la enfermedad boca-mano-pie. Será por lo simple del nombre.

¿Qué es la enfermedad boca-mano-pie?
Es una enfermedad infecto-contagiosa, frecuente en la infancia y que se encuadra dentro de lo que los pediatras llamamos enfermedades exantemáticas, es decir, las infecciones que se acompañan de“manchitas en la piel”.

¿A quién afecta?
Puede  afectar a cualquier grupo de edad, aunque es más frecuente en los primeros años de guardería o escolarización. Afecta, por tanto, fundamentalmente a niños entre 12 meses y 5-6 años.

¿Cuál es la causa?
Sí, es un virus, otro virus. Eso que os pone tan nerviosas a las madres(¡¡El pediatra me ha dicho que tiene otro virus, vamos, que no sabe lo que tiene!!).

Sabéis que existen miles y miles de virus y, como los pediatras ya sabemos la evolución, es más práctico dar consejos sobre el tratamiento que hacer pruebas (que pueden ser molestas e incluso perjudiciales para los niños) para poner el apellido exacto del virus en cuestión.

Pero en esta ocasión sí podemos decir que el virus que más frecuentemente produce esta enfermedad es el Coxsackie A16. Aunque existen otras cepas de ese virus (A5, A7, A9, A10, B2 y B5) que también la pueden producir. Es un virus que pertenece a la familia de los enterovirus, es decir, se reproduce dentro de nuestro aparato digestivo.

¿Cuáles son los síntomas?
Además de los síntomas comunes a cualquier infección (malestar, decaimiento, inapetencia, …), puede aparecer fiebre hasta en la mitad de los casos. Unos días después comenzarán a aparecer laslesiones de la piel que típicamente afectarán, como el propio nombre de la enfermedad dice, a la boca a las manos y a los pies.

Las lesiones de pies y manos en ocasiones pueden faltar, pero siempre estarán presentes las de la boca que, por cierto, son las más molestas. Las lesiones más típicas son vesículas (granitos como con agua dentro, parecidas a las lesiones de varicela). El problema fundamental de las lesiones es que las lesiones del interior de la boca pueden llegar a ser muy molestas ya que cuando se produce la rotura de la vesícula quedan lesiones ulcerosas, como aftas o llagas.

 

¿Cómo se diagnostica?
No es necesario realizar ninguna prueba complementaria, la historia clínica y la exploración (con las manchitas en las zonas típicas) son suficientes para hacer el diagnóstico.

¿Cómo se transmite?
Se transmite a través de la saliva o las heces, igual que lasgastroenteritis, ya que es un virus que se reproduce en el intestino y se elimina por las heces.

¿Se puede prevenir, existe vacuna?
No existe vacuna para esta enfermedad.
La manera de evitar el contagio, como el de todas las enfermedades de transmisión fecal-oral, es evitando compartir objetos que se introducen en la boca,  e intensificándose el lavado de manos.

¿Cómo se trata?
El tratamiento es sintomático. No es necesario el uso de antibiótico puesto que se trata de una infección vírica.

Cuando las lesiones del interior de la boca son muy grandes, muy numerosas o afectan a determinadas zonas, pueden dificultar que el niño coma, porque son muy dolorosas. En esos casos utilizamos algunos colutorios o cremas que calman el dolor y aceleran la cicatrización.

¿Es grave, tardará muchos días en resolverse?
Es una infección banal, con buena evolución que suele resolverse en menos de una semana, en unos 5-6 días.

 

Comparte esta información si piensas que pude ser utilidad para otros padres.

Sangrado nasal o epistaxis. ¿Qué hacer?

epistaxis

Doctor, mi hijo lleva tres noches seguidas manchando la cama de sangre. Sangra por la nariz. Al despertar la cama parece la matanza de Texas. Ya le pasó el año pasado por esta fecha. ¿A qué se debe?, ¿qué puedo hacer?”

El sangrado nasal, o epistaxis (ya sabéis que a los médicos nos gusta ponerle un nombre extraño a cualquier cosa), se debe casi siempre a la rotura de una pequeña vena de la zona anterior de la nariz (los médicos la llamamos área de Kiesselbach).

Es más frecuente en niños entre los 2 y los 12 años. Es muy raro que un bebé de pocos meses sangre por la nariz.

Es también es más frecuente en primavera, sobre todo en niños con alergia y picor nasal. A veces la sequedad nasal o la congestión de los catarros favorecen el sangrado.

Los factores anteriores, es decir, la impulsividad de los pequeños y las molestias nasales invita a éstos a “buscar petroleo” frecuentemente. Pero en ocasiones el sangrado se produce espontáneamente, sin que el niño se haya hurgado.

Aparte de lo escandalosa que es la sangre siempre y lo que mancha, el sangrado nasal no suele tener importancia.

Lo único que debe preocuparnos de un sangrado nasal es que tarde mucho tiempo en cortarse.

Si tarda más de media hora en cortarse es conveniente descartar un trastorno de la coagulación o un aumento de la tensión arterial. Esto ocurre en menos del 10% de las ocasiones.

¿Que debemos hacer para cortar el sangrado?

Esta es la madre del cordero. Hay tantos mitos y creencias populares como con la pelusa para el hipo (que si levanta el brazo del mismo lado del sangrado, que si pon la cabeza hacia atrás,…)

Lo que realmente hay que hacer es comprimir.

Esto se puede hacer comprimiendo con los dedos, haciendo pinza sobre la nariz o introduciendo algodón o gasas en la nariz. El problema de ésto, sobre todo en el caso del algodón es que tras retirarlo pueden quedar algunas pelusillas que producen picor y nuevamente el niño volverá a tocarse.

Resumiendo, el sangrado nasal es muy frecuente en niños pequeños en esta época por tocarse. Debemos comprimir durante unos minutos y si tras media hora el sangrado no ha cesado, es conveniente acudir a urgencias.

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Doctor, a mi hijo le duele la cabeza, ¿tengo que preocuparme?

dolor-cabeza

Como ya vimos en el post del traumatismo craneoencefálico, los síntomas neurológicos es algo que preocupa mucho a las familias.

Intentaré aclarar el tema.

La preocupación de las familias es “que tenga algo dentro de la cabeza”. Pues, precisamente, la gran mayoría de los dolores de cabeza se originan en estructuras de “fuera de la cabeza”: en los nervios, los vasos sanguíneos y los músculos que recubren la cabeza y el cuello, en los senos paranasales, en los ojos, en los dientes,…

Generalmente el dolor de cabeza es un síntoma más de un proceso infeccioso (faringitis, otitis, gastroenteritis, laringitis, catarro,…). Es frecuente que cuando un niño tiene fiebre se queje de dolor de cabeza. Lo que ocurre es que cuando son demasiado pequeños no son capaces de expresarse y no lo pueden decir, simplemente notamos que están más irritables.

 

Además de las infecciones, existen otros factores que, al igual que en los adultos, pueden desencadenar dolor de cabeza: saltarse alguna comida, el estrés (¡¡no olvidéis que la agenda de los niños de hoy día está casi más apretada que la nuestra!!), falta de sueño, cambios hormonales (“la regla”), ver durante mucho tiempo las pantallas (televisión, tablets, ordenador, videoconsolas, …), defectos de refracción (hipermetropía, miopía, …), pequeños golpes en la cabeza (si nos damos un golpe en el brazo nos duele el brazo así que si nos damos un golpe en la cabeza, también es normal que nos duela la cabeza. Parece de Perogrullo pero no sabéis la cantidad de visita a Urgencias que esto genera: “Doctor traigo a Pablito porque se queja de la cabeza”. Y yo. “¿Se ha dado algún golpe?”. La madre: “sí, esta mañana se cayó del columpio y se dio en la cabeza”. Y en ese momento, y sin que yo tenga que volver a hablar la madre “Claro, si se ha dado en la cabeza, es normal que le duela la cabeza, ¿verdad, doctor?” Y visita terminada. Ya solo falta darle a Pablito la pegatina de los valientes).

 

Pero existen dos tipos de dolores de cabeza, relativamente frecuentes en niños que debemos conocer:

  • Cefaleas tensionales: aparece en situación de preocupación y/o nerviosismo, por contractura muscular. Los niños se suelen quejar de la frente o de la zona lateral de la cabeza., “como si le apretasen”
  • Migrañas o jaquecas: Es recurrente. Es un dolor pulsátil, “como golpes con un martillo”. En un 90% de los casos suele haber antecedentes familiares. Puede acompañarse de nauseas y/o vómitos, visión de luces, sensibilidad a la luz, al ruido y a los olores fuertes.

 

Si el niño se queja de la cabeza, ¿Qué debemos hacer?

  • Buscar un sitio cómodo y tranquilo para el niño (una habitación a oscuras, silenciosa).
  • A veces les alivia un paño húmedo sobre la frente y los ojos.
  • Se puede administrar un analgésico de uso habitual como el paracetamol o el ibuprofeno.
  • Intentar averiguar si hay algún factor desencadenante (ayuno, traumatismo, …)

 

¿Cuándo debemos consultar al pediatra?

  • Si el dolor es cada vez más intenso.
  • Si los dolores son cada más frecuentes.
  • Si no remite con las dosis habituales de analgésicos.
  • Si asocia alguno de los siguientes síntomas:
    • Fiebre, rigidez de cuello, manchas en el cuerpo u otros signos de infección.
    • Vómitos “en escopetazo”, sin nausea previa.
    • Otros síntomas neurológicos asociados: debilidad muscular, hormigueo, dificultad para hablar, ataques epilépticos, disminución del nivel de conciencia,…
  • Si la cefalea presenta alguna de las siguientes características:
    • Despierta al niño por la noche o es, sobre todo, al despertar.
    • Interfiere de manera importante en la vida del niño (tiene que faltar a clase frecuentemente, …)

 

Comparte esta información y evitarás muchas preocupaciones (“dolores de cabeza”) a otros padres.

 

El peligro de la ingesta de las pilas de botón.

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Ya hace unos meses escribí un post sobre los productos más frecuentes que suelen ingerir los niños y que, a pesar de la gran angustia que generan en los padres, NO son tóxicos. Vimos que uno los productos que más alarmaba a los padres era el sobrecito de SILICA GEL que contienen muchos zapatos, bolsos, .. Podéis recordar el post pinchando aquí.

Hoy quiero hacer hincapié en un producto que, a diferencia del resto de los productos pequeños y de bordes romos cuya ingestión no acarrea ningún problema (salvo la angustia de los padres), su ingestión merece una consideración especial: LAS PILAS DE BOTÓN.

Las pilas sí pueden ser tóxicas.

Su contenido interior, que es alcalino, puede producir “quemaduras” en la mucosa digestiva. Además, el mercurio que pueden contener, es un metal pesado tóxico.

Afortunadamente la mayoría de las pilas se eliminan en poco tiempo (24-48 horas) y no suelen acarrear ningún problema. Si le eliminación es rápida no se suele corroer la cubierta de la pila y, por tanto, no liberan el mercurio.

¿Qué debemos hacer si nuestro hijo ingiere una pila de botón?

En este caso SIEMPRE debemos acudir con rapidez a un centro donde se puede realizar una radiografía. Algunos Centros de Salud disponen de este servicio y si no habría que acudir al servicio de Urgencias más cercano.

La realización de la radiografía es importante porque nos informará a qué nivel se encuentra la pila.

Los médicos actuaremos de una forma u otra en función de dónde se encuentre la pila:

  • Si se encuentra en el esófago: Afortunadamente esto es poco frecuente. En este caso se debe realizar una endoscopia urgente para extraerla y así evitar la posible perforación por quemadura en esa zona.
  • Si se encuentra en el estómago: El punto más estrecho de la vía digestiva es la salida del estómago (píloro) y podría haber problemas para atravesar esta zona si las pilas midieran más de15 mm. Por suerte, la gran mayoría de las pilas son de 7,9 o 11,6 mm (truco: si no sabemos el tamaño se puede medir el compartimento donde estaba alojada) y, por tanto, no suele haber problemas.
  • Si ya ha pasado el estómago: En este caso, puesto que ya ha atravesado la parte más estrecha (píloro), no suele dar problemas.

En cualquier caso se recomienda revisar meticulosamente las deposiciones del niño hasta estar seguros de que la pila ha sido expulsada.

Si en 48-72 horas no ha salido, se deberá repetir la radiografía para asegurarse de que la pila está avanzando.

Visto el eventual peligro al ingerir una pila de botón, el esfuerzo de los padres debe ir encaminado a prevenir dicha ingestión. Para ello se recomienda:

  • Mantener fuera del alcance de los niños las pilas de botón y los objetos que las contienen (mando a distancia, relojes, …).
  • No dejar nunca a un niños jugar con una pila de botón.
  • Vigilar que las tapas de las baterías estén debidamente cerradas.

Tal y como propone el Comité de Seguridad y Prevención de las Lesiones Infantiles, sería deseable que los fabricantes tuviesen en cuenta que las tapas que contienen las pilas de botón deberían tener un mecanismo de apertura que requiera una herramienta (destornillador) o mecanismo (empujar y girar) para que el niño no los pueda abrir.

Por nuestra parte es importante que compremos pilas de botón de “marcas de garantía” ya que se ha demostrado que las cubiertas de estas pilas es más resistente y producen menos quemaduras y menos riesgo de liberación con toxicidad.

Tener en cuenta esta información a la hora de comprar juguetes y otros dispositivos y, si la consideráis interesante, compartirla con otras familias.

La LARINGITIS

 

Todos los años igual, puntual a su cita, con la llegada del otoño o la primavera, en estos días que hay una gran diferencia de temperatura entre el día y la noche, aparece LA LARINGITIS. Conviene distinguirlo bien de las bronquitis, de las que ya hablé en este otro post.

 

¿Qué es la laringitis?

Es la inflamación de la laringe, que es la parte más baja de la garganta, donde se encuentran las cuerdas vocales.

¿A quién puede afectar?

Puede aparecer a cualquier edad, pero es especialmente frecuente en niños de entre 6 meses y 6 años.

¿Cuál es la causa?

Generalmente las laringitis están producidas por VIRUS, exactamente por los mismos virus que provocan los catarros (rinovirus,…). El catarro de vías altas desciende hasta la laringe.

Otras veces, durante el sueño, se produce un espasmo de la glotis y, al chocar entre sí las cuerdas vocales, se inflaman.

¿Cuáles son los síntomas?

El síntoma más típico de las laringitis es la tos, generalmente seca, parecida al ladrido de un perro (tos perruna) o de una foca. Además siempre existe ronquera y afonía (por la inflamación de las cuerdas vocales). Suelen empeorar por la noche.

En las laringitis catarrales puede haber, además, mucosidad nasal y fiebre.

Las laringitis estridulosas o crup se caracterizan porque súbitamente, generalmente de madrugada, mientras el niño duerme y habiéndose encontrado en las horas previas bien, el niño comienza a toser (con tos perruna) y a hacer un ruido muy fuerte al coger aire (estridor).

¿Cómo se diagnostica?

El diagnóstico es muy fácil por el tipo de tos. Sin ver al niño, desde la sala de espera, es muy fácilmente reconocible ese tipo de tos (tos de perro o de foca).

¿Puedo hacer algo en casa?

Debemos intentar prevenir el ambiente seco de la casa, colocando recipientes con agua, o utilizando humidificador (sobre el humidificador ya hablé en este post).

En el caso de que se despierte con tos perruna y estridor se puede meter al niño en el cuarto de baño con la ducha del agua caliente encendida para que el niño inhale el “vapor caliente” durante 15-20 minutos.

Otra medida eficaz es respirar el aire frío de la noche (o incluso de la nevera), ya que el frío es un antiinflamatorio muy eficaz (recordar que cuando nos damos un golpe nos ponemos una bolsa de hielo sobre la zona del traumatismo).

¿Cuándo debo consultar en Urgencias?

  • Si estando tranquilo, el niño hace ruido al coger aire (estridor).
  • Si presenta dificultad respiratoria, se le marcan las costillas al espirar o se le hunde el pecho (tiraje).
  • Si el niño esta somnoliento o muy irritable.
  • Si tiene una coloración azulada de la cara o los labios.
  • Si los síntomas van empeorando.

¿Cómo se trata?

No son necesarios los antibióticos puesto que se trata de infecciones víricas.

Si existe un estridor importante utilizaremos antiinfamatorios potentes como los corticoides.

Si solo existe leve ronquera puede ser suficiente con antiinflamarorios menos potentes como el ibuprofeno.

¿Se pueden prevenir?

En las laringitis catarrales, como en cualquier infección respiratoria, lo más importante es el lavado de manos para prevenir el contagio.

En las laringitis estridulosas es importante prevenir:

  • la sequedad del ambiente: colocando recipientes con agua como he dicho anteriormente.
  • la sequedad de las mucosas: ofrecer líquidos abundantes a los niños, especialmente agua.

Comparte esta información para evitar muchos sustos nocturnos a otros padres.

Traumatismo cráneo-encefálico.

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¡¡Por favor, doctor, atienda rápidamente a mi hijo que se ha dado un golpe en la cabeza y ha vomitado!! Esto es casi el pan nuestro de cada día de cualquier pediatra que asista urgencias.

Un traumatismo craneal es un problema que genera mucha angustia en los padres, sobre todo si posteriormente asocia algún síntoma como vómitos o somnolencia.

Realmente a los médicos no nos preocupa el traumatismo del cráneo sino que éste asocie una lesión  cerebral intracraneal, fundamentalmente por sangrado (hematoma epidural o subdural).

El término médico de un golpe fuerte en la cabeza es traumatismo cráneo-encefálico, aunque la mayoría de los padres que consultan en urgencias lo hacen por traumatismos craneales menores, donde sólo observamos pequeñas heridas, dolor en la zona del golpe y un pequeño cefalohematoma (chichón).

Aclararé ciertos aspecto del traumatismo cráneo-encefálico:

¿Qué debo hacer tras un traumatismo craneal?

– Poner hielo envuelto en un paño en la zona del golpe.
– Mantener al niño en un ambiente tranquilo y poco ruidoso.
– Administrar un analgésico (paracetamol o ibuprofeno).
Elevar el cabecero de la cama.

Por tanto la mayoría de los niños que sufren un traumatismo craneal pueden ser controlados en casa.

Entonces, ¿Cuándo debo acudir a un centro sanitario?

Será importante acudir para la valoración del pediatra, que valorará la necesidad de la realización de una radiografía de cráneo, si:
– el niño es menor de un año.
pierde el conocimiento tres el golpe.
–  cae desde más de un metro de altura.
–  no recuerda (amnesia) el golpe o lo que sucedió después.
– tiene un hematoma muy grande o un hundimiento en la zona del golpe.
– le sale sangre o un líquido claro por la nariz o el oído.

¿Qué valoramos los médicos en un traumatismo cráneo-encefálico?



El mecanismo y la intensidad del golpe: obviamente no es lo mismo golpearse en la cabeza tras caerse de su propia altura (los médicos lo llamamos traumatismo de baja energía) que tras un accidente de trafico (traumatismo de alta energía). Para los bebés consideramos que un traumatismo craneal es importante si se cae de más de un metro de altura. A mayor energía mayor gravedad.
– La edad del niño: cuanto más pequeño es un niño más blando es su cráneo y, por tanto, tiene más riesgo de fractura craneal con hematoma asociado. La edad que consideramos como de mayor riesgo es los menores de un año. A menor edad mayor riesgo.
– La zona de la cabeza que sufrió el traumatismo: afortunadamente la mayoría de los traumatismos se producen sobre las zonas más duras del cráneo, la frontal y la occipital. La zona menos resistente del cráneo es la zona parietal (un poco por encima de las orejas)y es por tanto donde se producen la mayoría de las fracturas.
Los síntomas inmediatos tras el golpe: la mayoría de los niños, tras el golpe, lo primero que hacen es llorar. En ocasiones, tras el gran sofocón, se relajan y se quedan dormidos. Además, cuando lloran, tragan gran cantidad de aire y suelen acabar vomitando. El síntoma inmediato que más se asocia con lesión intracraneal es la pérdida de conocimiento en el momento del traumatismo.

¿Qué debo vigilar en casa?, ¿cuáles son los datos de alarma?



En las siguientes 24 horas se debe vigilar si aparecen los siguientes signos de alarma:
Vómitos persistentes, aunque ya hemos dicho que uno o dos vómitos tras el traumatismo son bastante frecuentes.
Dolor de cabeza (cefalea) importante, aunque es bastante frecuente que se queje de la zona del golpe.
Somnolencia importante, con dificultad para despertarlo, aunque ya hemos dicho que es bastante frecuente que tienda a dormirse tras el sofocón inicial.
Irritabilidad o llanto persistente.
Convulsiones o movimientos anormales.

Confusión o desorientación.
Alteraciones del habla o del equilibrio.

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La enfermedad del beso… o mononucleosis infecciosa.

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El problema fundamental de la mononucleosis infecciosa es que presenta síntomas comunes con algunas infecciones de garganta que mejoran con antibióticos. En este caso, es necesario hacer un diagnóstico correcto para evitar la toma de antibióticos, ya que podrían incluso empeorar los síntomas.

¿Qué es la mononucleosis infecciosa?

Es una enfermedad VÍRICA y muy frecuente en la edad pediátrica debido a su mecanismo de transmisión.

¿Cuál es la causa?

Puede ser producida por muchos virus pero los más frecuentes son el Virus de Epstein Barr (VEB) y el citomegalovirus (CMV).

¿Cuáles son los síntomas?

Aunque en muchas ocasiones, especialmente en los niños más pequeños,  puede pasar desapercibida, los síntomas de la mononucleosis infecciosa son:
   – La fiebre es más prolongada que en otras virasis (suele durar entre una y dos semanas).
   – El cansancio, la falta de apetito,…son síntomas inespecíficos y comunes a otras virasis pero, en este caso, suelen ser más marcadas.
   – También es frecuente el aumento del tamaño de los ganglios (especialmente los del cuello) y en ocasiones, del hígado o del bazo.
   – Pero quizás, lo más característico, es dolor de garganta y un exudado faríngeo («placas en la garganta») que no responden a la toma de los antibióticos habituales. Es más, a veces, la toma de antibióticos provoca un exantema (manchas en la piel) o hace que empeore si ya estaba presente.

¿Cómo se diagnostica?

En la mayoría de las ocasiones no es necesario realizar ninguna prueba. Suele diagnosticarse sólo con una adecuada historia clínica y la exploración del médico.
A veces, puede ser necesario la realización de una analítica sanguínea, donde podemos observar unos glóbulos blancos característicos (los médicos los llamamos “linfocitos atípicos o activados”) y elevación de las transaminasas.
En casos más confusos, se puede pedir una analítica sanguínea más especial para demostrar el contacto con los virus que más frecuentemente la provocan (CMV o VEB).

¿Cómo se transmite?

De aquí el nombre característico de enfermedad del beso ya que se transmite persona a persona a través de las secreciones de la vías respiratorias, fundamentalmente la saliva. Se requiere que el contacto sea estrecho, por eso es más frecuentes entre adolescentes y en niños pequeños, que comparten objetos (chupetes, botellas, juguetes, …) que previamente han chupado.

¿Se puede prevenir, existe vacuna?

No existe vacuna para esta enfermedad.
La manera de evitar el contagio es, como la de la mayoría de las enfermedades respiratorias, evitando compartir objetos que se introducen en la boca, y evitando el contacto estrecho.

¿Cómo se trata?

No existe un tratamiento específico. Todo lo que hacemos es tratamiento sintomático, para aliviar. Es recomendable una buena hidratación, y normalmente se prescribirán analgésicos-antiinflamatorios como el ibuprofeno, especialmente para aliviar el malestar general y el dolor de garganta.

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Mi hijo tiene un soplo en el corazón. ¿Puede hacer vida normal?

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Cada vez que les decimos a los padres que su hijo tiene un soplo en el corazón salen de la consulta “con las piernas temblando”. Cualquier cosa del corazón, piensan, debe ser grave, ¿verdad?

Pero, ¿qué es un soplo?

Es el ruido que hace la sangre al pasar por el corazón (de la misma forma que suena el agua al pasar por una manguera).

¿Son muy frecuentes?

. Aproximadamente en el 50% de los niños, a lo largo de la infancia, se les auscultará en algún momento un soplo. En  la mayoría de las ocasiones serán lo que los médicos llamamos soplo “inocente” o funcional, que son totalmente benignos.

Entonces, ¿un soplo funcional es signo de una enfermedad cardiaca?

NO. Como hemos dicho, un soplo, es simplemente el ruido que se produce al pasar la sangre a través del corazón. Este tipo de soplos son más frecuentes en niños mayorcitos. Puede ser que unos días se escuchen y otros días no, porque dependen de la postura en que auscultemos al niño e incluso de la frecuencia cardiaca. Cuanto más rápido va el corazón, más frecuente es que se escuche el soplo. Por eso, no es raro, que cuando un niño va a Urgencias por fiebre, y por tanto el corazón va más rápido, el médico le diga que le ha auscultado un soplo que hasta el momento su pediatra nunca le había auscultado.

Pero, si mi hijo tiene un soplo, ¿hay que hacerle pruebas?

Si es un soplo funcional, NO. Las características de la auscultación y otros datos de la exploración, así como la edad del niño, harán que el pediatra determine si es un soplo funcional.
Las cardiopatías congénitas en los niños son muy poco frecuentes (menos del 1%) pero hay determinados signos en la exploración o la edad del paciente que obligan a descartarlas. Cuanto más pequeño es un bebé (recién nacido o pocos meses de vida) menos probable es que se trate de un soplo funcional.
En estos casos, probablemente, el pediatra derive al niño al cardiólogo infantil. Éste, lo más probable, es que le realice algunas pruebas  como la toma de la tensión arterial, electrocardiograma,…  pero actualmente la ecografía cardiaca es la técnica más utilizada para ver la estructura del corazón.

Entonces, volviendo a la pregunta inicial, si mi hijo tiene un soplo funcional, ¿puede hacer vida normal?

Rotundamente SÍ, como ya hemos repetido un soplo funcional no es ninguna enfermedad del corazón, sólo el ruido de la sangre pasando a través de él.

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